Mats Hummels, el capitán eterno y mejor jugador de esta Champions que ha retirado a todos

Mats Hummels, el capitán eterno y mejor jugador de esta Champions que ha retirado a todos

Cuando Mats Hummels debutó en el Borussia Dortmund en la temporada 2007/2008, era el más joven del campo. Cuando Mats Hummels salte al césped de Wembley este sábado, será el más viejo del terreno de juego... hasta que salga Modric. Han pasado casi 17 años desde que disputó su primer partido como jugador amarillo y, a día de hoy, todos los compañeros de aquella plantilla están retirados.

No es que Hummels sea alguien muy mayor, 'solo' tiene 35 años, pero ha sido uno de esos jugadores rara avis que se mantienen en la élite mucho tiempo. Tanto y a un nivel tan alto, que el central amarillo es, por puntución UEFA, el mejor jugador de esta Champions, por delante de Mbappé y Vinicius. El alemán tiene 586 puntos, por 576 del francés y 504 del brasileño. Dependerá de lo que ocurra en Wembley que la clasificación se mantenga así, toda vez que Mbappé ya no podrá sumar más puntos en su casillero.

Precisamente, su marcaje al parisino y las dos porterías a cero del Borussia frente al PSG en las semifinales de la competición son los que le han permitido distanciarse de los dos grandes delanteros del momento y que, si no hay un terremoto, jugarán juntos en el equipo blanco el año que viene.

"Mats supo cuestionarse para volver a ser imprescindible. Actualmente es impresionante. Han pasado años desde que fue tan convincente. Permite a nuestro equipo estar mejor equilibrado y gestionar situaciones de peligro con mayor tranquilidad", es Edin Terzic quien elogia a su pupilo y el nivel que ha alcanzado este año.

Hummels le limpia un balón a Mbappé.

Hummels le limpia un balón a Mbappé.FRANCK FIFEAFP

Seguro que tras llegar a la final, algo que el jugador alemán calificó de ser "un sueño" en un aceptable español que aprendió en el colegio, obtuvo el pulgar hacia arriba de su padre y representante Herman Hummels. Costumbre que realiza con su hijo, al que entrenó en las categorías inferiores del Bayern, después de cada encuentro. "Conoce el fútbol desde hace 35 años y no me gustan mucho los representantes", explicó el futbolista sobre él en una entrevista. A día de hoy, ninguno está ya en las filas del gigante bávaro, pese a que Mats volviera tres años entre 2016 y 2019.

Precisamente fue Hermann, como entrenador de fútbol base del Bayern Múnich, quien retrasó la posición del pequeño Mats desde la punta de ataque, primero hasta el mediocentro defensivo y después hasta la posición de central que ocupa hoy. De hecho, cada vez que le preguntan a Hummels quién es su jugador preferido, sigue eligiendo a Zinedine Zidane, fruto de ese deje ofensivo que le dejaron sus años en el último cuarto de campo.

Ya son muchos años jugando como central, primero formando una pareja indiscutible junto al serbio Subotic, que llegó a la cumbre en 2013. El 25 de mayo de ese año se jugó en Wembley la primera final alemana de Champions de la historia. Borussia y Bayern disputaron 90 minutos a sangre y fuego, pero Hummels no llegó en las mejores condiciones. Al final, los bávaros impusieron su condición de favoritos ante el imberbe Dortmund de un ya conocido Jurgen Klopp.

Amistad con Klopp

Precisamente, el ya ex entrenador de Liverpool fue uno de los primeros en felicitar a Hummels cuando fichó por el Bayern en aquel periodo de tres años. El central alemán siempre ha admitido que sin sus consejos no cree que pudiera haber llegado al nivel que está exhibiendo hoy y el que le ha permitido tener una nueva oportunidad en Wembley.

Aunque mantenga el 7-1 de Alemania a Brasil en el Mundial carioca como el partido preferido en su carrera, quién sabe si no tiene la oportunidad de hacer historia en Londres y ayudar al Borussia a conquistar su segunda Champions. Lo que es seguro es que si lo consigue, no lo celebrará con una cerveza, la aborrece, lo hará con uno o varios gin tonics.

Lucho, 'c'est fini'

Lucho, ‘c’est fini’

Actualizado Martes, 7 mayo 2024 - 23:50

Un PSG tenebroso, maldecido por los postes, provoca la nueva hecatombe del jeque de Doha. Cientos de millones perdidos en el desierto, porque su representante especial en París, llegó a decir que Luis Enrique es el mejor entrenador del mundo, cuando sólo es técnico insoporrablemente mediocre, soberbio y pretencioso.

A Mbappé le va a caer la ira de Luis Enrique, de los fanáticos y del propio equipo-estado. Si pudieran lo enterrarían en el las dunas

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El Dortmund maniata al PSG y apaga el último sueño de Mbappé en París

El Dortmund maniata al PSG y apaga el último sueño de Mbappé en París

Lloró París. Se quedó helado Kylian Mbappé. Se acababa una era sin el título más deseado. No habrá visita a Wembley, ni adiós glorioso para el mejor jugador francés, que se marchará con el dolor de dejar una tarea pendiente. La gloria se la robó Hummels, líder de un Dortmund arremangado, capaz de asaltar un lugar que nadie le reservaba: la final de la Champions. [Narración y estadísticas (0-1)]

El Parque de los Príncipes se vistió de fiesta convencido de que nadie podría aguársela, sin embargo, la realidad fue otra: sufrió y mucho. El Dortmund se agarró a su ventaja con uñas, dientes y mucha cabeza. Ni se les pasaba por la mente ser los colaboradores necesarios en la noche de un PSG que no pudo avasallar. Y es que todos en el estadio sabían que darle la vuelta al guión de estas semifinales pasaba por las letras que escribiera Mbappé, siempre vigilado con disciplina germánica.

Quiso Luis Enrique que luciera su estrella acomodándole donde más le daño hace, escorado en la banda izquierda, estirando a la defensa e inquietándola con sus movimientos. A Gonçalo Ramos lo reclutó para que recogiera sus centros y los de Dembélé o Hakimi, que fue el primero en servirle un balón. Con ese remate y una volea de Mbappé sin complicaciones para el meta Kobel quiso meter el miedo en el cuerpo al Dortmund. También lanzó un aviso Vitinha de que, incluso mirando a la grada, es capaz de dejar a su compatriota Ramos en posición de disparo a puerta.

Aún así, los alemanes ni se inmutaron. Es cierto que ni tenían el control del partido ni podían correr, pero estaban cumpliendo con el plan de Edin Terzic. Era cuestión de esperar que la ansiedad de los parisinos le abriera los espacios. Empezaron a aparecer mediada la primera parte, aunque Adeyemi ya había avisado rematando una asistencia con el pecho de Füllkrug, que mantenía entretenidos a Marquinhos y Beraldo. Menos protagonismo tuvo Jadon Sancho porque Nuno Mendes aprendió de su sufrimiento en el Wetsfalenstadion y Luis Enrique le puso ayuda.

Providencial Hummels

El duelo derivó en un intercambio de golpes. Otra vez Füllkrug hizo de pared en la línea de fondo para, de espaldas, fabricarle a Ryerson un remate franco que no atinó a colocar entre los tres palos.

Mbappé tenía que aparecer y lo hizo conduciendo desde la orilla al corazón de área hasta encontrar el agujero por donde servirle a Dembélé una ocasión más. La oportunidad para romper el empate la tuvieron los dos equipos en el minuto 34. De una portería a otra. Fue primero el astro francés quien, asociado con Vitinha y Fabián, se coló en el punto de penalti y, cuando armaba la pierna, vio cómo un imperial Hummels aparecía para arrebatarle el balón.

La jugada continuó en una carrera endiablada de Adeyemi desde su campo hasta toparse con Donnarumma. No perdía el orden el Dortmund pero tampoco la más mínima ocasión de aumentar su ventaja viendo que el PSG no se desataba. Probó Vitinha desde fuera del área y Mbappé hasta cambió de banda buscando la forma de hacer daño al filo del descanso. No sólo no lo lograron sino que fueron castigados al regreso del vestuario.

Estrellado en los postes

Subió las revoluciones del partido el PSG y un centro de, otra vez, Mbappé lo intentó cazar Ramos en el primer palo y acabó desviándolo para que Zaïre-Emery, en el segundo, estrellara su remate en el poste. Era un primer paso que se volvió insuficiente cuando el Dortmund golpeó. Brandt botó un córner para que el cómodo testarazo de Hummels en adelantaba a los alemanes y obligaba al PSG a hacer dos goles para forzar, al menos, la prórroga.

No podían rendirse aunque la decepción fue un lastre inevitable no tanto en las botas como en el ánimo. El acoso era la única vía posible y lo vio venir Terzic, que renunció al peligro de Adeyemi para amurallarse colocando a Süle como tercer central. Ni una grieta podría abrirse en el muro, porque los franceses la pensaban encontrar, como hizo Nuno Mendes con un disparo que, de nuevo, se estrelló en el palo. La madera fue una aliada del Dortmund en toda la eliminatoria.

Probaba si fortuna Ramos, a quien Luis Enrique envió al banquillo buscando el genio de Marco Asensio, y no desistía Mbappé, primero aprovechando una asistencia de Dembélé para poner un centro sin rematador y después un disparo que salvó la mano de Kobel. Entretanto vio cómo a Hummels le anulaban otro gol por fuera de juego mientras que él, con el equipo de su espalda, no podía hacer más. La desesperación aumentó cuando, con el campo inclinado hacia Kobel, primero Mbappé y Vitinha se estrellaron con el larguero. Fue imposible derribar el muro.

El PSG, entre la falta de liderazgo de Mbappé y el mal fario con los palos

El PSG, entre la falta de liderazgo de Mbappé y el mal fario con los palos

Actualizado Jueves, 2 mayo 2024 - 17:22

La máxima exigencia de una semifinal de Champions se llevó por delante los buenos deseos del PSG en Dortmund. El equipo de Luis Enrique acumuló el 57% de posesión y 158 pases más que el Borussia, por lo que terminó corriendo casi 10 kilómetros menos. Sin embargo, su déficit en la presión y su falta de acierto en las áreas resultaron determinantes. "Los jugadores no son robots ni máquinas. Nos faltó intensidad en un ambiente adverso", admitió el técnico asturiano.

El PSG perdió demasiados duelos ante un adversario más limitado técnicamente, pero con mucha mayor determinación. Nuno Mendes y Bradley Barcola parecían cohibidos, como Warren Zaire-Emery, sin esa potencia de las últimas semanas para proyectarse en ataque. Por no hablar de Kylian Mbappé y Ousmane Dembélé, las estrellas de su ataque, sin la precisión necesaria ante una de las defensas más vulnerables de la Champions.

Mbappé sólo pudo disparar una sola vez, al poste, a lo largo de 90 minutos y su actuación recibió el suspenso del diario L'Equipe (4/10). El astro francés completó dos de sus siete regates y ganó tres de sus 10 duelos sobre la hierba del Westfalenstadion. Su falta de liderazgo contrastó con el acierto de Mats Hummels, autor de uno de sus mejores partidos de los últimos años. Los remates al poste de Mbappé y Achraf Hakimi prolongaron la racha del PSG, el equipo que más veces se ha estrellado contra la madera en la vigente Champions (10).

El mal tino de Dembélé

Dembélé, en su regreso a Dortmund, recibió los pitos de la hinchada amarilla cada vez que entraba en contacto con el balón. El extremo, autor de dos lanzamientos algo precipitados durante el tramo inicial, nunca supo marcar la diferencia y desperdició en el minuto 77, con un remate alto, la mejor ocasión parisina.

La imagen de Lucas Hernández tirado sobre la hierba durante varios minutos tras el gol de Niclas Füllkrug, antes de abandonar el partido por lesión, era la de un equipo sorprendido y dominado. Un solo pase de Nico Schlotterbeck bastó para perforar al centro del campo y la defensa parisina y hacer rugir el Muro Amarillo. Y aún pudo ser peor si Julian Brandt logra definir ante Gianluigi Donnarumma una clara oportunidad en el minuto 84.

Mensaje optimista

Dejando a un lado las preguntas sobre haber renunciado a cuatro cambios, Luis Enrique reiteró durante la rueda de prensa un mensaje de optimismo: "Vamos a clasificarnos para la final". Para ello será necesario elevar el nivel táctico y físico, especialmente en lo que respecta a su defensa: Nuno Mendes sufrió demasiado en el carril izquierdo ante Jadon Sancho. Pero Luis Enrique apenas cuenta con margen de maniobra por la probable baja de Lucas Hernández, víctima de su problema en la rodilla izquierda y sustituido en el eje de la zaga por Lucas Beraldo.

La inexperiencia del brasileño y la irregularidad manifiesta de Danilo convierten al capitán Marquinhos en el único central con galones para aguantar física y mentalmente, a un rival que viene mostrando gran peligro cada vez que logra pisar el área rival. Tras eliminar al Atlético de Madrid, el Edin Terzic podría dar la sorpresa en el Parque de los Príncipes y convertirse en la gran revelación en la final de Wembley.