El Atlético supera el primer trámite para mantener la tercera plaza

El Atlético supera el primer trámite para mantener la tercera plaza

Cuesta mucho afrontar un tramo de liga con objetivos mínimos. Con la cabeza lejos y el cuarto cerca. Lo resolvió el Atlético sin apuros ante un Rayo con una gran presentación, pero con una mandíbula de cristal. Todo lo hizo bien en ataque, todo lo hizo mal en defensa. Los rojiblancos, claro, no perdonan lo segundo. [Narración y estadísticas (3-0)]

Siempre está bien presentarte en el Metropolitano y amasar el balón el primer minuto de partido y tener a los rojiblancos persiguiendo sombras. El problema es cuando en el siguiente minuto, apenas en el segundo de duelo, dejas que el Atlético marque. Lo hizo Sorloth, un nueve especialista en goles saliendo desde el banquillo pero con actuaciones menos brillantes como titular. Convirtió una preciosa banana de Giuliano en la que Batalla pudo hacer más.

Pero el noruego estaba dispuesto a cambiar su suerte por lo civil o por lo criminal. No se habían cumplido 10 minutos cuando ya acumulaba dos ocasiones más: un cabezazo similar al del gol, pero asistido por Galán desde el otro costado y un pase en profundidad de Julián que el delantero persiguió al espacio y, esta vez sí, el cancerbero argentino respondió bien al disparo seco.

Diagonales libres

El Rayo se mostró como un equipo de dos caras en el estadio rojiblanco. Su salida de balón es de equipo grande y en fase ofensiva daba gusto verles ocupando los espacios. Fruto de ello llegó una preciosa y vertiginosa combinación a la media hora de juego que culminó Isi, pero se encontró con una soberbia mano de Oblak. El problema es que cuando perdía el balón no sólo le costaba recuperarlo, sino que se posicionaba mal dejando las diagonales libres para los atacantes rojiblancos. Un paraíso para Giuliano y Sorloth.

Volvió el noruego a percutir un centro de Galán en respuesta a la ocasión de Isi, pero su cabezazo se marchó fuera obstaculizado con mucha picardía por Ciss. El partido era un ida y vuelta maravilloso. Lo que se podía prever un duelo de vagancia entre dos equipos sin grandes objetivos fue una pachanga sin mucho rigor defensivo, pero una delicia para los 50.000 espectadores que se atrevieron a acudir un jueves a las 21.30 al Metropolitano. Un horario descabellado en primavera, pero habitual en verano. Afortunadamente, la noche fue más de lo segundo que de lo primero para una de las peores entradas del año en el feudo rojiblanco.

Volvió el Rayo a exhibir esa debilidad defensiva justo antes del descanso. Mal momento para hacerlo por lo anímico. En una jugada lenta, sin aparente peligro, rompió Gallagher por el centro del área para que el periscopio de De Paul encontrase al inglés, que puso la testa. Doblaban la distancia los rojiblancos para desesperación de Íñigo. El técnico rayista miraba al suelo esperando que en la segunda parte la mandíbula de su equipo no fuera tan floja.

Cabezazo de Sorloth ante Óscar Valentín.

Cabezazo de Sorloth ante Óscar Valentín.AFP

Quizás se animaran los vallecanos con el modo Superbowl que activó el Atlético en el descanso con la actuación de Beret con su mítica canción Si por mí fuera. Si por el Rayo fuera, la segunda parte sería de menos vistosidad y más contundencia para sus intereses. Y lo cierto es que no tuvieron suerte en el 51 porque Isi remató de cabeza solo ante Oblak, pero el remate fue al muñeco.

Griezmann, suplente

Mientras, Griezmann calentaba en la banda para entrar en la segunda parte. Segunda suplencia seguida de la leyenda rojiblanca en 138 duelos, algo que no ocurría desde el inicio de la temporada 2022/23 por las circunstancias contractuales con el Barça. Entró a la hora por Sorloth. Se había desinflado el noruego con el choque. Quizás es un hombre de periodos cortos.

Casi emboca el francés su el primer balón que tocaba tras una dejada de Julián y luego se durmió ante Batalla en otro buen pase del argentino. Quizás no un gol, pero para asistir siempre está el galo. Puso un pase en profundidad maravilloso para que La Araña no se marchase de vacío. Primer trámite con la Liga perdida resuelto. Este era importante porque la victoria del Athletic obligaba a sumar para asegurar la tercera plaza. Objetivos pequeños.

Las lesiones lastran aún más el eterno rompecabezas de Ancelotti antes de la final que decidirá su futuro

Las lesiones lastran aún más el eterno rompecabezas de Ancelotti antes de la final que decidirá su futuro

El tercer clásico de la temporada encontrará de nuevo al Real Madrid en urgencia médica. Después del 0-4 liguero del Bernabéu y el 2-5 de la Supercopa de España, las últimas lesiones de Camavinga y Alaba obligan a Carlo Ancelotti a improvisar un nuevo puzle justo cuando más quema la mesa. El italiano, perdida la Champions y con la Liga muy complicada (cuatro puntos le separan del Barça), se juega el curso y su futuro en La Cartuja. Si quiere tener alguna opción de continuar en el banquillo de Chamartín, vencer a los de Flick en Sevilla es una obligación... Pero en su bolsillo cada vez hay menos piezas para resolver el rompecabezas.

Ancelotti parecía haber encontrado un once tipo el pasado domingo, cuando aprovechando la vuelta de Ceballos a la titularidad probó a Valverde y a Camavinga de laterales, acumulando seis centrocampistas en total (dos en los carriles y cuatro en el rombo) y dejando a solo dos delanteros en punta, Vinicius y Rodrygo. Fue un equipo compacto y con más sentido en la ocupación de espacios y a la espera de la recuperación de Mbappé, era el once de gala.

Con Valverde y Camavinga el técnico solucionaba así dos de los principales lunares del equipo esta temporada. Lesionados Carvajal y Mendy, el nivel de Lucas Vázquez, Alaba y Fran García en las bandas no le había convencido ante los grandes equipos. Situar ahí al uruguayo y al francés, físicos, verticales y con recorrido, le aportaba mucho al juego del equipo.

Pero el paso por Getafe dejó K.O. a Camavinga, descartado para la final por una rotura en el aductor de la pierna izquierda y para el resto de la temporada. No podrá estar ni tan siquiera en el Mundial de clubes. El galo, de hecho, había salido en el descanso por Alaba, que se retiró con molestias, y ninguno pudo terminar el duelo.

La duda de Ancelotti

Las dos lesiones y la eterna irregularidad física de Ferland Mendy darán una opción única a Fran García, confirmado su billete a la final por el propio Ancelotti: "Jugará Fran", dijo en la sala de prensa de Getafe.

Será la primera vez que el italiano apueste por el ex del Rayo de inicio ante el Barça, porque en los dos primeros clásicos del año se la jugó con Mendy. Fueron dos desastre para el Madrid, que perdonó en el Bernabéu y lo acabó pagando y que se deshizo en Arabia. Siempre, eso sí, limitado por las lesiones.

En el duelo liguero, Ancelotti no pudo contar con Courtois, Carvajal ni Rodrygo. Mbappé erró varias ocasiones y en la segunda parte el Barça le pasó por encima, sufriendo Lucas por la velocidad de Raphinha. La baja de Rodrygo facilitó el rombo del centro del campo, pero entre Valverde, Tchouaméni y Camavinga no tuvieron demasiada creatividad en la construcción. Faltó un timón.

Ancelotti, el miércoles, en la zona técnica del Coliseum.

Ancelotti, el miércoles, en la zona técnica del Coliseum.EFE

En Arabia, Lucas repitió en el lateral, con Tchouaméni de central (ya lesionado Militao) y con las cuatro estrellas en el ataque secundadas por Valverde y Tchouaméni en el doble pivote. El Madrid estuvo roto, partido en dos por el poco compromiso defensivo de Bellingham, Rodrygo, Vinicius y Mbappé. El 2-5 final lo dijo todo.

Ahora, Ancelotti parece convencido de enviar a Valverde al lateral y de incluir a Ceballos o a Modric en el once. Ambos fueron titulares contra el Athletic junto a Tchouaméni, cuajando uno de los mejores partidos del centro del campo madridista este año, y el técnico debe tomar la decisión más comprometida de la final: estando Mbappé de vuelta tras su lesión de tobillo, aunque veremos a qué nivel, ¿jugará con los cuatro delanteros o reforzará el centro del campo?

Los resultados de la temporada y el nivel del mediocampo del Barça invitan a pensar que la idea más lógica es sentar a Rodrygo o a Mbappé (si no está al 100%) y meter más hombres por dentro, volviendo al 4-4-2 en rombo que tan buenos resultados le ha dado en los últimos años. El puzle, eso sí, está cogido con pinzas. Demasiadas urgencias médicas.

En la cuna de Tony Soprano ya no creen en el azar: los seis ascensos del Avellino tras las muertes de los Papas

En la cuna de Tony Soprano ya no creen en el azar: los seis ascensos del Avellino tras las muertes de los Papas

Actualizado Jueves, 24 abril 2025 - 22:04

En Los Soprano, la mítica serie sobre la mafia con la que HBO reventó todas las audiencias, su protagonista, Tony Soprano, recuerda sus orígenes en varios episodios. Y esos orígenes, los de su familia, están en Avellino, una pequeña localidad (52.000 habitantes) a 50 km escasos de Nápoles. La fama, pues, de este pueblo grande se puede situar en las andanzas de la familia de Tony, pero estos días, además, cabe atribuirse también a la muerte del Papa. ¿Por qué? Sencillo.

El Avellino, mejor escrito, su club de fútbol, se ha hecho famoso estos días porque cada vez que muere un Papa, asciende de categoría. Sin ir más lejos, el pasado sábado el equipo lograba ascender a la Serie B (segunda división italiana) al imponerse al Sorrento (1-2) y asegurar matemáticamente el liderato de su grupo en la Serie C, con 72 puntos. Era la sexta ocasión consecutiva en la que este modesto club italiano lograba subir un escalón el mismo año que fallece el Pontífice. De hecho, la historia desde la segunda mitad del siglo XX hasta hoy enseña otros cinco ejemplos.

El primero, el de 1958. En ese año falleció Pío XII debido a un infarto y el modesto club de la Campania ascendió a la Serie C, el equivalente de la tercera categoría. Fue una de las primeras grandes alegrías de la afición. Unos tifosi que conoce bien Raúl Asencio, delantero español que militó en el Avellino en la temporada 2017/18 y que está al tanto, de la reciente fama adquirida por su ex equipo. Raúl (que no tiene nada que ver con el central del Real Madrid), habla de esa afición como una hinchada "intensa, muy caliente". "El fútbol allí es diferente al de España, es como una cultura, la gente es muy cercana. Por ejemplo, una aficionada me traía el desayuno cada mañana, o te invitaban a su casa a comer", dice en conversación con EL MUNDO.

"problemas de gestión"

La siguiente casualidad se produjo en 1963, cuando volvieron a la Serie C el mismo año en el que falleció el Papa Juan XXIII debido a un paro cardiaco. No hablamos, claro, de un equipo de la élite del fútbol italiano. Hablamos más bien de uno de esos modestos que pelean en las categorías a medio camino entre lo amateur y lo profesional. Es lo que mucha gente llama un equipo ascensor. "Ha pasado de subir a la Serie B, después, casi también, a la Serie A, pero luego también ha bajado a la C, ha llegado a desaparecer...", dice Asencio.

El ex futbolista del Avellino vivió uno de esos momentos de decepción, cuando militaban en segunda y camino al descenso. Y esta situación se produjo por un simple hecho: "problemas de gestión y del presidente", lo que provocó que el club acabase "más que descendiendo, desapareciendo", llegando incluso a tener que cambiar el nombre del club. En momentos así, el jugador criado en el Burriana recuerda que la afición "empieza a ser un poco más intensa, viviendo cosas que yo, con 19 años, no había vivido nunca. Gente que venía a los entrenamientos, que llegaba a entrar al vestuario, se encaraba con el capitán y teníamos que estar callados".

Muestra de la pasión con la que se vive cada partido es que el estadio Partenio-Adriano Lombardi tiene una capacidad para 26.308 espectadores, casi la mitad de la población de la ciudad. El símbolo de su escudo es un lobo, que Asencio llegó a tatuarse una vez finalizado su año allí. Si el español tuviese que definir al Avellino con una palabra sería "familiar". "Aún hoy, siete años después, hay gente que me escribe. Incluso trabajadores de allí me ven y me abrazan. Es un ambiente al que le acabas -y en el que te acaban- cogiendo mucho cariño", concluye el jugador español.

El fichaje de Ramón Díaz

El momento más especial para la gente de Avellino se remonta a 1978, cuando certificaron su único ascenso a la Serie A. Aquel hito coincidió con un doble fallecimiento entre los sucesores de San Pedro: Pablo VI y Juan Pablo I. Cinco años después, la directiva cerró la incorporación del argentino Ramón Díaz, el fichaje más rutilante de su historia. En 1988, tras 10 temporadas en la elite, el Avellino regresó a la Serie B. Ya en este siglo se cerraron los dos últimos casos de su curiosa sincronía con El Vaticano. En 2005, su promoción desde la Serie C llegó días después de la muerte de Juan Pablo II y en 2013 también cerraron otro éxito cuando Benedicto XVI renunció a su cargo. El último episodio se produjo el pasado sábado, con el retorno a la Serie B.

Sin embargo, como se explicaba, el equipo ha bailado mucho entre el éxito y la ruina, y no solo ha ascendido el año en que falleciese o renunciase un Papa. El club del sur de Italia también ha vivido otros éxitos en 1949, 1973, 1995, 2003, 2007, 2010, 2011 y 2019.

Djokovic se divierte en Madrid mientras huye de la retirada: "Echaba de menos al público español"

Djokovic se divierte en Madrid mientras huye de la retirada: “Echaba de menos al público español”

Aún se divierte Novak Djokovic con una raqueta de tenis. Antes de su debut mañana en el Mutua Madrid Open, se entrena en las pistas exteriores de la Caja Mágica junto al francés Arthur Fils, a quien saca 17 años, y lo vive como un novato. Cuando el joven conecta un buen saque, le felicita; celebra un derecha potente; blasfema después de una dejada horrorosa. Tiene reservada la pista para una hora y media y la utiliza durante una hora y media, ni un minuto menos. «¡Djokovic, Djokovic, Novak, Novak!», le grita un grupo de niños al marcharse, aunque apenas se oye porque al lado juega Tomás Etcheverry ante Hamad Medjedovic -que le hizo un saque por abajo- y los seguidores argentinos no son precisamente silenciosos.

Con 24 Grand Slam en su haber y un oro olímpico, su tesoro más preciado, Djokovic podría estar en cualquier lugar del mundo, haciendo cualquier otra cosa, pero quiere seguir jugando al tenis. ¿Por qué? Porque aún se divierte. «Sigo sintiendo ganas de jugar, la pasión por competir siempre está ahí. Si no tuviera motivación para estar en los torneos, no estaría, habría dejado la raqueta», comentó el pasado lunes después de su llegada a Madrid, aún alejado de los focos.

Todos los ojos sobre él

Hasta que este jueves Carlos Alcaraz anunció su retirada del torneo, Djokovic podía trabajar con tranquilidad. Era leyenda, pero el protagonismo se repartía. Ahora eso ha cambiado. Sin Alcaraz ni Sinner, el Masters 1000 madrileño necesita que el serbio avance rondas para dibujar una fase final atractiva para el público esporádico. Alexander Zverev es el favorito, más después de su victoria reciente en el ATP 500 de Múnich, pero Djokovic es de largo el tenista más famoso. Y el precedente del Masters 1000 de Montecarlo espanta. Allí cayó ante el chileno Alejandro Tabilo en dos sets; si ocurre lo mismo en las gradas y los palcos de la pista central pueden empezar a verse vacíos. Cualquier análisis previo sobre él puede decantarse para un lado o el otro.

A favor del serbio hay que recordar su palmarés, por supuesto, pero también que el año pasado ganó los Juegos Olímpicos de París sobre tierra batida, que en enero ganó a Alcaraz en los cuartos del Open de Australia -luego se retiró en semifinales- o que en marzo fue finalista del Masters 1000 de Miami. En su contra, que este curso ha perdido hasta tres veces en su debut en un torneo -Doha, Indian Wells y Montecarlo- o que en los últimos cinco años sólo ha disputado una edición en Madrid, en 2022.

THOMAS COEXAFP

«Este año no estoy teniendo buenos resultados, pero el nivel que busco puede llegar en Roland Garros», reconoció sin esconder que su mirada siempre está puesta en los Grand Slam. Otro título ATP sería su título número 100, bonito número, pero la gracia sería celebrar su grande número 25 y así demostrar que también puede derrotar a la nueva generación. Dejar una ristra de partidos antológicos ante Sinner o Alcaraz después de hacerlo ante Federer y Nadal. De hecho, el propio Djokovic nombró su debut en Madrid, en 2009, cuando cayó en semifinales ante Nadal en un encuentro precioso que acabó en el tie-break del tercer set.

El regreso de Murray

«España es un país al que quiero mucho. He jugado grandes partidos aquí contra Nadal y Alcaraz. He estado poco en los últimos años, pero echaba de menos al público español: conoce muy bien y respeta mucho el tenis», halagó ya en compañía de Andy Murray después de estar separados en Montecarlo. Como parte del acuerdo entre ambos campeones, el escocés no viaja a todos los torneos, sólo a los preacordados a principios de temporada, y aquel no tocaba. En el Principiado Djokovic estuvo acompañado de su hermano pequeño Marko, ex jugador, con el puesto 571 del ranking ATP como cima, que apenas se atrevió a hablar desde el palco. Esta semana está más arropado.

THOMAS COEXAFP

«Andy también tiene que jugar al golf de vez en cuando», bromeó el ganador de 24 Grand Slam, poco antes de acudir a la gala de los Premios Laureus en Cibeles. Cinco veces Laureus World Sportsman of the Year, esta vez no estaba nominado, pero no quiso perderse el homenaje a Nadal y aprovechó para defender a Alcaraz de las críticas: «No las entiendo. Sé que la expectación aquí es enorme después de Nadal, Moyá, Ferrero... todos han sido números uno del mundo. Pero Carlos tiene 21 años, ha ganado cuatro Grand Slam y muchos torneos. ¿Qué más queréis? Queréis más, pero lo que ha hecho en este periodo es increíble».

Pablo Ibáñez, el corredor que perdió una carrera de 185 km en el sprint final y acabó en el hospital: "Me dolía el contacto con la cama"

Pablo Ibáñez, el corredor que perdió una carrera de 185 km en el sprint final y acabó en el hospital: “Me dolía el contacto con la cama”

La escena da mucha pena. Pablo Ibáñez se acerca dando tumbos a la meta de la Camí de Cavalls, una carrera de 185 kilómetros que da la vuelta a toda Menorca. Ha liderado la prueba durante horas, ha contado con más de 45 minutos de ventaja y apenas le quedan 100 metros para llegar al arco de la Plaça des Pins de Ciutadella. Pero está exhausto. Le cuesta avanzar, incluso mantenerse en pie, y si sigue corriendo es porque ya queda muy poco. Las cámaras de la retransmisión le enfocan y, de repente, alguien aparece atrás. Ahí viene, a toda velocidad, su rival, el francés Antoine Guillon que se acerca, se acerca y se acerca.

«Le está pasando, le está pasando», grita la narradora y, en efecto, Guillon le adelanta y le arrebata la victoria. Ibáñez se para y se rompe. A moco tendido y ya caminando acaba la carrera en segunda posición con un tiempo de 19 horas y 19 minutos. Durante mucho rato seguirá llorando, primero abrazado al propio Guillon, después tendido sobre el asfalto y al final en brazos de su madre, que le esperaba para celebrar. La escena da mucha pena.

Y pese a ello, el próximo viernes 2 de mayo, sólo un año después del drama, Ibáñez volverá a Menorca para rodear nuevamente la isla y tratar, esta vez sí, de proclamarse ganador de la XIII Trail Menorca Camí de Cavalls ConectaBalear.

¿Por qué?
Casi desde el primer momento tuve claro que quería volver para acabar de otra manera. No sé si ganaré, pero tengo que acabar mejor. Al día siguiente de la prueba ya le dije a mi madre que volvería, en el mismo hospital.

Porque sí, Ibáñez acabó en el hospital. En este tipo de pruebas, la deshidratación a veces obliga a una visita a urgencias que se suele resolver con suero, pero esta vez fue distinto. El corredor vasco de 33 años sufrió una rabdomiólisis severa, una dolencia que en el argot médico se suele acompañar de otro apellido más claro: rabdomiólisis dolorosa.

«Durante la carrera se me cerró el estómago y en las últimas seis horas no pude ni comer ni beber. A la meta llegué en un punto de vacío absoluto, desorientado, mareado, y en el hospital me diagnosticaron rabdomiólisis. Según me explicaron, mi cuerpo empezó a comerse mis músculos y esas células musculares acabaron en mi sangre. El dolor al tacto era increíble, me dolía el contacto con la cama. Y mi orina se volvió negra. Me tuvieron que dar morfina», recuerda Ibáñez, que luego estuvo pagando las consecuencias durante semanas.

«Al mes siguiente, estaba en Madrid por un viaje de trabajo, tenía un poco de tiempo libre, intenté volver a salir a correr y me asusté porque no sabía. Me había olvidado. Me acercaba a un bordillo y no levantaba la pierna. Lo consulté con un médico y me confirmó que la enfermedad provoca ciertos problemas neuronales. Me dio mucho miedo. Tardé tiempo en volver a correr con normalidad», narra.

Buena relación con su verdugo

De Bilbao, era un aficionado al ciclismo más hasta que empecé a leer el blog del corredor Anton Krupicka, tantas veces rival de Kilian Jornet, y le picó la curiosidad por el trail. Durante años compaginó ambos deportes, hasta que hace apenas tres años, cuarto en la Canfranc-Canfranc, se centró en correr y saltó a la ultradistancia. La cruel Menorca Camí de Cavalls del año pasado era, de hecho, su estreno en una prueba de 100 millas. Y estuvo muy, muy cerca de ganar.

«Me faltó experiencia, pero también información. Todo el mundo pensaba que tenía mucha ventaja y no me daban información de qué pasaba detrás para no preocuparme. Me relajé y cuando quise volver a arrancar ya estaba muerto. Entrando a Ciutadella, un cámara me dijo: 'Está en la rotonda'. Y yo justo había pasado por allí. Si me hubieran ido diciendo, lo podría haber gestionado de otra manera», cuenta Ibáñez que ha entablado relación con su verdugo.

En los días posteriores a la prueba del año pasado, Guillon le preguntó por su estado de salud por Instagram y desde entonces hablan de vez en cuando. «Es un tío curioso porque sólo sigue a 10 personas. No sigue a Kilian y me sigue a mí», finaliza.

El tirón de los hermanos Márquez vuelve a llevar a los aficionados en masa a Jerez

El tirón de los hermanos Márquez vuelve a llevar a los aficionados en masa a Jerez

Actualizado Jueves, 24 abril 2025 - 20:22

El circuito Ángel Nieto de Jerez es un enclave cargado de mística para los aficionados españoles al Mundial. Tanto que, a veces, en un afán de magnificar el evento, se producen errores de cálculo como el que ocurrió sin ir más lejos el año pasado. Entonces, los responsables de comunicación de MotoGP señalaron en primera instancia que a lo largo de los tres días de competición llegaron a pasar por el recinto un total de 296.741 espectadores, cuando la realidad, una vez reformulados sus cálculos, fue que se habían pasado de largo. Y con mucho. La realidad era que habían contado 115.542 espectadores de más. Pero, incluso así, el número total de 181.289 aficionados que se dieron cita para seguir el evento, según se recalcó desde MotoGP, suponía la mayor cifra en una década.

Lo que parece claro es que este año, si no se bate el récord, por lo menos, se van a seguir subiendo peldaños. Y muy seriamente. Por lo pronto, la venta de entradas, a pocos días del arranque del evento, era un 30% superior a la registrada en 2024. Las entradas de tribuna se agotaron a inicios de este 2025 y las localidades que aún estarían en venta corresponderían a la zona de la pelouse.

Este año, el circuito celebra su 40º aniversario y, desde luego, aspira a hacerlo a lo grande. El curso pasado, la carrera se plantó en Jerez con Jorge Martín al frente de la tabla, con 80 puntos, y Enea Bastianini como segundo clasificado, a 21 de distancia. En la presente temporada, mientras, lo hace con los hermanos Márquez en las dos primeras plazas, con un Marc intratable en cabeza y 123 puntos en el bolsillo, y su hermano Álex en la segunda posición, con 106. En lo que llevamos de curso, el ocho veces campeón del mundo ha demostrado que sólo los errores propios podrán apartarle de un nuevo entorchado.

Último triunfo en 2019

A los seguidores españoles, seguro, les encantaría que estuviera también en liza y en plena forma un Jorge Martín al que su tan esperado campeonato del mundo no le está atrayendo la mejor de las suertes. Justo cuando la temporada estaba a punto de arrancar, sufrió un par de caídas que no le permitieron volver a competir hasta hace un par de semanas, en Qatar. Y allí sufrió un nuevo percance tras el que acabó con 11 costillas rotas y un neumotórax, y que le obligó a permanecer hospitalizado en Doha. El año pasado, no pudo acabar la carrera tras dar también con sus huesos en el asfalto. Marc Márquez, mientras, logró subirse al segundo escalón del podio tras pelear a brazo partido con Pecco Bagnaia.

Ganar en Jerez, algo que visto lo visto hasta el momento parece mucho más que probable, significaría para el mayor de los Márquez reencontrarse con un triunfo que logró por última vez en 2019, una temporada en la que, precisamente, logró hacerse con su sexto título de campeón en la máxima categoría. El circuito presentará varias diferencias y no solo con respecto a aquel entonces. También, con respecto al aspecto que tuvo el año pasado. El trazado cuenta en la actualidad con nuevas escapatorias en cuatro de sus curvas (2, 6, 10, 13), diseñadas a su vez para dar más seguridad a los pilotos en caso de caída.

Imanol dejará de ser entrenador de la Real Sociedad en junio

Imanol dejará de ser entrenador de la Real Sociedad en junio

Actualizado Jueves, 24 abril 2025 - 14:23

El entrenador de la Real Sociedad, Imanol Alguacil, no continuará en el club la próxima temporada, ha informado la entidad txuri urdin club en un comunicado.

A pesar de que tenía una oferta de renovación de su contrato, que finaliza este 30 de junio, el técnico guipuzcoano ha comunicado al club su decisión de no seguir al frente del primer equipo la próxima campaña.

Alguacil cierra así un exitoso ciclo de seis temporadas y media en el banquillo de la Real Sociedad, a la que llevó a lograr el título de la Copa del Rey de 2020, el primer trofeo del club en este siglo (aparte de la Liga de Segunda División), además de clasificar al club para competiciones europeas cinco temporadas consecutivas.

El entrenador guipuzcoano ha comentado en varias ocasiones que la Real le había ofrecido renovar, pero que prefería esperar para comprobar la evolución del equipo, por lo que emplazó a finales de abril o principios de mayo para comunicar su decisión.

Finalmente, no ha agotado ese plazo y el club ha anunciado hoy su marcha, que obligará a la Real Sociedad a abrir un nuevo ciclo, ya que tampoco estará el otro gran pilar del proyecto, el director deportivo, Roberto Olabe.

Alguacil militó siete temporadas como jugador en la Real Sociedad, entre 1991 y 1998 y dos en el Villarreal, tras lo que pasó por clubes como el Real Jaén, la Cartagonova y el Burgos, donde se retiró en 2003.

Su carrera como entrenador comenzó en el club de su localidad, el Orioko, para integrarse posteriormente en la estructura de Zubieta, donde dirigió al filial durante cuatro temporadas. Su primera oportunidad en el primer equipo llegó tras la destitución de Eusebio Sacristán, en marzo de 2018, cuando se hizo cargo de la primera plantilla de manera provisional.

La siguiente temporada la comenzó como técnico del filial, hasta que la Real destituyó a Asier Garitano, en diciembre de ese mismo año, y volvió a confiar en Alguacil, que desde entonces ha ocupado el banquillo txuri urdin. Una Copa del Rey, dos veces semifinalista de este torneo y cinco participaciones consecutivas en competiciones europeas, una de ellas en la Liga de Campeones, constituyen el balance del entrenador que ha dirigido más partidos consecutivos a la Real, 325, justo uno más que otra leyenda blanquiazul, Alberto Ormaetxea.

Carlos Alcaraz no jugará el Mutua Madrid Open por lesión

Carlos Alcaraz no jugará el Mutua Madrid Open por lesión

Carlos Alcaraz no jugará el Mutua Madrid Open que empezó este miércoles por culpa de la lesión en el aductor derecho que sufrió en la final del Trofeo Conde de Godó, según ha podido confirmar EL MUNDO. Después de días de incertidumbre, el actual número tres del mundo lo anunciará este jueves a las 12.30 horas en una rueda de prensa que tendrá lugar en las instalaciones del torneo. El pasado lunes, Alcaraz se sometió a unas pruebas diagnósticas que confirmaron un pequeño desgarro que exige tratamiento y descanso.

La renuncia a jugar el Masters 1000 madrileño es un duro golpe para el tenista, que se proclamó campeón del torneo en dos ocasiones (2022 y 2023) y todavía guarda la decepción por su eliminación el año pasado en cuartos de final. El problema físico que arrastra, además, pone en duda su participación en el Masters 1000 de Roma que empieza el día 7 de mayo y obliga a reajustar su preparación previa a Roland Garros, que dará inicio justo en un mes.

"Me hice unas pruebas el lunes y estoy a la espera. Pensaba a principios de semana que iba a estar mejor, pero la verdad es que estamos un poco fastidiados físicamente y mañana decidiremos. La participación está en duda, porque también hay que escuchar el cuerpo. Mañana hablamos con el equipo médico. Madrid es de los sitios más especiales en los que juego y voy a hacer todo lo posible para poder estar", explicó Alcaraz este miércoles en el programa 'El Hormiguero', última de las muchas obligaciones que tenía esta semana en la capital de España.

Desde que llegó de Barcelona a primera hora del lunes, el campeón de Grand Slam asistió a la gala de los Premios Laureus en Cibeles, a la presentación del propio torneo en la Caja Mágica, a un evento de 'El Pozo en Callao, al estreno de su documental en Netflix en la Torre Picasso y finalmente, este miércoles, al programa de televisión. En medio de esa vorágine no se entrenó y estuvo en contacto con su equipo para valorar las sensaciones.

La última vez que Alcaraz tuvo que parar de jugar fue precisamente hace un año, también en la gira de tierra batida, cuando renunció a disputar el Masters 1000 de Montecarlo, el Trofeo Conde de Godó y el Masters 1000 de Roma por unos problemas en el antebrazo derecho. Entonces, hizo un sobreesfuerzo para estar precisamente en Madrid y luego encadenó sus triunfos en Roland Garros y Wimbledon y la medalla de plata de los Juegos Olímpicos de París.

Güler y Endrick, cara y cruz para Ancelotti: "No puede hacer esas cosas, tiene que aprender"

Güler y Endrick, cara y cruz para Ancelotti: “No puede hacer esas cosas, tiene que aprender”

Arda Güler fue la cara y Endrick la cruz en la salida nocturna del Real Madrid a Getafe. El turco mantuvo a los blancos a cuatro puntos del Barça en la pelea por la Liga con su gol y su brillantez con balón en la creación, mientras que el brasileño falló dos ocasiones claras y recibió la reprimenda de Carlo Ancelotti en el césped y en la sala de prensa.

Al técnico italiano le ha costado mucho dar oportunidades a los jóvenes durante esta temporada. La exigencia del calendario y las derrotas puntuales en Liga y Champions le obligaron a llevaron a insistir con sus estrellas en las alineaciones, dejando poco espacio para las rotaciones. Así lo sufrieron los dos talentos, los últimos en el fondo de armario de Ancelotti.

Arda, que venía de hacer una gran Eurocopa con Turquía, es el 16º futbolista más utilizado por el entrenador transalpino con 1.323 minutos, sumada ya la hora de juego de Getafe. Endrick, por su parte, apenas acumula 700 tras los 60 minutos de ayer por la noche. Sólo Alaba, recuperado de su lesión en Navidad, Vallejo, que no cuenta, y los canteranos que han participado de forma circunstancial y los lesionados de larga duración (Militao y Carvajal) suman menos minutos que ellos.

A pesar de todo, el brasileño ha logrado siete goles, siendo el sexto máximo anotador del equipo, y el turco cuatro, los mismos que Modric. No han tenido minutos, pero sí los han aprovechado cuando han visto la oportunidad.

En Getafe, Güler fue el mejor del Madrid en plena lucha por la Liga. Acostumbrado a jugar en el extremo derecho, retrasó su posición y se convirtió en el timón del equipo, que giró a su alrededor. A sus 20 años, podría estar camino de un cambio de posición, situación similar a la que vivieron antes Kroos o Modric. Así lo ve Ancelotti.

"Al jugar en 4-3-3 puede situarse como interior, pero en el 4-4-2 no puede estar en el doble pivote. El 4-3-3 no siempre lo hemos utilizado, pero esta noche lo ha hecho muy bien ahí. Le falta un poco de contundencia en los duelos, pero tiene mucha calidad. Creo que su futuro va a ser más ahí que más adelante", reflexionó el italiano, que cree que "en el futuro lo podemos ver ahí en un 4-3-3". "Tiene calidad en la construcción, ideas y mucha tranquilidad", finalizó.

En el campo, uno de los futbolistas que más desesperó a Ancelotti fue Endrick, el más joven del vestuario. A sus 18 años, el técnico ha cuidado sus minutos, a pesar del importante montante de su traspaso, y con Mbappé como fijo en la punta del ataque al brasileño le ha costado entrar en la rotación y cuando lo ha hecho no ha convencido al técnico. Tampoco en Getafe, donde le dio una titularidad clave en la Liga y donde terminó sustituyéndole a la hora de juego tras una acción que le enfadó.

En el minuto 56, Endrick se plantó ante Soria e intentó una vaselina que apenas se levantó del suelo. Una ocasión clarísima que podría haber sido el 0-2 definitivo para el Madrid, sentenciando el duelo para mirar ya a la final de Copa. Cuando Ancelotti vio la definición de Endrick, levantó sus brazos enfadado y se giró hacia su hijo Davide señalando a Bellingham, que calentaba en la banda. Quería sacar del campo al brasileño de inmediato y así lo hizo.

Más tarde, en sala de prensa, le lanzó un mensaje directo. "Endrick ha tenido dos oportunidades. En la de la primera parte no lo podía hacer mejor. Y luego en la segunda... Podría ser fuera de juego, pero no puede hacer estas cosas. Es joven y tiene que aprender, tiene que pegarle fuerte. En el fútbol, el 'coup de theatre' (un giro inesperado de guion o una sorpresa) no existe", declaró.

Después de perdonar al Getafe, el Madrid terminó jugando con uno menos por la lesión de Camavinga y sufriendo durante los últimos minutos. El francés sufrió un problema en el aductor y está casi descartado para la final de Copa. Una baja importante para Ancelotti, que planeaba situarle en el lateral izquierdo para tratar de limitar a Lamine Yamal. y que tampoco podrá contar con Alaba, que se retiró en el descanso con molestias.

El tembleque mezquino de Ancelotti

El tembleque mezquino de Ancelotti

Actualizado Jueves, 24 abril 2025 - 00:21

El Madrid sigue en la lucha por la Liga a pesar de Ancelotti, autor de errores tácticos y mezquindades, responsable de despachar el partido con un paupérrimo gol y jugar miserablemente hasta el pitido final. Defendió una ridícula ventaja, que se pudo torcer al jugar los últimos minutos con 10, por sus atrocidades tácticas.

El héroe fue el enorme Arda Güler, gran conductor del juego. En una posición que jamás le había puesto Ancelotti. El pobre ha tenido que esperar hasta los últimos suspiros de la Liga. Una gran injusticia. Fue el único madridista con gol, no como los mediocres Vinicius y Brahim. El brasileño pone enfermo a cualquiera. Y el internacional con Marruecos se cree que el mundo vive con su regate.

Ancelotti se ha rendido ante la maravillosa calidad del turco. Es mejor que Modric y Ceballos juntos, por su calidad, su brújula y su facilidad para hacer goles. Pero no lo pone nunca. Hasta ahora, Carletto le ha dado sólo pan ácimo, con malversación, porque parece que en Estambul Arda rajó del patriarca del pelo blanco. En cuanto le dio mando en el centro mareó al mediocre Getafe.

Ya sé que Bordalás no tiene jugadores de calidad. Aunque, francamente: "Tu fútbol es una mierda, papá". Sólo juega bruscamente y a tirones. Ya sé que no tiene futbolistas, pero se puede hacer algo más que ser sucio, con una capitulo de faltas kafkiano, con el colmo del pésimo Domingos Duarte y Älvaro, que sólo se quiere cargar al Madrid, porque no resultó en la cantera blanca. Su última entrada a los riñones de Courtois era de expulsión.

Ancelotti desarmó tácticamente al equipo al meter atrás a Tchouaméni, que nunca será un central y e,pequeñecer el equipo en la medular. Perjudicó al francés y tampoco le vino bien un descosido Valverde, harto de correr, sin darle siquiera un vaso de agua.

De Vinicius es mejor no hablar. Me produce repulsión, como a muchos madridistas. Es repulsión absoluta. Acabó con Rodrygo. Le hicieron un penalti al final, pero el Comité de Árbitros prohíbe pitar una pena máxima al equipo blanco. Igualito que al Barcelona.

Me destrozan los esquemas Bellingham, en una baja forma espantosa. No es centrocampista ni delantero centro falso. Es un misterio lo que hace. Ya lo escribí incluso el año pasado. Nunca me gustó, ni siquiera en el Dortmund. No sé dónde juega. Quizá en el limbo.

La cicatería de Ancelotti provocó que Camavinga acabara lesionado y ya no podrá ocupar el lateral izquierdo. Y Valverde de lateral derecho por culpa de unos defensas exteriores que nunca dan la talla.

No sé. El Madrid no tiene más remedio que jugar valiente desde el primer minuto la final de Copa, pero si logra un gol no puede caer en las mezquindades italianas de quien aún es su entrenador.