LaLiga EA Sports 2023 – 2024
Valencia 1 Las Palmas 0
El eléctrico equipo de Baraja derrota a Las Palmas de penalti sin sacudirse los problemas de acierto en ataque
Caminar por el borde de un precipicio y no caerse. Eso es lo que está haciendo el Valencia este inicio de temporada. Suma puntos con victorias, inesperada la de Sevilla, de penalti ante Las Palmas en Mestalla, pero sigue mostrando que la electricidad juvenil puede que no sea suficiente para sostenerse toda una temporada. Porque ni siquiera dura 100 minutos. El Valencia vive sin gol. Si en Sevilla los zapatazos de Diakhaby y Javi Guerra los que amarraron los puntos, en el estreno en casa fue otro, Pepelu, desde los once metros. Sin que los canarios fueran capaces de inquietar en exceso, los valencianistas creaban ocasiones que se esfumaban. [Narración y estadísticas]
Baraja ha decidido que su Valencia tendrá que ser disciplinado en defensa pero efervescente y alocado en ataque, capaz de inquietar rivales sólo por la sospecha del descaro de los canteranos en los que, por decisión de Peter Lim, se sostienen el proyecto. Diego López, Fran Pérez y hasta Gayà tienen esa misión de desplegarse en las alas e intimidar al contrario desde la orilla del campo. Allí les tiene que encontrar Almeida en corto y Pepelu o el reinterpretado Diakhaby al espacio. El central francés sigue siendo una apuesta del Pipo que, por el momento, no desentona. Marca raya en la medular y auxilia a los centrales a recomponerse cuando el contrario aprieta.
Así es como Las Palmas sufrió. Diego López se lo contó a Lemo ya en el primer minuto dejándolo sentado para asistir a Almeida, enredado en el área. La picardía del asturiano es hoy un arma esencial para el Valencia, el jugador sorpresa que mantiene en tensión a una zaga porque, además, nunca se sabe por dónde aparecerá. De la izquierda sale para dejar carril a las carreras del capitán, pero sus movimientos sólo estaban condicionados al robo y las transiciones rápidas..
A los canarios el partido se les atragantó el plan valencianista. No les duraba la pelota para amasarlas y llevar la batuta, el estilo que impone García Pimienta. No había forma de llevarla con jerarquía hasta cerca del área para que aparecieran el incombustible Jonathan Viera, Munir o Sandro mientras el Valencia, sin sufrir, se plantaba ante la meta de Vallés, que se adelantó para evitar un mano a mano con Hugo Duro y que vio el derechazo de Fran Pérez escorado en el área a centro de Gayà no rozaba los tres palos. Quiso sacudirse a pegajoso equipo local, pero no lo logró hasta que el técnico recompuso el equipo tras la pausa de hidratación y la lesión de Sinkgraven. Fue entonces cuando el Valencia perdió gas y Las Palmas creció. Pero las ocasiones costaba que llegaran y las desaprovechaban.
Pudo Thierry ganarle el mano a mano a Vallés en el minuto 40, pero con todo de cara golpeó sin fe al cuerpo del guardameta. Devolvió el error Munir un instante después al rematar al aire una pelota en el segundo palo con Mamardashvili superado.
Volvió Las Palmas del vestuario con las ideas más claras que el Valencia. Mientras a los canarios no les importa moldear la pelota hasta que el rival se descomponga, los valencianistas perdieron capacidad de sorpresa con el paso de los minutos. Esa es a cara B del proyecto, la que se agota. Sin aliento no hay robo, no hay contras y no hay gol.
El partido había que agitarlo y esa es labor de Javi Guerra. El canterano es la única bala que Baraja guarda en el banquillo y siente que lo puede cambiar. Pero no siempre puede ser determinante. En su primer toque al borde del área habilitó a Diego López que la mandó al lateral de la red. Demasiado perdón en un duelo que se adormecía.
Fue entonces cuando Javi Muñoz evitó con la mano que Fran Pérez recogiera un centro y el VAR avisó a Iglesias Villanueva. El penalti lo lanzó con frialdad Pepelu para, como había pedido Gayà en el vestuario, no se escapara un punto de Mestalla.