El Mundial, sueño y trampa para España

El Mundial, sueño y trampa para España

España llega al Mundial en su día más gris y descomprimido, después de levantar la Eurocopa, como hizo en 2010, y con más solvencia en el campo que entonces, aunque decirlo con la perspectiva posterior, el título conquistado en Johannesburgo y la segunda Eurocopa, parezca un sacrilegio. Ahora lo hace con el mismo entrenador, Luis de la Fuente, y después de perder la Liga de Naciones en los penaltis, mientras un año antes de aquel Mundial, la España que acababa de heredar Vicente del Bosque cayó con claridad en las semifinales de la Copa Confederaciones ante Estados Unidos. Esta fase de clasificación, cerrada con 21 goles a favor y dos en contra, refuerza su posición en el primer puesto del ranking FIFA. El sueño de un segundo Mundial es realizable, pero el camino hasta entonces y una vez en el torneo, está lleno de trampas. La primera es que cualquier relajación, como la sufrida ante Turquía, hace a España vulnerable.

Pero antes de llegar hay más trampas. Una tiene que ver con la administración de los jugadores, inmersos en un calendario de locos. Lamine Yamal y Nico Williams, los dos futbolistas más diferenciales en la Eurocopa conquistada, dependen de una cuidadosa recuperación de sus pubalgias que han de realizar en paralelo a su participación con sus clubes, que piensan en sus objetivos, no en el Mundial. Los jugadores han de tener, pues, un gran sentido de la responsabilidad, en su exposición y recuperación, y la Federación debe estar cerca de ellos, misión que corresponde a Aitor Karanka, no a De la Fuente, por el desgaste que supone la primera línea. Es lo que hizo Fernando Hierro con Iniesta. El último episodio del caso Lamine demuestra que estamos lejos de esa dinámica.

El sorteo, el 5 de diciembre en Washington, definirá el camino, todavía bajo las ocurrencias de Donald Trump, que quiere cambiar algunas sedes gobernadas por demócratas con la excusa de la seguridad, como es el caso de Seattle, a cuya alcaldesa calificó de “comunista”. En un Mundial de semejantes proporciones, con temperaturas y usos horarios distintos, es clave la elección del lugar de concentración. El de Curitiba, en Brasil 2014, fue un desastre, una ciudad fría para ir a debutar al calor de Salvador de Bahía. El desenlace, mejor no recordarlo.

De España se destaca su juego, la calidad de sus futbolistas y la variedad de recursos, aunque continúa pendiente fijar el rol del 9, con Oyarzabal ya como principal candidato. Sin embargo, el mejor dato para encarar el torneo es el de haber encajado solo dos goles en esta fase de clasificación, los que logró Turquía en La Cartuja. Son los mismos que le marcaron a la campeona de 2010 en todo el torneo en Sudáfrica. Incluso la selección del tiki-taka tuvo que ser pragmática, con victorias por 1-0 salvo el 2-1 frente a Chile, en el fútbol más pragmático y sembrado de trampas, donde se necesita el talento, por supuesto, pero también el temple, la suerte y al portería a cero.

kpd