Los goles de la disidencia contra el Gobierno de Georgia: "Algunos jugadores tuvieron que eliminar sus mensajes de apoyo"

Los goles de la disidencia contra el Gobierno de Georgia: “Algunos jugadores tuvieron que eliminar sus mensajes de apoyo”

El pasado 24 de marzo, poco después de que Nika Kvekveskiri anotase el penalti que metía a Georgia, por primera vez, en la fase final de una Eurocopa, las calles de Tiflis se tiñeron de una euforia que traspasaba lo futbolístico. Muchos ciudadanos, ajenos al balón, aprovecharon el momento para reivindicar un viejo anhelo: el de la integración en la Unión Europea.

Tres días más tarde, el patriarca de la Iglesia Ortodoxa animaba a los jugadores a "seguir haciendo feliz al país con más victorias". Un mensaje relevante, dado que la popularidad de Ilia II rivaliza con la de Giorgi Mamardashvili, portero del Valencia, o Khvicha Kvaratskhelia, extremo del Nápoles, las estrellas de la selección. Desde 1977, año de su entronización, su influencia sobre la sociedad y la vida política no sólo se mantiene intacta, sino que ha sobrevivido a una tentativa de envenenamiento con cianuro.

Para saber más

Georgia atraviesa una furibunda crisis política, agitada por la polarización y los discursos de odio. De ello dan prueba aquellas escenas de gozo por la Eurocopa, que pronto se transformaron, a lo largo de abril y mayo, en multitudinarias protestas contra Rusia, el gigante que ocupa militarmente, con 8.000 soldados, una quinta parte de su territorio. Siguiendo las directrices del Gobierno, la policía disolvió con tal violencia a los ciudadanos que una ola de indignación empezó a inundar el país. Hasta alcanzar al vestuario dirigido por Willy Sagnol.

"Hubo futbolistas que apoyaron esa causa, aunque debieron guardar silencio o eliminar sus publicaciones de apoyo en las redes sociales", cuenta a EL MUNDO el director de uno de uno de los periódicos más influyentes de Tiflis, con la condición de no revelar su identidad. "Algunos fueron acusados incluso de pertenecer a partidos políticos de la oposición. Aunque ningún jugador ha querido admitir presiones de la Federación, veo muy probable que se produjeran", prosigue.

El último informe de Amnistía Internacional confirma que el "procesamiento de opositores por motivos políticos", "la violencia contra las mujeres" y las "detenciones arbitrarias de civiles" resultan aún hoy moneda común en Georgia. El 8 de julio 2023, una fiesta del Orgullo Gay fue reventada por 2.000 militantes de ultraderecha, que destrozaron el escenario y prendieron fuego a los emblemas arcoíris. Los agentes de policía, según la citada ONG, "no hicieron nada para impedirlo".

Sagnol, seleccionador georgiano, con sus jugadores.

Sagnol, seleccionador georgiano, con sus jugadores.AFP

Como tampoco intervinieron, a mediados de 2017 en la sede de la Federación, cuando otro grupo de violentos clamaron contra Guram Kashia. El capitán de la selección había osado portar un brazalete con su club, el Vitesse holandés, en apoyo del colectivo LGBTQ. Hoy, Kashia liderará la línea de tres centrales ante Turquía, mientras en el banquillo del Westfalenstadion, a la espera de mostrar su olfato goleador, aguardará Budu Zivzivadze.

El futbolista del Karlsruher se ha erigido como uno de los estandartes de la disidencia. No sólo por aquel doblete ante Luxemburgo que despejaría el camino hacia la última eliminatoria frente a Grecia, sino por su frontal oposición al Gobierno. Zivzivadze no ha escatimado críticas a la Ley de Agentes Extranjeros. Un texto, ostensiblemente inspirado por el Kremlin, que coloca en la diana a cualquier empresa -de los medios de comunicación a las ONG- que presente un 20% de capital extranjero. Otro ejemplo de la deriva autoritaria de Sueño Georgiano, el partido gubernamental, el que intenta controlar cada resorte del poder. Incluido el balón.

Levan Kobiashvili, quien fuera ídolo del Schalke a comienzos de siglo, compatibiliza el cargo de presidente de la Federación con su acta de diputado, mientras Kakha Kaladze, campeón de dos Champions con el Milan, ejerce como alcalde de Tiflis. Pese a su escaso pudor para hostigar a los discrepantes, ambos encabezarán hoy la expedición en Dortmund. "Son los autores de todo el mal y de toda la inmundicia que pueda imaginarse", espetó Kaladze cuando le preguntaron sobre la influencia de la oposición en el equipo nacional.

Problemas sociales

Entretanto, el primer ministro, Irakli Kobajidze, no ha perdido la ocasión para reservar su cuota de protagonismo. "Cuando algo sucede por vez primera en 30 años significa que el esfuerzo de este Gobierno también ha supuesto una gran parte del éxito", adelantó el pasado 10 de abril. Según el último registro del Banco Mundial, correspondiente a 2019, Georgia es el séptimo país del mundo donde más fácil resulta hacer negocios, sólo unas décimas por detrás de Estados Unidos. Su sector turístico representa el 33,5% del PIB, casi el triple que en España o Italia. Sin embargo, aún sigue a años luz de Europa en cuanto a Índice de Desarrollo Humano, el coeficiente de la ONU que pondera la esperanza de vida, los niveles de educación o el consumo per capita.

Por no hablar de la libertad de prensa, donde en 2024 ya ha retrocedido 26 posiciones, según el informe anual de Reporteros Sin Fronteras. De ello bien saben en las redacciones de Tiflis. "Son tiempos duros. Desde que Vladimir Putin lanzó su guerra a gran escala contra Ucrania, mi país ha tomado una senda iliberal. La propaganda afecta a todos los niveles. Incluso al de la rivalidad con Turquía, el único país vecino que reconoce plenamente nuestra soberanía. A pesar de los prolongados intentos de Rusia de instigar la turcofobia, esos sentimientos son mínimos", concluye el citado informante georgiano.

Unai Simón, el portero 'distinto': póker, educación y la charla en Las Rozas donde todo empezó

Unai Simón, el portero ‘distinto’: póker, educación y la charla en Las Rozas donde todo empezó

Entre la prensa que sigue los pasos de la selección desde hace tiempo, hay un chascarrillo cuando, en el reparto de entrevistas, a alguien le toca Unai Simón (Vitoria, 27 años). «¿Cómo vendrá hoy?», se escucha, y alude la pregunta a si aparecerá el Unai sonriente, simpático, o si lo hará el Unai serio, distante. Siempre educado, eso sí, siempre amable, eso también, pero hay una distancia enorme entre el primer Unai, sonriente y simpático, y el segundo Unai, serio y distante, aunque Unai es Unai. Es el portero que, cuatro años después, logró hacer olvidar a Casillas.

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Porque, desde 2016, cuando Del Bosque sentó a Iker para poner a De Gea en plena Eurocopa de Francia, el baile en la portería había sido intenso. Entre el propio De Gea y Kepa se generó un debate motivado porque ninguno de los dos fue capaz de atrapar el puesto con Lopetegui primero y Luis Enrique después. El asturiano fue quien, un noviembre de 2020, puso a Unai Simón para ya no quitarlo. «Hasta que no coincidí con él, yo no entendía el papel del portero en la salida del balón. Él me enseñó a buscar al hombre libre, y en buena medida, lo que soy capaz de hacer hoy es gracias a él», explicó ayer, cuestionado por su error frente a Croacia, al fallar un pase ante Majer.

Lo explicó, con su 1,90 sentado y con una camiseta de la selección de 1996 -«la que me han dado», dijo-, con la misma naturalidad con la que contó que viene arrastrando una lesión en la muñeca y que se operará tras la Eurocopa. A la segunda pregunta sobre ello, zanjó: «No me supone ningún problema y no quiero hablar más de esto». El dueño de la portería desde ese noviembre de 2020, en un Amsterdam Arena vacío por la pandemia, ha jugado todos los partidos oficiales menos uno contra Chipre, y los dos del debut de De la Fuente porque estaba lesionado.

Despedido Luis Enrique, en esa primera convocatoria del actual seleccionador, marzo de 2023, jugó Kepa. Pero en junio, para la Nations League, y ya recuperado de su dolencia en el tendón de Aquiles, De la Fuente le llamó. En la zona de la Ciudad del Fútbol donde se instalan las carpas para las entrevistas de prensa, el técnico y su preparador de porteros, Miguel Ángel España, estuvieron media hora sentados con Unai. Le explicaron lo que querían de él y, desde esa charla, todo quedó claro.

Unai Simón, en una rueda de prensa.

Unai Simón, en una rueda de prensa.EFE

Atrás quedaban los recelos del guardameta del Athletic, cuya última experiencia con el entrenador no había sido muy agradable. Hablamos del Europeo sub'21 de 2019. En el primer partido, España va ganando 0-1 a Italia con gol de Ceballos. Sin embargo, Chiesa empata aprovechando un error grosero de Unai, que deja libre su portería ante la posibilidad de un centro. El resto del campeonato lo jugó Antonio Sivera, hoy portero del Alavés.

«Es muy serio, y muy educado. Pero ha cambiado, porque antes era muy vacilón, muy bromista, y ahora es más prudente. Eso sí, se lleva super bien con los otros porteros», dicen fuentes de la concentración. «Lo más importante es saber que todos remamos en la misma dirección. Los títulos van a llegar gracias a los tres. Alex y David no tuvieron la oportunidad de jugar el primer partido, pero quizá jueguen contra Italia. Lo importante es que debemos apretarle las tuercas al compañero manteniendo el buen rollo, porque eso siempre va a estar, el buen rollo», explicaba ayer antes de reflexionar sobre las declaraciones de Kylian Mbappé, que el domingo pidió el voto de los jóvenes contra la ultraderecha de Le Pen en Francia.

MBAPPÉ

«Él es una persona muy importante, que tiene mucha repercusión. Yo soy jugador de fútbol, y comparezco ante vosotros en calidad de profesional del fútbol, con lo cual creo que de lo único que debería hablar es de deporte, dejándole el tema político a otras personas», afirmó alguien que, más allá de las videoconsolas, es de los fijos en la sala de recreo que tienen en el hotel, jugando casi siempre a las cartas, casi siempre al póker. Sin redes sociales (ni Instagram, ni Twitter, ni Facebook, ni nada parecido) empezó en su día Fisitoerapia, pero lo dejó y luego, durante la pandemia, empezó Administración y Dirección de Empresas (ADE). Dice que no sabe si está en su máximo nivel, «porque no sé dónde está eso».

Una reflexión final: «Esto ha cambiado. Antes de la Eurocopa del 21, jugamos un amistoso y hubo gente que nos pitaba, leíamos en prensa cosas que no tenían ningún sentido, y ahora, el buen hacer de aquella Eurocopa, el título de la Nations League, ha conseguido que este grupo ilusione».

El misterio de Bélgica: deshecha por Eslovaquia con De Bruyne desconcertado y Lukaku fallón

Actualizado Lunes, 17 junio 2024 - 20:45

Qué le ocurre a Bélgica en las grandes citas es un misterio que bien merecería la atención de Hergé como guión de una de las aventuras de Tintín. Una selección que aún tiene a De Bruyne y a Lukaku y a la que asoman con descaro Doku, Bakayoko y Openda no puede hacer una clasificación brillante y esperanzadora y arrancar una fase final en modo depresión. Eslovaquia le sacó los colores en un partido en que la portería se le hizo diminuta a Lukaku y que el VAR remató con alguna jugada polémica. Con Rumanía vapuleando a Ucrania, el grupo se aprieta y los belgas se descuelgan.

Se pellizcaban los belgas en la grada preguntándose cómo era posible que en un pispás se hubieran visto con el marcador en contra cuando habían arrancado el encuentro volcados en el área eslovaca del Frankfurt Arena. Pero fueron los hombres Francesco Calzona quienes gobernaron el partido y lo llevaron a sus zona de confort. Contuvieron la primera escapada de Doku que, empujado por la enfurecida a la hinchada de los Diablos Rojos, se asociado con De Bruyne para inventar una jugada que acabó con un disparo a bocajarro de Lukaku salvado con Dubravka. Fue la primera y le siguió otra cuando un mal control en carrera del gigante belga habilitó a Trossard para volver a probar al meta del Newcastle. Parecía cuestión de tiempo que Bélgica afinara, pero antes se equivocó groseramente y lo pagó.

En el pico del área pequeña, Doku quiso jugar la pelota y Kucka apareció para robársela. Su disparo lo desvió Casteels (a Courtois lo dejó Tedesco en casa frente a la tele), sin poder evitar que apareciera Schranz para abatir su portería. Con Eslovaquia en ventaja, a Bélgica el partido se le atragantó.

Gol de Schranz.

Gol de Schranz.T. HADEBEAP

No encontraba a De Bruyne para girar el juego y romper una estructura defensiva fortalecida por el resultado. Dos veces probó Trossard sin demasiada fe, una atajada por un esforzado Schranz y otra enviada a la grada tras un error en el inicio de juego de Dubravka. No encontraban cómo salir del aturdimiento ante un rival que tenía el plan clarísimo: impedir que hilvanaran y encontraran de manera cómoda la endiablada velocidad de sus extremos. Eso llevaba a Bélgica a la precipitación, con un cabezazo tímido de Onana en el área antes de que Casteels mantuviera la distancia con una mano salvadora a un disparo de Haraslin. Estaban incómodos, pero el resultado abierto. Tanto que Lukaku tuvo el empate en un mano a mano con el meta eslovaco al filo del descanso.

No le quedaba más remedio a Domenico Tedesco que revolucionar su once. Cambió de banda a Doku buscando la debilidad de Pekarik visto que no podía con Hancko en el flanco derecho. En lo que tardó en ajustarse Eslovaquia se fabricó Lukaku un disparo cruzado que salvó el portero del Newcastle, héroe aunque el MVP fuera Lobotka por la manera en que se merendó a Mangala y Onana cuando buscaban a De Bruyne.

El capitán fue apareciendo al tiempo que su fuerza de agotaba, pero resultó suficiente para encerrar a los correosos eslovacos. En un córner, Onana apareció para tocar en el segundo palo y que emergiera otra vez Lukaku para empujarla al fondo de la red. El VAR cazó que lo hizo en fuera de juego y volvió a oscurecerle la luminosa tarde de Frankfurt. No sería la única vez.

Reestructuró Tedesco todo su ataque, con todo lo que tenía a mano, Lukébakio, Openda y Bakayoko, para seguir estrellándose contra un muro. Incapaz de jugar, colgó balones. Uno lo sacó Hancko bajo palos, el otro, en el minuto 80, el VAR porque vio mano de Openda antes de iniciar la carrera y asistir a Lukaku. Otra vez, Bélgica a contrapié.

Rumanía doblega a una débil Ucrania en su estreno en la Eurocopa

Rumanía doblega a una débil Ucrania en su estreno en la Eurocopa

Actualizado Lunes, 17 junio 2024 - 16:53

El primer partido del Grupo E deja la primera sorpresa. Ucrania, que saltó al campo con la bandera de su país atada al cuello para homenajear a todas las víctimas de la guerra, no ha podido ante una selección rumana que explotó al máximo sus virtudes y aprovechó los errores de su rival. Lunin, Mudryk, Tsygankov, Dovbyk...,todos ellos nombres muy conocidos capaces de poder dar un golpe sobre la mesa en esta Euro pero, al menos esta tarde en Múnich, nada salió como esperaban. [Narración y estadísticas (3-0)]

Los de Rebrov comenzaron el partido con intensidad, practicando un juego asociativo que buscaba a sus estrellas para que hicieran su magia. Sin embargo, la presión alta de Rumanía en la salida de balón ucraniana provocó que Lunin entregara un mal pase hacia la frontal que aprovechó Stanciu, líder y capitán de su selección, para mandar el balón a la escuadra con un potente disparo en el minuto 29.

Ucrania reaccionó pocos minutos después con una volea del extremo blue a la salida de un córner, pero los contragolpes de Rumanía seguían generando un gran nerviosismo. Tanta confianza tenían los amarillos que a punto estuvo, de nuevo el capitán, de anotar un gol olímpico poco antes del descanso.

La selección de Ucrania escucha el himno con la bandera atada al cuello

La selección de Ucrania escucha el himno con la bandera atada al cuelloRONALD WITTEKEFE

La segunda parte comenzó con las mismas sensaciones. Con una Ucrania atascada en ataque, incapaz de generar grandes ocasiones de peligro y una Rumanía que aprovechó una de sus salidas en velocidad para anotar el segundo con un disparo de Marin desde tres cuartos de campo, que le pasa a Lunin por debajo del brazo.

El tanto dejó prácticamente hundida a Ucrania que, solo cuatro minutos después, en el 57, observaba incrédula como Dragus remataba en el área pequeña una jugada ensayada de saque de esquina para sentenciar el partido.

Pocas ocasiones tuvieron los de Rebrov para intentar acercarse en el marcador. Solo un disparo lejano de Sudakov obligó a intervenir al portero Nita. Tampoco los cambios del seleccionador para intentar agitar el avispero cambiaron la dinámica de un equipo que no pudo ni siquiera estrenarse con un gol en propia puerta que estuvo cerca de meterse Puscas. Con este resultado, Rumanía espera a Bélgica para jugarse, quién sabe, si el liderato de grupo.

Dios salve a Bellingham… y poco más de Inglaterra ante una Serbia muy respondona

Actualizado Domingo, 16 junio 2024 - 23:09

Dioses en los que cree sin necesidad de pruebas, en los que se confía que están y aparecen justo cuando más se necesita. Son el bálsamo para renacer y alcanzar el éxtasis. Un Dios es Jude Bellingham para la hinchada inglesa. En él creen, porque nunca se echa en falta. Su aparición acabó siendo decisiva en un debut demasiado pobre.

Intuía Serbia que no sería fácil para a los británicos y tardó demasiado en conseguirlo. El fútbol no es cuestión de vida o muerte, es mucho más para la mayoría en el Arena de Schalke y para quien ya ejerce de mito. Apenas 13 minutos una decena de balones le costó encarrilar a Inglaterra con un testarazo para hacer que la grada cantara el 'Hey, Jude'. Inglaterra debe ser más que Bellingham, y se vio en la segunda parte, pero encuentra en el jugador del Real Madrid un elemento diferencial. Distrae rivales, arranca aplausos de sus fieles y genera huecos por donde Saka y Foden deben aparecer de manera letal.

Serbia pensó que la mejor forma de evitar ser aplastados era protegerse, colocar a Gudelj a morder los tobillos de Jude y asfixiar a Harry Kane. Sólo le salió el plan a medias y su primer disparo a puerta fue de Mitrovic a los 20 minutos, con el marcador en contra. Los pross entendieron que, con un rival tan rácano, el partido tenía madurar. Declan Rice tenía que mandar, el joven Ghéri templar los nervios de su debut en una Eurocopa, y Alexander-Arnold creer como reconvertido centrocampista. A Saka no le hizo falta esperar mucho para descubrir que en su duelo con Pavlovic tenía todas las opciones de salir ganador. Le vio Walker a la carrera, se deshizo del lateral y puso un centro para el testarazo de Bellingoal, como lo ha bautizado la Federación inglesa. No importa que su vida con Inglaterra esté más lejos del área porque sus apariciones son igual de demoledoras.

No sabían los serbios cómo reaccionar y, sin vapuelos ni ocasiones claras, su rival vivió cómodo y hasta pudo hacer el segundo en un robo de Alexander-Arnold que lanzó a la carrera a Walker para que, con el tobillo y desequilibrado, soltar un centro cruzado que vieron pasar Foden y Kane. El capitán probó el balón sólo una vez en toda la primera parte. Poco para lo que lo necesitan los leones.

El equipo de Southgate necesitaba circulación de pelota, control y tejer el juego para, des de ahí, desequilibrar. Algo que Declan Rice solo no puede. Pero el estadio estaba entretenido coreando a Bellingham y confiado en el puñal de Saka. A los balcánicos nada les salía y hasta perdieron a Kostic por lesión. El ejemplo de su racanería es que el primer córner lo lanzaron en el tiempo añadido. El de la incapacidad de Inglaterra de noquearlos, que su primero lo botó bien mediada la segunda parte.

Y es que el paso por el vestuario le sentó muy bien a los hombres de Stojkovic, que despertaron de una manera que no supo contrarrestar Inglaterra. El seleccionador sacó al equipo de la frontal, se olvidó de protegerse cambiado el oficio de Gudelj por el talento de Ilic y buscó descaradamente un empate que se vio cerca. Encerrado el rival en su campo, se pasó por el área pequeña de Pickford un centro raso de Vlahovic sin encontrar rematador porque no llegó Mlademovic. Las gradas no marcan goles, pero el pequeño reducto serbio en Gelsenkirchen quiso hacerlo alentando a sus jugadores y creando dudas a los británicos. Habían dado tantos pasos atrás que Mitrovic estuvo a punto de empujar una asistencia de Lukic.

Había que sufrir y a Southgate le costó encontrar soluciones en su banquillo para mejorar las sensaciones que debería dar una candidata a campeonar. Empezó por buscarle un escudero a Rice en Connor Gallagher.

El partido se abrió e Inglaterra comenzó a sufrir de una manera sonrojante. Su único argumento para evitarlo fue un testarazo impecable de Harry Kane, su primer disparo a puerta, que desvió al travesaño Rajkovic. No tembló Serbia, que siguió empeñada en igualar el grupo y obligó Vlahovic a intervenir a Pickford. Incluso el propio Kane apareció para salvar otro tiro de Birmacevic. Vendió cara la derrota Serbia y desnudó a una favorita.

Cuando Carvajal se cree Cristiano

Cuando Carvajal se cree Cristiano

Portugal aún no ha debutado oficialmente en la Eurocopa. Sin embargo, ya hay un vídeo de Cristiano Ronaldo circulando por redes en el que se alaba su mentalidad de superdotado del fútbol en el partido amistoso que enfrentó a la selección lusa contra Irlanda. Otros critican su excesiva arrogancia: nada nuevo para él. Tampoco lo es conseguir lo que dice en el vídeo, superar la barrera cuando tira una falta. "Golpeas, pasas la barrera, igual que sie

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De Zidane a Mbappé, los 20 años de pelea de la selección francesa contra los Le Pen: “Que no gane la Agrupación Nacional”

Actualizado Domingo, 16 junio 2024 - 22:57

En Paderborn, hogar de la selección francesa durante la Eurocopa, no se ha hablado de otra cosa durante toda la semana. Algo que no tiene nada que ver con el fútbol pero sí con los futbolistas. La concentración del conjunto galo vive pendiente de la situación política de su país desde los resultados de las elecciones europeas de la semana pasada y la convocatoria de elecciones generales para el 7 de julio. El vestuario, completo por muchos hijos de inmigrantes, ha decidido romper el clásico silencio de los deportistas de élite y saltar al charco mediático para combatir el auge del partido de ultraderecha presidido por Marine Le Pen. Una realidad que no es nueva en la selección, donde hace 20 años Zinedine Zidane lideró el rechazo del equipo a Jean-Marie, el padre de la actual candidata. Ahora ese liderazgo es de Kylian Mbappé.

«¿En que posición política está usted?», le preguntaron directamente al futbolista, capitán de la selección, en la rueda de prensa previa al debut contra Austria. Su respuesta fue tan directa como contundente: «Kylian Mbappé está contra los extremos, contra los que dividen. Hay jóvenes que se abstienen y quiero darles este mensaje. Su voz sí cambia las cosas. Quiero estar orgulloso de defender a un país que tiene valores de respeto y diversidad y espero estar orgulloso el próximo 7 de julio. No quiero un país fragmentado, no quiero división», reflexionó.

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El atacante, anunciado ya como nuevo jugador del Real Madrid, estrena brazalete en un gran torneo después de la retirada de Lloris y no escapó del foco, lo agarró con un discurso mucho más político que futbolístico, poniéndose en el centro del debate sobre el auge de la ultraderecha. «Somos futbolistas pero también personas y no podemos desconectar de la realidad. Los extremos están llamando a la puerta y yo quiero llamar la atención de los jóvenes. Id a votar. Sé que mi voz será escuchada. Cada voto cuenta», insistió con seriedad, recordando que aunque «estamos concentrados», «esto es más importante que el partido contra Austria».

Las palabras de Dembélé y Thuram

El discurso de Mbappé no es el primero del actual vestuario, pero sí el más importante al tratarse de su máxima estrella y del jugador que más ha hablado con Emmanuel Macron durante los últimos meses. El presidente medió para que renovara con el PSG y para que el Madrid le dejara acudir a los Juegos. Mbappé, eso sí, no anunció su voto, sino que continuó con su rechazo «a los extremos», en clara referencia a Le Pen y después de los comentarios de sus compañeros Dembélé y Thuram.

«Tenemos que decirle a todo el mundo que vaya a votar. Como ciudadanos hay que luchar a diario para que esto no vuelva a suceder y que no gane laAgrupación Nacional (el partido de Le Pen», declaró hace un par de días Marcus Thuram. «Estoy de acuerdo con Marcus», respondió ayer Mbappé. «Quiero diversidad, tolerancia y respeto. Tenemos libertad de expresión para hablar y yo me alineo con él», añadió.

Dembélé, por su parte, se refirió durante la semana a que había sonado «la alarma», en referencia también al triunfo de Le Pen en las europeas. «Tenemos que movilizarnos para ir a votar. Tenemos que movilizarnos. ¡Todos, id a votar! Se acercan las elecciones legislativas», dijo.

También se pronunció Ferland Mendy, defensa del Madrid, aunque fue más tibio en sus declaraciones. «Claro que hablamos sobre política. Cada uno tiene su posición, aunque no la detallamos en público. Cada uno hará lo que tenga que hacer».

Varios discursos que han obligado a la Federación Francesa de Fútbol a emitir un comunicado mostrando su «neutralidad» política. «Cada uno de ellos ha podido manifestarse libremente, según sus propias convicciones y su propia sensibilidad», pero el organismo también recordó que se debe «evitar cualquier presión y utilización política de la selección francesa».

La mala relación de Le Pen con el actual vestuario de la selección francesa no es nueva. Viene desde 2010, cuando aseguró que «muchos futbolistas de la selección llevan a otro país en su corazón», cuestionando el sentimiento francés de la plantilla. Una plantilla que con el paso de los años es todavía más diversa en sus orígenes.

Su padre, Jean-Marie, también recibió el rechazo del grupo campeón del Mundial de Francia 98. «No representa a la Francia auténtica, sino a la Francia del papeleo», dijo el político. Cuatro años después, Zidane lideró una protesta contra él antes de las elecciones. «La gente tiene que votar. Es muy importante. Y, sobre todo, hay que pensar en las consecuencias que puede tener votar a un partido que no corresponde para nada con los valores de Francia», aseguró sobre el partido de Le Pen. «Soy francés y mi padre es argelino. Estoy orgulloso de ser francés y estoy orgulloso de que mi padre sea argelino», añadió en su momento.

Ahora, la máxima estrella del fútbol francés vuelve a liderar la lucha del vestuario contra el líder de la extrema derecha.

La suerte de Andrei Ratiu, el "caballo descontrolado" que ganó el Gordo de Navidad

La suerte de Andrei Ratiu, el “caballo descontrolado” que ganó el Gordo de Navidad

Una de las posesiones más preciadas de Andrei Ratiu (Aiud, Rumanía, 1998) lleva la firma de Fito Cabrales. Se trata de una guitarra que Jorge Pulido, capitán del Huesca y fanático -como él- del rockero bilbaíno, le regaló a modo de despedida tras su etapa en El Alcoraz. Porque aquellas dos temporadas en Segunda División, tan explosivas, tan prometedoras, le iban a abrir las puertas de la selección rumana y el Rayo Vallecano. Sin embargo, su primer año con La Franja se ha saldado con apenas 16 partidos y el vago recuerdo de un soberano marcaje a Vinicius en el Bernabéu. Hoy, Ratiu debuta en la Eurocopa con el pelo teñido de azul y una melodía de Fito sobrevolando por Múnich: Un día, la suerte entró por mi ventana / Vino una noche, se fue una mañana / Quizás solamente me vino a enseñar / Que viene y va.

Según cuentan quienes mejor le conocen, Ratiu es un tipo tan tímido como perseverante. Uno de esos profesionales que aún cree en el valor del trabajo bien hecho. Sin embargo, los azares de la vida también le han reservado algunas sorpresas. Como la del otoño de 2021 cuando, a la vuelta de uno de sus primeros viajes con la selección, Andrei compró lotería en Madrid, su penúltima parada antes de tomar el tren rumbo a Huesca. Unas semanas después, aquel décimo resultó premiado con el Gordo de Navidad.

"Es un jugador hecho a sí mismo, que ha ido escalando a base de esfuerzo y de confiar en sus posibilidades. A veces ha creído más en sí mismo que quienes le rodeaban", cuenta Javi Calleja, el técnico que le hizo debutar con el primer equipo del Villarreal. Una noche de grave compromiso en Mestalla, donde los castellonenses se jugaban el pase a las semifinales de la Europa League. "Llegó muy, muy joven a nuestra cantera. Se había formado como extremo, aunque poco a poco fue retrasando su posición. Ya por entonces nos sorprendía por su capacidad para asociarse y llegar arriba, acabando las jugadas", revela a EL MUNDO el ex preparador amarillo.

Por encima de los 35 km/h

Ratiu, callado y laborioso, siempre cumplía con lo que esperaban de él. Sin embargo, necesitaba minutos lejos de La Cerámica. El Huesca, recién descendido, buscaba competencia para Julio Buffarini, recién fichado de Boca Juniors. De modo que Rubén García, su director deportivo, puso manos a la obra. "El lateral derecho ha sido uno de los puestos que más ha evolucionado en los últimos años. Todos han pasado a ser más atacantes que defensores. Fui un par de veces a ver a Andrei en directo y la sensación que me dio es que el campo se le quedaba pequeño. Era un caballo descontrolado, con una potencia bruta espectacular", relata García, en conversación con este periódico.

Según su testimonio y "salvando las distancias", en la línea de Achraf Hakimi o Trent Alexander Arnold. Durante aquel otoño de 2021, ya se había ganado el crédito del seleccionador Mirel Radoi y Edward Iordanescu, su sucesor en el cargo. Durante la última fase de clasificación para la Eurocopa, promedió 5,8 conducciones largas cada 90 minutos, la mayor cifra del torneo.

Con una velocidad punta superior a los 35 km/h, Andrei siempre se ha sentido mejor a campo abierto que a la hora de tomar decisiones en espacios reducidos. "Pisa área con mucha facilidad, pero aún debe mejorar esa pausa, sobre todo a la hora de centrar", abunda García. "Ha ido progresando a nivel táctico y defensivo, una de las facetas que más debía trabajar", completa Calleja. De esa consistencia, precisamente, andaba más bien sobrado Iván Balliu, que le cerraría el paso en Vallecas durante dos largos meses.

Frente a Mudryk

Hasta que el pasado 5 de noviembre, Ratiu debutó en Liga con la camiseta franjirroja ante uno de los extremos más desequilibrantes del panorama mundial. Aquel domingo, Vinicius acabaría desquiciado frente a un rival que acumuló cuatro tackles, dos despejes, 5/12 en duelos y una sola falta. La imagen de uno de sus retornos, acelerando durante casi 40 metros ante el brasileño -que había partido con leve ventaja- antes de cruzarse con limpieza y salir con el balón junto al banderín, le proporcionaron fama efímera. De ahí hasta final de curso, Ratiu únicamente jugó otras seis veces como titular.

Hoy, sí formará de inicio frente a Ucrania, donde intentará minimizar a Mykhaylo Mudryk. El '10' del Chelsea, diestro, parte desde el perfil zurdo para suministrar a Roman Yaremchuk y Viktor Tsygankov. De la fortaleza de Ratiu, escoltado por Radu Dragusin, el central del Tottenham, penden las opciones rumanas. Andrei ya ha adelantado a su círculo íntimo que mantendrá ese tinte capilar porque le viene dando suerte. Que viene y va.

Crioterapia, cocinero particular y un amor infinito por Chari: los secretos de Fabián, el héroe inesperado de España

Actualizado Domingo, 16 junio 2024 - 22:56

Aquel día, 28 de junio de 2021, en el Parken de Copenhague, sobre la tribuna de prensa caía la cerveza que los hinchas daneses y croatas lanzaban a modo de celebración. Aquel día, 28 de junio de 2021, España iba ganando 2-3 a Croacia. Ya casi en el descuento, en el inicio de una jugada, Fabián no sigue la marca, Croacia empata y manda el partido a la prórroga, resuelta felizmente con goles de Morata y Oyarzabal. Aquel día, 28 de junio de 2021, Luis Enrique, entonces seleccionador, pensó que Fabián no había hecho lo que le había pedido y le puso la cruz a quien el sábado, en Berlín, se convirtió en la estrella inesperada. Fabián Ruiz Peña (Los Palacios, Sevilla, 28 años) nunca volvió a la selección con el asturiano y, sin embargo, para Luis de la Fuente es intocable. «Si no se llamara Fabián, hablaríais mucho de él», dijo el técnico tras el partido contra Croacia.

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Luego llegó él y, con la humildad que tiene, cogió los auriculares de la traducción simultánea y le preguntó al jefe de prensa: «¿Tengo que ponerme esto?». No le gustan mucho las entrevistas, no se siente demasiado seguro, al punto de que el pasado miércoles, cuando le tocaba atender a algunos medios internacionales en Donaueschingen, hizo volar desde España, ida y vuelta en el día, a una persona de su confianza para que estuviese con él mientras atendía a los periodistas. Mucho más seguro dentro del campo, tampoco es un tipo que se complique la vida explicando las cosas. ¿Cómo ha sido tu golazo ante Croacia?, le cuestionaron. «Me la ha puesto Pedri, iba a tirar, pero se me ha cruzado Luka, he recortado y luego he intentado finalizar de la manera que he podido, porque el míster nos pide que finalicemos jugada». Y punto.

No le hizo mucha gracia a Fabián que el pasado verano el PSG, el equipo que pagó por él al Nápoles 23 millones, fichase a Luis Enrique. Se vio ante el técnico que había dejado de contar con él sin darle una explicación. Empezó la temporada jugando poco, pero con el tiempo le dio la vuelta a la situación. En el mes de diciembre, se metió en el despacho de Luis Enrique y el chico entendió que debía cambiar algunas cosas. «Si haces lo que yo te pido, jugarás más», le dijo el asturiano. Desde ese momento fue siempre titular en los partidos importantes, entre ellos todas las eliminatorias de Champions. Para entonces ya había recuperado su sitio con España, pues De la Fuente siempre ha contado con él.

Los jugadores, ayer llegando a Stutgart para ir hacia Donauescingen.

Los jugadores, ayer llegando a Stutgart para ir hacia Donauescingen.P. G. / RFEF

«Los que convivimos con él sabemos de la humildad y el potencial, futbolístico y humano, que tiene Fabián», le ensalzó. Definido como «muy familiar» por quienes le concocen, Fabián es el triunfo del talento al que se le aplica la constancia. Nacido en Los Palacios (Sevilla), el mismo pueblo que Jesús Navas o Gavi, de pequeño era muy bueno, y el Betis se adelantó al Sevilla ofreciéndole a Chari, su madre, el motor de la vida de Fabián, un trabajo en la lavandería de la Ciudad Deportiva. Allí estuvo y allí se hizo mayor, dejando de ser delantero para pasar a ser centrocampista cuando pegó un estirón descomunal con 13 años.

En esa época llamó la atención de alguien. Davide Ancelotti, el hijo de Carlo, su segundo, lo conocía, y estaba «enamorado» de él, según contó en la prensa italiana. Así que en el verano de 2018, cuando el actual técnico del Madrid fichó por el Nápoles, pidió el fichaje de Fabián. El Nápoles pagó 30 millones por él, la venta más cara de los verdiblancos en toda su historia. Tras cuatro años cambió Nápoles por París, y allí vive a las afueras de la ciudad junto a su novia y a su perrita, Bella. En su casa hay un gimnasio con una máquina de crioterapia para favorecer la recuperación.

Tiene también contratado a un cocinero que le prepara especialmente las cenas para no separarse ni un milímetro del camino de la profesionalidad, y en ese camino también está la contratación de fisios particulares. Su madre, Chari, va a visitarle frecuentemente, igual que sus colegas de Los Palacios. Su hermana pequeña, también futbolista, vivía con él hasta no hace mucho, pues estaba estudiando en la capital francesa. Tiene también un hermano mayor. El sábado, en Berlín, estaban su madre y su novia, y con ellas disfrutó de un refresco después en el hotel de concentración.

El destino de Eriksen, de estar "muerto durante cinco minutos" en 2021 a darle un punto a Dinamarca en 2024

El destino de Eriksen, de estar “muerto durante cinco minutos” en 2021 a darle un punto a Dinamarca en 2024

El 12 de junio de 2021, Christian Eriksen sufrió un paro cardíaco y se desplomó en el césped durante el debut de Dinamarca en la Eurocopa contra Finlandia.

El 16 de junio de 2024, Christian Eriksen ha marcado el gol del empate de Dinamarca en su debut en la Eurocopa ante Eslovenia.

El fútbol tiene estas cosas, una mezcla entre el destino y el talento. Es lógico que Eriksen, el mejor jugador danés de su generación, sea capaz de decidir un duelo continental. La historia, lo bonito, es que lo haga después de todo el sufrimiento vivido y en el mismo momento, tres años después, de la situación que le cambió la vida.

"Estuve muerto durante cinco minutos", admitió el danés hace un par de años, cuando tuvo el valor de reflexionar en público sobre su situación. La imagen permanece en la mente de todos los espectadores. El corrillo danés alrededor de él, el abrazo de Kjaer, capitán, a la mujer de Eriksen, su salida del estadio... Todo. Era imposible pensar en un regreso al fútbol, pero volvió. Vaya si volvió.

Nueve meses después del paro cardíaco y tras haber entrenado con el Odense Boldklub, Eriksen redebutó con en la Premier League con el Brentford. Lo hizo con un ICD, un desfibrilador cardioversor implantable que todavía lleva hoy, pero volvió. En verano de 2022 fichó por el Manchester United y este domingo le dio un punto a su selección en un partido loco frente a la Eslovenia de Jan Oblak.

El cuadro danés, liderado en el banquillo por Kasper Hjulmand, se plantó en Stuttgart con mejores nombres que su rival y lo demostró en la primera parte. Ordenado en defensa y con rigor en el centro del campo, puso su fútbol en las botas de Hojbjerg, Hjulmand y Eriksen, liberado en tres cuartos y sirviendo de enlace con Hojlund y Wind, gigantes y bregadores.

Eslovenia, en cambio, sufrió más. Sus esperanzas eran una buena defensa y los balones largos hacia Sesko, el talentoso delantero del Leipzig, pero sin combinaciones en el centro del campo era difícil sorprender a un equipo tan ordenado como el danés. Lo intentó Sesko en el 16 con un disparo que rozó el palo, pero los minutos le dieron ventaja a Dinamarca.

En el 18, Bah sacó rápido de banda y Wind se la dejó de tacón a Eriksen para que el centrocampista controlara con el pecho y batiera a Oblak casi con la puntera. 0-1 merecido para los daneses, muy superiores en el inicio.

La primera parte fue un vendaval danés sin éxito. Lo intentó Eriksen de nuevo, con un centro-chut que casi se cuela en la meta de Oblak y con un disparo demasiado alto, pero el duelo de Stuttgart se fue al descanso oliendo a 0-2.

Eslovenia reacciona

El intermedio ayudó a Eslovenia, que se sacudió los nervios mientras Dinamarca pensó que ya tenía el partido en el bolsillo. La selección de Matja Kek potenció sus virtudes. ¿Hay que jugar con balones largos a Sesko y Sporar? Juguemos. Y así llegaron sus mejores ocasiones. Schmeichel comenzó a tener trabajo y los daneses sólo encontraron soluciones en algunas contras.

En el 64, Hojlund tuvo el 0-2 a medio metro de Oblak, pero el rojiblanco se hizo gigante en su área pequeña y rechazó el disparo. A partir de ahí, el partido fue esloveno.

Cerin falló un cabezazo clarísimo a centro de Sporar y Sesko estrelló un misil en el palo desde fuera del área para meter miedo a la grada danesa, que ya se temía lo peor.

En el 77, Janza, lateral izquierdo del Górnik Zabrze de la liga polaca, se atrevió con un lanzamiento desde muy, muy lejos que tocó en la espalda de Hjulmand, despistó a Schmeichel y se coló en la portería para hacer el empate.

Dinamarca perdió la identidad que le había hecho ponerse por delante y jugó a lo que Eslovenia quería: lucha y disputas aéreas. Y ahí se fueron sus opciones. Mientras, Sporar malogró las ocasiones finales de los eslovenos, contentos con el empate.