Baloncesto: Aldama mira a los ojos a Antetokounmpo y España sueña tras ganar con sufrimiento a Grecia

Baloncesto: Aldama mira a los ojos a Antetokounmpo y España sueña tras ganar con sufrimiento a Grecia

Esta sí es España, su amor propio, su baloncesto de carácter pese a las complicaciones, pese a tener un monstruo enfrente y un abismo debajo. La selección, con un Santi Aldama majestuoso (19 puntos y 12 rebotes), mirando a los ojos de Giannis Antetokounmpo (frustrado pese a su despliegue, 27-11), tumbó a Grecia y, de repente, sueña en los Juegos, medio billete hacia la fase final de París.

Fue un mal comienzo, un precioso despertar y una segunda parte de pura resistencia. Fue un ejercicio de coraje, tan propio de lo que siempre fue España y de lo que no se vio el primer día ante Australia. Fue una bonita mañana en Lille, con Aldama confirmándose como héroe y un colectivo en el que todos tienen algo que aportar, hasta un heroico Jaime Pradilla.

La obsesión, era evidente, se llamaba Giannis. Lo que genera para él, con ese inabarcable físico, y lo que da al resto, aunque Spanoulis, de inicio, no le rodeara precisamente de tiradores. No podía ser una labor individual su defensa. Y el amanecer fue otra vez raro, a remolque, con los despistes desesperantes como síntoma (12-20).

Sólo Santi Aldama lucía, pletórico su debut olímpico, de tú a tú a una estrella NBA. Anotó 10 de esos 12 primeros puntos. Pero faltaba una chispa que hiciera despertar a España, volver a ser ella misma, devolver la alegría, la agresividad... Primero la zona defensiva, pero en el otro aro, quien mejor revolucionario que Sergio Llull.

Llull, ante Antetokounmpo, en el Pierre Mauroy de Lille.

Llull, ante Antetokounmpo, en el Pierre Mauroy de Lille.SAMEER AL-DOUMYAFP

Su irrupción en cancha fue un torrente de energía. Enhebró 11 puntos de carrerilla, triples imposibles de los que desesperan a cualquiera. Y todos se contagiaron de su magia. Porque compartía cancha con Rudy, Alberto Díaz y Garuba, que oscurecieron el panorama a una Grecia que no era consciente de que lo peor estaba por llegar. Porque nadie les había advertido de quien iba a ser el siguiente en golpear, un secundario con amor propio por las nubes, Jaime Pradilla.

En contraste con Juancho Hernangómez, el maño se comió la cancha. Sin complejos, un triple desde la esquina, rebotes y más puntos del invitado sorpresa. Para osadía la de Brizuela, más madera a una España desatada, al fin ella, volando en el Pierre Mauroy. El acierto de golpe y Grecia quebrada, salvada por la campana del descanso, 14 abajo tras un parcial de 16-3 y 11 triples como puñales a su baloncesto.

Fueron 16 después, pero faltaba un mundo y Grecia volvió, tres marchas más tras el descanso, al límite de la intensidad. Y para España cada canasta ahora suponía un Everest. La zona le dio otro poco de aire, pero se estaba condenando a la agonía. Y eso que Aldama tiró de carácter ante Anteto. La resistencia no era un buen plan. Un triple de Tolioupoulos -el héroe griego inesperado- sobre la bocina puso toda la carne en el asador con un round por disputar.

Y la selección era un flan, derretida ante las virtudes de Giannis, que asestó cinco puntos más para llegar a la orilla. Había dejado escapar España un tesoro y ahora ya era una moneda al aire. Tres triples seguidos, algunos asombrosos (dos de ellos de un Rudy que después se retiró con un mal golpe en el cuello) y el descanso de la estrella NBA fueron aliento, oxígeno clave después.

Volvió Giannis y Grecia empató (71-71). Pero España supo transformar el miedo en acicate, tiró de corazón y experiencia, se vino arriba con ocho puntos seguidos, cuatro de ellos de un Aldama todo cara dura, mostrando al mundo su dimensión. Quedaban poco más de dos minutos y en ese abismo supo manejarse la selección, con los tiros libres de Willy y una canasta sobre la bocina de Alberto Díaz que quizá sea un diamante para el basket average. Ahora todo serán cábalas para intentar llegar a París, aunque un triunfo ante la temida Canadá el viernes sería definitivo.

La intrahistoria del surfista que levita, la mejor fotografía de los Juegos Olímpicos: “Hice cuatro disparos y uno de ellos fue éste”

Actualizado Martes, 30 julio 2024 - 09:39

El brasileño Gabriel Medina, tres veces campeón del mundo, sale disparado de una ola de cinco metros, aparece al otro lado y completamente en vertical, como si levitara por encima del agua, hace el símbolo de la victoria. Ha ganado: el oro en shortboard es suyo. Pide un 10 porque su ejercicio ha sido sublime y le dan un 9.9, la mejor puntuación de la historia de los Juegos Olímpicos, pero se lleva otro premio.

Desde un barco cercano, Jerome Brouillet, fotógrafo de la agencia AFP, capta el momento. "Pam, pam, pam, pam". Ya está. La mejor foto de estos Juegos de París y seguramente la mejor foto deportiva del año.

"Las condiciones eran perfectas, las olas eran más altas de lo que nadie esperaba. Yo estaba en el barco junto a otros seis fotógrafos y no podía ver a Medina, que estaba dentro de la ola. De repente apareció, hice cuatro disparos y uno de ellos fue este", explica Brouillet que se ríe de quien asume que fue Photoshop o Inteligencia Artificial y resta mérito de su toma: "No fue una fotografía difícil. Sólo había que calcular el momento y el lugar por dónde Medina saldría de la ola. Ha tenido repercusión, pero estoy seguro que mis compañeros fotógrafos, con los que estaba en el barco, no la recordarán la semana que viene".

La viralización y sus motivos

"Me sorprendió la repercusión, en redes sociales he tenido muchas interacciones", añade Brouillet, cuya instantánea apareció casi de inmediato en centenares de medios de comunicación del mundo, entre ellos en la retransmisión en vivo de la ESPN, por lo que tuvo mucho impacto en Estados Unidos.

El gesto tranquilo de Medina, consciente de su victoria tiene fuerza, pero el valor de la fotografía reside en su apariencia engañosa: el surfista parece que está de pie en tierra firme, la tabla también está recta e incluso la cuerda aparece completamente horizontal.

Un sable de bronce para la redención de Ucrania

Un sable de bronce para la redención de Ucrania

Entró en el palacio de cristal como si fuera un caballero medieval, con su sable y su armadura, agitando su larga melena rubia, antes de colocarse la visera. Sobre la máscara de protección, los colores de su bandera: azul y amarillo. Sobre su espalda, su nombre, jaleado por parte de la grada cada vez que conseguía tocar a su contrincante y anotar un punto: Kharlan. Acabó logrando la primera medalla olímpica para Ucrania.

Olga Kharlan (Mykolayv, 33 años) era ayer uno de los focos de atención en el majestuoso palacio de cristal donde se están celebrando las pruebas de esgrima,el Grand Palais. La atleta ucraniana, además de en lo deportivo, fue protagonista porque, con su sable, ha hecho bandera de la batalla para impedir la presencia de los deportistas rusos en estos Juegos Olímpicos de París.

La campeona olímpica fue eliminada del mundial de esgrima de Milán el año pasado tras haberle negado el saludo a su contrincante, la atleta rusa Anna Smirnova, de 23 años. Esta representaba al país bajo el estatus de «atleta individual neutro».

Después de la prueba, como es habitual, la rusa se le acercó, pero Kharlan la apartó con su sable antes de girarse y marcharse. La guerra en el país, el debate sobre la relación entre la geopolítica y el olimpismo, se escenificó en aquella pista aquel mes de julio, a través de dos mujeres vestidas de blanco y espada en mano.

La rusa protestó ante la federación de esgrima, que descalificó a Kharlan. Esta no ha dejado de defender su causa: «Nunca le daré la mano a un atleta ruso», reivindicó. El destino de la campeona ucraniana en estos Juegos estuvo en el aire hasta que el presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, le envió una carta invitándole a participar en el evento olímpico y se le retiró la sanción. Kharlan tiene cuatro medallas olímpicas y 60 podios mundiales.

«Me resulta imposible imaginar cómo te sientes en estos momento: con la guerra en tu país, el sufrimiento de la población en Ucrania, la incertidumbre sobre tu participación en el Mundial de Milán (...) Es admirable cómo has gestionado esta increíble situación y quiero expresarte mi apoyo», le decía Bach en la misiva.

En el Grand Palais de París, bajo su impresionante cúpula, Kharlan fue batiendo ayer a sus contrincantes. Empezó por la mañana imponiéndose a su rival japonesa. Cada punto anotado, la ucraniana gritaba. Después, eliminó a la de Azerbaian y a la italiana. La eliminó la francesa para llegar a la final, pero consiguió imponerse a la coreana y lograr el bronce, la primera medalla para Ucrania.

Últimos juegos

Estos de París pueden ser sus últimos Juegos, pues ella misma ha ya ha dicho que quiere tomarse un tiempo de descanso. La guerra rusa en su país y su combate para denunciar la participación rusa, la han desgastado.

Kharlan dijo que, tras la guerra, pensó en dejar el esgrima. «En la competición tenía muchas ganas de demostrar algo y ganar para mi país y para mis padres, porque el deporte da esperanza y emociones positivas. Pero durante medio año no tuve fuerzas para un mínimo resultado individual o de equipo», dijo cuando fue descalificada en el mundial de Milán.

En estos Juegos no han participado esgrimistas rusos ni tampoco bielorrusos. Podían hacerlo pero no con su bandera, sino bajo el estatus de atleta individual neutral. Ninguno de los que podrían haber competido se inscribió.

La que quedó eliminada en su debut olímpico fue la esgrimista española Lucía Martín-Portugués. La deportista, que aspiraba a lograr medalla, fue abatida a la primera. «Qué vergüenza, he perdido a la primera cuando venía a por medalla. No me he encontrado», dijo la atleta, llorando, en declaraciones a la prensa. En la grada la arroparon las infantas Leonor y Sofía, así como por presidente el del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco. La española ha devuelto el esgrima español a la competición olímpica tras 16 años sin participación.

Aplazada la prueba de triatlón por la mala calidad del agua del río Sena

Aplazada la prueba de triatlón por la mala calidad del agua del río Sena

Actualizado Martes, 30 julio 2024 - 07:33

La prueba de triatlón masculino de los Juegos Olímpicos de París, que debía disputarse de este martes, se ha pospuesto, en principio, a este miércoles debido a que el agua del Sena no es apta para el baño, según ha informado la organización de los JJOO.

El anuncio llega después de que las fuertes lluvias de las últimas horas empeoraran los niveles de calidad del agua, lo que ya había impedido realizar algunos de los entrenamientos a los deportistas olímpicos.

La prueba masculina se celebrará este miércoles a partir de las 10:45 hora local, después de la femenina, que ya estaba prevista para las 8:00.

"El clima es bueno, el calendario nos lo permite, no hay inquietud", ha confirmado la ministra francesa de Deportes, Amélie Oudéa-Castéra, sobre la posibilidad de un retraso.

Dicha problemática sobre que el agua del Sena no es apta para el baño, recuerda el chapuzón de la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, este 17 de julio, aun sin cumplir, el agua del río Sena, las condiciones para el baño por una excesiva concentración de bacterias E. coli. La alcaldesa de la capital francesa se dio el esperado baño, junto al responsable del Comité Organizador de los Juegos de París 2024, Tony Estanguet, y del prefecto (delegado del Gobierno) en la región Ile de France, delante de decenas de periodistas y cámaras.,

La ministra ha añadido que los resultados de los análisis de las últimas muestras estarían listos para las 04:00 de este martes. Incluso con un retraso de la prueba masculina, se está "dentro del margen de seguridad" para poder celebrarla, ha recalcado.

"Hay una mejora continuada desde este pasado domingo, esperamos estar dentro del nivel autorizado para el baño", ha constatado también el vicealcalde de París y responsable de Deportes en el Ayuntamiento, Pierre Rabadan, sobre el nivel de calidad del agua.

Las autoridades francesas han invertido 1.400 millones de euros en los últimos años en una serie de obras de infraestructura para mejorar la calidad del agua del río, y está previsto que a partir de 2025 los parisinos puedan bañarse en varias zonas de la ciudad.

El Sena también será el escenario del maratón de natación (10 kilómetros) de los JJOO, el 8 de agosto para la prueba femenina y un día después para la masculina.

Un total de 56 deportistas tenían previsto competir en el triatlón masculino de este martes, cuyo recorrido de natación, de 1.500 metros, comienza en un pontón flotante colocado junto al histórico puente de Alejandro III.

El sorteo de los puestos en el pontón para la competición masculina había tenido lugar este pasado domingo, mientras que el de la femenina fue este pasado lunes.

Ola de calor

Además, este martes llega una ola de calor a París que elevará los termómetros hasta los 36 grados centígrados en las sedes olímpicas parisinas. Por el momento, el Comité Organizador Olímpico no ha previsto ningún aplazamiento de las competiciones debido a las olas de calor.

Los deportistas "están acostumbrados", subrayó este pasado lunes en BFMTV el ministro delegado de Salud, Frédéric Valletoux, invitando a los espectadores a hidratarse bien.

Del ‘Balita’ al ‘Balín’, la hora de Rafa Lozano júnior: “Eso que tenía mi padre… No va a haber otro igual”

Actualizado Lunes, 29 julio 2024 - 23:48

Al encuentro con EL MUNDO en la Villa Olímpica de Saint-Denis, al mediodía del lunes, acuden con paso ligero, tan simpático el padre, tan serio el rictus el hijo. Es normal, Rafael Lozano júnior lleva días sin comer ni beber demasiado y «cuando no está la comida ya te sienta mal todo». Porque tiene que dar el peso (-51 kilos) para su combate de de octavos de final contra el australiano Yusuf Chothia (11:32 h.). «No le conozco demasiado, nunca me

Hazte Premium desde 1€ el primer mes

Aprovecha esta oferta por tiempo limitado y accede a todo el contenido web

Si lo prefieres
<!--

¿Ya eres Premium? Inicia sesión

--> <!--

Cancela cuando quieras

-->

Nadal y la pelea que seguirá hasta que vuelva a ganar: “No puedo pensar cada día en mi retirada”

Actualizado Lunes, 29 julio 2024 - 22:47

Después de una derrota, Rafa Nadal nunca necesitó aliento, un «¡Alegra esa cara!», porque en esos momentos el fuego le arde por dentro y sólo quiere abrasarlo todo, pero un periodista colombiano lo intentó este lunes en la zona mixta de Roland Garros. Con gracia paisa, le reclamó una sonrisa. Y Nadal le miró, elevó su ceja izquierda hasta el cielo, se abrió de brazos y le dejó claro que no estaba para fiestas: «Con una derrota así, ¿Qué te espera

Hazte Premium desde 1€ el primer mes

Aprovecha esta oferta por tiempo limitado y accede a todo el contenido web

Si lo prefieres
<!--

¿Ya eres Premium? Inicia sesión

--> <!--

Cancela cuando quieras

-->
La tragedia del primer olímpico palestino, Abu Maraheel: Arafat, las víctimas de Múnich'72 y la muerte en Gaza

La tragedia del primer olímpico palestino, Abu Maraheel: Arafat, las víctimas de Múnich’72 y la muerte en Gaza

Unos misiles que se dirigen a unos niños mientras juegan al fútbol aparecían estampados en la camisa que el boxeador Wassem Abu Sal lució durante la ceremonia inaugural. Una bandera palestina tatuada en el pecho podía apreciarse en el pecho de Yazan Al-Bawwab durante las series de 100 espalda. El nadador levantó la mano con el signo de la victoria mientras la grada de La Defénse Arena secundaba su causa. Ninguno progresó, eliminados, pero dejaron su mensaje, del mismo modo que lo hizo el primer palestino olímpico, Majed Abu Maraheel, en los Juegos de Atlanta, en 1996.

El tiempo era distinto, un tiempo de esperanza tres años después de los acuerdos de Oslo por los que se creaba la Autoridad Palestina. Abu Maraheel ofreció entonces un mensaje de paz, alejado de las hirvientes reivindicaciones actuales bajo los bombardeos israelíes. Entonces no imaginaba el destino trágico que le aguardaba, fallecido en Gaza semanas antes de iniciarse los Juegos de París por falta de asistencia sanitaria para los tratamientos que recibía por sus problemas renales. En su nombre y en el de más de los 36.000 fallecidos en Gaza, unos 340 deportistas profesionales, hablan sus sucesores. La paz es su medalla, la medalla de la utopía.

"Francia no reconoce a Palestina como país [al contrario que España], así que estoy en París para mostrar esta bandera", dijo al señalarse el pecho Al-Bawwab, sin problemas para contestar a todo lo que le preguntaran en la zona mixta de La Defénse Arena. Era su pequeña victoria. Más esquivo se mostraba el israelí Adam Maraana, que tomó parte en las mismas series de 100 espalda, el domingo, pero sin enfrentarse directamente: "No dejen que les engañen con la desinformación".

"No nos tratan como a seres humanos, así que estar aquí nos sirve para demostrar que somos iguales a todos los demás, que merecemos otro trato", insistió el nadador palestino. "Quiero mostrar el mundo la dignidad de toda Palestina", afirmó, por su parte, el púgil que llevó la bandera sobre la embarcación más aplaudida en el Sena, junto a la francesa.

"Curar heridas del pasado"

Mensajes muy distintos a los que dejó Abu Maraheel en 1996: "Con mi presencia ya ganamos la medalla de oro. Esto ayudará a curar heridas y borrar algunas imágenes amargas del pasado". Lamentablemente, en Oriente Medio el pasado siempre vuelve, de la Guerra de los Seis Días, la del Yom Kippur o las matanzas de Sabrá y Shatila a la masacre de Hamás y los bombardeos en Gaza. En 1996, el Comité Olímpico Internacional (COI) admitió en su seno a Palestina, pese a no ser reconocida por la comunidad internacional, en base a su independencia jurídica, hecho por el que Abu Maraheel compitió en Atlanta, eliminado en la primera ronda de los 10.000 metros, en la que acabó decimoprimero.

Pero los Juegos no acabaron ahí para el primer atleta y abanderado olímpico de Palestina. Abu Maraheel explicó su mensaje a todos los periodistas internacionales que pudo. "Corro por la paz y nada más que por la paz", declaró en el Atlanta Journal. Además, se reunió con miembros de la comunidad judía de la ciudad y familiares del atentado de Múnich'72, donde fallecieron 11 miembros de la delegación israelí y varios terroristas del grupo palestino Septiembre Negro, que habían sido invitados por el comité organizador.

Nacido en un campo de refugiados

Era un personaje ideal para explicar la realidad palestina, porque su vida era la historia de su pueblo en carne hueso. Había nacido en 1963, en el campo de refugiados de Nuseirat, en la Franja de Gaza, donde sus padres se instalaron tras huir de Beersheba. Empezó a trabajar como obrero de la construcción en Erez, por lo que a diario realizaba el trayecto a la carrera, una veintena de kilómetros en la que sólo se detenía en los 'checkpoints', que acabaron por ser su mejor entrenamiento.

Empezó a jugar en el Al Zaytoon, club de fútbol local, pero pronto se decantó por el atletismo. Después de ganar una carrera en la que Yasir Arafat era el encargado de entregar los premios, el líder palestino le preguntó si estaría interesado en formar parte de su séquito de seguridad cuando visitaba Gaza. De esa forma comenzó una relación que le llevó a simpatizar con Fatah, aunque alejado siempre de las posiciones más radicales. Ni siquiera después de que su hijo fuera herido en una incursión israelí en Gaza, cambió su mensaje.

'Wild card' del COI

Jamás dejó el deporte, empeñado en formar atletas palestinos que pudieran seguir su ejemplo, pero por méritos propios, no por razones diplomáticas, a través de las wild card del COI. De los ocho deportistas palestinos en París, siete han llegado por esa vía.

Los bombardeos israelíes obligaron a Abu Maraheel y su familia a ir a un campo de refugiados. Su estado de salud se había deteriorado debido a la insuficiencia renal de la que era tratado hasta que fue imposible debido al deterioro de la sanidad en la Franja. Familiares y allegados intentaron llevarlo a Egipto, pero fracasaron y Abu Maraheel falleció el 11 de junio, un mes antes de los Juegos, en el campo de Nuiserat, el mismo lugar donde nació tras la huida de sus padres, como si nada hubiera cambiado tras una vida entregada al deporte y a la paz.

Hugo González, sexto, acaba en el frustrante mismo lugar que en Tokio: "Si estuviera contento, no sería deportista"

Hugo González, sexto, acaba en el frustrante mismo lugar que en Tokio: “Si estuviera contento, no sería deportista”

En el mismo lugar que en Tokio, sexto. Tres años después, la sensación es frustrante para Hugo González. Tampoco el tiempo le consuela: apenas cinco centésimas más rápido (52.73 frente a los 52.78 de entonces). Lento para un podio olímpico, que exige lo mejor que cada nadador en el momento decisivo. Le sucedió a quienes subieron al cajón pretendido por el español. Se impuso el italiano Thomas Ceccon, que fue cuarto en la capital nipona, con unos excelentes 52.00, y en segundo lugar concluyó el chino Xu Jiayu, cuarto entonces. Si Hugo les hubiera seguido en la progresión, hoy tendría al menos el bronce. "Si estuviera contento, no sería deportista", dijo el español. Eran las palabras de la frustración.

Sabe Hugo que los 100 espalda no son su mejor prueba, aunque su resultado en Tokio fuera mejor que el de los 200, donde no alcanzó la final y se marchó entre quejas por las pocas ayudas que recibían los nadadores, a su entender. A partir del miércoles, cuando nadará las series y semifinales, si se clasifica, tiene su segunda gran oportunidad. Desde Tokio, el español ha trabajado tanto la salida como la velocidad, más determinantes cuanto menor lo es la distancia, en sus entrenamientos en California, aunque con la asesoría compartida de su entrenador de siempre en el Canoe, José Ignacio González, 'Taja'. "En menos de 48 horas tenemos la oportunidad de demostrar que hemos llegado mejor", insistió.

Mala salida

En París no ha podido, por ahora, mostrar los teóricos resultados. Mala fue su salida y mala su progresión, con un giro en 25,52 que empeoraba incluso en una centésima el de las semifinales. Entonces su tiempo fue de 52.95, por lo que en la final nadó más rápido el segundo 50, pero fue insuficiente.

La decisión de irse a Estados Unidos, crucial para el salto competitivo necesario, al entrar en el ecosistema universitario, donde se enfrenta en las ligas a los que serán sus rivales en los Juegos, ha sido un ir y venir, en Auburn, Virginia y finalmente California, hasta que se asentó en el grupo de Dave Durden, en Berkeley, nombrado, además, jefe del equipo estadounidense de natación. No es un viaje indispensable, como demostró el caso de Mireia Belmonte, pero se repite en los grandes nadadores olímpicos españoles, desde Martín López Zubero, afincado en Estados Unidos, a Sergi López o ahora Hugo. Al mallorquín le falta el podio que ellos consiguieron.

Más lento que en Doha

A pesar de que partía con grandes esperanzas también en el 100, donde fue plata en el pasado Mundial, hace unos meses en Doha, Hugo debe reponerse rápido mentalmente. En la capital qatarí fue capaz de nadar 52.70, registro que no pudo igualar en la piscina de La Defénse, donde fue tres centésimas más lento. Las referencias de un Mundial en año olímpico, apretado el calendario todavía por los efectos de la pandemia, no son las más interesantes, ya que muchos nadadores priorizan la preparación para alcanzar el pico de máximo rendimiento en los Juegos.

Si tiene algo que ver o no la profundidad de la piscina, de la que se quejó el mallorquín tras las series, la realidad es que es la misma para todos, también para el italiano Ceccon o el chino Jiayu. En 200, en cambio, fue campeón en Doha, además de lograr, justo dos meses antes de los Juegos, el récord de España (1.54.51) en los Campeonatos de España. El de 100 sigue lejos (52.38), en posesión de Aschwin Wildeboer desde 2009, un año prolífico para los récords, impulsados por los bañadores mágicos que más tarde fueron prohibidos por la FINA, aunque sin anular las plusmarcas. Algunos resisten a nivel mundial.

Los 100 espalda podrían haber tenido más representación española en una final, en categoría femenina, pero Carmen Weiler Sastre se quedó a un puesto. Fue quinta en su semifinal, como le había ocurrido a Hugo, pero su tiempo (59.72) fue el noveno en lugar del octavo. Para Carmen, el diploma habría sido un premio con sabor a medalla. Para Hugo, el papel no sabe a nada.

¿Cómo parar a Antetokounmpo? El recuerdo de Claver y una España casi sin red

Actualizado Lunes, 29 julio 2024 - 21:33

En el exilio de la lejana Lille, tan apartados del ambiente olímpico, ahí España se juega este miércoles, otra vez bien temprano (11.00 h.) media vida en los Juegos, una final tan pronto y contra un rival tan fiero. Enfrente Grecia, viejo conocido, mal compañero, pues también le va todo en el envite. Y la memoria se retrotrae nueve años, idéntico escenario, ese futbolero y mastodóntico Pierre Mauroy, los cuartos de final de un Eurobasket entonces. También un talento amenazante.

Para saber más

Ese día, que fue la última vez que ambos se vieron las caras (8-2 es el balance favorable a los españoles desde 2002), Giannis Antetokounmpo tuvo pesadillas con Víctor Claver, una lapa, seis rebotes en el último cuarto en un triunfo que después fue éxtasis cuando Pau Gasol rindió a Francia entera en semifinales. Retirado el valenciano hace unos días, reverenciado por los que ahora son sus herederos, se le busca sucesor. Pues Giannis sigue siendo la amenaza, el crucigrama indescifrable para una Grecia en la que todo lo que le rodea es competitividad de basket FIBA: Calathes, Walkup, Papanikolau, Mitoglou, el pasional Larentzakis, el gigante Papagianis...

'Ser' Claver será cosa de Juancho, Aldama, Garuba, quizá López-Aróstegui... «Defienden, tienen tiradores y una estructura atípica porque su hombre más grande (Antetokounmpo) juega fuera de la zona casi todo el rato», admitía ayer un Scariolo consciente del abismo -«El futuro es ya»- y que lanzó un mensaje para los más veteranos: «Es un momento en el que los expertos tienen un papel fundamental».

Giannis anotó 34 puntos ante Canadá, pero ni eso le valió a Grecia, otra selección que llega a los Juegos desde el Preolímpico patrio. España estuvo blanda y perezosa -«salimos a verlas venir», admitió ayer Llull- frente a Australia y echó mucho de menos la versión más plena de Lorenzo Brown. «Es un jugador fundamental en el juego de España y Llull asume mucha responsabilidad. Hay otros buenos jugadores en el ataque, como Willy Hernangómez y Aldama. Es un equipo muy bueno, pero sin duda Lorenzo Brown es uno de los líderes», concedía Vassilis Spanoulis, en su esperanzador amanecer de carrera en los banquillos. Quien pierda se mete en un buen lío.

«Cinco minutos malos aquí te lo ponen todo cuesta arriba, pero confío en este equipos, lo sigo viendo con mucha ilusión», pronunciaba un Llull que fue, junto a Aldama, el mejor del debut. Aunque el madridista, recién renovado, también avisó sobre el gran peligro heleno: «Obviamente, parar a Anteto es una de las claves, es un jugador 'top', de los mejores del mundo. Tenemos que intentar detenerle, pero sin perder de vista al resto de jugadores».

Alcaraz sufre molestias, deshace un entuerto y supera a Griekspoor en segunda ronda

Actualizado Lunes, 29 julio 2024 - 21:28

Una mano al muslo derecho, mal asunto. Carlos Alcaraz señalaba a la juez de silla que sentía un dolor, una molestia, un algo y en el descanso el fisioterapeuta de los Juegos de París entraba a asistirle. Con la boca tapada le explicó su problema y el sanitario le emplazó a pasar cinco minutos por los vestuarios para recibir tratamiento. Al volver, el español mostraba cierta amargura, pero podía moverse como siempre, correr como siempre, volar como siempre. ¿Qué pasó? Un gesto tonto, una incomodidad, en principio nada grave. "Siempre hay problemas, es el día a día del tenista. Es un dolor que ya vengo arrastrando y que sé cómo llevarlo. Mañana (por este martes) voy a estar a tope para el dobles con Rafa", aseguró críptico.

El problema fue que esa ligera dolencia le amargó una victoria que iba a ser dulce. En la segunda ronda del torneo olímpico superó al neerlandés Tallon Griekspoor por 6-1 y 7-6(3) en una hora y 48 minutos y ese triunfo nunca estuvo en duda, ni mucho menos, pero podía haber sido más sencillo, más rápido, más agradable.

En el primer set, con su adversario encogido y perdido en errores, Alcaraz desplegó la inmensidad de su artillería: hacía lo que quería y cómo quería. En sólo media hora resolvió el periodo, un calentamiento para él, un paseo por el campo. Pero al comenzar el segundo set, Griekspoor decidió que no se iba a marchar a casa con tan malísimas sensaciones. Tenista capaz de llevar a Alexander Zverev al quinto set en el último Roland Garros, soltó el brazo, empezó a encontrar las líneas y puso al español en aprietos. Alcaraz seguía firme con su saque, en los últimos meses su mejor golpe, pero no podía quebrar el servicio de su oponente. Ni de una manera, ni de la otra. Con Griekspoor mucho más atinado, tenía que entregarle la pista y no podía alcanzar la red.

La resolución de Alcaraz

Entonces llegó la molestia. Si a Alcaraz ya le estaba costando hallar la solución, con esa contrariedad más. Durante algunos juegos parecía más preocupado por probar su pierna que por resolver el intercambio. Y así se llegó al tie-break. Como tantas otras veces, ante la posibilidad de un partido demasiado largo e incluso una victoria, el número tres del mundo cambió el chip, se concentró, optó por su versión más agresiva y se llevó el triunfo.

Ahora el camino vuelve a estar despejado. Si sigue sano, con Novak Djokovic y Alexander Zverev como posibles rivales en la final, el horizonte está despejado. En su próximo partido de octavos, el miércoles, se medirá al ruso Roman Safiullin, el 66 del mundo, clasificado por sorpresa, que a sus 26 años sólo ha conseguido dos veces entrar al cuadro final de Roland Garros, y después en cuartos el mejor rival hipotético es el estadounidense Tommy Paul, tenista al que desarmó en el último Wimbledon. Si realmente no sufre ningún percance, el oro sigue siendo el único objetivo posible.