El Comité de Disciplina de la FIFA sostiene que Luis Rubiales, ex presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), “dañó considerablemente la integridad y la reputación del fútbol” hasta el punto de ocasionarle un “perjuicio irreparable” c
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El japonés Toshikazu Yamanishi y la italiana Antonella Palmisano lograron este domingo la victoria en la tercera edición del Gran Premio Internacional Madrid Marcha, que se ha desarrollado por la Gran Vía sobre un recorrido de 10 kilómetros ante multitud de aficionados y que antes de su inicio ha brindado un homenaje al campeón olímpico Álvaro Martín.
Toshikazu Yamanishi, doble campeón mundial de 20 km marcha, se ha presentado en Madrid como uno de los grandes favoritos y sobre el asfalto de la Gran Vía ha dominado la carrera de principio a fin hasta parar el crono en 40:00, entrando a la meta en solitario.
El nipón, que no pudo defender su bronce olímpico en París ya que fue descalificado en las pruebas previas de selección, ha demostrado el gran momento de forma que mantiene dando un recital en Madrid sin dar opción a sus rivales en el circuito urbano homologado de un kilómetro, al que dieron diez vueltas, por la Gran Vía madrileña entre la Plaza de Callao y el edificio de Telefónica.
"Estoy contento porque me he sentido realmente bien y he podido hacer un muy buen registro, en un año un tanto especial. No pude competir en los Juegos Olímpicos de París, pero creo que eso, al mismo tiempo, me ha servido para poder ganar en Madrid, que es un sitio especial, como lo es también la Gran Vía", ha dicho Yamanishi, al término de la prueba.
El podio femenino, con la italiana Antonella Palmisano en el primer puesto.ZIPI ARAGONEFE
Segundo ha concluido el italiano Francesco Fortunato, bronce en los últimos Europeos de Roma, que ha hecho 40:18, y tercero ha finalizado el español Diego García Carrera, que ha registrado 40:44 y ha sido uno de los marchadores más aclamados por la afición española, que también ha visto entrar en meta Marc Tur, séptimo (42:18), y Álvaro López, octavo (42:26).
En la categoría femenina, la 'reina' en la Gran Vía madrileña ha sido Antonella Palmisano, campeona olímpica en 2020 y vigente campeona europea. La italiana, que se retiró en el kilómetro 13 en los Juegos Olímpicos de París y fue sexta junto a Massimo Stano en el relevo mixto, ha liderado la prueba también desde el principio y ha entrado en meta en 44:02.
Por detrás, segunda a más de un minuto, la ucraniana Mariia Sackaruk (45:03), y tercera la costarricense Noelia Vargas (45:17). La primera española ha sido Raquel González, cuarta con 46:35, mientras que la colombiana Sandra Lorena Arenas, plata en Tokio, ha sido quinta con 47:03.
La organización del Gran Premio Internacional Madrid Marcha Silbö Telecom ha querido brindar un homenaje al español Álvaro Martín, poseedor de la triple corona de oros (mundial, europea y olímpica), que ha recibido el cariño del mundo de la marcha y de numerosos aficionados que han acudido a la Gran Vía madrileña y que no han dejado de pedirle fotos y autógrafos.
El extremeño, con su habitual cercanía, ha respondido atendiendo a todos ellos. "Hoy es un día especial por este reconocimiento y también porque es la primera competición que veo desde fuera tras mi retirada. Me siento bien, satisfecho y realizado", ha dicho el deportista de Llerena, al que han obsequiado con una placa y que ha sido el encargado de dar el pistoletazo de salida.
Los que no terminaron la prueba fueron el español Paul McGrath y el sueco Perseus Karlstrom, que se retiraron en la primera vuelta, y la española Laura García Caro, que lo hizo en la sexta.
La primera edición de esta competición la ganaron en 2022 la china Shijie Qieyang y Perseus Karlstrom y la segunda la china Jiayu Yang y el italiano Francesco Fortunato.
El Galatasaray en el que milita Álvaro Morata, que jugó los últimos cinco minutos, alcanzó las semifinales de la Copa de Turquía tras vencer al Fenerbahce de Jose Mourinho (1-2). El duelo estuvo cargado de tensión, especialmente en los últimos minutos, con tres expulsados y la agresión del técnico portugués al entrenador rival Okan Buruk.
El conjunto visitante aprovechó el acierto de Osimhen, que hizo los dos goles, para clasificarse a semifinales, donde jugará contra el Konyaspor.
El nigeriano anotó el primero de los tantos en el Ulker Stadium Sukru Saracoglu a los diez minutos tras recibir un balón de Baris Yilmaz e hizo el segundo en el minuto 28, de penalti, señalado por una mano dentro del área del serbio Filip Kostic.
En el añadido de la primera mitad, el Fenerbahce acortó distancias después de que el polaco Sebastian Szymanski batiera a Gunay Guvenc
Morata, suplente al principio, saltó al campo en el minuto 85 en lugar de Osimhen.
Tensión al final
En el tramo final la tensión invadió el terreno de juego y también los aledaños de los banquillos. Los jugadores se enzarzaron en el césped primero y después, entre los suplentes, fue necesaria la presencia de las fuerzas de seguridad para separar a los componentes de ambos equipos.
El árbitro solventó la situación con la expulsión de Karem Demirbay y Baris Alper Yilmaz del Galatasaray y Mert Yandas, del Fenerbahce, todos fuera del terreno de juego. El choque estuvo detenido unos minutos y el alargue se extendió hasta los 15 minutos.
Después del pitido final, Mourinho agarró la cara del técnico rival, Buruk, apretándole la nariz. Una acción que recordó a la famosa situación entre el portugués y Tito Vilanova durante un Barça-Madrid, cuando el luso le puso un dedo en el ojo a Vilanova. El entrenador turco se desplomó inmediatamente sobre el terreno de juego, según las imágenes difundidas por los medios de comunicación turcos, y al portugués le podría caer una sanción muy importante... Y no sería la primera.
El luso, que llegó a Turquía el pasado verano, fue suspendido cuatro partidos y multado a finales de febrero por unos comentarios realizados tras un partido de liga contra el Galatasaray. El ex entrenador del Chelsea, Real Madrid y Manchester United acusó de parcialidad al cuarto árbitro del partido, y a través de él a todos los árbitros turcos, y afirmó que el banquillo del Galatasaray había "saltado como monos" como reacción a una decisión arbitral. Estas declaraciones le valieron acusaciones de racismo por parte del Galatasaray, que él negó, pero que volvieron a poner el foco sobre su persona.