Alcaraz se constipa ante Ruud y se complica las ATP Finals
Flota una nube negra sobre Carlos Alcaraz desde aquella final de los Juegos Olímpicos de París, no tanto por la derrota, más por el esfuerzo, el cansancio, el hastío. A la mayoría de tenistas se les nota ya la necesidad de unas vacaciones, que esta temporada se acabe ya, pero posiblemente no hay ninguno tan sensible para el español. Para ganar necesita alegría y últimamente no la encuentra en una pista. Resfriado desde hace unos días, con ciertos problemas para respirar, esa incomodidad fue suficiente para caer en dos sets, 6-1 y 7-5, ante Casper Ruud en su debut en las ATP Finals.
En otro momento del curso, ante un rival al que había dominado en los cuatros partidos previos -sólo había cedido un set ante el noruego-, Alcaraz podría haber sacado el partido adelante pese al constipado. Pero a estas alturas ya no hay fuerzas para esquivar las molestias en pos de la victoria.
La derrota ante el noruego le sitúa en el abismo en la antigua Copa de Maestros, sin margen ninguno para el error. Ante los otros dos rivales en la fase de grupos, Andrey Rublev y Alexander Zverev, deberá ganar o caerá eliminado sin alcanzar las semifinales. Sus opciones pasan por su recuperación física, pero también por la recuperación mental, que vuelva cierta frescura, que reaparezca su tenis.
Nada salió bien
Este lunes, en la pista del Inalpi Arena de Turín, una superficie rápida que no lo era tanto, entre intercambios que recordaban a la tierra batida, Alcaraz no se encontró en ningún momento. Si acaso al inicio del segundo set, cuando se lanzó a la red y, más agresivo, consiguió su único break ante Ruud. Pero luego volvió a hundirse, lejos, muy lejos de su mejor versión. Las estadísticas muchas veces engañan, pero esta no: Alcaraz tuvo problemas al saque -menos del 50% de primeros en el primer set-, sufrió con su derecha -hasta 34 errores no forzados- y no se encontró en la red -sólo convirtió el 60% de sus subidas-. Las muchas dejadas que falló fueron sintomáticas.
Ruud llegaba en una racha nefasta, con sólo dos victorias en los últimos 10 partidos, pero igualmente venció haciendo lo suyo. Sólido en el servicio, aguantó los intercambios y fue letal en los puntos de ruptura. Alcaraz sólo convirtió una de las opciones que tuvo mientras el noruego celebró sus cuatro sin fallo.
Más serio que de costumbre, el actual número tres del ranking tampoco se extendió en gestos hacia su equipo como sí había hecho en otros tropiezos. En el primer set les informó desde el banquillo que se encontraba bien del estómago, pero en el segundo parecía quejarse de algún tipo de molestia digestiva. Por lo demás, cabeza baja desde su entrada a su salida de la pista, sin el ánimo necesario para levantar el partido sin estar al 100%.