La organización del Mundial de F1 estudia si correr o no este domingo en la Emilia Romaña, una zona de Italia en alerta roja por las lluvias torrenciales
Lluvia, lluvia y más lluvia. Desde la semana pasada, el ciclón Minerva azota el centro de Italia, donde el desbordamiento de varios ríos ha provocado daños materiales y ha obligado a evacuar poblaciones. En ese escenario, este fin de semana, llega la Fórmula 1. El domingo, en el circuito de Imola debería celebrarse el sexto Gran Premio de la temporada, pero la organización del Mundial y las autoridades locales estudian este miércoles su cancelación. El cielo deja poco margen.
En primer lugar porque el trazado podría estar impracticable. El río Santerno casi bordea el asfalto y su crecida ya ha inundado la zona baja del recinto, donde se había instalado el paddock de la Fórmula 2. Ahora mismo la zona central del circuito no está abnegada, pero el acceso al mismo está cerrado y no se puede trabajar: los motorhomes están por montar, los mecánicos no pueden instalarse…
Inundaciones en Italia por las fuertes lluvias torrencialesEL MUNDO
Si la tormenta amaina, sería posible correr con un ajuste del programa, quizá suspendiendo los primeros entrenamientos libres, pero las autoridades locales temen por la llegada de aficionados. En las próximas horas, miles de fans de la Fórmula 1 aterrizarán en los alrededores de Bolonia y allí hay varias carreteras cortadas e incluso algunos pueblos evacuados. En una zona de alerta roja, la cancelación del Gran Premio es una posibilidad sobre la mesa.
Tour de Francia
6ª etapa (Tarbes - Cauterets-Cambasque)
LUCAS SÁEZ-BRAVO
Enviado especial
@LucasSaezBravo
Cauterets
Actualizado Jueves,
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julio
2023
-
18:47Ver 15 comentariosEl esloveno, que resistió...
AMADEU GARCÍA
@amd_garcia
Actualizado Jueves,
13
julio
2023
-
23:32El Barça necesita vender jugadores para facilitar tanto la inscripción de sus últimas...
Esta España espesa, pesadota, más bien gris, del mes de marzo terminó pasando a la Final Four de la Liga de Naciones, la tercera consecutiva, donde defenderá título enfrentándose a Francia en la semifinal, gracias a una agónica tanda de penaltis que resolvió un partido divertido, con un montón de goles y con mucho por mejorar para un equipo que, sin embargo, casi siempre gana. Por las buenas, por las malas o por las regulares, como ayer, pero el caso es que gana. Pedri metió el último lanzamiento y sonó la música de Raphael. Pues nada, a bailar, que esto del fútbol va de ganar. Y España (casi) siempre gana.
De la Fuente hizo tres cambios respecto al partido de ida. Dani Olmo por Pedri, Mingueza por Pedro Porro y Oyarzabal por Morata. Países Bajos sólo uno. Entró Maatsen por el sancionado Hato. Y el partido fue bastante parecido en su primera parte a lo visto en Rotterdam. España, en un buen inicio, se encontró con el gol en el mismo minuto que en la ida, aunque de forma diferente. Si allí fue una buena jugada colectiva culminada por Nico, ayer fue una buena jugada colectiva culminada con un pentalti tan claro como infantil de Van Hecke, que se llevó por delante a Oyarzabal con el delantero español de espaldas a la portería y con muy pocas opciones de hacer nada.
Precisamente Oyarzabal fue quien marcó el penalti, y al igual que el jueves, pudo España haber sentenciado el partido ahí. En De Kuip fue un cabezazo de Morata que se marchó fuera y ayer fue un mano a mano que Verbruggen le sacó a Nico después de un pase maravilloso de Huijsen. Porque esa fue otra de las noticias de la noche. El central de origen holandés ha venido para quedarse. Laporte todavía es mucho Laporte, y seguramente si vuelve a estar disponible será el titular, pero...
El chico, espigado, desmadejado, maneja la pelota con mucha soltura. Está bien colocado, se anticipa casi siempre a las jugadas y ofrece esa sensación que ofrecen los buenos futbolistas sea cual sea su posición en el campo: que juegan sobrados. Tuvo tiempo de filtrar otro pase a Nico y otro más a Cucurella. La vida iba cuesta abajo para España.
Pedri celebra el penalti que dio la clasificación a España.JOSE JORDANAFP
Sin embargo la cosa devino en un tostón. Países Bajos volvió a coger el balón, igual que en la ida. Pero aquí sí que había una gran diferencia. Si en Rotterdam empezó a generar sensación de peligro enseguida, ayer lo más parecido a una ocasión de gol fue un tiro liviano de Kluivert que paró Unai mientras ojeaba el móvil, pues iba muy flojito. España fue un equipo más corto que en Rotterdam, y ahí el equipo de Koeman sufrió para encontrar los pasillos interiores y, de ahí, sacar el balón a las bandas, mejor defendidas esta vez.
Tras el descanso, y después de tener otra opción clara, el árbitro señaló como penalti un forcejeo que pareció más bien poco entre Le Normand y Depay, que devolvió la eliminatoria a donde había empezado. El mismo delantero, recuperado parece ser en Brasil, estuvo a punto de hacer el segundo, pero lo evitó Unai con una parada estupenda. La noche comenzaba a ponerse divertida. El problema de la selección era, entre alguna otra cosa, que con Oyarzabal jugando arriba, los centrales vivían muy cómodos. No tenían ni un delantero corpulento para que les disputara los despejes ni uno rápido que les hiciese correr para atrás, de modo que España no era capaz de estirarse como hace otras veces.
La única vez que lo consiguió, eso sí, fue para ponerse otra vez por delante. Una cabalgada de Nico dejó a Oyarzabal frente a Verbruggen y, con algo de fortuna, la metió. Eso sí, como el diagnóstico era obvio, De la Fuente no dejó ni sacar de centro para quitar del campo al jugador de la Real y meter a Ferran, un tipo rapidísimo que, con la noche como estaba, podía disfrutar como un niño. No fue tal el disfrute pues no fue capaz la selección de encontrarle ni él de hacerse ver. Resultó intrascendente.
Tampoco Holanda era capaz de generar demasiado, y de no haber sido por un error grosero de Dani Olmo en la salida del balón quizá hubiese podido mantener la ventaja. No fue así. Luego, en la prórroga, apareció, al fin, Lamine, desaparecido hasta ese momento, pero otro error defensivo en la salida de la pelota envió las cosas a los penaltis, donde España logró sobrevivir. Y ganar, que es de lo que se trata. En los días buenos y en los días malos. Y en los regulares también.