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El conjunto de Ancelotti remonta en el tanto inicial de Barrenetxea para prolongar el pleno de victorias y sujetar el liderato. Joselu define el triunfo.
Kubo no fue capaz de encontrar su lugar en un viejo Bernabéu al sol, como si necesitara esta futurista cubierta metálica para desplegar su fútbol de Play Station. En este tiempo de diáspora se ha convertido en lo que vieron quienes le trajeron, en un futbolista eléctrico. Hizo de todo en su visita con la Real Sociedad, pasar y marcar, aunque le anularan el gol, frente a un Madrid exigido en toda su intesidad para sofocar la rebelión del pequeño japonés y sujetar el liderato gracias a un antidivo como Joselu. Con o sin goles de Bellingham, el pleno, cinco de cinco, continúa.
Lo de Kubo fue un eslalón tras otro en la banda derecha, en la que sorteó a Kroos y Fran García como si se tratara de puertas de esquí. La forma de liderar a la Real Sociedad, un equipo Champions, la determinación y valentía con la que se expresa es la de alguien que, esta vez, reclama su lugar en el sol incluso bajo la luna. Aunque sea ya tarde para el Madrid, el club no se equivocó.
LOS CHICOS DEL CORO DE LA LIGA
Tiene 22 años. Tiene todo por delante después de los pasos por Mallorca, en dos ocasiones, Getafe y Villarreal. A los 18, era tierno para el Madrid y lo era más para guerras que no son la suya. Es un jugador que necesita vuelo, no el sufrimiento de quienes luchan por la permanencia. Esta Real de Imanol es un buen ecosistema. Son los chicos del coro de la Liga. La visita al Bernabéu sólo confirmó su buen arranque de temporada, algo que Kubo también ha dejado ya ver en episodios con su selección, como hizo frente a Alemania en el Mundial de Qatar.
Sin André Silva ni Zakhayan de inicio, el japonés asumió el mando ofensivo en el Bernabéu, vertical, incisivo y preciso en las asistencias. La que ofreció a Barrene para que abriera el marcador, en carrera, o la que dio, detenido en el área, a Mikel Merino, que pudo suponer el segundo tanto visitante, de no ser por la mano de Kepa. El portero la sacó también en la primera acción, pero apenas pudo repeler el balón, que regresó al delantero de la Real para volver a rematar. Esta vez la mano de Kepa, baja, no fue tan dura.
Las progresiones del japonés hicieron estragos en la derecha hasta provocar el nerviosismo de Fran García y hacer que Kroos viera la amarilla. El rombo con el que Ancelotti ha hecho un lugar a Bellingham más cerca del área, copiado ahora por Gareth Southgate en Inglaterra, no es, en cambio, lo mejor para los repliegues, especialmente cuando los rivales hacen las transiciones por fuera. Imanol había estudiado bien cómo hacer daño al Madrid. Es de los entrenadores que más estudian.
La situación causó desconcierto en los locales, que se vieron en minutos por detrás en el marcador. Pudo ser peor para los de Ancelotti si Oyarzabal no hubiera estado en la trayectoria del brutal disparo de Kubo, minutos después. Tocó ligeramente el balón con la espalda al agacharse. Una suerte para Kepa.
EL MEJOR CARVAJAL
Al equipo de Ancelotti le era imposible hacerse dueño del partido, con mejor posición en los medios de Mikel Merino, Brais Méndez y Zubimendi. Equilibró, sin embargo, el peligro gracias a la intensidad y las llegadas de Carvajal, que emuló a Kubo por su banda. El lateral del Madrid está en uno de sus mejores momentos de forma, algo que ya ha puesto de manifiesto también con la selección. En una de sus llegadas, pasó a Joselu y lanzó al larguero en un forzado remate, antes de que Remiro detuviera disparos de Rodrygo y el propio Carvajal. El Madrid, pese a sus imprecisiones, había desatado el fuego, y cuando eso sucede es difícil resistir en el Bernabéu.
Bien organizada, la Real lo hizo hasta el descanso sin atrincherarse ni descomponerse, pero ya había visto lo suficiente como para saber que el gol estaba cerca. Llegó con un violento golpeo de Valverde nada más regresar al campo. Esas acciones no hay quien las defienda. El buen Remiro la sintió como un trueno. La que sí debe defenderse mejor es la que llegó después en su área, al rematar Joselu con el escorzo de un gran ‘nueve’, pero sin la vigilancia de ningún central, el centro desde la izquierda de Fran García, redimido con sus asistencias, también a Valverde.
Ancelotti cambió a Joselu al minuto de marcar el tanto que ponía al Madrid por delante, porque conservar lo que significaba ese gol exigía otra cosa. Camavinga y Modric entraron para hacerlo y para impedir que Kubo, ayudado ya por Zakharyan, volviera endemoniado a la Play.