“El nombre del Madrid da miedo a cualquier equipo”, aseguraba Courtois en zona mixta. A su lado, Van Dijk charlaba con EL MUNDO: “Nos han castigado sin parar. Es la dura realidad”. Benzema pronosticó “dos o tres goles más” en el intermedio.
– “Que quiero ir, estoy bien. Yo quiero ir”.
– “De acuerdo, pues ven”
El martes por la mañana, después de la triste noticia del fallecimiento de Amancio Amaro, de los fuegos artificiales que los hooligans lanzaron de madrugada en la puerta del hotel Innside by Meliá, de la cancelación del vuelo de Florentino Pérez hacia Inglaterra y del regreso de Emilio Butragueño a la capital de España para despedir al padre de La Quinta, Carlo Ancelotti recibió un aviso: Toni Kroos volaba hacia Anfield Road.
Cuando la afición del Liverpool presente en la tienda oficial del equipo se enteró del viaje exprés del centrocampista alemán, recién superado un virus estomacal que le había hecho perder varios kilos, un ligero temor recorrió su cuerpo: “Pero… ¡Si han dicho que está enfermo! Es imposible que viaje el mismo día del partido”, reflexionaban. Error.
“Qué alemán es“. Dentro de la expedición del Madrid, la noticia de la llegada de Kroos se celebró como el primer gol del partido. El ex del Bayern, en busca de su sexta Copa de Europa, como Benzema, Carvajal, Modric y Nacho, no iba a descartarse así de fácil para un partido tan copadeeuropa como el de Liverpool. La suya fue la primera remontada de la noche.
Emotivo homenaje a Amancio
La segunda llegó sobre el césped de Anfield bajo el rugido de The Kop durante el You’ll never walk alone y después del sentido homenaje a Amancio Amaro, un detalle de club grande que respeta a sus rivales.
A partir de ahí: surrealismo, una vez más. Klopp repitió durante el calentamiento su estrategia de mirar todo el rato los ejercicios de la plantilla del Madrid y dar la espalda a los suyos, y su rabia en el inicio del choque y los gritos a la afición tras la primera jugada contagiaron a una grada que no necesitaba grandes motivaciones.
El Madrid recibió el segundo 2-0 en el primer cuarto de hora de un partido en la historia de la Champions. El primero, les sonará: la ida de las semifinales contra el Manchester City el año pasado. “Hemos mejorado, en Manchester tardamos 10 minutos en ponernos 2-0. Aquí han sido 13″, bromeaba Ancelotti en rueda de prensa. Eso es lo que queda, la risa.
Porque el Madrid y la Copa de Europa cayeron sobre Anfield. “Al descanso, Karim dijo que podíamos ganar, que podíamos meter ‘dos o tres goles más‘. Y claro, le dije que sí”, confesaba Courtois sobre un intermedio al que se llegó con 2-2. Premonitorio Benzema.
Vinicius, que acumula ya 5 goles en 4 partidos contra el Liverpool, tuvo la mejor noche de su carrera con un doblete que devolvió a los blancos a la vida. Y con vida, mataron.
El único equipo que había logrado remontar dos goles de desventaja en Anfield en Champions había sido el Atlético de Madrid, que venció en Liverpool en marzo de 2020 con aquella aparición de Llorente. Una gesta que quedó en nada ante la de los de Ancelotti: el primer equipo que marca cuatro goles en su visita a Anfield en toda la historia del fútbol europeo.
Si la final de París había sido “una tortura” para Klopp, anoche vivió la tercera peor derrota del Liverpool como local en toda su existencia. En 2007, el Arsenal se llevó un 3-6 en la Copa de la Liga, y en 1953, en otro fútbol, el Preston North End ganó 1-5. Nada comparable al escenario de este martes.
“Lo tenemos casi imposible en Madrid”
En la zona mixta de Anfield, los protagonistas trataron de poner palabras a lo inexplicable: “El Madrid es el Madrid, ese nombre siempre da miedo a cualquier equipo. Quizás con 2-0 se han confiado… Y nosotros ya hemos demostrado antes que nunca nos rendimos”, explicó Courtois, que asumió su “cagada” en el 2-0.
A su lado, y mientras el belga se reía de la ‘colleja’ que le había metido Valverde al pasar por detrás, Virgil Van Dijk trataba de dar sentido a la goleada. “¿Qué ha pasado? Que hemos jugado contra el Madrid. Es el Madrid“, contestaba a EL MUNDO. “Son los que sostienen la Champions ahora mismo. Te castigan cada fallo y hemos tenido varios errores que no debemos cometer, pero no somos robots. Es una gran decepción”, argumentó.
Si Courtois valoraba el aspecto “mental” de estos partidos, el central holandés fue más a lo futbolístico. “También se juega con la cabeza, claro, pero al final ha sido algo futbolístico. En la segunda parte hemos cometido errores y ellos te castigan inmediatamente. Es la dura realidad. Tenemos un trabajo casi imposible en Madrid“.