Según el magistrado, “no resulta debidamente justificada la perpetración del delito”. Por la vía deportiva, el uruguayo se enfrenta a una sanción que podría llegar a los 4 partidos.
Valverde y Baena, durante el partido en Villarreal.REUTERS
El magistrado titular del Juzgado de Instrucción número 48 de Madrid ha dictado el archivo provisional de la denuncia formulada por Álex Baena, futbolista del Villarreal, contra Fede Valverde por el puñetazo que el centrocampista del Real Madrid le habría propinado en el parking del Santiago Bernabéu después del encuentro de Liga que enfrentó a los dos equipos el pasado sábado 8 de abril. Al parecer, podrían existir incongruencias en la declaración de Baena una vez analizados los vídeos de esa zona del estadio.
Hace unos días, el juez de la Justicia deportiva propuso al Comité de Competición de la Real Federación Española de Fútbol una sanción de cuatro partidos por la acción, castigo que está todavía sin confirmar por la organización. De hacerlo, el uruguayo se perderá los primeros duelos de la próxima temporada, contra el Athletic, el Almería, el Celta y el Getafe. Un mes de curso.
Tras la victoria del Villarreal en Chamartín, Valverde, que se había enzarzado con Baena durante el duelo, buscó a su rivalen la zona de los autobuses y le dio un puñetazo en el pómulo que le provocó un moratón. Según el entorno del madridista, las cuentas pendientes entre ambos venían del partido de Copa del Rey de enero, disputado en La Cerámica. En aquel duelo, Baena le habría dicho “llora ahora que tu hijo no va a nacer“, en un momento en el que se había filtrado la información sobre los problemas que la mujer del uruguayo estaba teniendo en su embarazo. Baena y su entorno han negado constantemente estos comentarios. “No es un chico que vaya a reaccionar así sin razones”, explicaban en el círculo cercano del madridista.
Valverde está de vacaciones antes de incorporarse a los entrenamientos del Real Madrid y Baena está disputando el Europeo sub21 con la selección española, donde se ha negado a hacer declaraciones.
Brahim Díaz (Málaga, 1999) jugará con la selección absoluta de Marruecos y no con España. Esa es la noticia que saltó el domingo por la noche en los pasillos del Santiago Bernabéu y que opacó la victoria del Real Madrid sobre el Celta de Vigo, con el andaluz en el once titular. El centrocampista se ha visto obligado a tomar la decisión ahora al estar en la prelista de ambos combinados nacionales: el país de su abuela paterna, Marruecos, y el país que le vio nacer a él, a sus hermanos y a sus padres, España. Una elección que, según pudo confirmar este periódico, acordó definitivamente el pasado jueves 7 de marzo y que fuerza a viajar al pasado para entender la intrahistoria de una situación llena de contradicciones y esperas.
Vayamos primero a la adolescencia de Brahim. Criado en el Málaga, con 14 años decidió irse al Manchester City, donde fue superando diferentes categorías hasta debutar como profesional a los 17. Con 19, abandonó Inglaterra y firmó con el Madrid, que le cedió al Milán durante tres temporadas seguidas, hasta este pasado verano. Y mientras todo eso sucedía, Brahim se convirtió en un fijo de las selecciones inferiores de España. Disputó el Europeo sub'17 de 2016, fue internacional sub'19 y jugó el Europeo sub'21 de 2021, justo antes de debutar con la absoluta en un amistoso ante Lituania. Ahí, en el verano de ese año, llegaría lo que los que mejor conocen la situación llaman "el punto de inflexión" para Brahim.
Su ausencia en Tokio, clave
Después de caer en semifinales del Europeo sub'21, con Brahim en el equipo titular, a Luis de la Fuente le tocó hacer también la lista de convocados para los Juegos Olímpicos de Tokio. De los 11 titulares y los 4 suplentes que habían disputado las semis del torneo continental ante Portugal, el seleccionador olímpico llamó a 8, más de la mitad. El portero Álvaro Fernández, los defensas Mingueza, Miranda, Óscar Gil y Cucurella; los centrocampistas Zubimendi y Bryan Gil y el delantero Javi Puado. Ni rastro de Brahim, titular en tres de los cinco partidos del torneo y por aquel entonces futbolista del Milán. Nunca más le volvió a convocar.
Semis de Champions y Scudetto, sin llamada
Después de 124 partidos en el conjunto rossonero, con 18 goles, 15 asistencias, un Scudetto y unas semifinales de Champions, Brahim volvió este verano al Madrid. No le habían llamado por teléfono ni le habían convocado por España, pero seguía esperando a la selección mientras Marruecos no dejaba de insistir. El combinado africano le llamó por primera vez en 2017, cuando todavía estaba en la sub'19 española, y no dejó de marcar su teléfono cada año. La respuesta de Brahim era siempre la misma: "Quiero jugar con España".
Todo hasta los últimos seis meses. Brahim volvió al Madrid para triunfar en el Bernabéu y con la idea de que los minutos de blanco le abrieran las puertas de la selección española absoluta, que tampoco había pensado en él para el Mundial de Qatar ni para la Nations League, el primero con Luis Enrique y la segunda con De la Fuente, el mismo que no le convocó para los Juegos. Decidió pelear y esperar. No disputó demasiados minutos al inicio de la temporada y no le llamaron para los parones de septiembre y octubre, pero ha aprovechado las lesiones del Madrid y a partir de diciembre sí ha sido importante. 8 goles y 4 asistencias que muestran su evolución. ¿El resultado? Estaba en la prelista de De la Fuente para este parón de marzo, el primero desde el año pasado.
¿El problema? Teniendo a Marruecos detrás, convertido, cuentan fuentes cercanas a la situación, en "cuestión de Estado" en el país africano durante los últimos meses, el futbolista considera que no ha recibido la atención y el cariño que sí ha dado la Federación Española a otros futbolistas que estaban en una situación parecida, como Le Normand, Laporte, Lamine Yamal o Stefan Bajcetic. Jugadores nacionalizados o que tenían que decidir entre España y otro país.
De hecho, según pudo saber este periódico, la RFEF cenó con varios de ellos para convencerles, como con Yamal. En el caso de Brahim, el futbolista argumenta que no ha recibido ningún mensaje, llamada ni interés de nadie de la Federación. Que directamente no han existido los contactos. En Las Rozas, sin embargo, la reflexión sobre los hechos es diferente. Este lunes el seleccionador Luis de la Fuente aseguró que no había hablado con Brahim, pero que "lo importante es querer, sin exigencias ni condiciones".
¿Qué exigencias había puesto Brahim sobre la mesa? ¿Cómo las sabe el seleccionador si, como dan a entender ambos, no hubo contactos? De un lado se desliza que había pedido ser un habitual en las listas e incluso asegurarse la Euro, algo que desde el entorno del futbolista se niega con contundencia.
El discurso interno de Brahim se centra de nuevo en la diferencia en el trato de la RFEF con otros futbolistas. "Cuando me llamó el seleccionador, la cosa fue muy rápida", dijo Le Normand en su primera rueda de prensa. Eso, insisten a este periódico, pedía el andaluz, una llamada que no se ha producido y que lo podría haber cambiado todo. De ahí el silencio del futbolista durante los últimos meses en cada zona mixta en la que le tocaba participar. "Estoy centrado en el Madrid", repetía. Estaba esperando un gesto que, según él, nunca llegó. Ahora ya es tarde y el jugador, que ya durante las últimas semanas había asumido que daría el "sí" a Marruecos, decidió el jueves que jugaría con ellos. Ahí será capitán general.
Quedan 24 horas para el encuentro del Real Madrid en Lille, el segundo en este nuevo formato de la Champions League, pero el runrún alrededor del conjunto blanco sigue derivando hacia el derbi del pasado domingo en el Metropolitano y a los incidentes provocados por los ultras del Frente Atlético. El técnico italiano se mostró muy contundente sobre los comentarios de Simeone, que pedía una sanción para Thibaut Courtois por provocar a los radicales que lanzaron objetos hacia su portería.
"Yo respeto la opinión de todos (en referencia a Simeone", pero el tema está claro. En el partido hubo actos violentos y los violentos no pueden estar en el fútbol ni en la sociedad. Lo que pasó lo han visto todos. Y sólo quiero decir eso: los violentos no deben estar en el fútbol ni en la sociedad", reflexionó Ancelotti, que no quiso responder sobre Courtois porque consideró que centrarse en la actitud del portero es "desviar el tiro".
Hablar de otras cosas cuando le cantan "Courtois, muérete" es desviar el tiro. El tiro es que los violentos no pueden estar en el fútbol. El fútbol no los necesita. Que se queden en otro lugar que no sea peligroso para nadie. Y hablo en general, sea un violento del Atlético, del Madrid, del Barça o del Villarreal, da igual. Que los violentos nos dejen en paz", insistió, y finalizó el tema: "No hay más que hablar".
El Madrid llega a Lille después de vencer en su primer encuentro ante el Stuttgart y con la necesidad de sumar en este nuevo formato de liga. "En este formato hay que sumar puntos. Ahora en el fútbol todos los partidos hay que lucharlos y competirlos", declaró, y reconoció que "se puede mejorar nuestro nivel".
El sustituto de Kroos
Sobre eso, el entrenador admitió que "no estamos encontrando quién puede sustituir a Kroos". "Es la verdad y tenemos que adaptarnos a su ausencia. Es insustituible y tenemos que encontrar otra manera de jugar. Y la encontraremos, sin duda", advirtió. "Puede ser que de momento no hemos mostrado todo nuestro potencial, pero estoy convencido que lo mostraremos".
Ancelotti también se refirió a Kylian Mbappé, que se perdió el derbi por una lesión muscular y parecía seguir en la enfermería hasta después del parón de selecciones, pero ha entrado en la convocatoria para el duelo en Lille. "Ha tenido una sobrecarga, que ahora con las tecnologías hablan de grado 1 o 2, pero es una sobrecarga. Ha recuperado bien y ha querido viajar, y viajar para jugar", matizó. "Se encuentra bien y vamos a ver el entrenamiento de hoy para ver cómo se encuentra". Eso sí, el italiano no quiere riesgos: "No vamos a tomar riesgos, si no hay riesgo jugará desde el primer minuto"
"Estoy agotado. Necesito un vino o una cerveza. Y este domingo el puro, seguro", bromeaba Carlo Ancelotti en los pasillos del Estadio de Wembley, una vez superada la celebración sobre el césped, la entrega de la copa, los compromisos con los medios oficiales, la rueda de prensa y la zona mixta. El técnico italiano, a sus 64 años, vivió otro partido después de la final de la Champions League. El Real Madrid, su Real Madrid, levantó la Decimoquinta con cierto sufrimiento pero mucha felicidad, dos palabras que el italiano ha repetido sin cesar durante esta temporada, y cuando el colegiado anunció el final se inició un nuevo partido en el estadio que tuvo de todo: fiesta, muchas fotos, muchas palabras, risas, cánticos e incluso alguna pelea. Veamos.
Las lágrimas de Courtois tras el pitido final fueron el comienzo de la fiesta. Bellingham saltó del banquillo sin control, dando saltos de alegría, y se sumó al corrillo que se había creado alrededor de Carvajal, Rüdiger y Nacho. Mientras, en el banquillo, tranquilo, Toni Kroos iba abrazando a todos los presentes y buscaba con la mirada a su compatriota Hummels, amigo de la selección. Para él fue su saludo más sincero y su primera pausa. Un señor hasta el final.
Kroos, a hombros.ADAM VAUGHANEFE
A unos metros comenzaban los bailes. Vinicius se acercó a celebrarlo con el fondo madridista mientras Tchouaméni y Camavinga bailaban y el resto cantaba ese "Cómo no te voy a querer" y los operarios de la UEFA preparaban el escenario para la entrega del trofeo, momento reservado para Zidane, que entregó la copa a Nacho. El francés y Gareth Bale fueron los ex que acompañaron al equipo. Todo quedó en familia.
Carvajal y Vinicius.ADAM VAUGHANEFE
Manteo, bailes, el capote...
Después de que el capitán elevara la orejona al cielo de Londres, la situación se descontroló. Los jugadores celebraron el triunfo en la zona del césped más cercana al fondo de la afición madridista y en el córner donde se congregaban la mayoría de los familiares de los futbolistas. Y desde un primer momento esa situación fue un problema, porque la seguridad del estadio no quería dejar pasar a los familiares al césped y los jugadores sólo querían celebrar con ellos.
Trabajadores del Madrid intentaron reconducir la situación mientras la fiesta seguía. Manteo a Ancelotti, baile con el italiano, Nacho con el capote torero, Kroos a hombros de Militao rodeado de sus compañeros en una imagen icónica... Y todos levantando la copa, incluido Jeremy de León, jugador del Castilla que ha viajado con el equipo en Champions para cuadrar el número de jugadores en los entrenamientos y al que en el vestuario llaman, con cariño, el "amuleto".
Rüdiger en la grada.Kiko HuescaEFE
A su lado, Rüdiger casi acaba con Modric. "¡Mi rodilla!", le tuvo que gritar el croata, en broma, al alemán cuando éste le cogió a hombros. "¡Seis, seis, seis, seis!", repetía como un loco el central, en referencia a las Champions ganadas por Luka.
Pelea entre la seguridad
En la grada, los miembros del club consiguieron convencer a la seguridad para que los familiares saltaran al campo, pero hubo algunos malentendidos y la situación se tornó en pelea. Trabajadores del departamento de seguridad del Madrid y de seguridad del estadio de Wembley (no de la UEFA) se enzarzaron en una discusión que llegó a las manos, con agarrones y empujones entre ellos. Todo porque no dejaron pasar a algunos familiares, lo que provocó el enfado de los futbolistas y del club. Los trabajadores del estadio argumentaban que esas personas no tenían la acreditación correspondiente y los propios futbolistas tuvieron que subir a los asientos a buscarlos. La situación continuó en el interior con varios operarios de seguridad de Wembley empujando contra las paredes del estadio a los de seguridad del Madrid. Un caos.
Bellingham y su familia.JUSTIN TALLISAFP
La madre de Bellingham, fan de Mourinho
En el césped, el hermano de Vinicius corría a abrazar a Bellingham, que le recibía como un familiar más. El inglés hizo de gancho entre su madre y Jose Mourinho, al que le pidió una foto con ella. "Mi madre es una gran fan de Jose desde hace años y le tuve que pedir que se sacara una foto con ella", explicaba el jugador, que le regaló la medalla de la Champions y la camiseta del partido a su madre. "Si la próxima temporada te enfrentas al Fenerbahce, relájate", le dijo el técnico portugués, que acaba de fichar por el conjunto turco.
Vinicius se acercó a la grada a saludar a su 'jefe', el rapero Jay-Z, propietario de la agencia de representación Roc Nation, que el pasado verano adquirió la empresa que lleva los negocios del brasileño. Fue uno de los VIP que se acercó a los jugadores, junto a otros como Lando Norris, piloto de Fórmula 1, que bajó al césped a sacarse fotos con varios futbolistas. En la portería, Camavinga, incansable, jugaba al fútbol con su hermano pequeño y con los hijos de otros compañeros. Tenía gas para más.
Vinicius.GLYN KIRKAFP
La fiesta se trasladó a la zona mixta y al autobús, donde Vinicius apareció ya con gafas de sol. No se las quitó en toda la noche mientras tarareaba canciones del Madrid. "Llega un momento que los jugadores del Madrid dicen 'ahora', y van y ganan", resumía Florentino Pérez en los pasillos. "Sin armar ruido, creo que hemos hecho una buena temporada", bromeaba el presidente.
Al lado del máximo responsable del club estaba Vinicius, que le pedía "que me renueve otra vez, quiero estar aquí para siempre". Toni Kroos, admitía que es "el final perfecto" para su carrera, Bellingham reconocía que "no es una temporada perfecta, nos faltó la Copa", y Modric recordaba que está "cansado de que hablen de la edad, yo me siento bien". Todo mientras desde el bus se escuchaban los golpes de las manos contra las ventanas. Ya había empezado la música que no se apagará hasta que termine la fiesta en Cibeles, este domingo por la noche.