El español Carlos Verona vence en la primera gran etapa de montaña del Giro

El español Carlos Verona vence en la primera gran etapa de montaña del Giro

Carlos Verona se exhibió en la primera gran etapa de montaña de este Giro de Italia que habla español como nunca. El corredor de San Lorenzo del Escorial aprovechó el marcaje de los favoritos para fugarse a falta de 41 kilómetros para la meta y anotarse la victoria más importante de su trayectoria. En una vibrante etapa pre alpina, con el ascenso al coloso Monte Grappa, el madrileño acaparó protagonismo en una cita en la que Isaac del Toro defendió magistralmente su liderato. Primoz Roglic cedió un minuto y medio con los primeros de la clasificación general.

Premio merecido para Verona, un corredor de 32 años que siempre ha tenido que sacrificarse para sus jefes, antes en el Movistar y ahora el Lidl. Este domingo, tras el abandono de su compañero Giulio Ciccone y sin opciones para MadsPedersen, el español tuvo libertad de movimientos. Se marchó del grupo de los mejores antes de la penúltima subida de la jornada y supo mantener la distancia necesaria para presentarse en la meta de Asiago con sólo 22 segundos de ventaja sobre el alemán Florian Stork, poco tiempo pero suficiente para encumbrar un supremo esfuerzo de tesón.

La de Carlos Verona es la segunda victoria española en el Giro, la anterior la cosechó Juan Ayuso, en la séptima etapa, con final en Tagliacozzo.

Un día inolvidable para Verona, en una etapa inmensa, la primera gran cita de alta montaña, distinguida por la presencia del Monte Grappa, que acoge el osario de la Patria, una pirámide de círculos, coronada por una inmensa cruz, alberga los restos de más de 12.000 soldados caídos en la Primera Guerra Mundial. Un tributo a la resistencia y a la defensa de los ideales. Un escenario icónico que este domingo visitó este Giro de pugnas fratricidas. Una ascensión de 25 kilómetros interminables. Ahí, donde muchos especialistas aseguraban que realmente comenzaba el Giro, como si las caídas, cortes y bonificaciones ya conocidas fueran intranscendentes.

Arrancó nerviosa la jornada, con una macro fuga de una treintena integrantes, entre ellos, Frigo, Conci, Vacek, De Pettro, Fortunato, Einer Rubio y gregarios de Roglic (Daniel Felipe Martínez y Pellizari) y Ayuso (Igor Arrieta), que se presentaron en la falda del Monte Grappa con 3.47 minutos de renta sobre el pelotón, gobernado por el UAE de Isaac del Toro, a 100 kilómetros de la meta de Asiago.

A falta de seis kilómetros para la cima de la montaña sagrada, Ayuso sufrió una avería mecánica y se vio obligado a cambiar de bicicleta. El español quedó descolgado del grupo y en el momento en el que regresó a la cabeza, el Ineos de Bernal aceleró la marcha. El colombiano atacó a dos kilómetros de la cumbre y a su estela se pegaron Carapaz y Del Toro. El Giro de los hispanohablantes. Luego se unieron Arensman (compañero de Bernal) y Gee. Los selectos aventureros hollaron el Monte Grappa, encapotado por la niebla, un minuto después del grupo de escapados (comandados por Fortunato), pero con 20 segundos de ventaja sobre Ayuso, Yates, Roglic, Tiberi y el resto de favoritos, una renta que fue neutralizada en el largo descenso gracias a la labor del equipo UAE, que nunca perdió la calma con el envite de Bernal.

Las escaramuzas de corredores inquietos (Bardet, Bilbao, Fiorelli..) continuaron camino de Dori, una subida de 16,4 kilómetros. El madrileño Verona, a 41 kilómetros de la llegada, tomó la iniciativa y logró una renta superior a los cuatro minutos antes de afrontar la subida de segunda categoría.

En un ejercicio agónico, Verona supo mantener la distancia con los italianos Garofoli y Zana. Mientras tanto, por atrás Carapaz, Bernal y Yates intentaron inquietar a Del Toro, pero sin éxito. El mexicano, atentísimo, controló las situaciones con una asombrosa facilidad. Ayuso, siempre a la expectativa. En esta pugna entre los grandes resultó perjudicado Roglic, que al final cedió 1.30 minutos respecto al líder.

Sufría el esloveno y disfruta como nunca Carlos Verona. Segunda victoria profesional para el madrileño, la anterior fue una etapa del Criterium Dauphiné de 2022. ''Estoy mu contento, nunca pensé que podría haber ganado un etapa, porque acudí al Giro con el rol de ayudar a Ciccone, pero tras su retirada todo cambió'', dijo el español, que preparó el Giro en dos concentraciones en altitud, una en Sierra Nevada y otra en Andorra

Una bella etapa que precedió al descanso de este lunes y al inicio del tercera semana de la Corsa Rosa, con la presencia de colosos montañosos que sentenciarán la carrera. El martes, la etapa con más desnivel (5.000 metros) y final en la cima en Brentonico; el miércoles, con el puerto del Mortirolo en la mitad de la etapa; el jueves, con las ascensiones a tres puertos de 16 kilómetros cada uno de ellos, y el viernes, con el brutal tramo de tierra de la Finestre y final en la estación de Sestriere.

Del Toro sale beneficiado de otra jornada accidentaba y aumenta su renta respecto a Ayuso

Del Toro sale beneficiado de otra jornada accidentaba y aumenta su renta respecto a Ayuso

La victoria del danés Kasper Asgreen (Education First), superviviente de la fuga del día, fue lo menos relevante de la etapa que concluía en la verde y entusiasta Eslovenia, en Gorizia, en un circuito con dos subidas a la cota de Saver, 700 metros al 7,7%.

Eso no fue importante. Lo fue, una vez más, lo imponderable en un deporte demasiado sometido a las fuerzas y caprichos de la naturaleza. La lluvia fue la auténtica protagonista. Convirtió una jornada casi intrascendente en casi decisiva. A 21 kms. de la meta, el pulido, redondeado empedrado mudó su acerado brillo en una trampa. En la numerosa caída, en la que nadie es culpable y de la que nadie se salva si la suerte, la buena o la mala, según se mire, tiene la palabra, Pedersen perdió la etapa; y Ciccone, el Giro. Al menos, sus posibilidades de victoria. Súbito drama para el Lidl-Trek.

Descabalada la carrera, en un primer grupo quedaron Isaac del Toro, Carapaz y Simon Yates. En un segundo, Ayuso, Roglic y Bernal (más atrás aún Tiberi). Perdieron 48 segundos con respecto a Del Toro y compañía. El junco mexicano es ahora un líder más sólido a causa de su clase y de su fortuna. No se ha impuesto a su jefe de filas, Ayuso, por debilidad de éste, sino por desgracias: una caída con lesión de rodilla, otra en la que se ve cortado...

Ante este domingo y, sobre todo, la semana decisiva que comienza el martes con un puerto de segunda y tres de primera, con la llegada en la cumbre del último, el San Valentino, el equipo tendrá que decidir qué hacer, a quién apoyar, con quién contar más. Pero Ayuso parece maniatado. El UAE estará ahora contento a medias. Tiene a Del Toro reforzado. Pero está metido en un embrollo interno. La carrera ha cobrado un rumbo inesperado con un atractivo nuevo.

Del Toro brilla en el infierno del 'sterrato' y oposita al trono del Giro

Del Toro brilla en el infierno del ‘sterrato’ y oposita al trono del Giro

Fue todo lo terrible, apasionante y trascendente que se esperaba, que se deseaba, que se temía. Incluso más. El sterrato sembró el pánico, causó destrozos y convirtió la etapa en un infierno sin paliativos para los corredores y en paraíso para Wout van Aert, vencedor de la etapa, e Isaac del Toro, nuevo líder. Ayuso perdió 1:07.

Desde el primer tramo, entre la niebla polvorienta, irrespirable, el sterrato pedregoso, a unos 70 kms, de la meta, puso la carrera patas arriba y la dejó hecha jirones. En el segundo se produjeron caídas en curvas traicioneras. Entre ellas la de Roglic. No llegó a caer Ayuso. Pero en la barahúnda puso pie a tierra y algo le rozó en la pierna, que tenía sangre. Roglic sufrió luego un problema mecánico y se vio obligado a cambiar de bicicleta.

De todos esos esfuerzos, de todos esos percances, de todas esas desdichas, de todas esas glorias, con los hombres sufriendo, rebozados en polvo pegado al sudor, emergieron en última instancia, entre los gemidos de unos y los estertores de otros, colosos entre colosos, Del Toro y Van Aert. Habían dejado tirados, deshechos, vacíos, en el último sector de tierra, el Colle Pinzuto, dos kilómetros y medio con una pendiente máxima del 15%, a Egan Bernal y Mathias Vacek, que se uniría al grupo de Ayuso, los Yates, Ciccone, Carapaz, McNulty, Tiberi... Más atrás, el de Roglic, que renueva su triste leyenda de ciclista infortunado. Su enorme historial todavía podría ser mayor.

La cabalgada de Del Toro, siempre tirando en salvaje persecución del rosa, y Van Aert, sólo interesado en una etapa destinada a resucitarle, ofreció toda la belleza que puede deparar el mejor ciclismo posible. En las inclementes rampas finales, en parte empedradas, que desembocan en la Piazza del Campo de Siena, en el Muro de Santa Caterina, recuperó Van Aert su condición de gigante y adquirió Del Toro, a sus 21 años, la de aspirante a ganar el Giro y, en el futuro, todo lo que se le enfrente.

Ahora está a 1:13 por delante de Ayuso, su jefe; Roglic queda a 2:25. El UAE se enfrenta a un dilema. El español no se halla tan lejos y su retraso ha venido en parte como consecuencia de una desgracia. Pero el mexicano ofreció una demostración deslumbrante de poderío. Es un corredor muy completo y sus opciones de llevarse la carrera han aumentado exponencialmente. Después del descanso del lunes, la contrarreloj del martes disipará algunas dudas.

O las aumentará...

Ayuso da otro susto a Roglic en el día de la primera escapada exitosa del Giro en la que venció Plapp

Ayuso da otro susto a Roglic en el día de la primera escapada exitosa del Giro en la que venció Plapp

La primera fuga triunfal de la carrera, resuelta por el australiano Luke Plapp, deparó un cambio de líder. Roglic, por segunda vez en este Giro, se desvistió de la "maglia". Esta vez en beneficio de Diego Ulissi, feliz a los 35 curtidos años. Profeta en su tierra.

Etapa intensa, larga (190 kms.), con cuatro puertos, dos de tercera, uno de primera intercalado entre ellos y uno de cuarta, el Gagliole, de engañosa amabilidad: sólo 800 metros, pero al 12% de promedio. O sea, con tramitos cercanos al 20%. Chiquito, pero matón.

La escapada inicial de 14 hombres tenía nivel: Fortunato, Ulissi, Steinhauser, Bardet, Plapp, Vendrame, Arrieta, Prodhomme, Lastra, Kelderman, Formolo... A lo largo del quebrado camino y sus vicisitudes, las piezas fueron alterando el orden del tablero. O el tablero el orden de las piezas, a elegir. Unos hombres se adelantaban, otros perdían comba. Algunos de los que la perdían, la recuperaban. Atacándose todos, más o menos separados, más o menos vueltos a juntarse, en continuo revoltijo rutero, todo el interés de la etapa se redujo, ante la voluntaria pereza del pelotón y sus luminarias, a saber si Diego Ulissi y Lorenzo Fortunato, compatriotas, amigos y compañeros de equipo, accedían al liderato.

Según discurría la carrera, dividida la escapada en diversas facciones alternantes, ora Ulissi, ora Fortunato se vestían virtualmente de rosa. Mientras tanto, de todo aquel juego de combinaciones emergía Plapp, excelente rodador, en un escenario teóricamente impropio. Cuando cruzó la meta, seguido por Keldermann y Ulissi a 38 segundos y, dispersos, Arrieta, Prodhomme y compañía, aún no se sabía si Ulissi, que ya iba por delante de Fortunato, se vestiría de gala tras el tiempo real y las bonificaciones. El pelotón aceleraba un poco y la carroza de Ulissi se convertía en calabaza. El pelotón se entregaba a un parón, y la calabaza tornaba a transformarse en carroza.

Ayuso, agresivo

Finalmente, el cuento de Ulissi acabó bien. Y en el último repechito antes de la llegada, Ayuso, entre la sorpresa y la alarma generales, dio un estirón. Roglic, el más sorprendido y alarmado, salió como un rayo a tratar de atraparlo. No lo consiguió y se dejó con el español un segundito. No es mucho, pero todo es bueno para el convento. Ayuso está ambicioso y es un iconoclasta ajeno al temor que inspira el esloveno. Las cartas están sobre la mesa.

Ahora el "sterrato", ese atractivo, ese susto, aguarda a todos en la etapa dominical que concluye en Siena. Tramos de tierra que suman un total de más de 30 kms. Probablemente, Ulissi despertará del sueño y todos los favoritos seguirán acariciando el suyo. Puede que el de más de uno se troque en pesadilla.

Groves gana una accidentada etapa del Giro antes de la primera selección en los Apeninos

Groves gana una accidentada etapa del Giro antes de la primera selección en los Apeninos

Fiesta pasada por agua en la Via Caracciolo de Nápoles para sellar la etapa maratoniana y más accidentada de este Giro. La capital de Vesubio, en un día lluvioso, coronó al australiano Kaden Groves, el más veloz en un sprint en el que Mads Pedersen quedó sin opciones por una maniobra imprudente del italiano Matteo Moschetti. Un polémico final para una etapa controvertida. El velocista danés conserva la maglia rosa.

La jornada, la más larga de esta edición de la Corsa Rosa (227 kilómetros), tuvo un desarrollo accidentado, con una caída masiva a 71 kilómetros de la meta, en la que se vieron afectados una veintena de corredores, entre ellos el australiano Jai Hindley (ganador del Giro de 2022), gregario de primer nivel de Primoz Roglic, el checo Josef Cerny, ambos abandonaron la carrera. También resultados lastimados, pero continuaron en la carrera, el colombiano Nairo Quintana, el italiano Lorenzo Fortunato, el australiano Jay Vine, el francés Paul Magnier (el más joven de la carrera), el ecuatoriano Richard Carapaz o el español Jonathan Lastra. La dirección del Giro, tras charlar con los corredores, neutralizó durante 20 kilómetros la etapa por razones de seguridad, el traslado en ambulancia de los lesionados y para que los caídos se reincorporasen al pelotón.

A falta de 57 kilómetros, 14 después de la parada, se reanudó la etapa, pero con la advertencia de que no se contarían los tiempos para la general, los puntos y las bonificaciones. Una decisión adoptada por el director Mauro Vegni para minimizar los riesgos de caídas en el resbaladizo asfalto del Nápoles. Sólo se peleó por la victoria de etapa.

El pelotón emprendió la marcha con con el propósito de cazar a los fugados Taco Van der Hoorn (Intermaché) y Enzo Paleni (Groupama), que habían saltado mucho antes de la caída masiva y que llegaron a contar con una renta del más de dos minutos, pero que fueron neutralizados a falta de 2,5 kilómetros debido al empuje de los equipo Visma, de Van Aert y Olav Kooij, y del Alpecin, de Groves. Una labor que resultó muy rentable para el velocista australiano, que ya se anotó otra victoria en la edición de 2023.

Una jornada accidentada previa a una cita trascendente para el desarrollo de la prueba. Este viernes se producirá la primera gran criba del Giro, con una etapa con cuatro puertos y final en alto. El pelotón se fracturará en un recorrido de dientes de sierra y sinuoso por la cordillera de los Apeninos. Antes del ecuador de la jornada se afrontará una corta y dura subida a Monte Urano, con pendientes del 14 %. La clausura, en Tagliacozzo, con cerca de 12 kilómetros de subida, con un desnivel medio del 5,5% y tramos del 13%. Los últimos 200 metros presentan un firme adoquinado. Roglic está dispuesto a recuperar la maglia rosa. Juan Ayuso, a la expectativa de las maniobras del esloveno.

'Sorpasso' del inesperado Van Uden en el regreso a casa del Giro de Italia

‘Sorpasso’ del inesperado Van Uden en el regreso a casa del Giro de Italia

Sorpasso en el regreso a casa después del periplo albanés. En Lecce, en el tacón de la bota de Italia, el danés Casper van Uden (23 años), uno de los estandartes de la nueva generación de velocistas, se anotó la victoria en un sprint desordenado y puso freno con la progresión de Mads Pedersen (Lidl-Trek), que se había ganado las dos anteriores etapas en línea, con finales en Tirana y Valona. El danés, que terminó cuarto, mantiene la maglia rosa.

La primera cita en las carreteras italianas estuvo dominada por el nerviosismo. Pedersen sufrió dos caídas y se presentó en la llegada de Lecce sin apenas ayuda de sus gregarios. Una clausura sin un equipo dominador y peleas estériles entre el Visma de Olav Koij y el Alpecin de Kaden Groves que fueron aprovechadas por Van Uden (Picnic) para rubricar el triunfo más importante de su breve trayectoria. En su palmarés figuran victorias en Normandía, Tour de Gran Bretaña y Vuelta a Colonia.

Un día inolvidable para el neerlandés en una etapa que tuvo una la salida trepidante. En Alberobello, el español Francisco Muñoz buscó su cuota de protagonismo con una escapada que arrancó en le kilómetro 3. El asturiano (23 años), que cumple su segunda temporada en el Polti VisitMalta, equipo al que accedió tras formar parte del Eolo-Kometa de la Fundación Contador, llegó a acumular una ventaja de 2.30 minutos y fue cazado a 56 kilómetro de la meta. Permaneció 130 kilómetros escapado, la fuga en solitario más larga del Giro en el siglo XXI.

Primoz Roglic sospecha que este Giro se resolverá con un renta minúscula, por eso va a rebañar todas las rentas que pueda antes de llegar al primer final en alto, en Tagliacozzo, el próximo viernes. Este martes no tuvo ningún reparo en pelar por los premios del sprint bonificado de Ostuni, en el que superó a Juan Ayuso y sumó dos segundos extra.

En este Giro hay que estar con las orejas tiesas, cualquier descuido puede resultar fatal. Pedersen (Lidl-Trek) se vio afectado por una montonera en el ecuador de la etapa, pero se reincorporó rápidamente y sin daños aparentes, también se cayó su compañero Giulio Ciccone. El peor parado, con un fuerte golpe en un hombros, fue Nickolas Zukowsky, canadiense de Q36.5, que se vio obligado a abandonar. Pedersen se repuso del susto y pugnó, sin éxito, con Kooij en el sprint especial de San Pancrazio Salentino.

Hubo, como no podía ser de otra forma, marcaje estrecho entre los velocistas en un final en Lecce con cortes en el pelotón en un circuito urbano que incluía rotondas, pasos angostos y vías subterráneas. Allí, a falta de 20 kilómetros, sufrieron nuevos percances Ciccone y Pedersen. El danés tuvo que remontar y ese desgaste del energías pudo restarle opciones en un sprint en el que se impuso el velocista más inesperado.

Este miércoles, una etapa de 151 kilómetros, entre Ceglie Messapica y Matera, propicia para aventureros y los velocistas. Nuevo duelo entre Pedersen y Van Uden, el nuevo ídolo.

El increíble Binda: un trompetista que hace 100 años derrotó a los ciclistas de Mussolini, le pagaron por no correr y ganó cinco Giros

El increíble Binda: un trompetista que hace 100 años derrotó a los ciclistas de Mussolini, le pagaron por no correr y ganó cinco Giros

El primer capo del Giro de Italia comenzó a ganarse la vida tocando la trompeta en la banda de Cittiglio, su pueblo natal, cerca de Varese. Dos de sus hermanos también eran músicos: Albini, trombonista y Benito, saxofonista. Alfredo Binda (11 de agosto de 1902) creció en una familia en la que no sobraba nada en la mesa. Él era el décimo de 14 hermanos, hijo de un constructor que se marchó a vivir a Niza después de la Primera Guerra Mundial. En su casa había que arrimar el hombro y desde pequeño trabajó de aprendiz de yesero, pero a él lo que le gustaba era montar en bici. Antes de cumplir los 19 años ganó su primera carrera y ahí arrancó la gran historia centenaria de un pionero incomparable.

Binda, tras ganar 500 liras como mejor escalador en la subida de Ghisallo de 1922, decidió dedicarse al ciclismo. En 1924 se marchó a Milán para participar en el Giro de Lombardía, terminó cuarto y luego firmó contrato con el equipo Legnano. Los tifosi le llamaban Il Trombettiere di Cittiglio (El Trompetista de Cittiglio). Sorprendía a todos por su fuerza, rapidez y destreza en la escalada. En 1925, hace un siglo, se estrenó en el Giro de Italia. Entonces, el ídolo local era Costante Girardengo ( 29 años), ganador en 1919 y 1923 y apoyado por Benito Mussolini. El ciclista del régimen fascista acudió a ese Giro como principal favorito. La carrera arrancó el 16 de mayo, con una etapa entre Milán y Turín de 278 kilómetros y cerca de 10 horas de duración. En los albores del pasado siglo, los ciclistas corrían un día y descansaban el siguiente.

En la segunda jornada, con final en Arenzano, Girardengo asumió el liderato, una privilegiada posición que mantuvo hasta la quinta jornada, cuando el debutante Binda, con 22 años, le arrebató el mando de la prueba al aprovecharse de un pinchazo y de la traición de Gaetano Belloni (no esperó a su compañero y ayudó a Binda a cambio de una victoria de etapa). El líder cedió más de cinco minutos y medio. En Nápoles se produjo el primer gran sorpasso intergeneracional de la historia del ciclismo. Binda, que se adjudicó la siguiente etapa, con llegada en Bari y con un recorrido quebrado en la que empleó 13 horas y tres minutos, no abandonó el primer puesto del podio hasta la conclusión de la carrera, el 7 de junio, en Milán. Hasta esa fecha soportó las acometidas de sus rivales y la dureza de etapas maratonianas, como la novena, disputada entre Sulmona y Arezzo, con 377 kilómetros, ganada por Girandengo, en la que empleó 15 horas, 33 minutos y 55 segundos. El corredor de Mussolini terminó segundo, a cuatro minutos y 58 segundos de Binda. Girandengo se anotó seis de la 12 etapas, pero nunca más volvió a terminar un Giro.

El nuevo ídolo cautivaba por su elegancia sobre la bicicleta. La magia de La Gioconda. Ahora se cumplen 100 años del primer gran duelo en el Giro entre un campeón en el ocaso y un joven emergente. Un desafío que en esta edición se repite entre PrimozRoglic y Juan Ayuso (también 22 años).

Binda era un novato con escuela. En su tiempo de corredor en Francia se interesó por la mecánica, equipaba sus bicicletas con tubulares gruesos. Narran las crónicas de entonces que recorrió los 3.520 kilómetros del Giro de 1925 sin un pinchazo. Un ciclista muy fiable que el siguiente año no pudo repetir victoria por una caída, terminó segundo. En 1927 regresó con la consecución de la general y el triunfo en 12 de las 15 etapas. Ese año, además, se proclamó vencedor del primer Mundial de la historia. También arrasó en los Giros de 1928 y 1929. Su dominio aplastante y su carácter distante («No tengo interés en dar espectáculo. Mi negocio es ganar las carreras», decía) provocó un distanciamiento con el público, que se decantó por Learco Guerra, heredero de Giardengo y también respaldado por el Partido Nacional Fascista.

La superioridad de Binda aburría a los aficionados y no resultaba rentable para los anunciantes. En 1930, la Gazzeta dello Sport le pagó para que no corriera el Giro. El organizador de la prueba le abonó 22.500 liras, una cantidad correspondiente a lo que hubiera percibido por anotarse la general y varias etapas. Ese año, Binda participó en el Tour, donde cosechó dos triunfos parciales. Regresó al Giro en 1931, pero tuvo que retirarse por una caída. En 1932 finalizó séptimo y en 1933 logró su quinto título. En la Corsa Rosa, conquistó 41 etapas, récord que se mantuvo hasta 2003, batido por Mario Cipollini.

Binda se retió en 1936 tras fracturarse el fémur en la clásica Milán-San Remo. Además de sus cinco Giros, ganó tres Mundiales, dos Milán-San Remo y cuatro Giros de Lombardía. Fue seleccionador nacional durante 12 años. Falleció, con 84 años, el 19 de julio de 1986 en su Cittiglio natal.

2.745 kilómetros, test de escalada y una pesa para la comida: así ha preparado Ayuso su asalto al Giro de Italia

2.745 kilómetros, test de escalada y una pesa para la comida: así ha preparado Ayuso su asalto al Giro de Italia

Cambia la dieta para reservar asiento en la mesa en la que comen los grandes. Al inicio de la temporada, Juan Ayuso modificó su preparación nutricional y física para obtener más rendimiento de su privilegiada fisonomía, la de un escalador atípico: 1,84 metros de altura, huesos largos y hombros de nadador. El pasado curso, el fenómeno criado en la escuela de ciclismo de Jávea marcaba en la báscula 64 kilos. Ahora pesa dos más.

Una subida y un aumento de las sesiones de gimnasio que han generado más músculo y más potencia de pedalada. Unos avances que han otorgado un salto de calidad a un corredor ya excelso. «Juan es un portento y con esas novedades en la preparación hemos logrado que aún sea mejor», sostiene Joxean Fernández Matxin, su protector en el UAE. Una energía extra que le permite a la salida de hoy del Giro de Italia con el cartel de favorito, a pesar de ser un debutante y de contar sólo 22 años.

El nutricionista Gorka Prieto es una pieza fundamental en la evolución de Ayuso. Él le planifica la dieta en función del rendimiento de cada ciclo de la temporada. La demanda energética está controlada científicamente. La comida se pesa para no excederse con las proteínas. Ayuso trabaja con Prieto desde su etapa de juvenil. «Más vale entrenar menos y cuidar más la alimentación», ha dicho el corredor. «Come más para tener más energía y ganar resistencia», apuntan desde el equipo de Emiratos.

En el hotel Meliá de Sierra Nevada, donde Ayuso y sus compañeros de UAE se han concentrado para preparar el Giro, había una pautada planificación confeccionada por Gorka Prieto para todos los integrantes del equipo. El desayuno incluía cereales, fruta y avena cocida. En los entrenamientos consumían geles y barritas energéticas; en la cena, carne o pescado. En una etapa larga, los ciclistas pueden ingerir más de 7.000 calorías en un día.

Enriquecer la sangre

En Sierra Nevada, Ayuso ha realizado un ciclo de altura para potenciar de forma natural la producción de glóbulos rojos y enriquecer la sangre. Los entrenamientos se han realizado durante tres semanas, con salidas de cuatro horas, series y test de escalada. El español llegó a la montaña granadina tras finalizar la Volta a Catalunya, prueba en la que sólo fue superado por Primoz Roglic, que será su principal adversario en el Giro. Allí, Ayuso ha estado acompañado por los que serán sus gregarios en la ronda italiana.

Más de 20 días de convivencia en los que él se ha esforzado por generar una atmósfera distendida, ya quedaron olvidadas sus discrepancias con Joao Almeida en el último Tour de Francia. En plena concentración, el lunes de Pascua, se difundió por redes sociales un divertido vídeo en el que Ayuso, en plena subida, lanzaba una bola de nieve a Igor Arrieta que le impactaba en la espalda. «Le tiré el bloque de nieve, pero no sabía que tenía tan buena puntería», bromeaba Ayuso.

Juan Ayuso.

Juan Ayuso.S. G.MUNDO

Juegos de chavales de 22 años. Con el navarro, que también debuta en el Giro, se ha divertido en partidas de billar y futbolín en las amplias instalaciones del hotel Meliá. «Convivir con los compañeros con los que luego tienes que trabajar en el Giro te ayuda mucho. Es fundamental crear buen ambiente, buen rollo», advierte Ayuso, que ha crecido en lo físico y en lo emocional, ahora sabe asimilar mejor la ansiedad y las frustraciones.

Ayuso acude al Giro con un gran fondo físico. En 17 días de competición acumula 2.745 kilómetros, registros superiores a sus principales rivales. Roglic llega con 12 días y 1.794 kilómetros; el italiano Antonio Tiberi, con 14 jornadas y 2.133 km; el colombiano Egan Bernal, 10 y 1.409 km: Mikel Landa, con 15 y 2.406 km.

La ronda, que arranca este viernes en Albania con una etapa en línea y concluye el 1 de junio en Roma, se decidirá en la última semana, con subidas a los emblemáticos puertos de Sestriere, Mortirolo, Finestre o Grappa. También aparecen etapas sembradas de trampas, como la novena, con el sterrato camino de Siena. En el calendario de Ayuso figuran marcadas en rojo las cronos de mañana (13 kilómetros) y de la décima etapa (28 kilómetros). Es lo que tiene ser el mejor contrarrelojista de los escaladores que optan al podio de Roma.

El desafío de Ayuso a Roglic en el Giro: "El favorito es él, tiene toda la presión, pero yo aspiro a lo máximo y tengo al mejor equipo"

El desafío de Ayuso a Roglic en el Giro: “El favorito es él, tiene toda la presión, pero yo aspiro a lo máximo y tengo al mejor equipo”

«El Giro es mi gran desafío. Es una carrera que desconozco, pero aspiro a lo máximo». Juan Ayuso (22 años) no esconde sus ambiciosas intenciones en el arranque de la nueva entrega de la Corsa Rosa. La concentración en altura en Sierra Nevada ha afilado la puesta a punto del nuevo estandarte del ciclismo español.

El compañero de Tadej Pogacar ha sellado una espléndida primera parte de la temporada, con triunfos en Tirreno-Adriático, Drôme Classic, Trofeo Laigueglia y un segundo puesto y etapa en la Volta a Catalunya. Ahora asume el liderato del UAE en la ronda italiana que arranca hoy en Durrës (Albania). El catalán criado en Jávea se ha ejercitado durante las últimas tres semanas en las cumbres granadinas, donde el equipo de Emiratos suele montar su training camp. Los resultados, según sostiene Ayuso, han sido muy satisfactorios: «En Sierra Nevada ha hecho buen tiempo y hemos podido entrenar durante muchas horas. La estancia en altura nos ha servido para prepararnos de la mejor forma posible. En este inicio de campaña todo ha ido muy bien, excepto dos o tres cosas que se pueden mejorar. Sólo estamos en mayo y ya he ganado más carreras que nunca a estas alturas del año. Espero seguir este camino en el Giro y, si es posible, mejorarlo».

La preparación física ha sido óptima y eso motiva a un ciclista al que no le agobia la responsabilidad de abanderar una nueva y osada generación de corredores. Asegura que su estado anímico es muy distinto al de comienzos de 2024, cuando estuvo castigado por una extraña lesión en el tendón de Aquiles. «La tranquilidad que he tenido ha sido una de las claves del buen rendimiento. Este año he tenido gran confianza en mí mismo, eso me da estabilidad y hace que las cosas salgan más fluidas, no más fáciles, pero sí más fluidas. Así todo se lleva mejor», advierte el corredor que ya exhibe 13 triunfos en su palmarés y que ha batido todos los récords de precocidad en el pelotón español.

Ayuso recalca que no hay mejor bálsamo que reencontrarse con los laureles y en ese aspecto destaca, sobre todo, la conquista de la general de la Tirreno-Adriático. «La experiencia en la Tirreno resultó muy buena, porque era el gran objetivo de la primera parte del curso. El año pasado ya la disputé y me gustó mucho. Estuve cerca de conseguir la victoria, terminé segundo, y desde entonces ya tenía claro que quería regresar para ganarla. Haber ganado me dio mucha seguridad para afrontar lo que viene ahora, que es el Giro», sostiene, mientras ordena, junto a Luke Maguire (jefe de prensa del UAE), su agenda de petición de entrevistas previas de un Giro de que acapara indiscutible protagonismo.

Ayuso se estrenará en la ronda por antonomasia de Italia, un país con el que siempre ha tenido una conexión singular. En 2021 se incorporó a la escuadra Colpack Ballan y se marchó a vivir a Italia, ese año se adjudicó el Baby Giro (la versión sub 23 de Giro de Italia), el Trofeo Piva y el Giro Belvedere. «Italia siempre será especial para mí. Mis comienzos están allí y ahora voy al Giro, la única gran ronda por etapas que no he disputado. El Giro es mi gran reto de la temporada, una prueba que voy a descubrir. Todo va a ser nuevo para mí, voy con muchas ganas de vivir todo eso», explica.

Ayuso, en Tirana este miércoles.

Ayuso, en Tirana este miércoles.LUCA BETTINIAFP

Para alcanzar su meta dispondrá de una formación de calidad y con notables escaladores, como Adam Yates, Isaac del Toro, Brandon McNulty, Rafal Majka, Jay Vine e Igor Arrieta. Filippo Baroncini es el único especialista en llano. «Tenemos el equipo más fuerte de la carrera. En este Giro hay mucha dureza y por eso hay que tener corredores que puedan estar adelante, para que en el caso de que yo arranque puedan esperarme. Disponer de todas esas cartas para jugar es muy importante. Aspiramos a lo máximo, que es ganar, pero el favorito es Primoz Roglic, que ya se anotó esta carrera [2023] y que se ha impuesto varias veces en la Vuelta [2019, 2020, 2021, 2024]. Es uno de los mejores del mundo. La presión cae sobre él, nosotros vamos con la ambición de ganar, creemos que es posible», advierte un escalador que atesora la virtud de desenvolverse con soltura en las contrarrelojes.

Los técnicos del UAE valoran la polivalencia, osadía y capacidad de liderazgo del joven español. «Sabe leer bien las carreras. Desde que era un crío se prepara como un profesional», dicen. Ahora, el chaval espera coronarse en su país talismán.

Roglic, el viejo ciclista que se calza zapatillas de 'runner' y toma zumo de cereza para desafiar a los 'centennials'

Roglic, el viejo ciclista que se calza zapatillas de ‘runner’ y toma zumo de cereza para desafiar a los ‘centennials’

Tras levantar la persiana de la habitación se calza las zapatillas de running y sale a la calle para desentumecer los músculos. Primoz Roglic (35 años) rompe tópicos. La mayoría de los corredores ve contraproducente compaginar la carrera a pie con la bicicleta, pero él no prescinde de una actividad que le sirve para recargar energías y despejar la mente. El esloveno es un runner que, siempre que puede, sale a correr durante 15 minutos. Después de las etapas suele consumir un batido de zumo de cereza que favorece la recuperación. Antes de cenar, merienda dos veces.

Para saber más

Roglic es diferente por hábitos y formación. Destacó en el esquí como saltador de trampolín, pero tras sufrir una grave caída se decantó por el ciclismo. No comenzó a entrenar en serio hasta poco antes de los 20 años y en 2014, con 25, debutó en el profesionalismo, una edad tardía entonces y más ahora, cuando los chavales dan el gran salto poco después de cumplir la mayoría de edad.

Ese retraso en acceder a la élite y las energías no quemadas explican el rendimiento de un veterano que no pierde la costumbre de ganar y se atreve a plantar cara a esa osada generación centennials que lideran su compatriota Tadej Pogacar y el neerlandés Mathieu van der Poel. Roglic tiene 35 años, pero en el ciclismo es como si tuviera cinco menos. Su perspectiva del ciclismo también es distinta al resto. Es difícil que pierda los estribos por una acción puntual en las carreras y es ambicioso como pocos. Thomas Gloag, uno de sus gregarios en el Visma durante el Giro de Italia de 2023, le definió así en el podcast How to become a Pro: «Primoz es un asesino absoluto sobre la bicicleta, es increíble. Tiene una concentración que rara vez se ve».

Roglic, además de inconformista, atesora una experiencia que supone un valor añadido, como ratificó el domingo con su magistral triunfo en la Volta a Catalunya, con el que frenó la espectacular proyección de Juan Ayuso (22 años). El viejo lobo doblegó a ese aspirante que pelea por arrebatarle el mando de la manada.

Miedo a la emboscada

El esloveno, tras un entretenido intercambio de golpes con español en los sprints bonificados en la etapa de clausura de la ronda catalana, derrotó a su rival con una sorprendente iniciativa: atacar de lejos. En teoría, él es más rápido de Ayuso en sprints cortos, por lo que le hubiera valido apurar hasta el final. Pero consciente de que su equipo era inferior al UAE y que podría caer en una emboscada, atacó a falta de 20 kilómetros para la meta. Un acelerón que descolocó a sus enemigos y dejó en anécdota el segundo de ventaja que tenía Ayuso en la salida de la última jornada. Durante 20 kilómetros, el pelotón fue incapaz de neutralizarle y se presentó en la meta con 19 segundos. «Después del segundo sprint intermedio no tenía otra opción. Si quería ganar, tenía que hacer algo y por eso ataqué. He tenido piernas y he disfrutado mucho», dijo el esloveno. «Roglic ha sido superior. Me voy bastante tranquilo, porque sé donde he fallado», recalcó Ayuso

Nuevo éxito para Roglic, que ya suma 91 victorias, entre ellas cuatro Vueltas a España, un Giro de Italia, un oro olímpico en contrarreloj, dos Tirreno-Adriático y dos Voltas a Catalunya. El triunfo de ayer supone un golpe para la moral de Ayuso, que buscará la revancha en el Giro de Italia del próximo junio.

Mientras llega la Corsa rosa, el pelotón se centra en las electrizantes clásicas de primavera. Esta semana comienzan los desafíos en los adoquines. El miércoles se disputa A Través de Flandes y el domingo, el segundo Monumento de la temporada: Tour de Flandes, donde Pogacar defiende título. La París-Roubaix, con una nueva pugna entre el esloveno y Van der Poel, se celebrará el 13 de abril.