Copa del Rey
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El modesto equipo (2ª RFEF) realizó un polémico viaje para promocionar la construcción de un centro budista en Cáceres que incluirá una estatua de Buda de 47 metros. El Madrid, que viaja en autobús, lo hace sin Courtois, Benzema, Kroos y Modric, que descansan
«Quizás no ha sido lo más idóneo para preparar el partido», reconoce Julio Cobos, entrenador del Cacereño, equipo de la Segunda Federación y rival del Real Madrid esta noche (21.00 horas,-TVE1) en los en los 16º de final de la Copa del Rey. La plantilla extremeña aterrizó en Barajas el día de Nochevieja tras 12 horas de vuelo procedente de Nepal, donde recaló una semana para disputar dos encuentros amistosos con el fin de promocionar la creación del mayor centro budista de occidente que tiene previsto construirse en la capital cacereña. Hasta allí se desplaza en autocar (296 kilómetros) el Real Madrid debido a los problemas de comunicaciones que padece Extremadura. El equipo blanco regresará a la capital de España una vez finalice el choque: «A mí me gusta mucho el autobús, estoy encantado. Así puedo ver algo de España, que no la conozco tan bien como Italia. Es un momento para disfrutar de este maravilloso país», advirtió, siempre afable, un Carlo Ancelotti que da descanso a titulares como Courtois, Carvajal, Kross, Modric o Benzema.
Se trata, pues, de un partido marcado por las largas travesías. En el bando extremeño, Cobos reconoce que tras la gira asiática sus jugadores están cansados, aunque no lo pone como excusa: la motivación que supone jugar «ante el mejor equipo del mundo» provocará que salgan a competir «al 200 por cien y se dejen el alma». El técnico antepuso el «bien del club» a la planificación deportiva de esta histórica eliminatoria copera, consciente de que el emparejamiento ha servido para publicitar como nunca el templo budista que incluye una estatua de Buda, sentado, de 47 metros, la más grande del mundo, con un peso de 1.600 kilos, superando a la de Hong Kong.
Una expedición de 50 personas
La entidad responsable de dicha construcción, la Fundación Lumbini Garden, en colaboración entre el Ayuntamiento de Cáceres y la Junta de Extremadura, programó sendos partidos contra la sección absoluta de este país asiático y también con la sub-21, con victoria del Cacereño por 0-3 y 1-2, respectivamente. La expedición, de 50 personas, fue recibida por la presidenta de Nepal, Bidya Devi Bhandari.
El lugar elegido es el monte Arropez, a las afueras del casco urbano, que incluye 800 metros cuadrados protegidos medioambientalmente (zona ZEPA) y justo al lado de dos canteras con licencias en vigor que hacen voladuras de entre 20.000 y 30.000 kilos de dinamita a la semana. Además, el paraje se encuentra dentro de la zona de protección delimitada por el Ministerio de Defensa para el campo de tiro del Cefof, el cuartel militar de la ciudad.
El reciente viaje a Asia de la semana se publicitó con el lema Fútbol por la Paz con el fin de esquivar las críticas surgidas desde el pasado mes de septiembre al conocerse, como publicó EL MUNDO, que una expedición de la fundación promotora hispano-nepalí organizara una expedición de 12 días a las minas de Mandalay, en Myanmar, antigua Birmania. Se trataba de comprobar in situ los procesos constructivos de las estatuas de jade blanco de donde saldrán las piedras para la construcción del Buda. El problema es que las empresas que explotan dichas minas están vinculadas con el ejército que dio un golpe de Estado en este país, lo que obligó al exilio obligado de los principales líderes democráticos.
La polémica acompaña desde entonces al proyecto, que cuenta con financiación pública (281.229 euros más otros 50.000 en los presupuestos regionales de la Junta en 2023) para un construir un gran Buda de la Paz, aunque manchado de sangre. Los partidos políticos de la oposición municipal (PP y Podemos) pidieron explicaciones, porque además la expedición se reunió con miembros de la Junta Militar golpista, en concreto, con el ministro de Turismo birmano, Htay Aung. A finales de noviembre, y encabezado por el alcalde de Cáceres, Luis Salaya, se organizó otro viaje institucional para mantener una audiencia con el rey de Bután (país de Asía del Sur) para buscar nuevas vías de financiación.
El partido contra el Real Madrid ha levantado una enorme expectación, mucho más que el gigantesco Buda. Nada más conocerse el resultado del sorteo, el club extremeño amplió la capacidad de aforo del estadio hasta los 14.000 espectadores, al incluirse gradas supletorias en ambos fondos y en tribuna. Las localidades -con prioridad para socios y patrocinadores- se agotaron a las pocas horas de ponerse a la venta (100 euros la más cara).
En sus 103 años de historia, el equipo cacereño jamás había jugado ante tantos aficionados. Sólo un encuentro entre España y Rumanía, en abril de 1991, congregó más espectadores (16.000) en el estadio Príncipe Felipe, donde jugó el cacereño Manolo, entonces delantero del Atlético de Madrid. El césped del estadio Príncipe Felipe, sin estar en perfecto estado, presentará una mejor impresión que en el anterior partido contra el Girona, el 22 de diciembre, en el que el Cacereño logró clasificarse (2-1). A la espera de los beneficios que genere el Buda gigante, el partido, según el presidente Carlos Ordoñez, «salvará económicamente temporada y media».