¿Cómo parar a Antetokounmpo? El recuerdo de Claver y una España casi sin red

Actualizado Lunes, 29 julio 2024 - 21:33

En el exilio de la lejana Lille, tan apartados del ambiente olímpico, ahí España se juega este miércoles, otra vez bien temprano (11.00 h.) media vida en los Juegos, una final tan pronto y contra un rival tan fiero. Enfrente Grecia, viejo conocido, mal compañero, pues también le va todo en el envite. Y la memoria se retrotrae nueve años, idéntico escenario, ese futbolero y mastodóntico Pierre Mauroy, los cuartos de final de un Eurobasket entonces. También un talento amenazante.

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Ese día, que fue la última vez que ambos se vieron las caras (8-2 es el balance favorable a los españoles desde 2002), Giannis Antetokounmpo tuvo pesadillas con Víctor Claver, una lapa, seis rebotes en el último cuarto en un triunfo que después fue éxtasis cuando Pau Gasol rindió a Francia entera en semifinales. Retirado el valenciano hace unos días, reverenciado por los que ahora son sus herederos, se le busca sucesor. Pues Giannis sigue siendo la amenaza, el crucigrama indescifrable para una Grecia en la que todo lo que le rodea es competitividad de basket FIBA: Calathes, Walkup, Papanikolau, Mitoglou, el pasional Larentzakis, el gigante Papagianis...

'Ser' Claver será cosa de Juancho, Aldama, Garuba, quizá López-Aróstegui... «Defienden, tienen tiradores y una estructura atípica porque su hombre más grande (Antetokounmpo) juega fuera de la zona casi todo el rato», admitía ayer un Scariolo consciente del abismo -«El futuro es ya»- y que lanzó un mensaje para los más veteranos: «Es un momento en el que los expertos tienen un papel fundamental».

Giannis anotó 34 puntos ante Canadá, pero ni eso le valió a Grecia, otra selección que llega a los Juegos desde el Preolímpico patrio. España estuvo blanda y perezosa -«salimos a verlas venir», admitió ayer Llull- frente a Australia y echó mucho de menos la versión más plena de Lorenzo Brown. «Es un jugador fundamental en el juego de España y Llull asume mucha responsabilidad. Hay otros buenos jugadores en el ataque, como Willy Hernangómez y Aldama. Es un equipo muy bueno, pero sin duda Lorenzo Brown es uno de los líderes», concedía Vassilis Spanoulis, en su esperanzador amanecer de carrera en los banquillos. Quien pierda se mete en un buen lío.

«Cinco minutos malos aquí te lo ponen todo cuesta arriba, pero confío en este equipos, lo sigo viendo con mucha ilusión», pronunciaba un Llull que fue, junto a Aldama, el mejor del debut. Aunque el madridista, recién renovado, también avisó sobre el gran peligro heleno: «Obviamente, parar a Anteto es una de las claves, es un jugador 'top', de los mejores del mundo. Tenemos que intentar detenerle, pero sin perder de vista al resto de jugadores».

Miquel Travé, a un “centímetro” de la medalla: “Estoy jodido, ahora mismo duele”

Actualizado Lunes, 29 julio 2024 - 20:02

A un toque de la medalla, a un pequeño error de concentración en el frenesí de las aguas bravas del canal de Vaires-Sur-Marne. «Estoy jodido. No es fácil estar tan cerca y que se escape. Pero bueno, este es el juego y hemos venido a jugar». El sueño de Miquel Travé, un niño criado entre canoas, se quedó a 89 centésimas del bronce. Fue quinto en el C1 Eslalon, otra vez brillando España en piragüismo. Con un tiempo de 97,72 en la final, a la que acudió con la segunda mejor marca, de no haber sido por el golpeo de su pala en la puerta 14 tendría colgada la plata al cuello.

La segunda medalla de España en los Juegos se diluyó en las aguas parisinas. Travé, toda una perla del piragüismo (campeón del mundo júnior en 2018), violinista en su infancia, hijo de entrenador olímpico (seleccionador en Atlanta 96) -ahí estaba presente, con el resto de la familia del catalán-, compañero de entrenamientos de Ander Elosegui (dos veces cuarto en los Juegos), había desatado las expectativas en una mañana pletórica. En su tercera bajada por el recorrido del espectacular Estadio Náutico Vaires-Sur-Marne logró uno de los 12 billetes para los finalistas y con el segundo mejor tiempo (96.69), nada menos.

A sus 24 años, el chico de La Seu d'Urgell acometió el descenso con una asombrosa soltura. Iba superando todos los tiempos, directo a la medalla, vertiginoso, pero la fatalidad le aguardaba en la puerta 14. «Todas son peligrosas. Al final todas tienen dos palos, todas hay que pasarlas por el medio sin tocar, así que hay que estar atento de la primera hasta la última y hay 23», concedía después. Con el fallo y la penalización asumidas, zarpó hasta el final con todo y acabó con 97.92. Iba a ser, finalmente, el quinto mejor tiempo de la tarde. Un diploma que hubiera firmado antes, pero que ayer , «escasos centímetros que me alejan de la plata», aún dolía. «Cuando lo vea en perspectiva voy a ver que en los primeros Juegos Olímpicos pude estar ahí. Quinto es un buen resultado, pero bueno, ahora mismo duele», reconocía. «Es cruel, es así. No diría ni injusto ni justo. Al final el mejor del mundo puede perder y el peor del mundo puede ganar, esta vez me ha tocado bajarme a mí del podio», resumía.

Trevé, tras la final.

Trevé, tras la final.ALI HAIDEREFE

El oro fue un éxtasis en el canal, porque el ídolo local, Nicolas Gestin, logró la perfección y arrasó en el lugar en el que entrena habitualmente. Un descenso tremendo (91,36), cuatro segundos mejor que el británico Adam Burguess, para ser campeón olímpico de C1 de eslalon, con el eslovaco Matej Benus tercero.

A Miquel aún le quedan cosas por decir en París, pues participa en el kayak cross. «Aquí e intentaré sacar todas mis fuerzas y mi rabia para un buen resultado. Y después a pensar en Los Ángeles 2028 donde iré aún con más hambre», admitía el ilerdense, cuarto en el ránking mundial y que superó la decepción de no clasificarse hace tres años para los Juegos de Tokio.

La nueva fe del ‘Profeta’ Reyes Pla: “Ahora estoy con Alá”

Actualizado Domingo, 28 julio 2024 - 23:59

El éxtasis acaba de suceder en el París Norte Arena, un pabellón efímero para los Juegos construido en el Centro de Exposiciones de Villepinte. El francés Traoré ha ganado su pelea y se apaga poco a poco el fervor del «Allez les Bleus» cuando, con calzón rojo y paso firme, emerge Enmanuel Reyes Pla. Rafael Lozano, del que le separan unos llamativos 41 centímetros, imparte las últimas instrucciones mirando hacia arriba y el Profeta acude a su rincón antes de que suene la campana. Agacha la cabeza, levanta sus manos hacia el rostro y pronuncia: «Allahu akbar».

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Inolvidable el cubano de La Habana, por su boxeo atildado y feroz a la vez, y también por su provocativa locuacidad. Hace tres años dejó estampas para el recuerdo en el Kokukigan Arena de Tokio, cuando perdió el combate por la medalla con su compatriota Julio César la Cruz, la 'Sombra'. Con polémica incluida. El «voy a arrancar cabezas» sigue siendo su lema, pero, entonces, algo cambió. Y no sólo en su forma de pelear. «Ahora estoy con Alá», dice en conversación con EL MUNDO tras pasar por encima del chino Han en octavos. El jueves, al mediodía, peleará con el belga Victor Schelstraete en cuartos: un triunfo asegura medalla.

Tokio fue algo más que la primera experiencia olímpica para ese gigante llegado a España tras peripecias de película. Al reclamo de su familia, afincada en La Coruña, y con el bloqueo que suponía a su carrera pugilística la competencia con Erislandy Savón, bronce en Río, inició un viaje con destino incierto en 2016. Enmanuel se encontró con un escollo burocrático en Moscú para poder ingresar en la UE. Con miedo a ser detenido por no tener los papeles en regla, pasó cuatro meses encerrado en un piso junto a su primo.

Reyes Pla, en acción contra el chino Han.

Reyes Pla, en acción contra el chino Han.MOHD RASFANAFP

Cuando logró salir viajó a Austria, donde solicitó asilo político y estuvo dos meses internado en un centro de refugiados. Después, camino hacia España, fue detenido en Alemania cuando intentaba pasar la frontera con Francia. Las autoridades germanas lo enviaron a un centro de reclusión para migrantes, donde pasó un tiempo antes de que lo mandaran de vuelta a Austria. Finalmente decidió arriesgar y tomar un vuelo directo a Barcelona. Al fin pudo reunirse con su familia en el verano de 2017. «Meses brincando por fronteras», encajando los golpes de la vida, viendo como su prometedora carrera pasaba por delante.

En el ring, de la mano del equipo español tras obtener la nacionalidad, se reencontró. Pero faltaba algo que llenara el vacío al que siguió su desengaño olímpico. «Me convertí por mis amigos. Y por lo que pasó en Tokio. Fue la clave. Ahora estoy con Alá. Él es que el me da el triunfo, el que siempre me está apoyando. Con Él va a salir la victoria», explica aún sudoroso.

"Me ha dado paz y tranquilidad"

Sus amigos son sus compañeros Ayoub Ghadfa, peso pesado marbellí que hoy compite (21:52) en primera ronda. Y Gazi Khalidov, el niño refugiado del Daguestán que se quedó a las puertas de París. Con ellos comparte vida, aficiones y rezos, el Ramadán y las visitas a la mezquita. Incluso en La Habana, donde estuvieron hace unos meses. «Claro que hay mezquitas allí. Yo era cristiano por mi abuela, que fue la que me inculcó esa religión. Decidí cambiarme al islam. Creo que es algo que está más acorde conmigo. Me ha dado paz y tranquilidad. Y doy gracias a dios», añade.

En lo deportivo, Reyes Pla sigue siendo el mismo. "Él tiene su boxeo. Ya tiene más experiencia y sabe que no puede dejar nada para última hora. Porque se escapa, como le pasó con Julio La Cruz, que estuvo ahí, ahí... y se contagió de las filigranas que hacía el otro", reconoce Rafael Lozano, el Balita, seleccionador nacional. Y, a continuación, le toca el turno al Profeta, que por momentos recuerda en la verborrea y la provocación a Muhammad Ali. "Vengo a por el oro. El rival soy yo. No me preocupan los demás. El que salga, a arrancarle la cabeza", lanza.

"Venimos al 1.000 por 1.000. Esta vez no vamos a dar la opción de que los árbitros tomen decisiones, vamos a ir a todo, dando palos, como siempre ha hecho el Profeta", sigue en tercera persona. "Vengo trabajando desde los seis años, esta es la cumbre de mi carrera, estoy en la mejor forma. Así que la medalla de oro va a llegar", no para. Y cierra, con guiño tenístico: "Que la gente esté atenta, el boxeo va a dar una sorpresa y va a ser en Roland Garros, donde Rafa Nadal ha ganado muchas copas. Va a ser ahí y nos haremos la foto con él y Carlos Alcaraz".

Fran Garrigós: “Del judo no se puede vivir”

Actualizado Domingo, 28 julio 2024 - 22:56

«Pues la noche fatal, fatal. No he dormido nada. Entre la emoción, la tensión acumulada y la cafeína... Yo creo que me meto ya en la cama hasta mañana», cuenta con media sonrisa un chico normal de Móstoles que el sábado abrió el telediario. Porque a Fran Garrigós, que ya era campeón del mundo, el bronce en París, la primera medalla del equipo español, le cambia la vida. Y aún así, como estaba previsto, se irá a Tailandia de vacaciones con su novia, Ana, con la que le hubiera gustado compartir la experiencia olímpica, judoca ella también.

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¿Cuántos medallistas olímpicos hay en Móstoles?
Pues no lo sé. El skater Danny León, que está aquí en París, es también de allí. Pero tampoco sé de más. Lo mismo hasta me ponen el nombre a una calle o un pabellón. Veremos a ver qué pasa.
¿Cuál ha sido la felicitación que más le ha emocionado?
Las de los grandes deportistas. Nadal, Alcaraz, Gasol... Es un honor.
¿Qué le fastidia a un chico de su edad más allá del judo?
Pues eso, que no se hable tanto de deportes que no son tan mediáticos. Que eso sólo ocurra durante los Juegos Olímpicos. Al final, sólo se habla siempre fútbol. O de baloncesto.
¿Cómo surgió lo de formar parte del Ejército del Aire?
Me comentaron si me apetecía participar con ellos en las competiciones. Y yo encantado. Soy sargento reservista, hice una formación de 15 días en Torrejón. No era algo que estuviera en mis planes, pero bueno, siempre que se pueda competir y representar a tu país es bueno. Un orgullo.
Margarita Robles, Ministra de Defensa, recibe a Fran  Garrigós, el pasado mes de junio.

Margarita Robles, Ministra de Defensa, recibe a Fran Garrigós, el pasado mes de junio.EFE

¿Su padre, Paco, trabajaba en la construcción?
Cuando hubo la crisis de 2008 lo dejó. Y ahora se dedica a otras cosas. Para mi familia ha sido un momento muy bonito. Subir a a ese podio y ver que que estaban ahí...
¿Esta medalla supone un desahogo económico?
Sí, es muy importante en eso también. Mis padres nos han enseñado a toda la familia que si trabajas por tus sueños, es posible que puedas cumplirlos. Nos han enseñado a trabajar todos los días, a intentar ser mejores cada vez. Yo estudié INEF. Al final el judo no te da para vivir, necesitas tener una salida al mundo laboral, estar lo mejor preparado posible.
Pierde la semifinal y en un rato se sobrepone en el combate por el bronce. Esa es la lección.
Sí. Perdí esa semifinal, podíamos estar luchando por el oro. No sabes nunca cuándo vas a volver a estar en los Juegos Olímpicos y menos luchando por un bronce. Lo di todo después.
Ana (Pérez Box), su novia, no pudo clasificarse para París.
Ella es un pilar fundamental en mi vida. Está ahí todos los días, ayudando, apoyándome. Ella confía más en mí que yo mismo. No es la forma en la que me hubiese gustado estar en estos Juegos Olímpicos. Me hubiese gustado que ella también pudiese competir. Pero tenerla aquí a mi lado al terminar el combate fue muy especial.
¿Dónde estaría Fran si no fuera por el judo?
Es que no me imagino la vida sin el judo. Es todo, desde que me levanto hasta que me acuesto. El día que no voy a entrenar o cuando llevo mucho tiempo de vacaciones, estoy deseando volver. Incluso vuelvo antes de tiempo, casi siempre.

Baloncesto: Una heroicidad de Leo Rodríguez para la asombrosa remontada de España ante las gigantes chinas

Actualizado Domingo, 28 julio 2024 - 16:25

Acostumbradas a las hazañas, la selección femenina lo volvió a hacer. A falta de 25 segundos, como golpearse contra un muro, las jugadoras de Miguel Méndez lo tenían imposible, cinco abajo antes las gigantes chinas, favoritas a medalla olímpica, actuales subcampeonas del mundo. Cualquiera hubiera pensado en lo siguiente. No ellas. Primero Queralt Casas con un improbable dos más uno y después, más difícil todavía, Leo Rodríguez con un triple con falta (falló el tiro libre después). En la prórroga, evidentemente, ya nada las iba a detener.

No puede abrir mejor sus Juegos España que con esta remontada, la que le despeja el camino a cuartos con todavía dos partidos de la primera fase por jugar (Puerto Rico y Serbia). Así lo reflejaban sus sonrisas con el bocinazo final, un triunfo para espantar males. Porque nada ha sido sencillo para ellas. La grave lesión de Raquel Carrera, la de Silvia Domínguez después, las molestias que impiden participar a María Conde. Sin tres pilares pero sin miedos.

Fue toda la batalla una agonía, porque enfrente había talento y, sobre todo, centímetros. Xu Han es la jugadora más alta del torneo, 2,05. Yueru Li, 2,00. Fue una pesadilla (31 puntos, 15 rebotes), pero ni eso acaba con la competitividad española, que forzó la máquina con su energía (23 pérdidas rivales), se entregó a la calidad de Megan Gustafson (29 puntos) y no perdió la fe. Y, además, tuvo a sus propias heroínas.

A falta de 27 segundos, Liwei Yang erró su segundo tiro libre. Queralt Casas atrapó el rebote y corrió la cancha con celeridad. Cinco segundos después había anotado, también el tiro libre posterior (73-75). Ella fue la primera protagonista. Pero lo mejor estaba por llegar.

Leo Rodriguez celebra la victoria.

Leo Rodriguez celebra la victoria.Michael ConroyAP

A punto estuvo de robar España, y con 15 segundos por jugar, Laura Gil cometió falta. Meng Li sólo acertó con uno y llegó el turno de Leo Rodríguez, un triple para el recuerdo, para el éxtasis no culminado cuando erró desde el 4,70. Acabó con 25 puntos.

Pero la selección ya era un ola imparable, y no iba a perdonar en la prórroga. Ahí, dos triples de María Araujo y todo el despliegue de Gustafson para un impresionante triunfo y medio billete hacia los cuartos de final en París.

La intrahistoria del bronce de Fran ‘Pinchito’ Garrigós: la ausencia de Pedro Sánchez, el beso de Ana y “mensajes desagradables” desde Japón

Actualizado Domingo, 28 julio 2024 - 09:52

Pedro Sánchez se ha ido justo cuando le tocaba ganar la medalla a Fran!", cuenta Quino Ruiz, la corbata desanudada, el alivio de ver a su pupilo, que es mucho más, "casi un hijo", con ese sueño colgado al cuello, con ese bronce que a él, leyenda nacional, se le escapó hasta en tres Juegos Olímpicos. En el Campo de Marte, con la Torre Eiffel de telón de fondo, con todo embarrado por la incesante lluvia que hace otoñal a París desde el viernes in

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Entre las comparaciones, los récords y la redención, EEUU busca su quinto oro seguido: “Somos tan fuertes como el Dream Team”

Actualizado Sábado, 27 julio 2024 - 23:15

Serán cinco oros seguidos y cuatro de ellos para Kevin Durant, lo que nadie hizo nunca jamás. Serán. Porque nadie duda de este Dream Team, tan golpeado en los Mundiales (no lo gana desde 2014), afrentas que asume y recoge, con las que pinta las paredes de su motivación, la venganza como estímulo, tan americano. Nadie duda de que en los Juegos el USA Team no falla y eso que a su alrededor todo tenga aroma NBA. Los 11 rivales poseen ya jugadores de esa liga (hasta 52...), incluso el debutante Sudán del Sur, los herederos de Manute Bol; España, con sólo Santi Aldama, es ahora el más raquítico en ese sentido.

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Desde Atenas 2004, EEUU únicamente ha perdido un partido olímpico, en el estreno de Tokio contra Francia. Quizá el único rival que les puede amenazar esta vez, espoleados bajo el efecto patrio pero sobre todo con el gigante Victor Wembanyama, uno de los grandes nombres propios de estos Juegos. También Canadá, una especie de USA Team 2 a las órdenes de Jordi Fernández. Y, para empezar, este domingo (17.15 h.), la Serbia de Nikola Jokic.

A la espera del arranque y con la duda de alguno de los resultados de la preparación (apenas consiguió derrotar por un punto a una Sudán del Sur, que ganaba de 14 al descanso), el escaparate yankee luce pletórico, con el abanderado LeBron James a la cabeza y la novedad, poderosa en la pintura y no sin polémica (nació en Camerún y coqueteó con unirse a la selección francesa), de Joel Embiid. También está el mencionado Durant, Steph Curry en busca de su primer oro, Jayson Tatum o Anthony Davis. Una plantilla carne de comparaciones. Y ninguna tan recurrente como la del Dream Team original.

El abanderado LeBron y Adebayo, en la ceremonia de inauguración.

El abanderado LeBron y Adebayo, en la ceremonia de inauguración.Ashley LandisAP

La mecha la encendió el veteranísimo Svetislav Pesic, entrenador serbio, que nunca tira sin bala. «Esta plantilla es más fuerte que el Dream Team», afirma. Él era entonces seleccionador alemán y hoy comprobará sus propias palabras, que pronto fueron respondidas hasta por el rival. «Nuestro equipo es sin duda tan fuerte como el Dream Team, pero en 1992 el mundo no era tan bueno como hoy, ni mucho menos», razonó Steve Kerr, que añade: «En aquel momento, sólo Yugoslavia podía haber puesto en dificultades a los estadounidenses, pero Serbia y Croacia acababan de obtener su independencia. Por eso nunca fueron amenazados. Puede que nuestro equipo sea igual de fuerte, pero el nivel general ha evolucionado. En París nos espera un desafío mucho más difícil».

Y, aunque la comparación es golosa, resulta complicado pensar que este equipo que perdió por lesión a Kawhi Leonard puede fascinar del modo que lo hicieron Michael Jordan, Larry Bird, Magic Jonhson y compañía en la Ciudad Condal. La profundidad de aquel roster nunca podrá ser superada (Barkley, Olajuwon, Karl Malone...). El Dream Team, que hubiera establecido también un récord de selfies, amaneció en el torneo olímpico ganando por 46-1 contra esa Angola (finalmente 116-48), de la que Charles Barkley dejó una frase para la historia: «No sé nada de ellos, salvo que están en problemas». Los de Chuck Daly terminaron ganando sus siete partidos con una diferencia media de 43,8 puntos (algo que esta vez no va a pasar) y sin pedir un tiempo muerto. En la final en el Olímpico de Badalona, la Croacia de Drazen Petrovic resistió 10 minutos (23-22) y terminó cayendo por 'sólo' 32.

Fran Garrigós rompe la maldición del judo y logra la primera medalla de España en París

Fran Garrigós rompe la maldición del judo y logra la primera medalla de España en París

Pasaron 24 años, como una maldición para el judo, siempre tan olímpico para España, nombres inolvidables, sobre todo ellas. El oro de Isabel Fernández en Sidney, los de Miriam Blasco y Almudena Múñoz en Barcelona, pero también la plata de Ernesto Pérez Lobo en Atlanta (la única masculina hasta hoy), allí también los bronces de Isabel Fernández y Yolanda Soler. Hubo que esperar hasta una lluviosa jornada en París, en el Campo de Marte, donde Fran Garrigós amplió la colección.

Fue bronce el mostoleño (-60 kilos), reponiéndose para derrotar a Giorgi Sardalashvili, y pudo serlo Laura Martínez (-48); él favorito, ella revelación, compañeros de entrenamiento, pupilos ambos de Quino Ruiz en su Dojo de Brunete. Se quedó la vallecana a un par de suspiros: tras ganar tres combates, pletórica su mañana, y plantarse en semifinales, no pudo ni con Baasankhuu Bavuudorj ni con la local Shirine Boukli después.

Fue un amanecer de sábado olímpico para soñar (con presencia de Pedro Sánchez en las tribunas, junto a Alejandro Blanco), una gran apertura de los Juegos en los que se aspira a, por fin, superar las 22 medallas de Barcelona. Arrancó primero Fran, quien, por su condición de cabeza de serie -fue campeón del mundo en 2023, entre otros logros- se saltó la primera ronda. En octavos aguardaba el belga Jorre Verstraeten y más apuros de los deseados hasta el Golden Score. Allí, un wata ari para la liberación, para espantar todos los fantasmas de un pasado que a punto de estuvieron de acabar con la carrera del mostoleño: tanto en su debut en Río como hace tres años en Tokio, donde ya llegaba como campeón de Europa, fue eliminado en el primer combate.

El japonés Ryuju Nagayama niega el saludo a Garrigós, tras su derrota.

El japonés Ryuju Nagayama niega el saludo a Garrigós, tras su derrota.JACK GUEZAFP

El beso de Quino, el abrazo y, un rato después, el japonés Ryuju Nagayama, sexto en el ránking, un rival al que nunca había derrotado en las seis anteriores ocasiones. Y otra vez la emoción, un duelo físico, por puro agotamiento hasta que Fran venció con un estrangulamiento por ippon. Marca de la casa. Garrigós es especialista en el Sode Guruma Jime "donde tú mismo te agarras tu manga y pasas la otra alrededor del cuello del rival. En suelo es donde gano la mayoría de mis combates. Y con esta estrangulación, muchos», contaba este tiempo atrás a este periódico, una técnica que le explicó Quino: "Recuerdo que en una Copa de Europa junior, en Coimbra, de los cinco combates, gané dos así. Y los rivales se quedaron 'dormidos'".

Pese a las malas caras de su rival, que le negó el saludo (fue abucheado) y tardó cinco minutos en abandonar el tatami, ahí estaban las medallas para el español, a un suspiro, ya tras la pausa del mediodía.

La tarde le trajo al madrileño un mal trago del que recuperarse sin mucho tiempo, escuchando como le gusta reagguetton en el vestuario. Cayó ante Yeldos Smetov, plata en Río y bronce en Tokio, por un ippon por estrangulamiento, precisamente. En el Golden Score, una puja igualadísima, con momentos de zozobra para el kazajo y un despiste fatal para Fran. "Cometes un fallo y...", decía antes de abordar la lucha por el bronce.

Allí volvió a ser él. Los dos últimos campeones del mundo frente a frente. Fran ya sabía lo que era derrotar al georgiano, en cuartos del Mundial 2023 que ganó, en Doha. Y lo volvió a lograr en la pura agonía del Golden Score, tras escapar de apuros y mostrar toda su personalidad.

Garrigós era la confirmación de un chico, tan prometedor, al que por fin le llegó su hora. Laura resultó una agradable sorpresa, paso a paso hasta las puertas del bronce. Primero, ante Mary Dee Vargas, después contra la serbia Nikolic (seis del mundo) y, ya en cuartos, el éxtasis, momentazo olímpico, con el espectacular ippon en el Golden Score con el que acabó con la uzbeka Abiba Abuzhakynona, una de las favoritas.

"Está muy mentalizada", avisaba Quino Ruiz. Con todo, a la vallecana le aguardaban por la tarde dos rivales temibles. En semifinales, la campeona del mundo, Baasankhuu Bavuudorj. Un combate de inercias, en el que Laura empezó poderosa, flaqueó después, volvió a tomar la iniciativa en el Golden Score y acabó sucumbiendo con un gran ippon de la mongola, plata después.

Laura Martínez, en acción.

Laura Martínez, en acción.Eugene HoshikoAP

Tampoco pudo después con la francesa Boukli, en volandas por las tribunas, muy superior aunque todo se resolviera de nuevo en el Golden Score y tras un wata ari que fue revisado por los jueces.

Baloncesto: Australia, con aroma de venganza, acaba con una España flojísima que complica su camino en los Juegos

Actualizado Sábado, 27 julio 2024 - 13:12

Si el camino ya era tan espinoso que asustaba, España se empeñó en hacerlo más impracticable. En el Pierre Mauroy en el que hace nueve años Pau Gasol se elevó a los cielos del baloncesto, la selección fue un equipo sin alma, despedazada por Australia con aroma de venganza. De principio a fin, sensación de desidia, apenas Aldama y Llull encendidos, y una derrota que obliga al más difícil todavía para soñar con los cuartos de final, ya en París.

Nadie pudo parar a Josh Giddey y Jock Landale dominó totalmente la pintura. Pero el hombre era Patty Mills, siempre tan diablo, tan imparable incluso en las derrotas pasadas, el rostro de las cuentas saldadas. Una segunda parte extraordinaria a sus casi 36 años, pasando por encima de una España que pagó su mal inicio y trató de reaccionar a arreones, mal en el rebote y con un desaparecido Lorenzo Brown. Sin él, tocado en un pie estos días atrás, la selección es poca cosa en un escaparate como el olímpico.

España amaneció olímpicamente mal, desenfocada y con una extraña flojera defensiva. Como si toda la presión de llegar hasta los Juegos, hasta esa Lille de tan buenos recuerdos pasados y de tan mal presente (lejos de la inauguración, la Villa...), hubiera desconectado sus mecanismos competitivos. Como si el madrugón les hubiera sentando mal. Porque enfrente había un rival que no olvida las afrentas pretéritas, esa semifinal mundialista en Pekín, ese partido por el bronce en Río, siempre en la agonía a favor de los de Scariolo.

En cinco minuto había una losa encima (18-7). Danzaba Australia pese a la baja de Dante Exum, al ritmo de Giddey, tan elegante, esta vez también efectivo desde el perímetro. Willy no se enteraba de nada en ninguno de los dos aros y cuando entró Garuba para poner orden defensivamente, lo hizo tan excitado que se enzarzó en un rifirrafe con los aussies. 31 puntos encajados en el primer cuarto de los Juegos fue una carta de presentación horrible, pues es la defensa el único pilar desde el que construye esta España. Aunque todo iba a mejorar un poco.

Fue gracias a los triples de Llull, como lluvia en el desierto. Tan decidido siempre. Tres casi consecutivos reengancharon a España al duelo (31-27), pero ese bonita inercia quedó pronto interrumpida, de nuevo líos con Garuba y un Giddey entonadísimo. Él y Landale en la pintura destrozaban a una España que ahora se refugiaba en Santi Aldama. Una canasta final de Lorenzo Brown resultó un alivio (49-42).

Otro paso adelante tras el descanso, cuando incluso España se puso por delante con otro triple de Aldama (54-56). Ahí pareció que... Porque Giddey era algo menos y Willy había despertado. Pero no hubo forma, porque no resistió la selección en ese trance, desplumada en el rebote ofensivo y ya de nuevo a remolque. La segunda unidad tampoco era efectiva y a falta de cuatro minutos todo parecía quebrado. Los dos triples finales de Australia fueron, además, una puñalada para el basket-average.

Un equipo de elite en los Alpes, un gurú alemán y otros secretos de Moha Attaoui y Marta García, dos atletas lanzados: “Ahora sólo me tengo que preocupar de correr”

Actualizado Viernes, 26 julio 2024 - 23:13

Marta García acababa de terminar su carrera de Medicina, años de estudio compatibilizados con el atletismo de alto nivel que ahora requerían un esfuerzo más, el MIR, la residencia y, como parecía obligado, ir despidiéndose del sueño del deporte profesional. Moha Attaoui era una diamante, pero apenas le daba a sus 20 años para pagarse de su bolsillo una concentración en altura en Ifran. Hoy ambos, casos tan dispares, nombres para la esperanza del atletismo español, viven en las montañas de los Alpes, en la idílica St. Moritz, porque les llegó una oferta de esas que no se pueden rechazar.

Para saber más

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Ella, como nunca, fue bronce europeo en el 5.000 en el pasado Europeo de Roma, batió allí el récord de España (14:44.04) y acude a París esperanzada. Es la revelación de la temporada: desde enero a junio pulverizó cuatro plusmarcas nacionales más. Él, como nunca, adelantó a todos los gallos del 800 nacional y más todavía. Sorprendió en la capital italiana con una asombrosa plata y, hace 15 días, en Mónaco, firmó un tiempo para soñar con cualquier cosa en los Juegos (1:42,04, la novena mejor marca mundial de la historia).

Ni Marta ni Moha son casualidad. Junto a otros 11 mediofondistas de toda Europa forman parte del novedoso proyecto OAC, el equipo de elite auspiciado por la marca deportiva suiza ON que dio un paso más allá en la profesionalización del atletismo.

Encajonado en el impresionante valle de Engadina, a 1.800 metros de altitud, con la estación de esquí más antigua del mundo y un precioso lago que se congela en invierno, un grupo de jóvenes atletas rueda en la pista de atletismo de St. Moritz a las órdenes de Thomas Dreissigacker, que sigue sus evoluciones de cerca en una bicicleta eléctrica. Quedan unas semanas para los Juegos y un pequeño grupo de periodistas tiene la oportunidad de conocer por dentro esta pionera experiencia. No hay tiempo que perder. «Que sean de diferentes países es algo clave. Aquí no hay celos ni competitividad mal entendida, como si se estuvieran jugando el mismo billete. Se mejoran unos a otros. Como mucho y con suerte se tendrán que ver las caras en una final con su compañero», cuenta a EL MUNDO el también jovencísimo entrenador, el gurú alemán, formado en la Universidad de Leipzig y ex técnico de su Federación nacional.

Thomas Dreissigacker, entrenador alemán del OAC.

Thomas Dreissigacker, entrenador alemán del OAC.

«Sólo me tengo que preocupar de correr. Por primera vez tengo un sueldo», admite sonriente Attaoui, que ya se suelta con el inglés, tan lejos de su Torrelavega, más aún de su Marruecos natal. «Ellos creyeron en mí antes incluso que yo. Despejaron todas mis dudas. Ahora todo es muy fácil», relata Marta, que, siguiendo las exigentes directrices de Dreissigacker -«aquí se entrena los siete días de la semana y en sesión doble»- está comprobando a base de tiempazos el salto asombroso en su carrera. Ella cambia: un par de semanas en la altitud de los Alpes, otras en Buitrago del Lozoya, donde se reencuentra con su pareja y con los bosques de la sierra de Madrid.

El germen del proyecto europeo, que cuenta con todo tipo de comodidades y beneficios para los atletas (fisioterapia, alimentación, apoyo para la salud mental, ayuda financiera...) se remonta a Boulder (Colorado). Allí, Dathan Ritzenhein, tres veces olímpico, maneja otro grupo impresionante de atletas, entre los que destacan la reciente ganadora del maratón de Boston y principal favorita al oro en París Hellen Obiri. O Yared Nuguse, plata mundial en pista cubierta (3.000). También el español Mario García Romo, exquisito mediofondista, bronce europeo en 2022 y plusmarquista nacional de la milla, que busca medalla en París en el exigente 1.500.

El OAC Team, que también cuenta con sede en Melbourne, supone una revolución en el atletismo, un modelo privado e internacional, independiente de las becas, los apuros y las competencias de los programas de cada país. «Nos gusta hacer las cosas de forma diferente. Y en este caso es simple, aquí el atleta es el centro de todo», razona Oliver Bernhard, bicampeón del mundo de duatlón y creador de On, las zapatillas que ideó con suelas de trozos de manguera y que han sacudido el mercado en los últimos años. Y quien, antes incluso de ponerse manos a la obra con el proyecto deportivo, lanzó una encuesta entre los atletas para desentrañar sus preocupaciones. Los sorprendentes resultados son hoy los seis pilares del "360 Athlete Support": preparación física y mental, salud y recuperación, finanzas, marca personal y medios de comunicación, desarrollo personal y profesional y experiencia familiar On.