El saltador de altura Gianmarco Tamberi ha compartido este sábado una sentida petición de perdón a su esposa después de que su anillo de boda se deslizara de su dedo mientras actuaba como abanderado de Italia en un barco en el río Sena durante la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París.
“Demasiada agua, demasiados kilos perdidos en los últimos meses o tal vez el entusiasmo irrefrenable de lo que estábamos haciendo”, ha escrito Tamberi, que ganó el oro en los Juegos de Tokio. Lo ha hecho en un post en Instagram dirigido a su esposa, Chiara Bontempi Tamberi.
“Probablemente las tres cosas, el hecho es que lo sentí (mi anillo) deslizarse, lo vi volar….. Lo seguí con la mirada hasta que lo vi rebotar dentro del barco”. Tamberi ha añadido que el anillo de boda cayó entonces a las aguas del Sena en lo que describió como “unos momentos que duraron para siempre”.
“Pero si realmente tuvo que ocurrir, si realmente tuve que perderlo, no podría imaginar un lugar mejor”, añade Tamberi, explicando que “permanecerá para siempre en el río de la Ciudad del Amor”.
El atleta asegura que el percance le servirá para renovar sus votos y casarse de nuevo, y quizás como impulso para ganar otro metal: “¡Ojalá sea un buen augurio para volver a casa con un oro aún mayor!”.
Si en la quinta ronda el lamento general eran las cuatro tablas del Candidatos femenino, el miércoles las maestras se conjuraron para dar espectáculo y no permitir que se firmara ni un empate. En Toronto, por primera vez en la historia los dos torneos se juegan juntos: el de mujeres y el absoluto (masculino en la práctica). Los chicos llevan varios días en la pista de baile; ellas empezaron tímidas, pero al final se han unido a la fiesta contagiadas por el espíritu de los ajedrecistas indios, auténticos animadores de esta edición del Candidatos.
Dos chinas y dos rusas se juegan el primer puesto ahora mismo, un título que da derecho a retar a la campeona del mundo, la también china Ju Wenjun. Alexandra Goryachkina y Kateryna Lagno persiguen a Tan Zhongyi, mientras que Lei Tingjie se esfuerza por no perder su estela. Las cuatro, perfectamente escalonadas con medio punto de diferencia entre ellas, vencieron en sus respectivas partidas. Dejan a las derrotadas con escasas esperanzas, aunque es pronto para descartar algún milagro.
La próxima ronda se antoja decisiva en la cabeza. Goryachkina tiene una oportunidad de oro, ya que juega con blancas contra Tan Zhongyi. Este duelo entre las dos primeras puede tener dos consecuencias, que la china se escape o que la clasificación se estreche un poco y aumente la emoción antes de encarar la segunda mitad del torneo. Quedan ocho rondas por jugarse y, en caso de empate, final, el día 22 de abril se resolverán los ganadores de ambos torneos en partidas rápidas de desempate.
Alireza Firouzja vive otra pesadilla
En el cuadro abierto, las dos victorias del día volvieron a tener como protagonistas a dos ajedrecistas indios. Entre los grandes maestros la igualdad es mayor por arriba, pero a cambio hay dos jugadores completamente descolgados: Nijat Abasov, del que cabía esperar que fuera el más débil, y Alireza Firouzja, que lleva dos Candidatos seguidos estrellándose pese a su condición de favorito. El sello se lo estampó Magnus Carlsen en la frente hace dos años y solo le ha dado dolores de cabeza.
Vidit Gugrathi, uno de los vencedores de la sexta ronda, firma autógrafos a los aficionados.Michal WaluszaFIDE
El francés nacido en Irán es ya el segundo pececito al que persiguen a dentelladas los seis tiburones, como ocurre siempre que un participante empieza a sangrar. Al ajedrez de Firouzja no le han sentado nada bien sus estudios de moda, que asegura tomarse muy en serio y que solo ha aparcado temporalmente por jugar el Candidatos. De momento, brilla más por sus camisas que por sus resultados, lo que tampoco le viene mal a este deporte en blanco y negro.
Muchos se alegrarán por Vidit, que necesitaba esta victoria más que el aire que respira. El más veterano de los tres indios que juegan en Canadá tendió sus redes cuidadosamente preparadas y luego dejó un cebo en forma de peón que Alireza mordió como un besugo. En ese momento, se reconcentró como solo él es capaz de hacer y esta vez no dejó escapar a su presa.
El ajedrez es cosa de niños
La otra victoria del Candidatos masculino la logró Praggnanandhaa, un joven de 18 años que no tiene Netflix ni dedica un solo minuto a los videojuegos, y que habría sacrificado un dedo por ganar a Abasov. No le hizo falta, porque el azerí ha visto quebrada su confianza. Es durísimo enfrentarse cada día con bestias que van a por ti sin miramientos. Después de perdonar la vida a Nepo en la jornada anterior, Pragg vuelve a aspirar a todo: juega las líneas más agresivas de los ocho aspirantes y suele salir airoso en los intercambios de golpes.
Su compatriota Gukesh, el único menor de edad del torneo, se enfrentaba a otro ajedrecista sin miedo, Hikaru Nakamura, que podría vivir del ajedrez sin tocar madera, porque gana más con sus retransmisiones por internet. Ayer dijo que su camino no es el campeonato del mundo, aunque es de los rivales más duros del torneo. Contra el colíder, el americano se defendió bien con negras y se mostró moderadamente satisfecho con el resultado, que le permite seguir intentado la remontada.
La única decepción de la jornada fueron las tablas sin sal de Ian Nepomniachtchi, un líder que no arriesgó ni una uña contra Caruana, en teoría su principal enemigo. El ruso jugaba con las piezas blancas, pero más aún con la calculadora. Ha ganado los dos últimos Candidatos y sabe mejor que nadie cuándo acelerar, pero su falta de valentía es a veces desesperante.
Clasificaciones después de seis partidas
Candidatos absoluto: Gukesh y Nepo son líderes con 4 puntos, seguidos por Caruana y Pragg (3,5), con Vidit y Nakamura justo por detrás (3), mientras Abasov y Firouzja ya van con la lengua fuera (1,5).
Candidatos femenino: Tan Zhongyi (4,5), Goryachkina (4), Lagno (3,5), Lei Tingjie (3), Salimova y Vaishali (2,5), Humpy Koneru y Muzychuk (2).
Se las prometieron felices, pero el fútbol es muy difícil. Lo vieron ganado, pero se durmieron y dejaron al rival soñar. El debut de la Rojita estuvo plagado de emociones: alegría, pereza, susto y orgullo. Terminó con un poco de suerte. Un gol a balón parado de Tárrega en el descuento rompió el empate a dos que lucía el electrónico en el 90. Primer combate ganado a los puntos, quedan dos... para pasar la fase de grupos.
Contaba Santi Denia en la previa que "el primer partido es el que marca el torneo". No le faltaba razón al manchego puesto que en grupos de apenas cuatro equipos, perder uno de tres partidos te puede poner con la clasificación en el filo. Aunque España, especializada en amargar anfitriones de manera consecutiva desde 2019, sólo tuvo suerte cuando perdió ese primer duelo. En aquel Europeo de Italia, la derrota ante los transalpinos fue el preludio del quinto Europeo sub'21 para los chicos del hoy seleccionador de la absoluta Luis De la Fuente. Los otros tres partidos inaugurales, como el de este miércoles, se han saldado con victoria.
Sobre el papel, era España no mejor, sino mucho mejor que una Eslovaquia que venía de tres derrotas consecutivas ante, precisamente, los rivales de la hermana mayor en la finalizada Final Four de la Nations League. Conjuntos como Portugal, Alemania y Francia ganaron con facilidad a este equipo de Kentos, disciplinado pero con poco talento, como hicieron los chicos de Denia. En el minuto 15 la posesión estaba 78 a 22% y en el 17 el marcador ya iluminaba un cero a dos que pudieron ser más si Diego López hubiera estado más vivo en una acción en el área y Turrientes ajusta la mirilla unos centímetros en un disparo desde fuera del área.
Esa ventaja y esa sensación de superioridad hizo que España diera un pasito atrás mediada la primera parte que Eslovaquia aprovechó para inquietar a Iturbe. Al principio, esperando fallos españoles, luego con un poco más de descaro aupada a una hinchada muy metida en el duelo. No conseguirían mover el marcador puesto que la defensa española no permitió disparos cómodos e Iturbe atajó los que le llegaron mordidos.
Y eso que esta España de Denia, si pudiera contar con los futbolistas que no cedieron los equipos del Mundial de Clubes (no estaban obligados a ello) y los que le 'robó' De la Fuente para la absoluta tendría una calidad muy difícil de parar. Tuvo además mala suerte el seleccionador sub'21 de perder en la previa a Yeremay, quizás el extremo más imaginativo de esta selección con mucho control pero con poco filo.
Aunque Mateo Joseph lo tiene. Son ocho tantos en apenas 11 partidos, una media muy superior a la de toda su carrera tanto en clubes como en selecciones, ya que el cántabro ha jugado 10 duelos representando a Inglaterra, en los que sólo ha anotado tres tantos. El delantero del Leeds hizo el segundo apenas dos minutos después de que Pubill abriera el marcador. Ambos tantos con la connivencia de los centrales eslovacos que nunca supieron qué ocurría a su espalda.
La segunda parte empezó con dos mazazos provocados por la pillería de Marcelli. El primero tras colarse entre Tárrega y Mosquera y birlarles un balón que imprudentemente dejaron botar. Lo aguantó hasta que llegó Kopasek solo al segundo palo desde donde la clavó en el ángulo. Después hizo lo propio a la espalda de Bueno, que había salido tras una lesión de Gerard Martín. Volvió a aguantar el balón, pero no para cederlo sino para esperar el choque con el futbolista del Feyenoord. Penalti y gol de Suskov. A conectarse para volver a remar.
Susto
Los eslovacos celebran el empate.MARTIN DIVISEKEFE
Pero el partido cogió vuelo e ida y vuelta, malo para España. Ante equipos inferiores hay que controlar el duelo, dormirlo o aplastarlo porque si no, como dijo Kentos, seleccionador eslovaco en la previa: "no somos favoritos pero tenemos nuestros sueños". En estos casos es mejor ser el hombre del saco, que el compañero de habitación respetuoso. Quiso ser lo primero España en los últimos diez minutos, pero se quedó sin tiempo y sin ideas.
Hasta que en un saque de esquina llegó el error de la defensa eslovaca. Otro. Se durmieron tras un rebote de Mosquera con Tárrega, un tipo de 190 centímetros, solo en área pequeña. Ayudó Belko con un salida a por uvas para que el central pusiera un cabezazo suave en la red. Se salvó el trago con orgullo y suerte. Es bueno empezar ganando, pero no siempre, que se lo digan a De la Fuente.