El conjunto blanco suma el tercer 6 de 6 en su historia y gana los últimos 2,8 millones de la fase de grupos. Si el inglés ve una tarjeta más, se perderá un partido de las eliminatorias.
2.800.000 euros. Eso, que es lo que da la UEFA por cada victoria en la fase de grupos, es lo que se jugaba el Real Madrid en el Olímpico de Berlín. Eso, su prestigio en Europa y el pleno, el tercero de su historia, en la primera fase de la Champions League. Quizás por eso, y por mantener a su columna vertebral en ritmo competitivo, Carlo Ancelotti no rotó a Bellingham ni Rodrygo, principio y fin de su ataque ahora mismo. Ambos, jóvenes con físico para jugarlo todo, fueron titulares en Berlín mientras sus compañeros sufrían las rotaciones del técnico. Rüdiger, Mendy, Kroos y Brahim se quedaron en el banquillo pensando en el duelo del domingo contra el Villarreal.
Pero el partido, lejos de no servir para nada a nivel clasificatorio, dejó ciertos peligros y preocupaciones en el conjunto blanco. La primera, que Bellingham recibió su segunda tarjeta amarilla en Champions esta temporada y está a una de la suspensión. Entrando en los octavos de final y sabiendo que las tarjetas no se ‘limpian’ hasta el final de los cuartos, esa es quizás la peor noticia para el Madrid tras su paso por Berlín. Una amonestación más y la estrella británica se perderá uno de los partidos clave de las eliminatorias, una situación que también vive Camavinga.
Ese es el peligro. La preocupación llegó tras el error de Modric desde los once metros. El croata fue el encargado de lanzar el penalti que podía poner por delante al Madrid, pero Rönnow detuvo su disparo, demasiado centrado, para evitar el 1-0. El problema de los blancos desde el punto de penalti es real: han fallado las tres penas máximas que han tenido esta temporada. Falló Rodrygo en Vigo, falló Joselu ante Osasuna y falló Modric. Incluso en pretemporada, Vinicius erró un penalti ante el Barcelona. 4 de 4. Un dato inquietante que se contagió también a la Champions, donde el Madrid no fallaba un penalti desde 2014 (Cristiano ante el Ludogorets).
El error de Modric, casi rozando el descanso, propició además una cadena de fallos que acabaron en el 1-0 del Unión Berlín. En la jugada siguiente, Rönnow sacó de puerta, Nacho no alcanzó a cabecear, Alaba despejó hacia atrás, Lucas perdió el cuerpo a cuerpo con Volland y Kepa, titular, no pudo parar el disparo del delantero.
En el paso por vestuarios, Ancelotti dejó sentado a Valverde y sacó a Kroos, en un cambio que parecía decidido antes del partido. 45 minutos para cada uno pensando en el próximo partido, donde volverán a ser titulares a la espera de Tchouaméni. “2 minutos de locura nos complicaron todo”, admitió Ancelotti.
Joselu y Ceballos, los goles
La segunda parte dejó un recital cabeceador de Joselu, que había marcado un gol en los últimos diez partidos y anotó dos en Berlín, dándole la vuelta al marcador. Suma 10 goles esta temporada, 5 en Liga, 3 en Champions y 2 con España. “Afortunadamente en la segunda intentamos ser más efectivos, apostando por los centros, ya que tenemos un delantero muy bueno de cabeza y, así, ha hecho dos goles. En la primera parte buscamos demasiado entrar por dentro y no había espacios. Teniendo a Joselu había que seguir ese camino, los centros”, explicó el técnico italiano.
Un rematador necesario en un Madrid sin ‘9’ clásico y el MVP del partido de los 2,8 millones. Ceballos, que no veía puerta desde enero, decidió con el 2-3. “Ceballos… su gol es merecido, porque le ha costado recuperarse, volver. No lo ha pasado bien”, confesó Ancelotti.
Pleno del Madrid, el tercero en su historia en la Champions, igualando al Bayern, y dinero al bolsillo: 15,6 millones por jugar la fase de grupos, 16,8 por las 6 victorias y 9,6 por alcanzar los octavos. En total, 42 millones para las arcas blancas.
