El estilo libre de Courtney Dauwalter, la mejor corredora de montaña del mundo: “En la meta me apetecen una cerveza y unos nachos”

El estilo libre de Courtney Dauwalter, la mejor corredora de montaña del mundo: "En la meta me apetecen una cerveza y unos nachos"

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La estadounidense, estrella de la próxima Transgrancanaria, sorprende por su método salvaje, muy distinto al de referentes como Kilian Jornet. “A veces el cuerpo me pide un buen plato de nachos”, dice la primera mujer que ha competido con hombres de tú a tú

UTMB

En plena UTMB, la carrera de montaña más importante del mundo, más de 160 kilómetros alrededor del macizo del Montblanc, aparece Courtney Dauwalter, primera mujer, y se ventila en un avituallamiento unos gofres, unas pancakes, unos noodles precocinados o una hamburguesa doble con queso del McDonald’s. En la Western States o la Hardrock, las pruebas más importantes de Estados Unidos, también de 100 millas, Dauwalter no sólo vence en la clasificación femenina, también se codea con los 10 mejores de la general y justo al llegar a meta no duda en pedirse una cerveza. “Es lo que me apetece al acabar. Y después, si puedo, unos nachos”, comenta a EL MUNDO en su primera visita a España, concretamente a Gran Canaria.

El sábado, desde medianoche (00:00 horas), correrá la Transgrancanaria Classic, de 128 kilómetros, que arranca en Las Canteras, cruza toda la isla, y acaba unas 15 horas después en Maspalomas. La visita de Dauwalter ha levantado expectación en la isla por su palmarés, quizá la mejor corredora de montaña de la historia, pero sobre todo por su estilo.

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Al contrario que la mayoría de europeos, como el mismísimo Kilian Jornet, el referente masculino de su deporte, Dauwalter no se entrena con precisión científica ni cuenta los gramos de hidratos que debe ingerir durante las carreras. Sus victorias parten del puro disfrute. “Para mí esa es una de las mejores cosas que tiene la ultradistancia, que hay diferentes maneras de conseguir que todo funcione. A mí me gusta mantener mi vida lo más simple posible. No tengo entrenador, ni planes de entrenamiento, no sigo ninguna dieta. Es el estilo de vida que me va, que me permite sentir mi cuerpo y darle lo que necesita. A veces me pide una tirada muy larga, a veces un día de descanso, y a veces simplemente un gran plato de nachos”, reconoce la estadounidense de 37 años, una gran exponente de cómo se entiende el trail running en Estados Unidos.

Si en España, como en el resto de Europa, desde los inicios las carreras por montaña se vincularon a la competición, a los raids de aventura, al esquí de fondo; en Estados Unidos el deporte siempre se unió a la aventura, al senderismo, a la exploración. Por eso aquí el camino hacia el profesionalismo -y el negocio- era lógico. Por eso allí se mantiene cierto romanticismo, un espíritu salvaje.

Un estilo propio, por delante de los hombres

De hecho Dauwalter se dio a conocer en 2017 en una carrera por el desierto de Utah, la Moab 240, de 386 kilómetros, que raramente tendría lugar fuera de Estados Unidos. No sólo ganó la clasificación femenina, sino que también ganó la clasificación general y la marca, Salomon, la convirtió en icono. Con sus pantalones de baloncesto y sus camisetas anchas ya entonces era distinta, diferente. Licenciada en Magisterio en la Universidad de Misisipi, profesora de ciencias en un instituto de Denver, lo dejó todo para centrarse en las carreras por montaña. Le salió bien. Hoy, después de ser séptima absoluta en la UTMB de 2021, se considera la primera mujer que podría ganar la prueba, un hito.

La diferencia entre géneros en la ultradistancia es cada vez más corta. “Creo que estamos en un momento muy interesante. Los límites todavía son desconocidos, especialmente para las mujeres y especialmente en las distancias realmente largas, de 100 millas o más. No sé qué pasará. Pero mi único objetivo es buscar mis propios límites y saber hasta dónde puedo llegar en este deporte”, comenta la estadounidense, que también ha vivido malos momentos.

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Más allá de alguna lesión, hace dos años, en plena post pandemia, se lanzó a un desafío exagerado y acabó en el hospital. Con la ayuda de su marido, Kevin Schmidt, y sus amigos, “fueled by nachos and beer”, como rezaba su camiseta, su idea era batir el récord del Colorado Trail, un camino sinuoso de casi 800 kilómetros que termina en Denver. Tenía que hacerlo en menos de ocho días y estaba en ello, muy por debajo de la plusmarca, cuando en el kilómetro 430 tuvieron que pararla y llevársela al hospital. Una bronquitis aguda ponía en serio peligro su físico y pasó un par de días ingresada. Tarde o temprano volverá a intentarlo.

“Hay muchísimos retos y eso es magnífico. A veces voy a grandes carreras con muchos patrocinadores y medios de comunicación, como esta Transgrancanaria, y a veces a pequeñas carreras de pueblo o algún desafío en solitario. Me motivan ambas cosas”, finaliza Dauwalter, tras sus primeros entrenamientos en la Gran Canaria, y antes de preguntar: “¿Aquí cuál es la comida y la bebida típica?”.

kpd