Mundial femenino
“En mi equipo éramos cuatro o cinco jugadores negras y algunos padres del otro equipo nos empezaron a insultar”, recuerda Danila So Delgado sobre un incidente cuando era alevín.
«Recuerdo un partido cuando tenía 11 o 12 años, en el segundo año de alevín, en Casetas, un barrio de Zaragoza. En mi equipo éramos cuatro o cinco jugadores negras y algunos padres del otro equipo nos empezaron a insultar, era vejatorio. Con esa edad no sabíamos qué hacer y mi padre tuvo un encontronazo. Por suerte en el deporte no lo he vivido muchas veces, pero el racismo todavía existe en España, no se puede negar. Sólo hay que ver el fútbol y lo que ocurre tantas veces con Vinicius».
España empieza este miércoles el Mundial femenino de balonmano ante Kazajistán (20.30 horas, Teledeporte) y una de las nuevas referentes de la selección es Danila So Delgado, de 22 años, la mejor lateral derecho de la pasada Liga Guerreras Iberdrola y negra, en lucha contra la discriminación desde que no sabía qué era. Formada en el Balonmano Colores, un equipo de Zaragoza creado para integrar a las personas racializadas, su sola presencia en la élite ya es ejemplo.
«He jugado partidos mejores y peores, pero siempre que veo a una niña negra me está mirando con brillo en los ojos, con ilusión. A mí me pasaba lo mismo», recuerda.
- ¿A quién miraba?
- A Shandy Barbosa, sobre todo. Empecé a jugar a balonmano para estar con mis amigas, no me gustaba, pero me enganché viendo a la selección en 2013 y 2014. Veía a Shandy y le decía a mi padre que quería ser como ella. Me parece muy importante que haya jugadoras negras en la selección que sirvan de espejo.
So Delgado, nacida en Lisboa y criada en Zaragoza desde bebé, siempre estuvo llamada a ser internacional, pero de fútbol. Tanto su padre, Danilo, electricista, como su madre, Edy, reponedora, jugaron en la selección de Guinea Bissau, su país de nacimiento, y sus dos hermanos pequeños son hoy en día futbolistas. Uno de ellos, Sidney, juega en el cadete A del Barcelona, vive en La Masía y ha sido convocado por la España sub-15. Pero ella optó por el balonmano. O mejor dicho el balonmano la eligió.
«Como no me gustaba, pensé en dejarlo y entonces me ayudó mucho que me llamaran para la selección de Aragón, ver que no era tan torpe como creía, darme cuenta que se me daba bien», recuerda la lateral que hoy mide 1,75 metros, pero que fue de las más pequeñas de sus equipos hasta los 15 o 16 años, algo que se nota en su juego.
Con la potencia como argumento, este verano debutó con España anotando seis goles y en este Mundial ya es responsable. Las bajas de la propia Barbosa, Seynabou Mbengue y Jennifer Gutiérrez hacen que la selección que dirige Ambrós Martín sea jovencísima, con sólo una jugadora por encima de las 100 internacionalidades, Lara González. «Echo mucho en falta a las veteranas, porque te hacen sentir más segura, pero es una oportunidad de las jóvenes para redimirnos», proclama So Delgado, con el pasado Europeo en la cabeza.
Entonces el equipo no pudo luchar por las medallas, aunque en los dos Mundiales sí lo hizo, en semifinales en ambas citas. «Será fundamental la defensa», analiza la lateral, licenciada en Criminología, amante del baile y, desde ya, un ejemplo para las niñas negras.