Adam Ondra y su ‘Project Big’, la ambición de escalar la pared más difícil de la historia: “Es demasiado grande, me asusta”

Adam Ondra y su 'Project Big', la ambición de escalar la pared más difícil de la historia: "Es demasiado grande, me asusta"

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El mejor escalador de la historia, busca en una cueva de Noruega completar la vía más compleja de siempre. “Siento una profunda conexión con el lugar, nunca deja de impresionarme”, dice. Algunos medios valorar si será la primera escalada con una dificultad 10a y él lo niega

Adam Ondra preparando la escalada de ‘Project Big’ en la cueva der Hanshelleren, en Noruega. EL MUNDO

Fue hace una década cuando el checo Adam Ondra, un mito entre los escaladores, quizá el mejor de la historia, apareció en la cueva de granito de Hanshelleren, en Flatanger, en la parte central de Noruega, y descubrió allí El Dorado. Infinidad de paredes dificilísimas, las rutas más exigentes del mundo, el futuro de la especialidad. Antes de su llegada, la zona apenas era conocida, ahora allí se reescribe la historia. «No hay un sitio en el mundo como Flatanger. Siento una profunda conexión con esa cueva y a pesar de todos los viajes que he hecho allí, de todos los años que han pasado, nunca deja de impresionarme», proclama Ondra en conversación telefónica con EL MUNDO y no es para menos.

En ese rincón de Noruega, en 2012 abrió la que entonces era la vía más compleja de la historia, la primera con un grado 9b+, bautizada como Change, y en 2017 dobló la apuesta con una ruta aún más complicada, la primera con un grado 9c, llamada Silence. Con esos dos hitos, el lugar ya sería legendario, pero ahora Ondra quiere llevarlo aún más allá con su apuesta más ambiciosa: Project Big.

– ¿Es la pared más difícil que ha intentado escalar alguna vez el ser humano?

– Es posible. Project Big siempre me ha atraído y, al mismo tiempo, me ha intimidado. Es demasiado grande. Me asusta, pero no porque me pueda hacer daño, si no porque quizá me exija demasiado tiempo. Tal vez nunca sea capaz de completarla.

En caso de que lo consiga, Project Big supondría un paso más para la escalada en roca, el penúltimo. En los grados de dificultad, que van del 1 hacia arriba y se subdividen en seis (a, a+, b, b+, c y c+), antes de que Ondra pisara Flatanger en 2012 sólo se había alcanzado el 9b. Ahora se estima que esta nueva vía podría ser la primera 9c+ de siempre, es decir, tres puntos por encima, aunque algunos medios especializados han fantaseado con la opción de llegar ya a una dificultad 10a. «No, no, estoy lejos del 10a. De hecho estoy seguro al 100% de que yo nunca podré escalar una vía 10a, aunque habrá algún ser humano que será capaz en el futuro. ¿Si Project Big es la primera 9c+? Es posible, pero tengo que verlo y valorarlo una vez esté en la pared», analiza el escalador, que será quien establezca la dificultad de la vía en una muestra de la naturaleza de su deporte: no se compite para ver quién puede más, se explora y se señala para que otros lo prueben en el futuro.

La complejidad de Project Big radica en su longitud, más de 100 metros, y en un bloque central de unos 15 metros que el propio Ondra creyó insalvable. «En mis primeros viajes a Flatanger ya equipé buena parte de Project Big porque me parecía la vía más dura y más alucinante de la cueva, pero había unos metros que parecían imposibles. Desde abajo, en principio, no se veía por dónde ir. En cambio al año siguiente volví a estudiar las posibilidades, encontré una línea más directa y fue magnífico. Desde entonces pienso en hacerla toda seguida», dice Ondra, de 29 años y con casi millón y medio de seguidores entre sus redes sociales y su espectacular canal de Youtube, que condensará sus intentos en Project Big durante la próxima primavera para luego centrarse en el Mundial de Berna de agosto.

Allí buscará su quinto título de siempre, allí reclamará revancha al español Alberto Ginés, que le arrebató contra pronóstico la medalla de oro de la combinada de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, y allí se encontrará con el austriaco Jakob Schubert, su compañero en el sueño de Noruega. Porque para encarar la pared más difícil de la Historia, hace unos meses, Ondra pidió ayuda a otro especialista, Schubert, también varias veces campeón del mundo, y éste aceptó encantado.

– ¿Es imposible una escalada así en solitario?

– No creo que sea imposible, pero trabajarla con alguien tan bueno ayuda mucho. El pasado verano, Jakob decidió venir conmigo a Flatanger y fue magnífico. Intentar una pared tan dura con alguien capaz de hacer todos los movimientos posibles es algo único. Creo que entre los dos lo lograremos.

Lo haga o no, eso sí, Ondra ya ha desplazado el epicentro de la escalada deportiva de élite a Noruega en perjuicio de España. A principios de los 2000, con Ramón Julián o Chris Sharma como referentes, lo más destacado de la especialidad al aire libre ocurría en montañas de nuestro país, especialmente en Cataluña, en las escuelas de Oliana, Margalef, Siurana o Santa Linya. Allí acudían los mejores, incluido el propio Ondra, en busca de los retos más complicados. Ahora esos desafíos se encuentran en la cueva de Flatanger.

«Han sido muchos años en Noruega y diría que sólo me quedan dos rutas por hacer, Project Big y otra. Si lo consigo, habré tenido suficiente. Buscaré nuevos retos lejos de allí. Siempre podré volver a la cueva y sentir el lugar, pero ya lo haré con otro enfoque», se despide Ondra, un mito entre los escaladores, quizá el mejor de la Historia, ante la pared más difícil que nunca haya intentado recorrer.

kpd