El increíble Kuss, las traiciones en el Jumbo y un dominio insultante jamás visto

El increíble Kuss, las traiciones en el Jumbo y un dominio insultante jamás visto

Vuelta a España


Los nombres propios de 2023

Actualizado

El estadounidense, escoltado por sus compañeros Vingegaard y Roglic, triunfó en una Vuelta España que precedió a la ruptura del tridente del equipo neerlandés

Vingegaard, Kuss y Roglic, en la penúltima etapa de la Vuelta’23.Manu BruqueEFE

Morir de éxito tras una pugna interna impregnada de traiciones, envidias e impagos de deudas. La insultante jerarquía del Jumbo, lo nunca visto, degeneró en una escuadra fracturada por ambiciones desmedidas. El ciclismo, fiel reflejo de la vida misma.

Para saber más

El equipo neerlandés cerró en la Vuelta a España una temporada suprema, incomparable. El estadounidense Sepp Kuss, el danés Jonas Vingegaard y el esloveno Primoz Roglic ocuparon, respectivamente, las tres primeras plazas de la clasificación general. La foto del trío en el podio de Madrid ilustra una enorme gesta y rinde tributo a un corredor adornado por la virtud del sacrificio que se desprendió de sus complejos para conquistar una ronda increíble. Kuss siempre ejerció como un gregario ejemplar, protegiendo a Vingegaard en la pelea triunfal contra Tadej Pogacar en la dos últimas ediciones del Tour y en el segundo puesto de Grande Boucle de 2012. Ayudó como nadie a Roglic para vencer en el Giro de este año, en las Vueltas de 2019, 2020 y 2021 y en la consecución de la tercera plaza de la Corsa rosa de 2019.

El pasado verano, en la subida a Xorret de Catí, en la etapa 8ª de la Vuelta, Kuss se enfundó el maillot rojo de líder de la Vuelta y no lo soltó hasta Madrid. Lo que en principio todos consideraban un reconfortante premio para un ciclista generoso, poco a poco se convirtió en una solvente y novedosa apuesta ganadora. El norteamericano corría en el equipo más fuerte y contaba con el beneplácito de sus dos jefes de fila, a los que aliviaba del engorro de subir cada día a la ceremonia del podio y de la atención a la prensa. Un liderato consentido. Kuss comenzó a ganar confianza y a seducir al público. El héroe de los modestos. Una evolución inesperada que creó un cisma en el Jumbo: unos eran partidarios de dar rienda suelta al estadounidense y otros, de pararle y deja paso a Vingegaard y Roglic, más interesantes comercialmente.

El conflicto tuvo su cénit en el Angliru, sólo cuatro jornadas antes de la clausura de Madrid. El tridente del Jumbo se quedó solo en el último tramo del coloso asturiano. Lo que parecía otra ascensión triunfal del equipo amarillo de repente se transformó en una guerra. Roglic aceleró, dejó descolgado a su compañero. Vingegard se pegó a la rueda del esloveno. Kuss sufría mientras Roglic escalaba hacia la meta. Traición y respuesta de orgullo de Kuss, que en los últimos metros contó con la valiosa colaboración de Mikel Landa. Gracias al vasco pudo mantener el liderato con sólo 38 segundos de renta. Roglic, el villano, generó un debate sobre la jerarquía del equipo que pronto quedó cerrado a favor del estadounidense.

Roglic

«La prioridad era el equipo, en el Angliru debieron llegar juntos. Atacar para que otros trabajen está bien, pero atacarse entre compañeros es distinto», exclamó Merijn Zeeman, director deportivo de Jumbo. «El equipo ha decidido que Kuss ganase la Vuelta; yo tengo sensaciones encontradas al respecto», exclamó Roglic. Vingegaard discrepó: «Intentaremos ganar la Vuelta en Madrid con Kuss para devolverle lo que ha hecho por nosotros». Kuss se sintió atacado pero nunca perdió las formas: «Han sido días muy diferentes porque nunca esperaba estar en esta situación. No soy un ganador nato. La mayoría de los ganadores hoy en día tienen sangre fría para vencer, pero yo no la tengo».

La Vuelta coronó al gregario ejemplar y todo saltó por los aires. Roglic, desautorizado por sus directores, decidió abandonar el equipo para fichar por el Bora-Hansgrohe. Fin del tridente mágico, ese que rubricó una temporada magnífica. Kuus se anotó la Vuelta, Vingegard reeditó éxito en el Tour y Roglic se adjudicó el Giro. Un dominio absoluto que clausuró un lustro increíble, con cuatro victorias en la ronda española, dos en la francesa y una en la italiana. En sus filas también triunfaron, entre otros, Wout van Aert, Christophe Laporte y Steven Kruijswijk.

Un final de una temporada sin paragón que precede a la despedida de Jumbo como patrocinador. La cadena de supermercados neerlandesa se dio por satisfecha con la repercusión publicitaria obtenida desde 2018, cuando comenzó a invertir en el ciclismo. «Este patrocinio ha hecho que se conozca mucho nuestra marca, pero ya hemos ganado todo lo que hay que ganar. Invertimos anualmente más de 20 millones de euros en patrocinios deportivos. No podemos devolver ese dinero al cliente, ni invertirlo en sostenibilidad o salud», advirtió el responsable de la firma, Ton van Veen. A partir de ahora, el Jumbo-Visma se llama Visma-Lease a Bike.

Ganó el inesperado Sepp Kuss y todo desembocó en un cambio impredecible. La vida misma.

kpd