Las fechas bailan un poco. Él dice que 2014, pero “puede ser 2015”. Y no se trata de no darle importancia, sino todo lo contrario. Porque es un episodio que le “duele muchísimo” a él, pero también le duele muchísimo a España y al mundo del fútbol.
Hace casi 10 años que Jesús Tomillero salió del armario. Y eso no debería haber sido noticia, pero él fue el primer árbitro en Europa que lo hizo y España no ha cambiado tanto como debería desde entonces.
Fue “involuntariamente”. Subió una foto con su pareja en redes sociales y aquello creció como un huracán, pero de odio. Siguiente partido que arbitraba y gritos de “maricón” e incluso pedradas cuando se metía al vestuario. “En un partido de cadetes por el que cobraba 20 euros”, exclama ocho años después en conversación con EL MUNDO.
Jesús tuvo que dejar una actividad que iba a ser su profesión, ya había pitado partidos en Tercera División, porque ni España ni, especialmente el fútbol, estaban preparados para aceptar abiertamente la homosexualidad. “Hubo árbitros que dejaron de ducharse conmigo porque era gay”, cuenta Tomillero.
Tras denunciar los hechos, Jesús tuvo grandilocuentes muestras de apoyo de grandes personalidades como Mariano Rajoy o Pablo Iglesias e incluso de futbolistas y algunos equipos, pero su realidad era muy diferente: “Llegué a recibir más de 1.500 amenazas” que le obligaron a “llevar de escoltas a dos policías secretas cuando iba junto a su pareja por la calle”.
La sombra de Fashanu se le apareció en sus pensamientos. “Pensé en quitarme la vida, pero pude ser más fuerte” gracias a estar en “buenas manos” psicológicamente. Justin Fashanu fue el primer futbolista profesional en declarar su homosexualidad. Lo hizo en 1990. Ocho años después, por motivos que se desconocen, se quitó la vida.
El 19 de febrero, día de su nacimiento, se conmemora el Día Internacional contra la Homofobia en el Fútbol. Un deporte que cuenta con un armario repleto de gente. Un estudio realizado por las Universidades de Córdoba y Sevilla en 2021 cifra en 42.000 jugadores LGTBI federados en España de los cuales “142 lo harían como profesionales”.
Este año, 2023, ha sido el de la primera salida del armario del primer futbolista de LaLiga. Fue el checo Jakub Jankto, que pertenece al Getafe pero se encontraba cedido en el Sparta de Praga. “Si jugara en España, no lo habría hecho”, afirma Tomillero quien desvela que “le consta que hay clubes profesionales en España que incluyen cláusulas en los contratos en las que se prohíbe declarar públicamente la homosexualidad”.
Víctor Gutiérrez, waterpolista y primer deportista de equipo en declarar su homosexualidad en España cree que nuestro país es pionero en la lucha por los derechos LGTBI, pero que en el fútbol “las circunstancias son diferentes”. El también secretario de políticas LGTBI del PSOE, no obstante, mantiene que habría sido una decisión muy dura: “El principal escollo es que el jugador que quiera salir del armario tiene que enfrentarse toda su carrera a 50.000 personas llamándole maricon”.
Gutiérrez recuerda que Michel, Guti o Cristiano Ronaldo han tenido que enfrentar insultos homófobos durante el desarrollo de su profesión en España. Toni Kroos, futbolista del Real Madrid, se mostraba en sintonía con Gutiérrez en ese aspecto. “No sé si aconsejaría a un futbolista salir del armario” opinaba el alemán porque consideraba que los insultos que recibiría podrían “devaluar su ánimo” lo que sería una desventaja.
La lucha de Iglesias
Borja Iglesias, futbolista del Betis, ha sufrido varias campañas homófobas por acciones y estilismos poco convencionales en el mundo del fútbol. Su primera polémica fue por pintarse las uñas y los insultos homófobos, esta vez junto a su compañero Aitor Ruibal, reaparecieron recientemente por llevar bolso en la boda de un miembro del club verdiblanco. “Los que a estas alturas continúan mostrando comportamientos de este tipo, necesitan ayuda de manera urgente. El problema lo tienen ellos por su intolerancia y sus complejos”, escribía Ruibal en sus redes sociales.
Poco después de esta última polémica, Iglesias decidió protagonizar un vídeo lanzado en sus redes sociales y que viralizó inmediatamente. En él, se declaraba “heterosexual” y la pieza transcurría sobre el impacto que causaba esa declaración en la opinión pública hasta que finalizaba con el propio futbolista diciendo: “¿A que esto jamás pasaría? ¿Por qué lo otro sí?” para terminar con el claim, “mucho orgullo”.
Es cierto que, desde la denuncia de Jesús Tomillero a hoy, el fútbol ha mejorado respecto al respeto de los derechos LGTBI. “Evidentemente se ha avanzado respecto a la visibilidad de cosas que eran impensables hace 5 o 10 años”, explica el secretario de políticas LGTBI del PSOE “pero a efectos prácticos estamos igual que hace una década”.
A favor, se ha actualizado la Ley contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte de 2007 con la aprobada el 7 de junio de 2021, de igualdad social y no discriminación por razón de identidad y expresión de género y características sexuales. Más específica a la hora de perseguir afrentas contra los derechos LGTBI. También las manifestaciones de diversas instituciones en el mundo del fútbol cuando se aproximan fechas como el Día del Orgullo transformando sus escudos con los colores arcoiris o los brazaletes de algunos equipos con esa bandera.
Sin embargo, apenas 16 futbolistas se han declarado homosexuales, o bisexuales en el caso del brasileño Richarlison, en toda la historia del fútbol. Más de la mitad, eso sí, en la última década. Precisamente, en 2006, la revista orientada al público LGTBI, Zero, preparaba un número especial en el que una decena de futbolistas de Primera iban a salir del armario. El número nunca llegó a ver la luz.
“No se dio porque hubo clubes y representantes que se echaron para atrás en el último momento”, cuenta a EL MUNDO el que fuera su director Miguel Ángel López. Y cree que el paso es más fácil darlo “cuando la carrera ha finalizado”, porque hay muchos intereses económicos detrás.
Intereses económicos
El Mundial de Qatar fue la máxima expresión de estos claroscuros respecto a los derechos LGTBI en el fútbol. LA FIFA impidió a los capitanes de muchas selecciones portar el brazalete arcoiris tras amenazarles con que verían una tarjeta amarilla si lo hacían. “Que la FIFA lleve este mes la bandera arcoiris e hiciera lo que hizo en Qatar es un acto de hipocresía”, revela Víctor Gutiérrez.
El secretario de políticas LGTBI del PSOE hace extensiva su denuncia hacia clubes que tienen también intereses económicos lugares donde no se respetan los derechos LGTBI. Recientemente, el escudo del Barça luce con la bandera arcoiris en sus redes sociales, un gesto por el que perdieron más de 300.000 seguidores.
No obstante, el arcoiris no apareció en sus perfiles destinados al mundo árabe. “El Madrid y el Barcelona son empresas y tienen un mercado internacional en países donde la homosexualidad es perseguida”, añade Gutiérrez. Y completa Miguel Ángel López que “el dinero manda” y el fútbol que “es el máximo exponente del negocio, tiene valores conservadores y el dinero es muy conservador”.
No en todas partes. Hay un club en España que, desde hace casi una década, abandera la lucha contra la intolerancia tanto en el ámbito escolar como en el deporte. El Cádiz CF, a través de su Fundación, ha realizado numerosas acciones en contra de la LGTBIfobia. “Es un paso arriesgado porque es el mundo del fútbol y hay cierto tabú, pero para nosotros no”, apunta Antonio Caro, Responsable de proyectos de la Fundación Cádiz CF.
Sin embargo, no es cierto que el tabú englobe a todo el mundo del fútbol. En el ámbito femenino hay numerosas jugadoras que han declarado abiertamente su homosexualidad o la han mostrado en público y las reacciones han sido, en su mayoría, positivas.
Fútbol femenino
Víctor Gutiérrez lo explica así: “Tiene que ver con los roles de género. Seguimos teniendo en la cabeza que hay deportes de niña y de niño”. Para Gutierrez es más fácil para la sociedad aceptar a mujeres homosexuales en deportes tradicionalmente masculinos: fútbol, rugby… porque se las considera ‘marimachos’. Y ocurre lo mismo respecto a los hombres gays en deportes tradicionalmente femeninos.
Casi 10 años después, el fútbol sigue teniendo un armario oscuro para gente como Jesús o Jankto. “España no está preparada para una salida del armario”, cuenta el exárbitro y Gutiérrez matiza “la sociedad sí lo está, es el fútbol el que tiene que prepararse”.