El Movistar abre mercado en Eritrea y contrata al exótico Tesfatsion

El Movistar abre mercado en Eritrea y contrata al exótico Tesfatsion

Telefónica abre mercado en el continente americano. Después de extender su marca por Colombia, Ecuador, Costa Rica, Brasil, Portugal o Estados Unidos, ahora tiende sus redes en Eritrea. El Movistar ha contratado por dos temporadas al ciclista Natnael Tesfatsion, nacido hace 25 años en Asmara. Un toque exótico para una plantilla que lleva varios cursos buscando un golpe de efecto para recuperar la notoriedad de antaño.

Tesfatsion es prácticamente desconocido para el gran público, pero cuenta con buen cartel en el pelotón. Lleva dos años como profesional de élite, integrante del equipo Lidl-Trek, compañero, entre otros, de los españoles Carlos Verona y Juanpe López y de los italianos Jonathan Milan y Giulio Ciccone. Tesfatsion se desenvuelve bien en la media montaña y atesora una aceptable punta de velocidad. Es campeón nacional de Eritrea en la prueba en ruta. Este año fue segundo la Cadel Evans Road Race. En 2022 ganó el Tour de Ruanda, precisamente en el este país se disputará el Mundial de 2025.

En el Movistar confían en la progresión de un ciclista al que llevaban siguiendo hace tiempo. Es una de las figura de su país, en el que sobresalen Biniam Girmay (ganador de etapas en el Tour de Francia y en el Giro de Italia), con el que comparte lugar de nacimiento, y Amanuel Ghebreigzabhier, tres veces campeón de contrarreloj de Eritrea y compañero suyo en el Lidl-Trek.

«Tuve la oportunidad de conocer mejor al equipo este año en Australia durante el Tour Down Under y me dejaron muy buena impresión», explica Tesfatsion, que terminó en el puesto 53ºen el Mundial de ruta de Zúrich y suma dos años de experiencia en World Tour.

Con su fichaje, el Movistar y su estructura Abarca Sports ya han tenido corredores de 31 nacionalidades distintas. Esta es la primera incorporación africana para la escuadra de Eusebio Unzué, que se aproxima a los 45 años de historia.

«El Movista es un equipo fuerte, con un gran ambiente. Tengo ganas de aportar mi esfuerzo y seguir mejorando. Me considero un ciclista con potencia para subidas cortas y con una buena punta de velocidad, y quiero seguir explotando esas cualidades. Ojalá el año que viene pueda lograr mi primera victoria en el World Tour y pueda devolver la confianza que Movistar Team está depositando en mí con buenos resultados», afirma en unas declaraciones facilitadas por el grupo español.

El eritreo destacó en su etapa como sub 23 en las filas del Qhubeka, el primer equipo importante de África. En 2021 pasó al conjunto italiano del Androni (gran plataforma de lanzamiento para escuadras del primer nivel). El pasado año fue segundo en la clásica de Geelong y tercero (tras Alaphilippe y Carapaz) en una etapa del Critérium Dauphiné.

Tesfatsion no es el primer ciclista negro que corre en un equipo español. El pionero fue Hamado Pafadnam, nacido en 1974 en Burkina Faso, que en 2002 fichó por el equipo amateur del Cafés Baqué. Participó en el calendario ciclista vasco-navarro y destacó en el Tour de su país.

Los africanos, al margen de Girmay, han tenido presencias testimoniales en las grandes rondas. El primero que participó en el Tour fue el tunecino Ali Neffatti, en la edición de 1913. En la década de los 50 destacó el argelino Abdel Kader Zaaf. En las últimas temporadas, los corredores de raza negra más relevantes han sido el eritreo Daniel Teklehaimanot, primer corredor en debutar en la Vuelta a España, en 2012, y líder provisional de la Montaña del Tour de 2015, y el francés Kevin Reza, tercero en el campeonato de ruta de Francia de 2014.

Pogacar, en su primer desafío con Vingeggard y en el homenaje a Pantani, asalta el liderato del Tour

Pogacar, en su primer desafío con Vingeggard y en el homenaje a Pantani, asalta el liderato del Tour

El Giro presta sus emblemas a un Tour que desprende destellos rosas. La Grande Boucle se abre paso con la emoción contenida de los tifosi. Cesenatico, la ciudad que Marco Pantani siempre consideró su casa y en cuyo cementerio reposan sus restos, albergó este domingo la salida de una segunda y trepidante etapa, con el primer desafío entre Tadej Pogacar y Jonas Vingegaard. El lunes se rendirá tributo al genial Fausto Coppi.

Camino hacia Bolonia, el pelotón se agitó con intensidad en el último tramo de la jornada, como le hubiera gustado al incomparable y atormentado Pirata (Cesena, 1970-Rimini 2004), ganador de ocho etapas en el Tour y de la general de 1998, el último que se adjudicó la ronda francesa y el Giro en el mismo año, una proeza que ahora persigue Tadej Pogacar. Antes lo consiguieron Fausto Coppi (1949 y 52), Jacques Anquetil (1964), Eddy Merckx (1970,1972 y 1974), Bernard Hinault (1982 y 85), Stephen Roche (1987) y Miguel Indurain (1992 y 1993).

La resolución de la etapa, conquistada por Kevin Vauquelin (segunda fiesta consecutiva para los franceses) quedó determinada de por las dos ascensiones a San Luca, una cota de cerca de dos kilómetros al 10,6% de pendiente media. Hermoso y artístico lugar, con un pórtico de 666 arcos en la margen izquierda de la carretera. Un santuario que suele acoger el final del Giro de Emilia, cuya edición de 2022 ganó Enric Mas. Allí, Pogacar volvió a atemorizar a sus enemigos un breve ataque de 200 metros que le catapultó al liderato de la prueba. Como hizo en el pasado Giro, el esloveno asumió la privilegiada plaza en la segunda jornada. Y desde ahí hasta el final. Una jugada que ahora podría repetir.

La cita de este domingo, en dirección al Adriático, quedó marcada por una escapada en la que se metió el español Cristian Rodríguez (Arkéa) y otros nueve aventureros: Quentin Pacher (Groupama), Axel Laurence (Alpecin), Hugo Houle (Israel), Nelson Oliveira (Movistar), Kévin Vauquelin (Arkéa), Mike Teunissen (Intermarché), Harold Tejada (Astana), Jonas Abrahamsen (Uno-X) y Jordan Jegat (TotalEnergies), que llegaron a alcanzar una ventaja superior a los nueve minutos. Un día de nervios para el Visma, con sustos para los mejores gregarios de Vingegaard: Wout van Aert y Matteo Jorgenson, que sufrieron rasguños en sendas caídas. Las desgracias del equipo neerlandés son interminables.

En la ascensión a Montecalvo, a 44 kilómetros de la meta, apretó el UAE de Pogacar para descolgar a Van der Poel y reducir la distancia de los fugados. Abrahamsen (líder de la montaña) comandaba las operaciones. En el primer paso por San Luca aparecieron los escuderos de Vingegaard al frente del grupo y los escapados ya sólo contaban con 3.25 minutos de renta. 'Pantani vive' proclamaba una pancarta blanca.

Oliveira, Abrahamsen y Vauquelin abandonaron el grupo de aventureros a falta de 17 kilómetros, cuando el pelotón desistió de las labores de caza. En la última subida a San Luca se hizo la última selección, con el acelerón definitivo de Vauquelin, un chaval de 23 años que siempre apuntó buenas maneras, con triunfos en el Tour de los Alpes Marítimos y Tour de Jura en 2023. Este año ganó una etapa en la Estrella de Bessêges y fue subcampeón de contrarreloj de Francia. Pero lo mejor, una vez más, lo ofreció Pogacar, con una breve aceleración que sirvió para desprenderse de sus enemigos. A 10 kilómetros de meta, sólo Vingegaard, cómo no, fue el único que pudo responder al esloveno. En 200 metros atemorizó a todos y asaltó el liderato.

En el descenso llevó con el gancho a Vingegaard, que apenas pudo colaborar en los relevos. En la bajada apretaron Evenepoel y Carapaz, que enlazaron con los dos grandes referentes a un puñado de metros de meta. Llegaron juntos, cuádruple empate en la cabeza de la general (Pogacar, Evenepoel, Vingegaard y Carapaz), pero el maillot amarillo fue para Pogacar, por mejor posición en la jornada inaugural. Bardet, líder en Rimini, se queda ahora a seis segundos.

Así se prepara Vingegaard para el Tour: concentración en los Alpes, fortalecimiento de hombros y dieta estricta

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Sonriente, junto a la nieve, con guantes, chubasquero y perneras, dispuesto a lanzarse por las rampas de la estación alpina de Tignes. Una imagen que el equipo Visma publica para el deleite de los seguidores del renacido bicampeón del Tour. Jonas Vingegaard acelera en su preparación para la ronda francesa ante el asombro de técnicos, compañeros y adversarios.

«Nunca he visto nada igual. Tiene una genética privilegiada», ha recalcado Tim Heemskerk, entrenador de confianza del danés. La evolución del ciclista tras la tremenda caída del 4 de abril en la Vuelta al País Vasco ha roto todos los pronósticos. El escalador, que permaneció 12 días en el hospital de Txagorritxu de Vitoria por un neumotórax y las fracturas de clavícula derecha y de varias de costillas, ya ha comenzado su preparación en altitud para alcanzar el pico de forma adecuado para afrontar el Tour. La dirección del equipo Visma aún no se atreve a confirmar si el danés acudirá a la ronda francesa, pero vista su extraordinaria recuperación, todo apunta a que será seleccionado para la carrera que arranca el próximo día 29 en Florencia. Otra cosa es que llegue en plenitud de condiciones, una incertidumbre que también se adueñó el pasado año de Tadej Pogacar, tras fracturarse una mano izquierda por una caída en la Lieja-Bastoña-Lieja.

Vingegaard, tras abandonar el hospital de Vitoria se marchó a su domicilio en Dinamarca, donde retomó el contacto con la bicicleta. A mediados de mayo se trasladó la Mallorca y estuvo entrenándose, con buenas sensaciones, por la zona de Sóller. El 28 de mayo llegó a Tignes, un lugar que le encanta y conoce bien desde hace varios, donde permanece concentrado y espera la llegada de sus compañeros para preparar el Tour. El lunes se incorporaron Wout Van Aert, que venía de participar en la Vuelta a Noruega y que antes también estuvo convaleciente por una caída en Flandes, y Christophe Laporte, que se retiró del Giro de Italia por enfermedad. La próxima semana llegarán los que están participando en el Criterium Dauphiné, entre otros, Sepp Kuss, Mateo Jorgenson, Steven Kruijswijk y Dylan Van Baarle.

«Espero estar en la salida del Tour de Francia y haré todo lo que pueda para llegar en la mejor forma posible», ha dicho el danés, cuya hoja de ruta hasta la salida de la ronda francesa incluye entrenamientos por las montañas cercanas a Tignes (estación que está a unos 2.00 metros de altitud), fortalecimiento de hombros con ejercicios de pesas y fisioterapia y alcanzar su peso ideal con una dieta controlada. Su intención es no disputar carreras antes del Tour de Francia. Idéntico plan tiene Tadej Pogacar, que tras arrasar en el Giro, se ha concentrado en Isola 2000, otra estación alpina, que se encuentra a unos 400 kilómetros de Tignes. Los dos portentos, tan iguales, tan distintos, siempre rentándose desde la distancia.

Javier Ares: "Narrar ciclismo es novelar una gesta y justifica la hipérbole constante"

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Hay voces que son deportes y la de Javier Ares es el ciclismo. Ha hecho muchas más cosas, desde dirigir los Deportes de las dos Antena 3 (radio y tele) hasta conducir el Radioestadio de Onda Cero durante 15 años, de narrar Mundiales, Champions y Juegos a poner en marcha Real Madrid TV, de luchar para García a acompañar a De la Morena, pero si el vallisoletano nacido en Zamora (Villamayor de Campos, 1954) abre la boca, uno visualiza a Hinault, a

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Pogacar, el mejor del siglo, abrocha un Giro antológico con registros asombrosos de otros tiempos

Pogacar, el mejor del siglo, abrocha un Giro antológico con registros asombrosos de otros tiempos

Un Giro antológico, con registros de otros tiempos, que encumbra a un ciclista superlativo. Tadej Pogacar (25 años) arrasó en una ronda que terminó este domingo en Roma con la renta más amplia del presente siglo entre el primero y el segundo clasificado. El esloveno superó al colombiano Daniel Martínez en 9.56 minutos. La anterior plusmarca lo estableció Iban Basso, en 2006, con 9.18 respecto al español José Enrique Gutiérrez. La de Pogacar también es la mayor distancia en los últimos 59 años. En 1965, Vittorio Adorni aventajó a Italo Zilioli en 11.26. La mayor diferencia de toda la historia quedó registrada en 1914 (la sexta edición, la primera que se resolvió por tiempo empleado y no por puntos). Aquella fue una carrera durísima, hubo 81 participantes pero sólo terminaron ocho. En un recorrido de 3.162 kilómetros, el italiano Alonso Calzolari empleó 135 horas, 17 minutos y 56 segundos; una hora, 57 minutos y 26 segundos menos que su compatriota Pierino Albini.

No hubo rivales de entidad para Pogacar, que dominó, sin emplearse al fondo, en todas las etapa de montaña. El gran animador durante toda la ronda y en la clausura de Roma, donde fue aclamado por un público que no se cansa de disfrutar con las exhibiciones de un chaval que aglutina admiración y simpatía. Vence sin humillar. El otro protagonista de la jornada de este domingo fue el belga Tim Merlier, que impuso su velocidad en el sprint de la Ciudad Eterna y sumó su tercer triunfo parcial en una ronda en la que Pogacar rubricó unos registros impactantes.

Seis etapas

El dominio absoluto del esloveno quedó reflejado en la conquista de seis etapas, una cosecha que le sirvió para igualar las marcas de los sprinters Mario Cipollini, en 2002, y de Alessandro Petacchi, en 2003. Se quedó a una de las siete conseguidas por Freddy Maertens, en 1977, y de Giuseppe Saronni, en 1980. Igualó las seis de Eddy Merckx en 1973, cuando el belga sumó su cuarto triunfo en la general de la Corsa Rosa. Entonces, El Caníbal ganó cinco en la montaña y una al sprint. El esloveno las consiguió todas en escalada. En la edición que terminó en Roma sólo hubo una victoria española, firmada por el asturiano Pelayo Sánchez (Movistar) en la dura jornada del sterrato, con meta en Rapolano Terme. El discípulo de Samuel Sánchez sobresalió por su coraje e inconformismo.

20 días de rosa

El fenómeno del equipo UAE llegó a Roma vestido con la maglia rosa durante 20 días, la cifra más alta de los últimos 34 años. La sorpresa de Jhonatan Narváez en la etapa inaugural evitó el pleno de Pogacar, un reto que sólo han completado Constante Girardengo (1919), Alfredo Binda (1927), Eddy Merckx (1973) y Gianni Bugno (1990).

General y Montaña

El nombre de Pogacar siempre figuró en los primeros lugares de todas las clasificaciones: General (maglia rosa), Montaña (azzurra) y Regularidad (ciclamino). El mejor debutante del ciclismo moderno se quedó a un paso del triplete, lo que sí consiguió Eddy Merckx en 1968. Pogacar se llevó las maglias rosa y azzurra. En la Montaña sumó 270 puntos, el segundo fue Giulio Pelllizari, con 206. El italiano, con sólo 20 años, fue uno de las grandes revelaciones, finalizó segundo en la etapa de Monte Pana y sexto en la jornada de la doble subida al Monte Grappa. Este domingo fue elegido el corredor mas combativo. La Regularidad fue ganada por Jonathan Milan, Pogacar terminó quinto.

20 triunfos

El bicampeón del Tour ya cuenta con 20 victorias en las grandes vueltas, superando a su compatriota Primoz Roglic, al que este domingo sucedió en el ránking del Giro de Italia. Pogacar es el segundo corredor en activo con más triunfos en las grandes rondas, sólo superado por Mark Cavendish, con 54.

Podio en todos los estrenos

El emblema del equipo UAE ha ingresado en los anales de la historia como el tercer ciclista en subir al podio de la clasificación general en los años de su debut en las tres grandes: En 2019 fue tercero en la Vuelta y en 2020, primero en el Tour. Los anteriores en esta selecta nómina fueron el francés Bernard Hinault y el italiano Felice Gimondi. En los últimos 30 años, sólo Alberto Contador (2008), Nairo Quintana (2014) y Egan Bernal (2021) ganaron el Giro de Italia como debutantes.

En la senda de Pantani

Con su triunfo, Tadej Pogacar ha cerrado el primer asalto de un desafío de oro. Ha vencido sin exprimirse al máximo, guardando energías para el Tour de Francia que arrancará el 29 de junio. El reto del esloveno es imponerse en la Grande Boucle y sumar un doblete en un mismo año. El último que lo consiguió fue Marco Pantani, en 1998, precisamente el año de nacimiento del fenómeno esloveno.

Pogacar, el demonio esloveno, muestra su grandeza en el Monte Grappa

Pogacar, el demonio esloveno, muestra su grandeza en el Monte Grappa

"La commedia è finita". El Giro dictó su sentencia definitiva, resumen de las parciales. A falta de la última etapa, un paseo, un desfile de honor, de Roma a Roma, la carrera coronó a Tadej Pogacar. Un jalón más en su camino tras la estela de Hinault y Merckx, sus modelos a imitar, sus referentes a perseguir.

Pogacar ganó su sexta etapa tras un trabajo de progresiva demolición de su equipo, el UAE, en una de las mayores demostraciones de potencia colectiva que cabe contemplar. Toda la etapa fue una intensa espera hasta el momento de afrontar la segunda ascensión al Monte Grappa, 18 kilómetros al 8% de media y picos del 15% y el 17%. Una subida tendida, que iba matando despacio, como un veneno paciente, ingerido a pequeñas dosis.

La escapada precoz del día corrió a cargo, bajo la lluvia, de Davide Ballerini y Lorenzo Germani. Se les unieron poco después nueve hombres, entre ellos Andrea Vendrame (el vencedor del viernes) Rubén Fernández y, en su enésima demostración de fuerza y ganas, Pelayo Sánchez. Hicieron camino hasta que, de pronto, abruptamente, se irguió ante ellos el Grappa. Para entonces ya lucía el sol.

En el grupo de delante y en el pelotón trasero, el coloso fue depurando la carrera, preparándola para el segundo y crucial asalto. Lo afrontaron en cabeza Pelayo, Jimmy Janssens y Giulio Pellizzari, que habían dejado a sus exhaustos compañeros de fatigas. La carrera empezó de nuevo cuando Janssens se rindió y Pelayo, que no se rinde nunca, no dio, sin embargo, más de sí. Pellizzari echó a volar, estableciendo una pugna entre él y el resto del mundo, representado por el UAE, que mantenía con la lengua fuera a los restos del pelotón.

Uno tras otro, los hombres de blanco se fueron inmolando al servicio del de rosa. Cuando Majka, el último escudero del rey, expiró, el ángel, el demonio esloveno desplegó, a 5,4 km. de la cumbre, sus alas, a la vez que las de Pellizzari, héroe de 20 años, empezaban a encoger.

Pogacar se lo tragó en cuatro pedaladas y lo abandonó a su suerte en tierra de nadie. Pero el chaval se agarró como una lapa al grupo de quienes peleaban por el podio, disputándose entre ellos los restos del manjar, mientras Pogacar cubría en imperial soledad los 30 km. que quedaban para la meta.

Este Giro ha sido el de un hombre aislado, acompañado solamente por su propia grandeza. Tras él, a un mundo de gestas y minutos, un bloque numeroso de corredores indefinidos. En cierto modo, calcinados por la luz del vencedor, no han existido.

La quinta del 'Baby Giro' dispara su cotización en el reinado absolutista de Pogacar

La quinta del ‘Baby Giro’ dispara su cotización en el reinado absolutista de Pogacar

Tadej Pogacar regala el maillot y las gafas rosa al niño del Giro y la imagen se hace viral. Giulio Pellizzari (20 años), el más joven de la Corsa Rosa, se emociona tras recibir las prendas de su ídolo en la lluviosa meta de Santa Cristina val Gardena. Cinco años atrás, el chaval del equipo Bardiani se había hecho una foto con el esloveno, su referente. Ambos acapararon protagonismo en el desenlace de la etapa del pasado martes, con nuevo festival de Pogy. El líder superó al italiano en el último tramo y frustró una victoria que el chaval había buscado tras meterse en una escapada y escalar rampas entre la niebla y el frío. La imagen de ambos abrazados es una de las estampas de este Giro que enfila su recta final.

En esa jornada, todos se enteraron de que Pellizzari era el corredor más joven del Giro y que el pasado año destacó en el Tour del Porvenir. A partir de ese día, nada será lo mismo para el prometedor ciclista nacido en San Severino Marche. «Estoy contento, voy progresando bien y me preparo para tomar el relevo de esa gran generación que encabeza Pogacar», ha dicho un joven que jamás olvidará su estreno en el Giro de Italia.

Y es que esta edición de la ronda italiana está siendo una eficaz plataforma de lanzamiento para los debutantes. Los nuevo chicos de oro. El asturiano Pelayo Sánchez se consagró con su victoria en la sexta jornada, la del sterrato. También se ha dejado ver en varias etapas de montaña, como la del Monte Pana. El ciclista de 24 años y formado en la Academia de Samuel Sánchez ya es pretendido por varias formaciones.

El germano Georg Steinhasuer (22 años) saltó a los titulares tras vencer el miércoles en Passo Bronco. El sobrino del controvertido Jan Ullrich es una de las piezas más revalorizadas del EF Education. Otros dos debutantes y pertenecientes a la misma quinta del Baby Giro son el velocista neerlandés Olav Kooij, ganador en el sprint de Nápoles y que se vio obligado a retirarse por un proceso febril, y el cazaetapas francés Valentin Paret-Peinte, triunfador en Cusano Mutri.

El italiano Antonio Tiberi también tiene 22 años y es el portador de la Maglia Bianca, que distingue al mejor joven. Es el adalid de los nuevos escaladores azurros, es quinto en la general y aspira a un puesto en el podio de Roma. Por detrás de él en la nómina de los jóvenes está el neerlandés Thymen Arensman (24 años), sexto en la general y lugarteniente de Geraint Thomas en el Ineos. Filippo Zana (25 años) es tercero y ha entrado en el top ten de la general.

Estos debutantes intentarán sobresalir otra vez en la jornadas de montaña de hoy y de mañana. Ayer prefirieron reservar energías en una etapa llana resuelta al sprint por el belga Tim Merlier (Soudal Quick-Step), que aprovechó el descontrol de los lanzadores del equipo Trek del Jonathan Milan para anotarse su segunda victoria.

Merlier desafía a Milan en una 'volata' descontrolada y suma su segunda victoria

Merlier desafía a Milan en una ‘volata’ descontrolada y suma su segunda victoria

Segunda diana para Tim Merlier. El sprinter belga impuso su punta de velocidad en otra llegada descontrolada de este Giro que enfila su recta final con el dominio implacable de Tadej Pogacar. El esloveno, tras las exhibiciones de esta semana, se protegió en el seno del pelotón en una jornada en la que los escaladores cedieron el centro del escenario a los rodadores.

La de este jueves fue una etapa sin dificultadores orográficas que transcurrió desde los Dolomitas hasta Padua, en la provincia de Venecia, marcada por una escapada compuesta por Mikkel Honoré, Mirco Maestri, Filippo Fiorelli y el incansable Andrea Pietrobon. El rodador del equipo de Alberto Contador es un filón publicitario, pocos como él han aprovechado las ocasiones para generar o meterse en la escapada buena del día, acaparando la atención de las cámaras en los tramos más interesante. Desde que arrancó el Giro, el corredor del Polti Kometa ha estado escapado más de 450 kilómetros El cuarteto fue neutralizado a falta de 10 kilómetros para la meta.

En la ruta desde la montaña hasta la cercanía del mar, los rodadores impusieron un fortísimo ritmo hasta el curveo final, en las calles de Padua, con susto para Arensman, que quedó cortado por una avería mecánica.

En un recorrido muy técnico, los velocistas se desafiaron en una partida sin dueño. Los lanzadores de Trek de Jonathan Milan tomaron la cabeza y luego cedieron la punta de lanza a los rivales del Soudal o Alpecin. Hasta elMovistar y el Cofidis se dejaron ver adelante. En ese descontrol, Milan perdió las referencias de sus compañeros y los últimos 200 metros tuvo que remontar posiciones. Un esfuerzo extra que le privó de su cuarta victoria, en beneficio de Merlier, que ya se impuso en la tercera etapa. A los sprinters aún les queda la clausura del domingo en Roma.

Nueva fecha para adornar el palmarés de Pogacar, que, salvo catástrofe, llegará a la capital italiana con 20 días consecutivos sin ceder la maglia rosa, la mejor cifra en los últimos 34 años. La sorpresa de Jhonatan Narváez en la etapa inaugural evitará lo que apuntaba a ser un pleno de Pogacar, un dominio absoluto que sólo Constante Girardengo (1919), Alfredo Binda (1927), Eddy Merckx (1973) y Gianni Bugno (1990) consiguieron en la historia de la carrera. Pogi acumula 17 días con la prenda de líder, una marca superior a las 15 jornadas que sumó su compañero Joao Almeida en 2020, el mejor registro de los últimos tiempos.

La etapa de este viernes vuelve a ser un castigo para los sprinters y una oportunidad para los cazaetapas y los escaladores. La cita consta de 178 kilómetros, con salida en Mortegliano y llegada a Sappada, que presenta tres ascensiones y un final nervioso previo a unas rampas del 15% en Sappada.

Majka, el gregario díscolo de Contador que ahora es el ángel protector de Pogacar

Majka, el gregario díscolo de Contador que ahora es el ángel protector de Pogacar

El ángel de la guarda del nuevo demonio del ciclismo empezó jugando al fútbol, pero abandonó el balón a los 12 años cuando un entrenador de ciclismo visitó su escuela. «Probé la bici y me gustó». Desde entonces, el polaco Rafal Majka (Zegartowice, 1989) inició una carrera meteórica. En 2011, con 21 años, fue invitado por el equipo Saxo Bank a un stage en Mallorca, en un entrenamiento de comienzo de la temporada fue el único que consiguió aguantar a Alberto Contador en una subida. Bjarne Rijs decidió contratarle de inmediato.

A sus 34 años, este escalador que siempre albergó la idea de conquistar una de las tres grandes rondas por etapas, ha sabido reinventarse como escudero de calidad de Tadej Pogacar en este Giro que afronta su recta final. Nunca falla, siempre protege a su jefe en los momentos decisivos de la carrera. Los rivales le temen, porque saben que en las rampas más exigentes toma las riendas del pelotón e impone un ritmo machacante para minar energías y catapultar al esloveno. Siempre es así, todos lo saben, pero nadie puede evitarlo. Lo hizo ayer en el Passo Broncon y antes en las llegadas a Monte Pana, Livigno o Patri di Tivo.

El suyo es un trabajo sacrificado, poco vistoso pero muy apreciado por los directores. Una labor que Majka desempeña como ninguno tras asumir un costoso proceso interior. Y es que él, por condiciones, podría considerarse superior a los dos principales perseguidores de Pogacar en la general: el colombiano Daniel Martínez, con corto palmarés en las tres grandes, y el galés Geraint Thomas, que hace tiempo ofreció la mejor versión de sí mismo.

Y es que el protector de Pogacar atesora una brillante hoja de servicios y también un pasado con pretensiones. Aprendió con los mejores. Fue gregario de Alberto Contador en Saxo Bank y en el Tinkoff, grupo en el que también coincidió con Peter Sagan, Iban Basso o Roman Kreuziger. El equipo patrocinado por el impulsivo magnate ruso Oleg Tinkov se convirtió en una olla a presión por la permanente exigencia de resultado. Los abandonos de Contador en el Tour de 2014 y el quinto puesto en la edición de 2015 hicieron crecer a Majka en el escalafón. Algunos le acusaron de traidor y de velar sólo por sus intereses. Desde que llegó al Saxo Bank se consideró un ciclista de largo recorrido. Ganó el Premio de la Montaña del Tour de 2014 y fue tercero en la Vuelta a España de 2015 y quinto en el Giro de 2016. Es un ídolo en su país tras conseguir la medalla de bronce en la prueba en ruta de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro de 2016.

En 2021, cuando Joxean Fernández Matxin le convenció para fichar para el UAE, consumó una apoteósica escapada en la Vuelta a España, con un triunfo en El Barraco tras una fuga de 125 kilómetros.

Majka se muestra satisfecho con ser el guardaespaldas de Pogacar, un corredor al que admira: ''Tadej es un gran líder, no sólo por sus cualidades ciclistas, también en el trato personal, siempre correcto y agradecido. Cuando él forma parte del equipo, noto que el nivel de todos es mejor''. Unas palabras que coinciden con las de Matxin: ''Pogacar no es un campeón, es un líder que siempre está atento a sus compañeros. Si el gana siempre reparte con ellos''. En el UAE deslizan que líder del Giro quiere regalar una etapa a su guardián, las jornadas de mañana y el sábado son las más propias.

«Lo mejor de mi trayectoria deportiva es el bronce en Río de Janeiro de 2016, subir al podio del Premio de la Montaña del Tour de Francia y correr con Pogacar en su segundo triunfo del Tour de Francia», apunta el polaco, siempre abriendo camino a la maglia rosa del Giro.

Pogacar, generoso, se divierte y permite ganar al joven alemán Steinhauser

Pogacar, generoso, se divierte y permite ganar al joven alemán Steinhauser

El nuevo Caníbal es amable y generoso. Tadej Pogacar, tras firmar dos triunfos consecutivos en los Dolomitas, permitió a sus rivales participar en en el reparto de su suculenta presa en este Giro de los récords. El esloveno, en la doble subida al Passo Broncon, prefirió reservar energías y no desgastar a su equipo. El líder, saciado con cinco victorias en esta ronda que enfila su último tramo, permitió que el alemán George Steinhauser ganara la etapa y estrenara su palmarés profesional.

El chaval del EF Education (22 años) se metió en la escapada buena de la jornada y supo aprovechar ese impulso para otorgar a su equipo el primer triunfo en la Corsa Rosa. Inmejorable debut para el joven corredor.

Steinhauser ganó porque Pogacar se permitió un descanso en una jornada corta de montaña (159 kilómetros), pero sin apenas zonas de recuperación. El pelotón, comandando por el DSM de Romain Bardet, otorgó permiso a la escapada de rigor, integrada por Nairo Quintana, Alaphilippe, Caruso, Pellizzari (primero en el Passo Sella, la nueva Cima Coppi), Valter, Conci, Ghebreigzabhier, Ballerini, Frigo y el propio Steinhauser.

Después de pasar por el Passo Sella y descender por el Val di Fassa y el Val di Fiemme hasta Predazzo, la carrera transcurrió por una sucesión ininterrumpida de duras subidas y bajadas, hasta llegar a la primera ascensión al Passo Brocon por el lado norte, para luego afrontar la última escalada, en la que Steinhauser se marchó ante la parsimonia del pelotón. Con Pogacar ajeno a la pelea por la etapa, el alemán fue ganado distancia, superando los tres minutos.

La cita, que parecía aburrida, se animó en las rampas de los últimos dos kilómetros, con pendientes superiores al 10%. Ahí, Pogacar tomó la cabeza del grupo de favoritos y, sin atacar, dejó clavados a todos. La historia repetida de este Giro en el que el líder apenas es inquietado por sus enemigos.

Al final, el alemán venció con un margen de 1.22 minutos sobre Pogacar. El portador de la maglia rosa aumentó a renta sobre Daniel Martínez en 18 segundos. Pogacar se divierte y los aficionados disfrutan.

Este jueves, cambio de tercio, con una etapa llana de 178 kilómetros entre Fiera di Primiero y Padova. Una pugna para los cazaetapas y velocistas.