Evenepoel hereda el triplete de oro de Merckx, Hinault y Binda

Evenepoel hereda el triplete de oro de Merckx, Hinault y Binda

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Conquista el maillot arcoíris en el mismo año que vence en una gran vuelta y en un ‘monumento’ de las clásicas, como sólo hicieron mitos del ciclismo

Evenepoel y el seleccionador belga Sven Vanthourenhout celebran el oro.J. De MeuleneirAFP

A los 22 años Eddy Merckx conquistó su primer maillot arcoÍris. Fue el primer belga que ganó en un mismo año (1971) una de las tres grandes vueltas por etapas (Tour de Francia), al menos un ‘monumento’ de las clásicas (Milán-San Remo, Lieja-Bastoña-Lieja y Lombardía) y el Mundial de ruta. El Caníbal es inalcanzable. Es un pecado comparar a Remco Evenepoel con su mítico compatriota, pero para este ciclismo es una bendición que haya chavales con ese desparpajo y osadía que reconcilian al público con el mejor espectáculo. Ese ciclismo que se mueve con instinto y huye de los esfuerzos milimétricamente medidos por los pulsómetros.

El último vencedor de la Vuelta a España conquistó este domingo la medalla de oro en el Mundial de ruta de Wollongong (Australia) con un ejercicio fantástico de potencia y valentía al romper la carrera con una ofensiva a falta de 70 kilómetros de la meta que generó la escapada buena del día, rematada con una ataque individual a falta de 25 kilómetros. La plata fue para el francés Christophe Laporte y el bronce para el australiano Michael Matthews. En los Mundiales no están permitidos los pinganillos, por lo que la prueba se desarrolla por golpes de genio e improvisación, cualidades que adornan al nuevo fenómeno, que este año también logró la Lieja-Bastoña-Lieja, la Clásica de San Sebastián y el bronce en el Mundial de contrarreloj.

Evenepoel (22 años) carece de prejuicios para presentar batalla desde lejos en acciones aparentemente suicidas. Son propuestas de coraje y autoridad. Escalador, rápido, excelente contrarrelojista, ambicioso y confiado en sus posibilidades. Por su manera de desenvolverse se parece a Bernard Hinault. El francés fue el último que firmó el triplete de oro, en 1980, con victorias en el Giro de Italia, Lieja-Bastoña-Lieja y Mundial. El italiano Alfredo Binda lo hizo en 1927, con Giro y Lombardía.

El chaval, que destacó como futbolista en las categorías inferiores del Anderlecht y que ganó el Mundial de ruta júnior de 2018, es el primer campeón del mundo de Bélgica desde 2012, cuando Philippe Gilbert ascendió a la primera plaza del podio del campeonato de Valkenburg. Fin a una sequía de 20 años.

«Esto es algo con lo que he estado soñando. Después de un ‘monumento’, una gran clásica, una gran vuelta y un campeonato mundial, creo que gané todo lo que podía lograr este año. Hemos corrido como un equipo. Creo que nunca tendré otra temporada como esta», dijo ayer después de subir al podio y de recibir las felicitaciones de WoutVan Aert, su compatriota, que partía como gran favorito y terminó cuarto. Con el ataque de lejos descolocó a Tadej Pogacar, otro de los candidatos al oro. El esloveno está ansioso por retarse con Evenepoel en el próximo Tour de Francia.

La selección española apenas tuvo protagonismo en el Mundial. Iván García Cortina fue el mejor clasificado, decimoprimero, a más de dos minutos del ‘Pequeño Caníbal’.

kpd