El agitador Correa desatasca al Atlético en San Mamés

El agitador Correa desatasca al Atlético en San Mamés

Correa se ha disfrazado de agitador y le sienta bien. Hay jugadores que apenas necesitan toca la pelota un par de veces para tumbar a un rival. Es un don y el argentino lo tiene. En San Mamés apareció en el minuto 88 para desatascar al Atlético y, con una carrera en el añadido, plantarse ante Agirrezabala y meterle a su equipo los tres puntos en el bolsillo. [Narración y estadísticas]

Eso buscaba Simeone y eso le dio el goleador, relegado al banquillo de inicio, con la inestimable ayuda del atrevido Giuliano y la capacidad de Sorloth no sólo para rematar sino también para intimidar y asistir. Así lo hizo anticipándose a Lekue en la pelea por una pelota que Nico envió al centro del campo y lanzando a la carrera a Correa hacia la portería para resolver un duelo con pocas ocasiones. De hecho, le sobró toda la primera parte.

Bajo una intensa lluvia, ninguno de los dos equipos encontraron la forma de hacerse daño. Ni un disparo entre los tres palos. El Athletic se plantó muy serio para que al equipo de Simeone le costara carburar. Llorente, una de sus armas, iba a tener que controlar a Nico y su contribución en ataque mermó. Pero el partido no estaba ahí. Valverde sabía que su centro del campo tenía que morder a Koke y a Barrios, cortocircuitar cualquier opción de que encontraran a Griezmann porque el francés iba a ser el encargado de alimentar a Julián Álvarez. Si la pelota la manejaban Reinildo, Giménez o Le Normand, todo se les iba a complicar.

Aún así, tuvieron algún susto. En el minuto 12 se lo dio el goleador argentino, que no pudo armar un disparo cruzado y le salió manso sin crear problemas a Agirrezabala. No estaba incómodo el Atlético, pero no se sacudía de la telaraña que tejieron los vascos, que tardaron en acercarse a Juan Musso, debutante en la portería porque Oblak se cayó de la convocatoria por problemas estomacales.

La estirada de los leones no consiguió traducirse en ocasiones y fue de nuevo el Atlético quiso poner pausa, mover la pelota y tratar de desordenar a su rival. Así fue como Lino encontró en la frontal a Gallagher, quebró a Prados muy fácil y soltó un derechazo que no encontró portería. No tuvo continuidad este arreón atlético y el duelo no despertó.

La alarma sonó en el vestuario y, cesado el aguacero, apareció el fútbol. Aumentó el ritmo y la tensión, algo en lo que el Athletic manejó mejor. Tanto que se encontraron los hermanos Williams para lograr un gol que fue anulado por fuera de juego. Ander Herrera había visto a Iñaki en la banda derecha y él, de primeras, buscó a Nico para que la empujara en el segundo palo, pero estaba ligeramente adelantado. Quiso responder el Atlético y la ocasión la creó un Griezmann, más presente, con un centro raso que se paseó por el área pequeña de Agirrezabala sin que llegara a rebañarlo Samu Lino.

Refrescó Valverde su once para entrar en el toma y daca que se avecinaba. Se envalentonaron sus hombres y Sancet soltó un latigazo desde la medialuna que provocó el lucimiento de Musso.

Cabeceó Simeone y echó mano a todo lo que tenía, empezando por Sorloth, Riquelme y De Paul y acabando por su hijo Giuliano. No puede especular el argentino con los quilates que tiene en la plantilla y, de ese atrevimiento, a la fuerza o por convencimiento, nació la victoria.

kpd