Djokovic salda cuentas con el destino y gana en Nueva York su 24º grande

Djokovic salda cuentas con el destino y gana en Nueva York su 24º grande

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El serbio completa una formidable actuación para vencer a Daniil Medvedev (6-3, 7-6 [5], 6-3) en tres horas y 16 minutos.

Djokovic, con su cuartro trofeo de campeón en Nueva York.AP

Nunca duden de Novak Djokovic, aunque emita señales de flaqueza. Realidad o ficción, lo cierto es que el serbio empezaba a tener dificultades para mantener los violentos diálogos que le proponía Daniil Medvedev, quien dispuso en el segundo set de una bala con visos de haber podido cambiar su destino. Valiente, Nole paró el golpe con una volea de revés, que le dio vida extra en un desempate a la postre definitivo. Horas antes de iniciar su 390ª semana como número 1 del mundo, el serbio ganó en tres horas y 16 minutos (6-3, 7-6 [5], 6-3) y se llevó su cuarto Abierto de Estados Unidos, luciendo en la orla de los campeones ilustres con 24 títulos del Grand Slam, dos más que Rafael Nadal, cuatro por encima del ya retirado Roger Federer.

Abrazado a sus dos hijos, a su esposa, a sus padres, a su entrenador Goran Ivanisevic, a todos los integrantes de su equipo y al actor Matthew McConaughey, invitado especial en su palco, celebró también igualar los majors logrados por Margaret Court, la única persona que había alcanzado esa cifra. Pronto se calzó la camiseta confeccionada para la ocasión: “Mamba forever“, lucía en el torso, con una imagen junto al fallecido Kobe Bryant, a quien homenajeó lanzando un beso al cielo.

Semanas después de perder ante Carlos Alcaraz la final de Wimbledon, Djokovic consiguió por cuarta ocasión hacerse con tres majors en la misma temporada, algo que había suscrito en 2011, 2015 y 2021. Es el más veterano en ganar en Flushing Meadows, después de que Ken Rosewall lo lograra en 1970. Diez veces campeón en Melbourne, siete en Londres, tres en París y cuatro en Nueva York, se resarció de la pesadilla sufrida hace dos años ante el mismo rival y en idéntico escenario, cuando se aprestaba a sentarse al lado de Rod Laver y Donald Budge, los dos únicos hombres capaces de cuadrar todos los grandes en el mismo ejercicio.

Malos recuerdos

En su regreso a Estados Unidos, tras no disputar el torneo en 2021 debido a su negativa a vacunarse contra el covid, Djokovic dejó en el olvido los amargos episodios que le traía a la memoria este torneo. También su descalificación en 2020, en su partido frente a Pablo Carreño por la mala fortuna de un pelotazo a una juez de fondo. Protagonista de una dilatada rivalidad ante Nadal y Federer, a sus 36 años se siente con armas para renovarla con Alcaraz, de 20.

Su entrada fue fulgurante. Rompió en blanco en el segundo juego y tuvo dos bolas de set al resto en octavo, pero acabaría definiendo con su servicio. Era Nole en estado puro. Rápido, con buena distribución de pelota, afilado el revés paralelo y con variaciones puntuales; de vez en cuando sorprendía a su adversario con saque y volea, una combinación que le dio notables réditos a lo largo del partido. Pocas veces se le ha visto acudiendo con semejante frecuencia a la cinta, ya fuera a partir de su saque o en el desarrollo del punto: ganó 37 de sus 44 subidas a la red.

Djokovic se distancia de Nadal en Grand Slams

Después de su magnífica actuación en semifinales, a Medvedev le costó algo más tomar posiciones en el partido. Más que en su debe, estaba en la puesta en escena del serbio. Viejos conocidos después de 14 enfrentamientos, tres de ellos este curso, apenas pueden esconder secretos. En su máxima expresión, el ruso tiene pocas opciones de ganar a Djokovic. Y en buena parte del duelo, el de Belgrado estuvo cerca de la mejor versión de sí mismo.

Viajaba en carroza con su servicio. En sus tres primeros turnos de saque del segundo set no cedió un solo punto. Entretanto, Medvedev sufría, hasta tener que salvar una pelota de rotura en el séptimo juego. Sin embargo, fue en el octavo, que se prolongó durante más de 12 minutos, cuando el ruso creó su primera opción, sofocada por el de Belgrado yéndose a la red para regalar un primoroso bote pronto de derecha cruzada. Perseveró Medvedev, que olía sangre y sabía del valor de ese parcial.

La resistencia del ruso da aún más valor al triunfo obtenido por Djokovic. Con el segundo set se le marcharon a Medvedev las opciones de victoria, pero batalló incluso en el tercero, cuando ya había dejado pasar su tren. Djokovic rompió pronto. Se vio replicado, pero volvería a hacerlo para poner ya rumbo al infinito.

kpd