El Real Madrid reconquista la ACB tras ganar el tercero en Murcia ante un digno UCAM

El Real Madrid reconquista la ACB tras ganar el tercero en Murcia ante un digno UCAM

El Real Madrid conquistó la Liga ante el rival más digno que se podía haber encontrado. Será recordado el UCAM Murcia pese al 3-0, porque se plantó en una final en la que nadie le esperaba y porque se empeñó en honrar su presencia con un amor propio a prueba de dificultades. Tras unos playoffs sin mácula, el equipo de Chus Mateo cierra, con su liga número 37, un curso en el que sólo Berlín le separó de la matrícula de honor. [73-84: Narración y estadísticas]

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Alzó Llull, al alimón con sus compinches Rudy Fernández y Sergio Rodríguez el trofeo en el Palacio de los Deportes, el mismo escenario del primero del curso allá por septiembre (la Supercopa). De principio a fin un Madrid lleno de virtudes, en lo individual y lo colectivo. Reconquistado el título que hace un año le arrebató un Barça ahora tan de capa caída.

Musa, defendido por Caupain, en Murcia.Marcial GuillénEFE

En la Final Four se le escapó la temporada perfecta a un equipo que cumplió las expectativas y que no falló ante la revelación. Sólo dobló la rodilla el Murcia tras el descanso, donde ya no le llegaron las fuerzas, cuando el Madrid intuyó la meta y el éxito, el colmillo a punto, 34 puntos en un tercer acto arrollador – «nos hemos despitado tres minutos y…» reconocía Sito Alonso-, Musa (nombrado MVP), Hezonja y Campazzo desatado, para ya no mirar atrás. Porque el UCAM no iba a ser comparsa tampoco en el tercero envite, ni con dos sets abajo se iba a rendir y menos ante esa afición que no ha visto ganar un sólo partido en todos los playoffs en el Palacio. Era su fiesta y la intención es que siguiera el viernes. Que nadie les despertara todavía del sueño de una final. Y ni el amanecer con un duro 3-9 les arredró.

Esta vez la cuestión iba de intensidad y de acierto. De morder. Dylan Ennis, que ha aparecido poco en esta serie, clavó tres triples seguidos y eso fue un revulsivo total, combustible para las tribunas. El Madrid perdía más balones de los recomendables y andaba, como en lo que va de final, con la puntería justa. Y eso que Llull anotó su primer triple después de 13 intentos. Pero la respuesta murciana era un distancia de la que no había gozado hasta ahora, un más 10 cuando al fin Diagné acertó desde cinco metros (38-28). Sin noticias ofensivas de Campazzo, Tavares y Yabusele, los de Chus Mateo se quedaron en menos puntos (32) que preocupaciones al descanso.

A la vuelta no pareció haber mejores noticias para el Madrid, enredado en cuestiones que iban más allá del juego, los rifirrafes entre Ennis y Campazzo, una antideportiva a Tavares por un codazo… Volvieron a saltar las alarmas con los puntos en la pintura de Kurucs, con el cuarto triple de Ennis (51-42). Y justo ahí, en esa frontera, despertó la bestia. Como ha sucedido en los dos precedentes, fue la puntería lo que hizo imparable al Madrid. Cuatro triples consecutivos (dos de un Hezonja inspiradísimo) y un parcial de 2-16 que era un resorte hacia la meta.

Ahora sí, Campazzo era el dueño del escenario que un día fue su casa. El Madrid contenía por fin el rebote ofensivo y los murcianos se frustraban con lanzamientos que se salían. Abalde cerró un tercer acto de 34 puntos, más que en toda la primera mitad (56-66) y lo iba a continuar después, pletórico el gallego, cerrando su mejor temporada de blanco y llamando fuerte a las puertas de Scariolo.

El UCAM siguió empujando, encontró un par de triples como agua para un naufrago, pero su corta rotación eran energías que se echaban de menos y a Sito Alonso ya no le daba para más héroes. Menos con sus dos cincos sanos (lesionados están Todorovic y Birgarder) bien temprano expulsados por cinco faltas. Hasta la meta los murcianos, pedaleando hacia un imposible, reverenciando con su batalla al campeón Real Madrid.

kpd