Carlos Sainz, segundo en la parrilla y con claras opciones de victoria en Las Vegas

Carlos Sainz, segundo en la parrilla y con claras opciones de victoria en Las Vegas

Un año después de su aciago choque contra una alcantarilla, Carlos Sainz comandó a Ferrari en una madrugada de alto voltaje en Las Vegas. Apenas 98 milésimas separaron al madrileño de la pole de George Russell (1:32.312), inabordable con su Mercedes desde la primera sesión libre del jueves. "Hay que mantener la confianza de que aún tenemos una mejor oportunidad para la victoria", aventura Carlos, con la mirada fija en su tercer triunfo de 2024. En la lucha por el título, Max Verstappen asestó otro golpe en la moral de Lando Norris. El líder del Mundial partirá quinto, justo por delante del británico. Exactamente lo que necesita para proclamarse campeón por cuarta vez.

Sobre las interminables rectas del Strip Circuit, a 345 km/h, Sainz dejó constancia de su gran momento, dominando a Charles Leclerc, su compañero de garaje. El monegasco se vio sorprendido por la irrupción de Pierre Gasly, tercero con el sorprendente Alpine, mientras las aspiraciones de McLaren quedaban devaluadas con la sexta plaza de Norris, a siete décimas de la pole, y la octava de Oscar Piastri. Por no hablar de Lewis Hamilton, incapaz de redondear un intento digno de tal nombre, por lo que partirá décimo.

Sainz se vio superado por el último aliento de Russell, de quien cabe recordar que este año no supo convertir en victorias sus poles en Montreal y Silverstone. Su impecable qualy contrastó con la de su compañero de garaje, autor de un volantazo en la curva 7 durante su primer intento de la Q3. Igual que Hamilton, que tuvo que abortar su intento al pasar de largo por la curva 14. Sin llamar demasiado la atención, Verstappen se conformó con mirar de reojo a Norris.

Alonso, fuera en la Q1

A lo largo de las tres sesiones libres, la falta de adherencia había solviantado a Mad Max, que se quejaba de un coche "inconducible". Con 12ºC en el aire y sólo un par de grados más sobre el asfalto, el Red Bull partía con pocas opciones para seguir la estela de Mercedes, absoluta dominadora desde el jueves.

Esos problemas se trasladarían de inmediato en la Q1, donde Sergio Pérez iba a quedar fuera de combate por cuarta vez en la temporada. Con el agravante de Liam Lawson, el novato de Visa Cash App RB, que volvió a aventajarle, esta vez por un margen de 68 milésimas. Ni siquiera en un trazado urbano, su gran especialidad, supo el mexicano sacar partido a un coche con el que en 2023 pudo subir al tercer escalón del podio.

La falta de agarre, denunciada por los pilotos hace un año, también pasó factura a Fernando Alonso. En las curvas lentas del Strip Circuit, su AMR-24 resultaría presa fácil para el resto de rivales de la zona baja. No sólo frente a Alpine, Haas o Williams, sino también con el Sauber de Guanyu Zhou. Para mayor escarnio de Aston Martin, Lance Stroll apenas pudo completar un giro. De nada había servido el esfuerzo de sus mecánicos, obligados a montar un motor nuevo tras la rotura previa en los minutos finales de la sesión vespertina.

El Mercedes de Russell, durante la 'qualy' en el Strip Circuit.

El Mercedes de Russell, durante la 'qualy' en el Strip Circuit.AFP

Mientras la escudería de Silverstone seguía absolutamente perdida, Alpine lograba colar a Pierre Gasly en el top10. También Visa Cash App RB, con Yuki Tsunoda. Incluso Williams, pese a la decepción de Alex Albon en la Q1, pudo luchar con Franco Colapinto, su intrépido rookie. Cuando el argentino volaba al volante se arrimó demasiado al interior de la curva 16 y su FW46 sufrió un durísimo impacto contra el muro de la 17.

Al frío de la madrugada hubo que añadir, por tanto, la media hora de los trabajos de reparación. Esa espera bien mereció la pena para Gasly, cuyos eufóricos gritos en la radio dieron continuidad al doble podio de Alpine en Interlagos.

El primer paso en la renovación de Aston Martin: Dan Fallows, despedido como director técnico

El primer paso en la renovación de Aston Martin: Dan Fallows, despedido como director técnico

Actualizado Martes, 12 noviembre 2024 - 18:54

Aston Martin confirmó que Dan Fallows dejará su puesto de director técnico "desde noviembre", aunque permanecerá dentro del grupo hasta que se le encuentre un nuevo rol. El británico había llegado a la escudería de Silverstone en abril de 2022 procedente de Red Bull y construyó un coche con el que Fernando Alonso pudo subir ocho veces al podio en el Mundial 2023. Desde entonces, el monoplaza verde no ha vuelto a pelear con los mejores.

"Ha llegado el momento de que pase el testigo, pero espero ver el éxito futuro del equipo, que estoy seguro de que llegará pronto", comentó el ingeniero a través de un comunicado. El despido de Fallows se produce después de que el AMR24 se haya visto superado por McLaren, Ferrari y Mercedes. Tras 21 carreras, Aston Martin ocupa la quinta posición en el Mundial de Constructores, con 86 puntos.

De este modo, Fallows se marcha sin poder colaborar con Adrian Newey, que ya ejerció como su superior en Red Bull. De hecho, el fichaje del gran gurú de la aerodinámica podría haber acelerado su despido. El futuro de Fallows parecía sentenciado desde el pasado julio, cuando Lawrence Stroll, propietario del equipo, incorporó a Enrico Cardile como máximo responsable técnico.

A partir de ahora, los esfuerzos de Aston Martin se centrarán en el Mundial 2026, cuando Newey podrá exprimir su creatividad en el marco de una nueva normativa técnica. El ingeniero más laureado de la historia, de 65 años, comenzará a trabajar de forma oficial en marzo de 2025 al frente de las futuristas instalaciones de Silverstone, que incluyen la fábrica y el túnel del viento.

Obra maestra de Verstappen en Interlagos y jaque mate al Mundial

Obra maestra de Verstappen en Interlagos y jaque mate al Mundial

Hubo escenas muy similares a las del GP de Brasil 2003, cerrado con aquel brutal accidente de Fernando Alonso, tercero en el podio. Una vorágine de desconcierto, un asfalto deslizante como el cristal y una serie de controvertidas decisiones de la FIA. En el GP de Sao Paulo 2024 se mezclaron de nuevo esos ingredientes para mayor gloria de Max Verstappen, que al fin acabó con su mala racha. 10 carreras sin victoria se antojaban demasiadas para el próximo campeón del mundo, que destrozó la moral de Lando Norris en Interlagos. Con 86 puntos en disputa ahora cuenta con 62 de ventaja.

Desde el GP de Japón 2005, con aquella remontada de Kimi Raikkonen, ningún piloto subía a lo más alto del podio tras partir decimoséptimo. Ese fue el nuevo registro de Verstappen para la historia de la F1. Norris, autor de varios disparates sobre el asfalto empapado, pasó de la pole a la sexta posición en la meta. Tras casi dos horas y media apretando los dientes, el tricampeón enseñó al aspirante cómo se gana un título, vuelta rápida incluida (1:20.472).

McLaren no pudo asomar siquiera a un podio completado por Esteban Ocon y Pierre Gasly. Un éxito sin precedentes para Alpine, que se lleva 33 puntos en una carrera, cuando en las 20 anteriores apenas sumó 16. El riesgo de su estrategia, retrasando al máximo la entrada a boxes, se tradujo en bingo para Oliver Oakes, su flamante team principal. También para Verstappen, beneficiario de esa misma bandera roja. El jaque mate de Mad Max.

"La espalda me duele mucho"

Lástima que a la épica de Interlagos no pudieran sumarse Carlos Sainz y Fernando Alonso. Tras su triunfo del pasado domingo en México, el madrileño se marchó de vacío, tras un accidente en la vuelta 40. Tampoco hubo razones para la sonrisa del asturiano, penúltimo de los 15 supervivientes. "Voy a acabar por nuestros mecánicos, que han hecho un trabajo increíble. Pero la espalda me duele mucho. El rebote del coche no es normal", subrayó el bicampeón por radio.

El desgobierno de la FIA se hizo palpable desde antes incluso de arrancar. Cuando Lance Stroll, camino de Descida do Lago, sufrió un trompo inadmisible para el que encontró un remedio aún más absurdo. Atrapado en la grava, la baja del canadiense se sumaba a la de Alex Albon, para quien Williams no pudo recuperar el coche dañado en la qualy. Los mecánicos de Ferrari también disponían de poco más de dos horas, así que bastante hicieron para que Carlos Sainz saliera desde el pit-lane.

El caos al que nos referíamos se concretó cuando los comisarios mostraron la señal de salida abortada. Norris, desde la pole, se puso en marcha sin la pertinente luz verde, mientras otros, como Valtteri Bottas o Max Verstappen, seguían en sus posiciones. «Aquí se han infringido todo tipo de procedimientos», le dijeron por radio al líder del Mundial. Los pilotos no sabían si iniciar otra vuelta de formación o mantenerse en la salida abortada. Para redondear el delirio, el incidente de Norris iba a resolverse una vez terminada la carrera.

La grúa levanta el Ferrari de Sainz en la curva 8.

La grúa levanta el Ferrari de Sainz en la curva 8.AFP

Tras 17 minutos de espera, dio comienzo una carrera a 69 vueltas, dos menos de las programadas. Nada más apagarse el semáforo, el habitual error de Norris, incapaz de contener a Russell, que un minuto antes se había quejado de la fría temperatura de sus frenos. Por entonces no llovía, pero sólo los elegidos mantenían el rumbo sobre un asfalto tan deslizante. Verstappen, por ejemplo, ganó cinco posiciones en la primera vuelta. Unos metros más adelante, Sergio Pérez hizo un trompo que le dejaba como farolillo rojo.

De esa dualidad palmaria también sabían en Mercedes. El liderato de Russell, a un paso no demasiado rápido, contrastaba con los padecimientos de Lewis Hamilton. "La conducción es realmente mala. El coche rebota mucho", lamentaba el heptacampeón, que en las horas previas había disfrutado al volante del McLaren MP4/5B de Ayrton Senna. Una de las afrentas que hubo de soportar fue verse sin recursos ante un novato como Oliver Bearman, que ha sustituido a Kevin Magnussen.

Los colores de Haas volvieron a hacerse notar en la vuelta 28, cuando Nico Hulkenberg patinó de mala manera en la curva 1, desencadenando el virtual safety car. Un momento de singular importancia, acrecentado además por la lluvia, que multiplicó su intensidad. Norris aprovechó la tesitura para adelantar a Russell bajo una cortina de agua.

En un domingo tan delicado, Liam Lawson era uno de los hombres a seguir. Si el neozelandés había cumplido cediendo el paso ante Verstappen, cuando llovió de verdad volvió a recurrir a sus peculiares astucias frente a Hamilton y Oscar Piastri. Mientras tanto, una bandera negra frustraba cualquier opción de Hulkenberg. Justo castigo al modo en que sacó el coche de la curva 1, gracias al empujón de un par de comisarios.

Aún no se había cumplido el ecuador de la prueba cuando Franco Colapinto chocó violentamente contra las protecciones la última curva. La gota que colmaba el vaso de la FIA, que ordenó de inmediato la bandera roja. Por entonces, Esteban Ocon, Verstappen y Pierre Gasly, los únicos que no habían completado un pit-stop, rodaban en cabeza. Todos se apresuraron a bajar del coche en busca de cobijo, implorando por que amainase la lluvia.

Tras 20 minutos de espera, la salida lanzada iba a dejar impactantes estampas. La visibilidad era muy precaria, claro, pero Norris cometió otro error de cálculo, que le condenó a muchos metros por fuera. Verstappen esperó su momento para devorar a Ocon y Sainz acabó contra las protecciones de la curva 8. Otro safety car para ese último tercio de carrera, convertido en mero trámite para Verstappen.

Norris, 'pole' bajo la lluvia de Interlagos, que provoca los accidentes de Sainz y Alonso

Norris, ‘pole’ bajo la lluvia de Interlagos, que provoca los accidentes de Sainz y Alonso

La lluvia lo descabaló todo en Interlagos, escenario de la sesión clasificatoria más caótica de la temporada. Sin margen para el mínimo descuido, Lando Norris firmó su mejor actuación de las últimas semanas, con una sensacional pole (1:23.405) por delante de George Russell y Yuki Tsunoda. Entre los innumerables trompos y accidentes, Fernando Alonso y Carlos Sainz aún pueden sentirse afortunados por llegar al garaje con todos los huesos en su sitio. El bicampeón partirá noveno y el madrileño, decimotercero.

La lluvia parecía un alivio para Ferrari y Max Verstappen, que el viernes perdieron un promedio de tres décimas por vuelta frente a los McLaren. Esa superioridad papaya, por tanto, quedaría supeditada a un asunto de sensaciones. La confianza que se intuía en George Russell, Tsunoda y Valtteri Bottas, capaces de rodar casi dos segundos más rápido que sus compañeros en Mercedes, Visa Cash APP RB y Sauber.

No se había levantado con buen pie Lewis Hamilton, eliminado en la Q1 cuando Norris, también en problemas, salvó el pellejo durante su último intento. "No tengo ninguna esperanza. Sólo voy a hacer lo que pueda porque este coche es el peor que he conducido nunca. Quizá salga desde el pitlane, no sé, es inconducible", analizó un alicaído heptacampeón.

Trompo de Stroll

El asfalto mejoraba al paso de los coches, cuyo efecto secado se traducía de inmediato en la tabla de tiempos. Se intuía una oportunidad para los outsiders y su momento llegó a seis minutos para el final de la Q2. Sainz se despistó un segundo en la curva 3 y su Ferrari terminó contra las protecciones, sin alerón trasero. En ese momento, Carlos ocupaba la décima posición (1:29.406) por lo que Norris ejercería otra vez como verdugo.

Asomaban en cabeza pilotos como Esteban Ocon, Liam Lawson o Alex Albon, más Alonso, claro, el más astuto de todos. Durante unos minutos, el asturiano trepó hasta la primera posición (1:25.035), mientras Lance Stroll, su compañero, sufría un trompo en la Curva do Sol, destrozando las barreras con su Aston Martin. La bandera roja para retirar el Aston Martin supuso todo un drama para Red Bull. Verstappen, decimosegundo y Pérez, justo por detrás, se quedaban por el camino.

El mexicano pereguntaba a sus ingenieros por qué no habían esperado al final de la Q2 como hizo Ferrari con Charles Leclerc. Mientras, Verstappen empezaba con sus cábalas para la carrera, donde saldrá decimoséptimo, por sus cinco plazas de sanción por los cambios en su motor. En el trasiego de la salida, el líder del Mundial deberá mantener la mente fría porque cualquier leve roce podría resultar fatal.

Sainz, tras su accidente en la 'qualy' de Interlagos.

Sainz, tras su accidente en la 'qualy' de Interlagos.AFP

De confirmarse los pronósticos, que anuncian más lluvia, la carrera podría convertirse en una mera lucha por la supervivencia. Porque cualquier punto del trazado paulista puede convertirse en una tumba. Alonso dio fe de ello a siete minutos para el final de la Q2. Cuando atacaba su segundo intento, el bicampeón perdió el tren trasero de su Aston Martin. Patinando sin control, el golpe del AMR24 contra las protecciones no auguraban nada bueno para los mecánicos de Mike Krack. Deberán trabajar sin descanso durante tres horas para recuperar los dos monoplazas verdes.

Aún peores perspectivas deben de manejar en Williams, a tenor del rostro pétreo de James Vowles cuando Alex Albon se dio un terrible golpe al final de recta. Todo por pisar levemente la pintura de la pista durante una de sus frenadas. Aún restaban 3:31 para el final de la Q3, así que hubo que armarse de paciencia para que retirasen tantos restos de fibra de carbono.

En ese preciso momento, Albon ocupaba la segunda posición, sólo por detrás de Norris. Vistos los accidentes de Aston Martin, la pole se iba a dilucidar entre pilotos poco acostumbrados a esa lucha. Tsunoda y Lawson, el orgullo de Visa Cash APP RB, saldrán tercero y quinto, por delante de Leclerc (sexto) y Oscar Piastri (octavo).

Fernando Alonso, convaleciente en Interlagos

Fernando Alonso, convaleciente en Interlagos

Actualizado Miércoles, 30 octubre 2024 - 18:26

Fernando Alonso no acudirá el jueves al circuito de Interlagos, escenario del GP de Brasil, por culpa de los mismos problemas intestinales que provocaron su ausencia durante la primera jornada del pasado GP de México.

Según ha confirmado Aston Martin, "Fernando sufrió una infección intestinal previa al GP de México (...) y ha regresado a Europa para ampliar tratamiento con un especialista", por lo que suspenderá sus compromisos con la prensa en el trazado paulista.

Tras un mal fin de semana en el Autódromo Hermanos Rodríguez, donde festejaba su 400º GP en la F1 y cerrado con su primer abandono de la temporada, Alonso se presenta otra vez convaleciente en Interlagos.

"El día extra de tratamiento ha retrasado sus planes de viaje a Brasil, pero ha asegurado que estará listo para correr este fin de semana", revela la escudería de Silverstone.

Carlos Sainz domina a placer en México para cerrar su segunda victoria del año

Carlos Sainz domina a placer en México para cerrar su segunda victoria del año

Ni los rebufos en la salida, ni las insensatas artimañas de Max Verstappen, ni el bajón postrero de Charles Leclerc ante Lando Norris importunaron la victoria de Carlos Sainz en el Autódromo Hermanos Rodríguez. Fiel a su espíritu, como un smooth operator, el madrileño condujo su Ferrari hasta la meta con una eficacia demoledora. Su segundo triunfo del Mundial 2024 resultó tan concluyente como el primero, allá por marzo en el GP de Australia.

Sin embargo, a diferencia de entonces, Ferrari perdió el doblete por culpa de Leclerc, incómodo desde el viernes, errático como en sus peores tardes. Mientras Sainz enarbolaba la bandera roja, el monegasco terminó perdiendo fuelle ante Norris. A su falta de ritmo se sumó un lamentable descuido a falta de ocho giros para la bandera a cuadros. Cuando Lando afilaba el machete, Charles perdía el control en la célebre Peraltada. Bajo un cielo encapotado, sin amenaza de lluvia, Sainz levitaba hacia la meta, sin que nadie le asomara su alerón delantero en las tres zonas de DRS.

El ritmo inabordable de Carlos, rodando con regularidad en 1:20, hizo de la victoria casi un trámite. Sólo se le escapó la vuelta rápida, anhelada por Norris y finalmente en poder de Leclerc (1:18.336). Aún pueden darse por satisfechos en McLaren, porque su jefe de filas descontaba 10 puntos a Verstappen. Un logro para el aspirante, que mantendrá viva la llama durante las cuatro últimas carreras.

Primer abandono de Alonso

Como era previsible, la recta se hizo eterna para Sainz, que tuvo que ceder paso a Verstappen, más ágil a la hora de soltar el embrague cuando se apagó el semáforo. Por la parte sucia, Mad Max llegó con algo de ventaja al vértice y no cedió ni un centímetro ante Carlos, obligado a una excursión por la pradera y a devolver la posición. Por entonces, el choque entre Yuki Tsunoda y Alex Albon hacía obligatorio el safety car.

Otro revés para el nipón tras su percance en la Q2 del sábado que había impedido cualquier mejora a Fernando Alonso. Algún margen, en las tandas largas, pudo intuirse a su Aston Martin durante los últimos libres. Con un Williams y un Visa Cash APP fuera de combate, había que seguir las huellas de los Haas. Sin embargo, en la decimosexta vuelta, los ingenieros de Mike Krack optaron por retirar el coche del asturiano, que venía avisando de los riesgos de sobrecalentamiento. Unas pequeñas impurezas taponaron el conducto de su freno delantero izquierdo. El primer abandono de 2024. Una lastimosa manera de festejar su 400º GP en la F1.

En la décima vuelta se desataron las hostilidades. Verstappen se las veía y deseaba para llegar con un hilillo de batería a final de recta, así que Norris se lanzó por el interior de la curva 4, metiendo el coche con casi un metro de ventaja. Sin miramientos, Max echó el candado como hace siete en Austin. Mucho debía de escocer la inferioridad al tricampeón, que traspasó los límites de la deportividad en la curva 8. Los comisarios penalizaron la primer maniobra con 10 segundos, por empujar a Norris, y la segunda con otros 10 por abandonar la pista y ganar ventaja.

Pérez, tampoco en casa

Un golpe a la línea de flotación de Red Bull. Su jefe de filas debería cumplir el castigo en su pit stop, de donde saldría noveno. Con 44 vueltas por delante, se reincorporaba penúltimo sólo por detrás de su compañero Sergio Pérez. Por entonces, la afición local se tiraba de los pelos ante la ineficacia de su ídolo, penalizado por colocar mal el coche en los tacos de salida y envuelto en un absurdo duelo con Liam Lawson.

Ante esta tesitura, McLaren hizo cábalas para Norris, que podría conformarse con un podio. Verstappen ni siquiera debía acercarse a Lewis Hamilton y George Russell, enzarzados en un pulso de exquisitas maneras. El liderato del Mundial de Constructores quedaba un poco más cerca para la gente de Woking gracias a la remontada de Oscar Piastri, quien tras partir decimoséptimo aún pudo incrustarse octavo entre los Haas.

Con 39 giros por delante, cuando cedía casi nueve segundos ante Sainz, Ferrari paró a Leclerc. Una vuelta más tarde, el líder cumplió en boxes con exquisita puntualidad. No hubo problemas para retirar los neumáticos medios y montar los duros. Desde el Foro Sol, miles de gargantas alentaban al español, que se sentía como en casa. Ese adelantamiento ante Verstappen había coronado un domingo de gloria para Sainz.

El aniversario de Fernando Alonso y los elogios de Red Bull: "Sus dos títulos no le hacen justicia"

El aniversario de Fernando Alonso y los elogios de Red Bull: “Sus dos títulos no le hacen justicia”

El jueves, la ausencia Fernando Alonso no pasó desapercibida en el Autódromo Hermanos Rodríguez, un circuito con un ambiente muy especial, donde este fin de semana cumple 400 Grandes Premios en la Fórmula 1. El asturiano, víctima de una indisposición que le venía minando desde el lunes, debió cancelar sus compromisos ante la prensa para ultimar su puesta a punto. Según las previsiones de Aston Martin, el GP de México resultará complicado para Fernando, que volverá a probar las actualizaciones aerodinámicas estrenadas en Austin.

"Durante los últimos días no me he sentido al 100% a nivel físico, pero espero estar bien el domingo. Además, este circuito tampoco es muy exigente en cuanto a la alta velocidad y las fuerzas G", aseguró Alonso, de 43 años, expuesto a los rigores de una pista situada a más de 2.000 metros de altitud. Uno de los escenarios donde peores resultados ha obtenido, con tres abandonos en las cuatro últimas temporadas. De hecho, tras siete participaciones, su mejor posición en la meta fue el noveno puesto de 2021.

El viernes, el trabajo de Alonso al volante del AMR24 se ciñó a la segunda sesión libre, donde ocupó la undécima plaza, a 88 centésimas de Carlos Sainz, autor del mejor crono del día (1:17.699). Sin embargo, esos 90 minutos tampoco sirvieron para extraer demasiadas conclusiones sobre el monoplaza, dado que Aston Martin, al igual que McLaren, Mercedes, Ferrari y Sauber, optó por probar los neumáticos de Pirelli para el próximo Mundial. En la primera sesión, el equipo liderado por Mike Krack ya había previsto que su piloto probador, Felipe Drugovich, tomase el relevo de Alonso. El brasileño se sumó a una nómina de novatos que también incluía a Pato O'Ward, Andrea Kimi Antonelli, Oliver Bearman y Robert Schwartzman.

"La edad es sólo un número"

Sin embargo, la larga sombra de Alonso se hizo notar especialmente durante la rueda de prensa de los jefes de equipo, donde Christian Horner lanzó encendidos elogios en torno a su figura. "Tiene 43 años y sigue en gran forma, demostrando que la edad es sólo un número. Con las herramientas adecuadas estoy seguro de que estaría delante", comentó el team principal de Red Bull, alabando "la longevidad, la competitividad, las estadísticas y el talento" del doble ganador de las 24 Horas de Le Mans. "Sus dos títulos mundiales no le hacen justicia. Debía haber ganado mucho más que eso", puntualizó.

Asimismo, Horner confirmó que a comienzos de este mismo año, cuando Sergio Pérez no había firmado su renovación, mantuvieron conversaciones con Alonso para formar una dupla junto a Max Verstappen. "Flavio Briatore y él siempre andan evaluando el mercado, lo que demuestra lo hambriento y competitivo que es", subrayó el británico, en referencia al mánager de Fernando. Esa opción junto a Mad Max parece haberse esfumado para siempre en Red Bull, que deberá mejorar sus prestaciones en México, donde el líder del Mundial se quejó de falta de potencia tras la primera sesión libre y sólo pudo completar cuatro vueltas en la segunda por un problema de motor.

Mucho más preocupante se presenta el fin de semana para Aston Martin. "Esperamos un fin de semana difícil, como el año pasado. Es un circuito duro para nuestro paquete, pero lo daremos todo", advirtió Alonso. El asturiano, aunque suma 396 participaciones oficiales en el Gran Circo, estuvo presente de forma activa en tres más: GP de Bélgica 2001, GP de EEUU 2005 y GP de Rusia 2017. Asimismo, se inscribió en el GP de Bahrein 2016, aunque aquella vez en Sakhir no pudo subirse a su McLaren. Desde su debut en el GP de Australia 2001, Alonso acumula 105 grandes premios con Renault, 96 con Ferrari, 94 con McLaren, 44 con Alpine, 41 con Aston Martin y 16 con Minardi.

Demoledor doblete de Ferrari y fatídica sanción para Norris en Austin

Demoledor doblete de Ferrari y fatídica sanción para Norris en Austin

Hubo razones para disfrutar del festival de Ferrari en Austin, donde Charles Leclerc y Carlos Sainz aseguraron el segundo doblete rojo de 2024 tras el GP de Australia. Sin embargo, la emoción genuina, la que ha arrastrado a 430.000 aficionados este fin de semana al Circuito de las Américas, se gestó en el duelo entre Max Verstappen y Lando Norris. Un duelo al sol de Texas, donde el aspirante pretendía arañar tres puntos al tricampeón merced a un ajustadísimo adelantamiento a cuatro vueltas para la meta. En el ápice de la curva 12 se tomaba cumplida revancha tras su drama del pasado 30 de junio en el Red Bull Ring. Sin embargo, los comisarios castigaron su maniobra con cinco segundos. El podio pasaba a Verstappen, cuarto en la meta, por apenas nueve décimas. El golpe de gracia para la moral de McLaren.

A falta de cinco carreras, Norris queda ya a 57 puntos del liderato. Demasiado ante Mad Max, un genio favorecido por los dioses y las leyes. Ni con la superioridad mecánica de su MCL-38, el bisoño Norris se siente capacitado para desafiar al gran tirano. El consuelo del Mundial de Constructores, cada semana más cerca, se quedará algo corto para McLaren. Una oportunidad como puede que sólo se dé una vez en la vida.

Mientras tanto, Ferrari brindará con tequila en Texas, porque Leclerc se pasó 56 vueltas cuidando sus ruedas y conversando afablemente con Bryan Bozzi, su ingeniero de pista. Todo salió rodado desde la salida. Entonces se sentían los 46º C sobre el asfalto, más que suficiente para calentar las gomas medias, pero Norris estuvo frío y timorato. En la primera curva, en lugar de un candidato al título, se vio a un rookie dejar vía libre a Verstappen por el interior. Leclerc, que lo vio venir, aprovechó para tomar la cabeza, mientras Sainz asediaba al líder del Mundial. Ferrari, cuyas buenas perspectivas se vislumbraron desde la única sesión libre del viernes, agradecía los favores.

"Huele a gasolina"

Sin embargo, en la novena vuelta, las luces rojas saltaron en el monoplaza de Sainz. "No tengo potencia a la salida de las curvas. Huele a gasolina", alertó el madrileño, mientras rodaba tercero, con dos segundos sobre Norris. Cuando todo parecía perdido, los ingenieros de Frederic Vasseur mantuvieron la calma hasta ajustar la entrega del motor. El doblete, por tanto, pasaba por desestabilizar Verstappen con la estrategia adecuada.

En la vuelta 22, Sainz se anticipó con un cambio a las gomas duras, pensando quizá en el undercut con el que Kevin Magnussen había destrozado a Pierre Gasly. McLaren seguía a la expectativa, reservando sus bazas. Quizá demasiado. El liderato provisional de Norris suponía un simple espejismo, porque el adelantamiento de Leclerc a Piastri compendiaba el arrebatador brío del SF-24.

Verstappen ya había pasado también a los duros, aunque tampoco podría amenazar ya el doblete rojo. Su única misión, desde la vuelta 32, sería contener a Norris, empeñado en destrozar los cronos con sus gomas nuevas. Tras devorar sus seis segundos de desventaja, el británico enfilaba hacia el podio como un disparo. Calculó con mimo su movimiento, pero los jueces, ante el asombro general, dieron otra vez la razón a Verstappen.

Norris cede el paso a Verstappen en la primera vuelta.

Norris cede el paso a Verstappen en la primera vuelta.AP

Aún peor marchó el domingo para Lewis Hamilton, decimoséptimo en la parrilla, cuyo intento de remontada se perdió en la grava de la curva 19. Un drama para Mercedes, que había llegado a Austin con muchos humos, pero que en la Q3 ya había perdido también a George Russell, por un accidente que le obligaría a partir desde el pit-lane. El rictus de Toto Wolff durante el periodo de safety car se agrió aún más tras una irregularidad de Russell ante Valtteri Bottas en la curva 12, penalizada con cinco segundos por los comisarios.

Alonso, decimotercero

El vacío de las Flechas de Plata, sumado a la habitual incomparecencia de Sergio Pérez, pudo ser aprovechado por dos novatos como Franco Colapinto y Liam Lawson. No por azar, el neozelandés y el argentino saborearon sendos adelantamientos ante Alonso. Síntoma inequívoco de que donde no le alcanza a Aston Martin sí llegan Williams y Visa Cash App.

Alonso había ganado una posición en la parrilla gracias a las reparaciones en el coche de Russell, pero nadie en el box de Mike Krack iba a llevarse a engaño. Las simulaciones de sus ingenieros les retrasaban hasta la decimotercera plaza, por detrás de los Haas y los Williams. Sin puntos al alcance, el único cometido del asturiano sería recopilar datos para el futuro. Para cuando esas actualizaciones aerodinámicas estrenadas en Austin sí le permitan competir con la dignidad debida. Porque las computadoras de Aston Martin dieron en el clavo: Alonso cruzó decimotercero la línea de meta.

Carlos Sainz apunta maneras en Austin y Fernando Alonso obra otro pequeño milagro

Carlos Sainz apunta maneras en Austin y Fernando Alonso obra otro pequeño milagro

Volaba Max Verstappen en busca del mejor crono en Austin, pulverizando los datos en el primer sector, pero un accidente de George Russell en la curva 19 impidió cualquier mejora, regalando la pole a Lando Norris (1:32.330). Tres horas antes, el líder del Mundial había destrozado la moral de su gran adversario durante la sprint race, así que Norris iba ya a la desesperada. Con 54 puntos de déficit, el chico de McLaren necesitaba reaccionar en el Circuito de las Américas. El mensaje por radio de Will Joseph, su ingeniero de pista, supuso el mejor de los presagios: "Confía en el coche. El tiempo llegará".

A Norris se le notaba más bien ansioso tras su grosero error ante Carlos Sainz en la última vuelta de la sprint race. Así que esta pole interruptus bien merecía ser celebrada en el garaje de Zak Brown. En la Q1, el aspirante al título ya cedía medio segundo ante Verstappen, mientras su compañero Oscar Piastri se dejaba ocho décimas. La siguiente criba fue más propicia, con Lando al frente de la tabla (1:32.851), limando 18 milésimas a la pole del viernes.

Por entonces, el único que parecía importunar a los favoritos era Sainz, que hoy partirá tercero en la parrilla. "Hemos dado un buen paso en la dirección correcta", valoró el madrileño, 88 milésimas más rápido que Charles Leclerc. Si Ferrari logra consolidar el ritmo de carrera que ha venido apuntando, el podio no debería escaparse.

"No creo que pudiese repetirla"

Eso sí, el Circuito de las Américas, con su asfalto renovado y su exigente cuerda, supondrá todo un desafío. También para Verstappen, que desperdició su primer intento de Q3 en la curva 19. Será la última bala para McLaren. Norris, de momento, ha salvado los muebles con lo que él mismo ha definido como "la mejor vuelta" de su vida. "No creo que pudiese repetirla", subrayó. La primera pole para McLaren en suelo estadounidense desde 2007, con un debutante Lewis Hamilton en Indianápolis. Quién lo iba a pensar viendo ayer al heptacampeón.

En la curva 12, Sir Lewis bloqueó la rueda delantera izquierda, repitiendo su error del viernes en la SQ3. El gran sheriff de Texas, con cinco victorias entre 2012 y 2017, se quedaba fuera en la Q1. Según su primer diagnóstico, se vio mermado por una avería en las suspensiones que hoy le podría condenar a una salida desde el pit-lane. Para mayor escarnio, los comisarios borraron su tiempo por superar los límites de pista. Un hueco extra para Aston Martin, muy necesitado de favores.

Vistos los precedentes del viernes y la sprint race, el único objetivo al alcance pasaba por superar ese primer corte. Lejos de los Haas y los Visa Cash App, Fernando Alonso y Lance Stroll debían jugársela ante Williams, que venía asomando desde la víspera gracias a Franco Colapinto. Sin embargo, el argentino se dio un buen susto en las Esses, mientras Alex Albon, especialista a una vuelta, tampoco rindió a su nivel.

Alonso, con el AMR24, el sábado en Austin.

Alonso, con el AMR24, el sábado en Austin.EFE

Sin mucho donde rascar en el AMR24, Alonso repitió otra pequeña hazaña en la Q2. Veía como referencia el 1:33.5 de Yuki Tsunoda y el asturiano, en el momento de la verdad, supo arañar una décima al crono. Mientras, Nico Hulkenberg dio un feo volantazo en la primera curva y Liam Lawson, muy entonado en la Q1, se enredaba dando rebufos a su compañero japonés. Por no mencionar a Stroll, con buen ritmo en los dos primeros sectores, aunque bastante manazas en el tramo final.

Así que Alonso saldrá hoy octavo, favorecido por el accidente de Russell, que no permitió cerrar su vuelta a Kevin Magnussen y Sergio Pérez. El bicampeón mundial aún podría ganar una plaza si los comisarios castigan a Pierre Gasly, liberado de modo peligroso por Alpine, para susto del mismísimo Verstappen. De momento, según el propio Fernando, todo viene rodando mejor de lo esperado. Porque los ingenieros de Mike Krack aún experimentan con su paquete de actualizaciones aerodinámicas. "Hoy no estaba contento con el coche, así que sumar puntos va a estar duro", vaticinó el español.

El adiós a los motores Renault y un trauma nacional: ¿hay futuro para Francia en la F1?

El adiós a los motores Renault y un trauma nacional: ¿hay futuro para Francia en la F1?

La primera de las 51 victorias de Alain Prost en la Fórmula 1 apestó a pescado. Aquel 5 de julio de 1981, la lluvia descargaba con fuerza sobre el circuito de Dijon, pero ni siquiera así los mecánicos de Renault podían refrigerar el motor de su RE30, un coche turboalimentado que ya les había traído por la calle de la amargura durante las dos primeras citas del Mundial. «Debíamos enfriar la entrada de aire, pero no teníamos hielo seco en el circuito, así que salimos a comprar hielo en una pescadería», relató años después Bernard Dudot, jefe del programa Turbo en Renault Sport. Así se las gastaban aquellos jóvenes ingenieros salidos de Viry-Châtillon. Tipos audaces que hicieron de aquella fábrica uno de los santuarios del automovilismo. Hoy, cuatro décadas después, Renault acaba de confirmar que su factoría ya no producirá más motores de F1 a partir de 2026. Toda Francia, obviamente, ha quedado estupefacta.

Se trata del final de una era para el automovilismo galo, ya que la marca del rombo había suministrado unidades de potencia al Gran Circo desde 1977. Incluso durante las dos etapas en que la escudería Renault no formó en la parrilla (1986-2001 y 2002-2015), los motores de Viry-Châtillon propulsaron a varios monoplazas campeones. Sin ir más lejos, Renault conquistó cinco títulos con Williams (1992, 1993, 1994, 1996, 1997), uno con Benetton (1994) y cuatro más con Red Bull (2010-2013). Por no mencionar las dos coronas mundiales de Fernando Alonso a las órdenes de Flavio Briatore (2005, 2006).

El italiano, en cambio, se ha erigido ahora como el adalid del cese de actividad en la fábrica. Harto de los paupérrimos resultados sobre el asfalto, el actual asesor ejecutivo de Alpine presentó el pasado julio un proyecto para que su escudería compre unidades de potencia en lugar de desarrollar las suyas propias. Según estas estimaciones, los gastos en materia de motores pasarán de 100 millones de euros anuales a menos de 20. Durante el pasado GP de Hungría, Briatore quiso fotografiarse en público junto a Toto Wolff, team principal de Mercedes, dejando muy claras sus intenciones: Alpine pretende convertirse en equipo cliente de las Flechas de Plata a partir de 2026.

«agujero en los bolsillos»

«Dos años más así y el proyecto iba a colapsar por completo», admitió el pasado viernes Luca de Meo, director general de Renault. Durante una cruda entrevista en L'Equipe, el máximo responsable del fichaje de Alonso en 2021 subrayaba que la decisión del cierre le había resultado «desgarradora» aunque inevitable, dado que su división de F1 tiene «un agujero en los bolsillos».

De momento, tras 18 carreras, Alpine deambula penúltimo por del Mundial de Constructores (13 puntos), su peor puesto desde 2016. Pierre Gasly y Esteban Ocon poco han podido hacer con un monoplaza sin prestaciones y víctima de numerosos problemas de fiabilidad. Especialmente en lo relativo a la refrigeración del motor. Desde marzo, en el paddock se rumorea que el equipo dirigido por Bruno Famin ni siquiera puede suministrar piezas nuevas durante algunas carreras.

En apenas tres meses, los ánimos en Viry-Châtillon han pasado de la incredulidad a la indignación. De hecho, su comité de empresa (CSE) ya puso el grito en el cielo ante la posibilidad de una reducción de plantilla (de 500 a 334 trabajadores) a partir del próximo 1 de enero. Ese enfado quedó en evidencia hace un mes durante el GP de Italia, donde algunos trabajadores de la factoría lucieron brazaletes negros mientras hablaban de «traición» y de «vergonzoso abandono al legado del equipo y a 50 años de historia y experiencia en alta tecnología». Renault ha de manejar este conflicto con mucho tino, dado que el Gobierno de Emmanuel Macron aún controla el 15% de su capital.

El reglamento de 2026

De momento, la única tabla de salvación para De Meo y Briatore parece situarse en 2026, con la entrada en vigor del nuevo reglamento técnico, donde los motores ocuparán un lugar de privilegio. Esa normativa de la FIA obligará a un aumento la potencia del motor eléctrico, para compensar la pérdida de rendimiento propiciada por los combustibles no fósiles. Asimismo, los propulsores serán más simples, más baratos y dispondrán de un modo, denominado override, que se active durante los adelantamientos. Un sustituto del actual DRS, pero alimentado por las baterías eléctricas.

Será tiempo para evaluar el esperadísimo desembarco de Audi, la evolución de Honda bajo el capó de Aston Martin, el estreno de Red Bull Powertrains o la hipotética presencia de Ford. Alpine, del mismo modo que McLaren y Williams, comprará las unidades de Mercedes, mientras en Viry-Châtillon seguirán resonando los ecos de aquel visionario llamado Dudot. «En nuestra época estábamos tan seguros de nosotros que logramos convencer a Bernard Hanon, presidente de Renault, de que debíamos entrar en la F1. En ese momento era una idea muy loca, pero él nos siguió la corriente».