El sábado, un rebufo involuntario de Nico Hulkenberg había regalado unas centésimas a Max Verstappen, decisivas en su lucha por la pole. De modo que Aston Martin, en busca de la vuelta rápida, quiso sincronizar a sus pilotos durante las tres últimas vueltas en Imola. Sin embargo, Fernando Alonso y Lance Stroll ni siquiera lograron ponerse de acuerdo para arrebatar el bonus a George Russell (1:18.589).
Con este malentendido, la escudería de Silverstone echó el cierre a un nefasto fin de semana en el Autodromo Enzo e Dino Ferrari. “Hemos intentado dar más información y más datos al equipo, con con dos reglajes diferentes en los coches”, admitió el bicampeón mundial.
Un domingo de contrastes extremos y numerosos contratiempos incluido el conato de incendio en el monoplaza de Alonso. En la séptima vuelta, nada más cumplir con su pit-stop, el asturiano se vio a un paso del abandono por culpa de su freno delantero izquierdo. “No sabía exactamente qué era. Luego vi que eran los frenos, pero este pit-lane es muy largo y no podía quitar el limitador. Sabía que cuando lo quitase se refrigerarían, pero se me hizo largo”, comentó el doble ganador de las 24 Horas de Le Mans.
“Demasiados botes”
Sólo la propia velocidad del coche sofocó las llamas en un monoplaza que desde el viernes había sufrido todo tipo de contratiempos. Los paseos por la grava del viernes y el feo accidente durante la última sesión libre condenaron a Alonso. Así que Mike Krack, team principal de Aston Martin, tuvo que poner en pista dos coches casi antagónicos.
El paquete aerodinámico del asturiano incluía nuevas suspensiones. Y el confiaba en que, con aire limpio por delante, pudiese mantener un ritmo competitivo. Sin embargo, la bofetada de realidad fue más dura de lo esperado. Durante su relevo con el compuesto duro, que apuraría durante 33 vueltas, Fernando no pudo sostener el ritmo de Valtteri Bottas (Sauber).
“El coche da demasiados botes”, lamentó Fernando por radio, sobre el set-up elegido. Después de las 63 vueltas a orillas del Santerno, el ritmo del ovetense fue 34 centésimas más lento de promedio que el de Lance Stroll. Tras 29 carreras juntos, el canadiense ganó por sexta vez el cara a cara en carrera. Y nunca, en este año y medio, la distancia en la meta había sido tan favorable para el canadiense.
Si algunas cifras bastan para aclarar lo sucedido, baste recordar que Stroll estiró su primer relevo con los medios durante 37 vueltas, para cerrar las 26 últimas con el duro. Asimismo, Alonso cruzó la bandera a cuadros a 24 segundos de Logan Sargeant (Williams) y a 18 del ya mencionado Bottas. En menos de una semana, Aston Martin necesitará un giro radical para no pasar otro trago por el estilo en las calles de Mónaco.