Rozó el gol en el minuto 91, pero su cabezazo se marchó acariciando el palo de Kobel. Fue su gran oportunidad y la de Monterrey, eliminado del Mundial de Clubes por el Borussia Dortmund del gigante Guirassy, que se cruzará con el Real Madrid en los cuartos del torneo (2-1). El delantero franco-guineano anotó dos goles en el inicio del duelo, Berterame recortó distancias y los mexicanos lo intentaron sin parar durante el tramo final, pero les faltó suerte. No habrá reencuentro entre Ramos y los blancos pero sí reedición de la final de Wembley entre alemanes y españoles.
Guirassy puso el duelo cuesta arriba para Rayados en apenas 23 minutos, los que tardó en marcar dos goles. En el 13, una combinación fugaz con Adeyemi en la frontal del área le dejó sólo ante el portero, definiendo con toque a la derecha de Andrada.
Los de Niko Kovac fueron muy superiores en el inicio y su pareja de atacantes desquició a la defensa mexicana, demasiado lenta en los cortes y con poca ayuda de sus centrocampistas.
En el 23, una contra lanzada por Adeyemi la culminó de nuevo Guirassy para casi sentenciar a Monterrey, aunque el equipo, con Canales, Óliver Torres, Ramos y compañía en sus filas, no dio su brazo a torcer.
El cuadro dirigido por el técnico español Domenec Torrent se hizo con el balón y aprovechó la desidia alemana, conforme con el 2-0. Deossa probó a Kobel y luego Corona tuvo la ocasión más clara mientras Jobe Bellingham veía una amarilla que le obligará a perderse el duelo contra su hermano Jude por acumulación de tarjetas.
Tras el descanso, Berterame aprovechó un rechace en el área tras un centro y llenó de ilusión la grada mexicana, superior a la alemana en el estadio. El duelo se convirtió en un asedio de Monterrey sobre la meta de Kobel, pero la falta de acierto derrotó al conjunto americano.
Corona erró un mano a mano, en el que pidió penalti por empujón de Sule, los mexicanos vieron cómo el colegiado les anulaba el empate por fuera de juego y en el 91 Ramos, de delantero en los últimos minutos, tuvo las tablas con un cabezazo que salió ligeramente desviado
Monterrey, que había empatado con Inter de Milán y River Plate y había goleado al Urawa Red Diamonds, sufrió su primera derrota del torneo justo cuando más importan. Aún así, el torneo de los mexicanos, y especialmente de su capitán Ramos, ha sido extraordinario.
“Cuando pierdes no estás feliz, pero estoy orgulloso de los jugadores. Lo han hecho muy bien”, elogió Torrent tras el partido.
La historia reciente de los enfrentamientos entre Liverpool y Real Madrid resumía el éxito del partido en un futbolista: Vinicius Júnior. El brasileño marcó en la final de la Champions de 2022 y repitió hace dos temporadas, en los octavos de final continentales, cuando el conjunto blanco salió triunfante de Anfield gracias a dos goles de su joven y nueva estrella. Fue el gran peligro madridista y la pesadilla 'red'. Pero ayer, en una noche helada en Liverpool, la ausencia por lesión del ex del Flamengo descolocó a los de Carlo Ancelotti, congeló sus ideas y situó en el juzgado mediático a otro jugador: Kylian Mbappé. Y el francés no tuvo defensa.
Todo bajo la atenta mirada de Rafa Nadal, estrella en el palco de Anfield después de visitar a Pep Guardiola y a la plantilla del City en Manchester, a una hora de distancia del estadio del Liverpool. El de Manacor, acompañado por su hermana, conversó con Emilio Butragueño, Santiago Solari y Juni Calafat, y se rodeó de otros miembros de la Junta Directiva del cuadro de Chamartín. Eso sí, fue testigo de una noche negra para el Madrid.
A unos metros, Gareth Bale, que acudió para trabajar como comentarista en TNT Sports, junto a Rio Ferdinand y Steve McManaman. El galés pisó el césped, saludó a Butragueño y a miembros del departamento de comunicación y del cuerpo técnico del conjunto blanco y se acercó a ver, ya en privado, a algunos de sus antiguos compañeros, aunque el partido lo ensombreció todo.
La lesión de Camavinga
En el campo, la cara de Mbappé fue la cara del conjunto blanco. Impotente ante Virgil van Dijk, Ibrahima Konaté y Conor Bradley. Inefable frente a lo que le fue sucediendo en el partido. Torpe en los controles y en los regates, tímido al encarar a sus rivales, como si fuera otro futbolista, y errático en el momento más importante del duelo, el penalti que podría haber supuesto el empate y que el atacante galo estrelló en las manos de Caoimhim Kelleher. Inexplicable.
Ese fallo completó los 10 minutos de deriva madridista en Anfield, convertidos en 90 bajo la capa de héroe de Thibaut Courtois. En el minuto 52, Alexis Mac Allister puso el merecido 1-0 para los locales. A los dos minutos se lesionó Eduardo Camavinga, el mejor de los visitantes en el duelo, y en el 61 Mbappé falló desde los 11 metros cuando el Madrid pensaba que podía seguir vivo en el encuentro.
"Nosotros lo vemos bien, entrenando bien, a veces sale, a veces no, hoy no ha salido el penalti pero tenemos confianza en él y seguro que Kylian va a ser lo que se espera de él", reflexionó Luka Modric.
Último con plaza
Ancelotti, que se pasó el partido desesperado, corrigiendo continuamente a sus futbolistas y muy pendiente de Arda Güler, se giró hacia sus asistentes, especialmente hacia Davide, su hijo, y Francesco Mauri, y no imploró palabra. El silencio lo hizo todo. Era la continuación de la pesadilla de Mbappé justo cuando su equipo más necesitaba de su talento.
El penalti fallado por Mo Salah no alentó al Madrid, perdido tras el error de Mbappé, sino que empujó todavía más a un Liverpool que amplió distancias gracias a Cody Gakpo. Ahí donde crecieron los blancos en febrero de 2023 cayeron en noviembre de 2024, complicándose mucho la vida en la liguilla de la Champions. Los blancos son ahora vigesimocuartos, situándose como el último equipo con plaza para el playoff de enero, en el que se miden todos los posicionados entre el 9º y el 24º. A falta de tres jornadas en las que debe visitar al Atalanta y el Brest y recibir al Salzburgo, el Madrid suma sólo seis puntos en cinco jornadas. Situación límite.
Según la RAE, la palabra «grito» tiene tres definiciones principales: «Voz muy esforzada y levantada», «expresión que se profiere levantando mucho la voz» y «manifestación vehemente de un sentimiento». En esta última encontramos la temporada de Thibaut Courtois, dos gritos diferentes para el principio y el final de un curso que nunca olvidará. Dos manifestaciones gigantes de sus sentimientos. El primero en Valdebebas, cuando su rodilla hizo crac; el último en Wembley, coronado de nuevo como muro de Europa y campeón de la Champions League.
10 de agosto de 2023. Durante un partido de entrenamiento, Nico Paz dispara a puerta, a la altura de la cabeza de Courtois, y el belga, con reflejos, despeja el balón pero no lo atrapa. La pelota queda suelta y tanto el portero como Rodrygo van a por ella. Llega antes el brasileño, así que el gigante de Bree se para en seco, clavando su pierna izquierda en el césped. Crac. Rotura del ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda.
Para saber más
«Nunca había escuchado un grito así en un entrenamiento», dijo Alaba semanas más tarde. El grito silenció Valdebebas. Un grito de desesperación, de desgarro emocional. El primero en acudir a ayudar a Courtois fue Rüdiger, que levantó los brazos sin saber muy bien qué hacer y sólo pudo poner las manos sobre la espalda del belga mientras éste no paraba de llorar desconsolado. Fue su Día Cero.
La colchoneta de esa sala de Valdebebas...
Anoche, 1 de junio de 2024, en Wembley, fue su Día 296. Nueve meses y 20 días después de aquel grito de dolor y tristeza, Courtois elevó la Copa de Europa al cielo de Londres y le devolvió a su destino un grito de felicidad y rabia. En la grada, su familia, su mujer Mishel Gerzig, sus hijos y su bebé Ellie, nacida el 30 de marzo de este año con el trono continental bajo el brazo. La pareja anunció el embarazo en mitad de la rehabilitación de la lesión del belga y supuso «un punto de inflexión y de motivación extra», según explican en el club.
Valdebebas fue su segunda casa, o incluso su primera, durante la rehabilitación. Y en concreto, la sala de recuperación de lesiones de larga duración. Ahí, sentado en una colchoneta gigante, con la rodilla izquierda todavía cubierta por una aparatosa rodillera articulada, realizó sus primeras paradas tras la lesión. A su lado, Davide Violati, fisio del conjunto blanco que no se separó de él durante todo el proceso, y Luis Llopis, entrenador de porteros que, con algo más de distancia, atendía a algunos ejercicios para ir descubriendo su mejoría.
El Bernabéu festeja la decimoquinta
Las primeras paradas fueron con balones oficiales, para no perder el tacto. Y luego los ejercicios variaron a pelotas de tenis, pero siempre sentado. Con el balón grande 'volaba' hacia un lado en la colchoneta, y las pequeñas simplemente las rechazaba hacia un lado. Ejercicios simples para mantener la forma y los reflejos.
Realidad virtual y "calma mental"
Cuando ya pudo estar de pie sin dolor ni instrumentos extra, Courtois probó una aplicación que mediante unas gafas y dos mandos, uno en cada mano, sirve para potenciar los reflejos y el tiempo de reacción en la portería. Como si fuera la vida real, como si no hubiera cruzado que recuperar. De ahí al césped, con ligeros ejercicios de salto y movilidad, poco a poco y con «calma mental y física», algo en lo que el Madrid insistió durante todo el proceso. No era «necesario» volver este curso e incluso el propio Courtois rechazó acudir a la Euro con Bélgica para centrarse en su recuperación. No quería presiones. El 19 de marzo se rompió el menisco de la rodilla derecha y el tiempo se volvió a detener para él, aunque menos. Ocho semanas.
El día que supo que había vuelto
Acortó plazos y contra el Cádiz, el 4 de mayo, ya fue titular, dejando en el ambiente la sensación de que podría ser titular en Wembley. El 14, ante el Alavés, realizó diez paradas. «Soy el mismo, incluso mejor», declaró esa noche, poniendo su nombre en la alineación del Madrid en la final. Ancelotti ya tenía claro que no le iba a sentar en el banquillo de Londres. Es su segunda Liga de Campeones. Perdió en Lisboa como rojiblanco y después admitió cambiarse al «lado bueno de la historia» para ponerse la capa de héroe en el Madrid. En la final de París contra el Liverpool fue el «cabrón» que evitó que los reds se llevaran el título y así le definió, como elogio y no como insulto, Klopp: «El cabrón de Courtois parecía que tenía doce manos». El belga firmó una actuación histórica. Ningún portero había realizado nueve paradas en una final.
Ahora verá desde la televisión la participación de Bélgica en la Eurocopa. Sería su sexta presencia en un gran torneo con su país, pero su relación con Tedesco, el entrenador, no ayuda y la puesta a punto para la próxima temporada madridista pesa más, mucho más. Después de la polémica con el seleccionador en junio de 2023, cuando Courtois dejó la concentración por lesión y el técnico le acusó de egoísta, su feeling está roto. Pero es campeón de Europa otra vez, qué más da.
Jude Bellingham se ha salvado. El Comité Disciplinario de Control y Ética de la UEFA (CEDB) le ha multado con 30.000 euros y un partido de sanción por su gesto ante Eslovaquia en los octavos de final de la Eurocopa. Eso sí, la sanción no es inmediata y podrá cumplir ese encuentro durante el próximo año. De esta forma, el centrocampista británico podrá jugar los cuartos de final del torneo ante Suiza y, si ganan, las semifinales y una futura final.
Según el organismo, Bellingham incumplió las normas básicas de conducta de la UEFA, estipuladas en su artículo 11, cuando después de su gol a Eslovaquia se dirigió a una zona de la grada y se llevó las manos a la entrepierna. Después de la polémica, el inglés aseguró que se trató de "un gesto de broma hacia algunos amigos cercanos que estaban en el partido. Tengo mucho respeto al partido que hizo Eslovaquia".
Por otra parte, la UEFA ha sancionado con dos partidos al central turco Demiral, que celebró sus dos goles a Austria realizando un gesto que se corresponde con el movimiento de los 'Lobos Grises', un movimiento de extrema derecha turca. Según la UEFA, la sanción al defensa es por no cumplir "con los principios generales de conducta, por violar las reglas básicas de conducta decente, por utilizar acontecimientos deportivos para manifestaciones de carácter no deportivo y por desprestigiar el deporte del fútbol".