El Atlético se da un festín con Julián como nueva estrella

El Atlético se da un festín con Julián como nueva estrella

Sonaba raro. Un once sin Griezmann y más en Champions es algo inusual. Tampoco estaba Koke, capitán y enseña del Atlético. La ausencia combinada es histórica y, quizás también, fuera un mensaje del Cholo a propios y a extraños. No hay nadie intocable, porque el técnico argentino sabe que no hay partido pequeño en esta loca Champions en la que el Brest compite por el segundo puesto y el PSG está fuera de los equipos clasificados. [Narración y estadísticas, 0-6]

Pero este lo fue, o lo hizo pequeño el propio Atlético, con sus mejores 90 minutos de la temporada y con la mayor goleada a domicilio de su historia en Europa. Fue un ciclón y Julián Álvarez, el que sopló las velas.

No obstante, el primer aviso lo dio el Sparta tras un error en salida de balón de Llorente. Kairinen disparó flojo, pero no había transcurrido un minuto del tiempo reglamentario. Toda precaución es poca ante un equipo que ha competido todos los partidos de esta Champions salvo en su visita a Manchester, que se llevó una manita del City de Guardiola. Pues el equipo defensivo de Simeone le hizo uno más y en su casa.

El Atlético respondió a la presión checa con más presión. Y fruto de ella devolvió el peligro al Sparta. Le faltó flequillo a Giuliano para peinar el buen centro de De Paul. En las botas del mediocentro argentino debía de estar la creatividad en tres cuartos a falta de la presencia del francés. Pero el espectáculo estaba en las de otro.

Julián Álvarez decidió opositar a futura estrella rojiblanca con un libre directo al borde del área tras una falta que le hicieron a él mismo. Una especie de gol tipo “hazlo tú mismo” que rompía una racha de 15 años sin goles de falta en el Atlético de Madrid. Vindahl ayudó, desde luego, haciendo la estatua ante un disparo que se coló centrado en su portería pasado el primer cuarto de hora de juego.

Los rojiblancos crecieron con el gol. Se instalaron en campo contrario y manejaron la batuta del juego en el epet Arena. Encima se rompió Haraslin, el mejor jugador de los checos, que salía entre lágrimas llevándose la mano a la parte trasera del muslo izquierdo. La brisa desde el río Moldava soplaba a favor del barco rojiblanco.

Y pudo convertirse en huracán ya en la primera parte si Sorloth aprovecha el pase en profundidad de Julián tras un error tremendo del conjunto checo. Lo hizo bien el noruego con un primer recorte para librarse del central, pero su disparo permitió la redención de Vindahl, con una buena parada abajo.

El problema fue que decidió hacer un control+Z en la jugada siguiente. Un centro blando de Llorente en segunda jugada se envenenó con destino la portería checa. Sorloth pasó por allí y su salto engañó a Vindahl, que llegó al partido de las siete menos cuarto sin merendar y decidió meterse un banquete antes de la media parte, los postres llegaron en la segunda.

Tras los vestuarios se proyectó la misma película. Un chispazo checo inicial y la respuesta fulgurante del Atlético. En esta ocasión fue Simeone Jr el que vio como su disparo era rechazado por el portero checo tras una contra bien conducida por Sorloth. Pero no pudo con el de Julián, cinco minutos después, con el Cholito en esta ocasión como asistente. Una pared a toda velocidad la culminó la Araña tras un gran control orientado.

Goles son amores

Griezmann se unió a la fiesta goleadora. Lo hizo tras ingresar por Sorloth. Aunque el noruego esté más necesitado de minutos, el Cholo siempre ha sido muy de galones y el francés es capitán general. Si además, la primera que tiene la mete para dentro, como para protestar las decisiones del argentino.

Seis de seis del Atlético desde la deshonrosa derrota ante el Betis en Liga. Tuercas bien apretadas para los jugadores rojiblancos tanto en la competición doméstica como en Champions. En Europa, además, se rehacen de la goleada de Lisboa. No va a ser baladí la diferencia goleadora en este torneo tan igualado. De hecho, aún anotó otros dos Correa para incrementar los tantos a favor tras una contra y un eslalon en un baldosín con varios rebotes. Esa maniobra lleva su firma, pero el partido, la de Julián.

kpd