Alguien gritó al pie del autobús, “¡Esa no, esa no, la otra. Patri, la otra!”. Mientras Cristina Martín-Prieto no soltaba el bombo que animaba la fiesta, los fisios, megáfono en mano que a saber de dónde salió, comenzaron a cantar ‘La morocha‘, la canción de la temporada en todos los vestuarios. Del autobús donde se refugiaban de la lluvia que caía en la noche de Zúrich bajaron todas las jugadoras a cantar y festejar.
Pero alguien pensó que no, que la noche en que España hacía historia derribando dos muros, el de Alemania, a quien nunca había vencido, y el de alcanzar una final de la Eurocopa, merecía otra banda sonora. Bajó Patri Guijarro, tan dueña de la playlist del vestuario como del equilibrio de esta selección, y con un altavoz que sujetaba Adriana Nanclares, pinchó El principio de todo. La La Love You y Samuraï pusieron a bailar a un equipo que vuelve a ser el principio de todo.
“Hemos vuelto a hacer historia. Estamos en la final ganando a Alemania. Es un orgullo pertenecer a esta generación de futbolistas que estamos viviendo tantos logros”, decía Aitana con el MVP, el segundo consecutivo, en la mano. A ella y a Cata Coll les tocó ser protagonistas en este partido y al inicio de la concentración. Meningitis y amigdalitis se colaron en el equipo, pero no impidieron que las dos buscaran su momento.
Olga Carmona y Cata Coll, ayer.AFP
“A veces la vida da la vuelta y te da una alegría”, recordaba la Balón de Oro. “Así lo ha querido el destino. Y me alegro porque las dos se lo merecen”, decía Irene Paredes, que tampoco dudó en unirse a una fiesta que se prometía larga. “En el vestuario la están rompiendo. Nos queda un trayecto largo de bus hasta Lausana y espero que no haya silencio, porque la ocasión lo merece”, reclamaba Aitana en las entrañas del Letzigrund. Martín-Prieto le tomó la palabra y, pese a que rompió la cinta del bombo que le prestaron los aficionados, siguió aporreándolo sin descanso mientras Cata le acompaña a las palmas.
“¿Dónde está la cerveza?“, se preguntaba la guardameta, que disfruto del gol de Aitana y de su parada en el minuto 90. A por ella fueron a la carrera Nanclares, que sabe lo que eso significa, y Vicky López. No fue la capitana, pero se lo reconoció. “Fueron dos paradas de valor gol“, decía Irene. Así que la cerveza se la tenía bien ganada.
Del “momento delicado” al trabajo de Tomé
Junto a las jugadoras, sin mirar demasiado pero con una sonrisa, pasó Montse Tomé camino de la parte delantera del autobús. Fue una noche en la que, por primera vez, la entrenadora contenida dio muestras de emoción. “Me siento realizada, feliz, siento que el trabajo ha dado su fruto. Hemos hecho un grupo muy bueno. Entramos en un momento delicado y, con trabajo y con tiempo, le hemos dado la vuelta. Hemos dedicado muchísimo tiempo para ver qué tecla tocar y poder acompañar a las futbolistas como se merecen”, destacó.
Tomé, celebra el gol en el banquillo.
“Hemos dado un salto a todos los niveles. Las jugadoras son cada vez más competitivas y más fuertes mentalmente. Hoy hemos sufrido, pero ellas han sabido jugar y siempre he sentido confianza absoluta en este equipo”, destacó la seleccionadora, que por si acaso tenía apuntados los penaltis.
“La hoja de cinco nombres la teníamos antes del partido. Teníamos una lista para los 90 minutos y otra para la tanda. Pero no ha hecho falta. Alemania no nos lo ha puesto fácil, pero hemos visto la foto que queríamos: todas en bloque bajo defendiendo [el gol de Aitana] porque teníamos que estar ahí”, relató. Esa hoja con los nombres espera romperla tras ganar la final a Inglaterra.