LaLiga Santander
Athletic 1 Villarreal 0
El técnico cántabro paga en San Mamés y frente al Athletic de Valverde las disfunciones de su ideario en su regreso a la Liga con el Villarreal
Todo análisis en el que esté involucrado Quique Setién acaba en el mismo punto: el peso de un ideario convertido en relato en sí mismo y que, a menudo, trasciende la realidad del fútbol para arrimarse al realismo mágico.
A Setién le contaron los pases que dio el Barcelona el día de su debut en el Camp Nou (1.005). Aquel sueño acabó medio año después en el derrumbe de Lisboa (2-8). En su regreso ayer a los banquillos de la Liga, su Villarreal completó 441 pases y alcanzó el 57% de posesión, cuando la media con el entrenador a quien sustituye, Unai Emery, era del 50%. Poco importó porque no hubo respuesta en San Mamés. Ernesto Valverde, a quien Setién suplió en el Barça, no tuvo más que echar a sus jugadores a la presión para desatar el terror en la salida de balón castellonense.
Hasta 19 veces disparó el Athletic por seis un Villarreal que, tras un inicio correcto que duró 25 minutos (capital fue la lesión de Lo Celso), apenas volvió al área de Unai Simón.
Todo fue demasiado sencillo para un Athletic que llevaba cuatro partidos sin ganar. Valverde suplió la baja de Muniain con Raúl García. Y éste se pasó el partido encima de Dani Parejo, a quien Setién había pedido que diera unos pasos atrás y sacara la pelota desde el área. El resultado no fue el esperado por el cántabro. El mediocentro, incrustado entre los centrales, no solo fue borrado en la retaguardia, sino que no pudo tener ya influencia en la zona ofensiva. Trigueros, el sustituto de Lo Celso, fue superado una y otra vez por el empuje físico de un Athletic que robaba y atacaba cuanto quería.
La desconexión de Parejo
Desconectado Parejo, a Pau Torres y Mandi -sustituto de Albiol, con molestias en la rodilla y capital para Emery- les tocó la ingrata tarea de salir con limpieza desde atrás. No solo no lo consiguieron, sino que sus constantes errores no fueron más que el prólogo de la catarata de ocasiones del Athletic.
El portero Gerónimo Rulli hizo cuanto pudo (seis paradas dejó en el balance). Pero ya no pudo detener a Iñaki Williams en un uno contra uno al inicio del segundo tiempo. Sólo pudo lamentar Valverde la escasa efectividad de sus futbolistas, pese a que el Villarreal fue incapaz de conectar con ninguno de sus delanteros (Chukwueze, Danjuma y Morales al amanecer; Yeremy Pino y Nicolas Jackson en el ocaso).
«El parón del Mundial nos vendrá muy bien. Hasta entonces, sufriremos porque vamos un poco justos», admitió a la conclusión del encuentro Setién quien, a continuación, llevó el debate a su terreno: «Podemos quedarnos con la salida de balón que tuvimos durante los primeros 30 minutos (…). Hay que tratar de que los jugadores se familiaricen con los matices y la propuesta. Esto no lo han estado haciendo y ahora van a empezar».
Cree Setién que en el Barcelona no fue él. En el Villarreal, al menos, ya ha marcado el camino.