Eliud Kipchoge atiende a EL MUNDO en Kenia: “Aprendes desde el dolor”

Actualizado

Eliud Kipchoge recibe a EL MUNDO en el campamento del NN Running Team de Kaptagat, al oeste de Kenia, sentado en una silla blanca de plástico en medio de una tranquilísima charla con sus compañeros de entrenamiento. De lunes a sábado -el domingo visita a su familia en la ciudad más cercana, Eldoret- así pasa las muchas horas muertas cuando no corre o duerme. Dedica algún rato a leer, pero el wifi no funciona desde hace días por culpa de las lluvias, la única televisión del centro apenas se enciende para ver algún DVD antiguo -el último, el documental de escalada Free Solo- y jugar a cartas, bueno, jugar a cartas no entra en sus planes. «No sería mala idea, pero no tenemos tiempo», comenta entre la seriedad y la sorna.

Antes, en ayunas y a las 06:00 de la mañana, ha corrido 30 kilómetros en una hora y 40 minutos, ha desayunado porridge, un par de huevos hervidos y algo de fruta y se ha pegado una ducha. El secreto del mejor maratoniano de la historia, doble campeón olímpico, ex plusmarquista de la distancia, está aquí: tan calmado lugar, tan simple vida y tanta compañía.

Durante el entrenamiento le he visto corriendo como si compitiera en Berlín, en Londres o en Nueva York: mirada al frente, silencio. ¿En qué piensa?
Hay muchas cosas que pasan por mi mente, pero intento deshacerme de esos pensamientos. Dejo de pensar en lo que me deparará la vida, en el entrenamiento que tengo que hacer mañana e incluso en el ritmo que estoy siguiendo. Simplemente me concentro en el camino. No hablo mucho, es verdad, pero a veces sí lo hago para escuchar a mis compañeros, sentir que todos estamos haciendo lo mismo.
En todo el campamento hay muy pocos empleados, sólo un par de masajistas y un cocinero. Del resto, incluso de la limpieza, se ocupan ustedes mismos. ¿Por qué?
Así nos convertimos en lo que somos, así aprendemos que todos somos iguales. Aquí no hay nadie por encima de nadie, somos un equipo, nos ayudamos los unos a los otros. Este es mi ejemplo [enseña la palma de la mano derecha abierta]. Con la mano extendida algunos dedos son más largos que otros, pero con el puño cerrado todos los dedos son iguales. Nosotros siempre corremos con los puños cerrados.

NN RUNNING TEAM

¿Alguna vez se ha sentido cansado de esto? De vivir aquí aislado, de la sencillez de esta vida.
¿De vivir del atletismo? No, no. ¿Cómo me voy a cansar de esto? Llevo mucho tiempo corriendo, nunca me cansaré del deporte. A veces me canso en los entrenamientos, pero ésta es una buena manera de vivir. He disfrutado de muchas experiencias en el atletismo, llevo la mochila cargada gracias a él y cuando deje de competir espero seguir vinculado de alguna manera.

Los Juegos y sus recuerdos

En París, el próximo verano, llegará a sus quintos Juegos Olímpicos con la intención de conseguir su tercer oro en maratón y su quinta medalla en total. Si tuviera que escoger un aprendizaje de todos estos años, ¿Cuál sería?
En este tiempo he aprendido que la clave es saber qué quieres, es marcarte un objetivo. El objetivo te lleva a la disciplina y la disciplina te salva cuando vas a fallar. En estos 20 años nunca me ha faltado un objetivo y creo que gracias a eso siempre he sabido qué camino seguir. Incluso cuando no he conseguido un objetivo, cuando he fallado, he encontrado rápido otro objetivo para seguir.
Viene de un mal momento en el maratón de Tokio [fue décimo con su peor resultado de siempre]. ¿Incluso en estos momentos no duda?
Nunca he dudado, nunca he variado mi plan. Para mí fallar, perder, es simplemente un desafío. Así es la vida. Hoy te despiertas y mañana quizá no. Como eres español estoy seguro que conoces a Ilia Topuria. Sigo su carrera, me gusta como luchador. Nunca lo he conocido personalmente, pero le sigo. Pues un domingo, precisamente viendo la UFC, encontré inspiración en este sentido. Un luchador se había preparado durante seis meses, llevaba mucho tiempo entrenando, y cayó noqueado en apenas unos segundos. Así es la vida. Hay que saber aceptarlo. No te puedes aferrar a lo que has hecho en el pasado, debes dejarlo ir y encontrar algo que te mueve y que te emocione de nuevo.
¿Qué objetivo conseguido le ha emocionado más?
Creo que el Breaking 2 [cuando superó la barrera de las dos horas en un maratón no homologado en Viena]. Es lo que me hizo poner un pie en la historia del deporte mundial.

INEOS 1:59

Su primer Mundial fue precisamente en París, en 2003, logró el oro en los 5.000 metros con sólo 18 años por delante del marroquí Hicham El Guerrouj y el etíope Kenenisa Bekele. Hay quien dice que fue la mejor carrera de la historia. Ahora vuelve al mismo escenario. ¿Ahora recuerda aquel momento con nostalgia?
No, no, de hecho no recuerdo mucho de aquella carrera, tendría que volver a ver el vídeo [sonríe con gracia, realmente bromea]. Para mí París fue donde nací en el atletismo, un lugar importante en mi vida, pero no me aferro al pasado. Ni para lo bueno ni para lo malo. Ahora sólo pienso en conseguir otro oro en París, que sería mi tercer oro olímpico en maratón, un nuevo punto álgido en mi trayectoria.
Como aquella vez en 2003, en estos Juegos Olímpicos se enfrentará a Bekele. ¿Ha sido su mayor rival?
Será bueno volver a verle y competir juntos para demostrar al mundo la importancia de la longevidad, de mantenerse a lo largo de los años, pero no miro mucho a mis rivales. En el atletismo no necesitas estudiar a nadie, sólo creer en ti y dedicarte en cuerpo y alma. En el boxeo, por ejemplo, sí es necesario conocer a tu adversario, saber cómo atacarle y cómo defenderte, pero en el atletismo no lo es. Respeto a todo el mundo, pero estoy centrado en mí mismo.

El dolor y la paz del correr

Correr, a veces, duele. ¿A usted también le pasa?
Sí, por supuesto, pero ese dolor es valioso. La gente a veces olvida el valor del dolor. Aprendes a través del dolor, aprendes desde el dolor. Es difícil afrontar el dolor cuando sabes que llegará, en un entrenamiento o en la vida, pero más tarde, cuando el dolor desaparece, aparece el éxito.
¿Qué piensa cuando ve a los últimos que llegan en un maratón?
Me encanta lo que hacen. El maratón no es sólo competir, lo más importante en un maratón es que todo el mundo está corriendo. Corre el que acaba en dos horas y el que acaba en ocho horas. Están haciendo lo mismo. Completan la misma distancia, sienten la misma libertad, simplemente van a otra velocidad. Y el deporte sirve para encontrar el camino correcto en la vida, no sirve para ser rápido.
El mundo, en muchas formas, es un caos, es injusto, incluso es malvado. ¿Cree que va calando su mensaje de lograr un mundo mejor simplemente corriendo?
Completamente. Mucha gente me ha visto y me ha escuchado a lo largo de estos años. Me gusta repetirle al mundo que la única manera de ser libre es hacer deporte. Cuando no haces deporte eres un prisionero; el deporte te da la libertad, paz interior, goce. Cuando te sientes libre estás en el mejor lugar posible, aunque todo falle a tu alrededor. Insisto para que todo el mundo lo pruebe.

NN RUNNING TEAM

Como mínimo sus hijos ya corren. ¿Le gustaría que compitieran?
Por supuesto. El deporte es muy bueno y puedo enseñarles a competir. Además estoy seguro que lo aprenderán porque les interesa. Pero lo que realmente quiero es que hagan algo, no me importa si corren, si juegan al tenis o a fútbol o si hacen natación. Lo que ellos quieran, pero que hagan deporte. Les ayudará en la vida.
«Nunca te mientas», se lee en la entrada del campamento. Es una frase de Paulo Coelho. ¿Lo escribió usted?
Sí, me gusta lo que escribe. Me gusta mucho la lectura. ¿Sabes cuál es el libro que más he leído de ahí [señala a la pequeña biblioteca del centro]? Es ¿Quién se ha llevado mi queso? Lo he leído varias veces. Habla sobre los cambios y a mí me gusta encarar los cambios. También me gusta escribir. Cada día escribo mis pensamientos en mi diario. Hoy quizá escriba sobre esta entrevista.

kpd