El Real Madrid toma impulso y Llull es más leyenda

El Real Madrid toma impulso y Llull es más leyenda

Desde la derrota en casa contra el Zalgiris -eso que se llama tocar fondo porque no hay mucho más por debajo-, la que dejó en el mismo alambre del despido a Chus Mateo, el Real Madrid ha protagonizado una reacción. Sin alardes, aún con tantas cosas por pulir, pero al menos con el afán competitivo que les caracterizaba recuperado. Son cuatro victorias consecutivas en Euroliga (un balance de 6-1 sumando ACB, donde cayó en su visita al líder Valencia), un empujón clasificatorio y anímico más que necesario. [88-76: Narración y estadísticas]

Y un impulso en su baloncesto, en su energía, en la misma forma de afrontar los partidos. En ese vestuario hubo una conjura. O algo parecido. Sólo hubo que ver el comienzo del primer partido del año, el mismo Bayern que derrotó al Madrid en la jornada inicial, el equipo que más anota de la Euroliga (87,1 puntos por partido) y una de las gratas sorpresas del arranque, quinto hasta este viernes. Puesto en su sitio desde el mismo amanecer, con una labor colectiva de los de Chus Mateo, desde Abalde -siete puntos en el inicio, qué solidez- hasta Hezonja, pasando por la genialidad siempre oportuna de Llull (en su partido 426 en la competición, el que le convertía en el jugador con más presencias, adelantando a Kyle Hines) o a los pespuntes cada vez más crecidos de Hugo González. No se echó de menos a Gaby Deck.

Campazzo

Pronto la distancia superó la decena (31-18) y, aunque con Feliz y Garuba carburó algo peor el grupo y el Bayern se acercó tras un 2-10 de parcial, volvió la alegría, la fluidez, el ritmo con Campazzo, un arreón antes del descanso que dejó tiesos a los de un Gordon Herbert que ni a su estrella (Carsen Edwards, máximo anotador de la Euroliga) encontró. Los 12 soldados de Mateo habían anotado ya al descanso.

La reanudación resultó extraña. Entre la lección aprendida de los alemanes y la sensación de trabajo ya finalizado del Madrid, deambuló el partido en una calma que no convenía, por el mismo hecho de volver a la desidia. La diferencia no se había reducido demasiado, pero el Bayern, tras un triple de Voigtmann y un dos más uno de Napier, bajó de la decena. Otro parcial en contra con Feliz en pista.

Así que tuvo que volver Campazzo para evitar sustos, para detener el ímpetu de Napier. Y lo consiguió, como casi todo lo que se propone. La segunda parte deslució algo el show, pero no dejó de ser un triunfo sin sobresaltos y, sobre todo, coral (aunque, extrañamente, con pocas asistencias). El máximo anotador blanco fue Musa (15 puntos) y sólo dos más, Hezonja y Campazzo, alcanzaron la decena. Y el Madrid ya es octavo.

La enésima polémica de Heurtel: se paraliza su vuelta al Barça, el equipo que le dejó tirado en un aeropuerto

La enésima polémica de Heurtel: se paraliza su vuelta al Barça, el equipo que le dejó tirado en un aeropuerto

La carrera de Thomas Heurtel es una oda a las polémicas, un enredo permanente, el culmen de los culebrones. Siempre hay un capítulo aún más surrealista por descubrir. Cuando todo parecía enterrado en el pasado, sus disparatadas salidas tanto de Barça, primero, como de Real Madrid, después, el base francés, a sus 35 años, ha escrito otro episodio. O más bien esta vez se lo han escrito. Con todo atado para su vuelta al equipo que le dejó tirado en un aeropuerto de Estambul por estar negociando a sus espaldas con el eterno rival y con el talento de Béziers ya en la Ciudad Condal tras haber tomado una avión desde China, su fichaje ha saltado por los aires (o no) por el mismo motivo por el que parecía increíble.

Heurtel, por tanto, se encuentra en Barcelona donde, a su llegada a El Prat celebró su reincorporación a la dinámica azulgrana -al sustituto del gravemente lesionado Laprovittola, Raulzinho Neto, le rescindieron el contrato por sus problemas físicos-. "Estoy muy feliz y con muchas ganas de empezar. He hablado con todos. Con Navarro, con Mario (Bruno Fernández), Joan... He entrenado mucho en China así que el estado de forma física no va a ser un problema", advirtió. Pero la filtración de su fichaje había levantado ampollas (cómo no) en las horas previas, lo que, según informan varios medios catalanes, ha hecho recular a la misma directiva que había decidido que era el refuerzo más adecuado. El galo cumplía los requisitos: talento, experiencia, plaza de comunitario, salario asequible...

Para entender el cisma hay que rebobinar. En junio de 2017 el Barça firmó por dos temporadas a Heurtel, cuyo gran impacto inicial se tradujo bien pronto con el MVP de la Copa de 2018, ganada por el Barça del recién aterrizado Pesic en Gran Canaria (también lo sería en la del siguiente año). En el verano de 2019, el internacional francés renovó por dos cursos más, pero todo se empezó a torcer. Hasta el punto de protagonizar uno de los episodios más sonados y polémicos de los últimos años en el baloncesto europeo. En diciembre de 2020, tras un partido en Estambul contra el Efes y descubrir que Heurtel estaba negociando su fichaje con el Real Madrid cuando todos creían que lo hacía con el Fenerbahçe para el siguiente año, el Barça le hizo quedarse en tierra y no volver a España con el resto de la plantilla de Jasikevicius.

Salida del Madrid

El galo se explicó tiempo después en L'Equipe. "Al pie del autobús me dicen: 'Nos vamos. Te quedas. Te hemos reservado un billete de avión para mañana'. Está claro que debería haberme negado a ir a Estambul, haber puesto las cartas sobre la mesa, haber dicho con quién estábamos negociando, incluso si eso significaba correr el riesgo de que se negaran. El club siempre ha sido claro y justo conmigo. Después, el club y Sarunas Jasikevicius son dos cosas diferentes... Tras su llegada, todo cambió. Y después del incidente de Estambul, ni siquiera me hablaron. Fue muy duro para mí y para mi familia".

El caso es que tras unos meses en el ASVEL, Heurtel acabó vistiendo de blanco. Pero su aventura en el Real Madrid también acabó de mala manera. Una noche de fiesta en Atenas a finales de marzo justo antes de un encuentro de Euroliga contra el Panathinaikos terminó con la paciencia de Pablo Laso y el club. El francés y Thompkins fueron apartados (Yabusele, que también formó parte, no) y a final de temporada salió del equipo. "Salimos y lo destruí todo", confesó.

Desde entonces, Heurtel ha ido dando bandazos. Volvió al ASVEL, fichó por el Zenit ruso apartado de la Euroliga por la guerra con Ucrania y el pasado verano se fue a China para firmar con los Shenzen Leopards. Aterrizado en Barcelona para ponerse a las órdenes de Joan Peñarroya hasta final de curso, sólo le faltaba ya el reconocimiento médico y la firma. Pero el revuelo social parece que ha acabado por arruinar (decisión directa de Joan Laporta) su fichaje. Incluso ya se especula su incorporación al Girona o al Lleida, equipos ambos de ACB.

Este viernes, Heurtel y sus agentes comparecerán para explicar la surrealista situación y lo que ocurrirá con su futuro. Un rato antes de que el Barça, en plena crisis, dispute su partido de Euroliga en París.

El año de Marta García, la fondista que aplazó la Medicina para hacer del atletismo su trabajo

El año de Marta García, la fondista que aplazó la Medicina para hacer del atletismo su trabajo

Cuando mediada la San Silvestre Vallecana, encarando ya la Avenida Ciudad de Barcelona, Marta García emergió de entre las sombras para acechar a la gran favorita Ruth Chepngetich, pareció como un espejismo navideño. Un rato antes, los rótulos televisivos habían repasado el palmarés de la mítica prueba madrileña, que cumplió 60 años, y, claro, ni rastro de españolas. Pero cuando, tras una breve e inteligente pausa 'a rueda' de la africana, la palentina encaró en solitario los últimos kilómetros camino del estadio del Rayo, la hazaña estaba a punto de completarse: 17 años después, una nacional en lo alto del podio.

La última había sido en 2008 otra Marta, otra castellana, aunque todo sea turbio en el pasado de Fernández. García, tras un final agónico -"en esa cuesta arriba picaban las piernas y hubo un momento de crisis. Sabía que tenía margen y he apretado con toda mi alma"- pulverizó el récord nacional de la San Silvestre (31:19, a 3:07 el kilómetro), dejando en su estela a la primera mujer del mundo en bajar de 2:10 en maratón, con otra española, Águeda Marqués, completando el podio.

Fue el colofón a un 2024 inolvidable para Marta García. El año que le cambió la vida, que apostó todo por el atletismo. Y el que le impulsa hacia un futuro sin límites, a pesar de haber cumplido ya los 26 años. Porque la trayectoria de la palentina ha estado marcada por la paciencia y la premisa de no descuidar su carrera académica, su formación en Medicina, que terminó en 2023 para, ahora sí, darle una oportunidad al deporte. "No me había planteado la posibilidad de llamar al atletismo un trabajo hasta sexto de carrera. La prioridad siempre habían sido los estudios", contaba desde St. Moritz a EL MUNDO en una entrevista previa a los Juegos Olímpicos.

Allí, en las cumbres de los Alpes, se forja Marta junto al grupo de elite del OAC Athletic, a las órdenes del gurú alemán Thomas Dreissigacker. Completa concentraciones en altitud de varias semanas que compagina con su residencia en Buitrago del Lozoya (Madrid) y otros periodos en Dullstroom (Sudáfrica). Fue la marca suiza ON la que tentó a la española cuando la incertidumbre le acechaba, a finales de 2022. Una oferta de esas que no se pueden rechazar. "Apostaban por mí más incluso que yo misma", admite. Y, desde su profesionalización completa, los resultados no han dejado de llegar. Como una avalancha.

Marta García, en el podio con Ruth Chepngetich y Águeda Marqués.

Marta García, en el podio con Ruth Chepngetich y Águeda Marqués.FERNANDO VILLAREFE

El 2024 amaneció para la fondista con el récord de España de 5.000 metros en pista cubierta, además de la mínima olímpica para París. Fijó el 14:46.37 en Boston, 40 segundos por debajo de la marca de Carmela Cardama (7 de diciembre de 2019). Al mes siguiente, en febrero, también en Boston, pulverizó las plusmarcas nacionales de 2.000 (5:45.33) y 3.000 metros indoor (8:38.44). Tres récords de España en una semana.

Ese mismo mes, en Ourense, se proclamó campeona de España de 3.000 en pista cubierta y en marzo, en Glasgow, fue 10ª en el mundial indoor en esa misma distancia en la que en mayo, en Oslo, fijó ya al aire libre su mejor marca personal (8:29,32).

Una de las cumbres de su año llegó con el bronce en el Europeo de Roma en 5.000 metros, donde además batió el récord de España. En La Nucia, en junio, se proclamó campeona de España -también, antes, batió el récord de España de 2.000 en Mónaco-de una distancia en la que no pudo brillar sin embargo en los Juegos de París, eliminada en semifinales, el único pequeño borrón a su temporada de lujo. Que ha culminado a lo grande en la Vallecana (tres días antes ganó la San Silvestre de León y hace unas semanas fue sexta y primera española en el Cross de Itálica).

El cénit de Marta García, de su chasquido, de su sonrisa y de su competitividad.

La leyenda infinita de Craviotto, 'máster' olímpico, el deportista español con más medallas

La leyenda infinita de Craviotto, ‘máster’ olímpico, el deportista español con más medallas

En el pantalán de llegada del espectacular canal olímpico de Vaires-sur-Marne, sentado, un gigante dejaba escapar lágrimas mezcla de emociones. Ese 8 de agosto, Saúl Craviotto (Lleida, 1984) había roto la última barrera, la que, quién sabe por cuanto tiempo, le acompañará junto a ese apellido de orígenes italianos: el deportista español con más medallas olímpicas. Aquel bronce, su sexta presea, era liberación, era júbilo, pero también era ese poso amargo de inconformismo que les queda a los campeones cuando han acariciado la victoria: el K4-500 que compartía con Marcus Cooper, Carlos Arévalo y Rodrigo Germando había paladeado el oro durante gran parte de la regata, el mismo que también se les escapó tres años atrás (plata) en Tokio.

Es tal el impacto mediático de Saúl que tantas veces se le asume como una leyenda del pasado cuando su vigencia deportiva no puede ser más pletórica. Hasta el punto de que, cumplidos los 40, ni siquiera aún entierra la bala de Los Ángeles, los que serían sus sextos Juegos. Craviotto se toma con humor que por la calle le reconozcan más por su paso (y victoria en 2017, cómo no) por Masterchef Celebrity que por su legado olímpico: dos oros, dos platas y dos bronces (superando en París las cinco medallas de su predecesor en la piragua, mentor, ídolo y amigo David Cal). O que haya tenido que dejar de patrullar como Policía Nacional por las calles de Gijón (allí vive desde hace 20 años) para afrontar otras labores menos peligrosas para alguien con tal exposición social.

De Pekín 2008 a París 2024 va una vida que ahora pide apenas una tregua de meses en sus espartanas rutinas de entrenamiento (tres al día de lunes a sábado en época de pre competición) para estar más cerca de sus tres hijas. Horas y horas en el pantano de Trasona y en el gimnasio para una prueba de un minuto, para disfrutar y sufrir deslizándote por el agua con la pura fuerza de los brazos. Para escribir una leyenda inigualable -también es cuatro veces campeón mundial y tres europea- aunque por el camino, larguísimo, también hubiera sus sinsabores. «Ves a Saúl Craviotto con sus medallas olímpicas y parece que ha sido una carrera exitosa, pero me he pegado cada leche que no veas. He tenido ganas de dejarlo todo también», contaba meses atrás en este periódico.

El oro de Pekín

Para Saúl, quien se inició en el piragüismo por inspiración paterna (en su día Manuel llegó a competir en alguna Copa del Mundo y en 2022 fue campeón del mundo de la modalidad de maratón en categoría de veteranos), la cuenta arrancó hace ya 16 años en Pekín. Entonces, parte del K2-500, embarcación que compartía junto a Carlos Pérez, Perucho. Acudían como plata europea, pero dieron la sorpresa imponiéndose con contundencia a la pareja alemana, la favorita. Fue un oro premonitorio, el comienzo de una trayectoria única.

El siguiente paso olímpico fue en Londres, no sin contratiempos, pues Craviotto tuvo que cambiar de planes al no lograr clasificarse junto a Perucho para defender su oro en el K2. Fue en kayak individual, casi improvisando en una preparación exprés, donde el palista español se colgó la plata, sólo por detrás del británico Ed McKeever.

En Río 2016, ya figura consolidada, plena madurez, sumó dos medallas más. En el K2-200 el oro junto a Cristián Toro en una inolvidable remontada. Y en el K1-200, en solitario, un bronce ajustadísimo. Metales que le valieron ser, junto a Mireia Belmonte, abanderado para la que era su cuarta cita olímpica, la de Tokio, retrasada un año por la pandemia. Hasta esos Juegos, que fueron sus cuartos, el palista transitó por su boom mediático, año sabático de limpieza física y mental que, sin embargo, no le hizo rebajar su competitividad. Disputó la final sin premio del K1-200 y sumó la plata en el K4-500 con Cooper, Carlos Arévalo y Rodrigo Germade, el mismo cuarteto que repetiría podio en París, de nuevo Saúl como marca en la proa de la piragua.

Le ocurrió tras Tokio y, cómo no, le sucede ahora tras París. Todo el mundo asume su retirada, más en estos tiempos tan proclives al adiós de las leyendas que marcaron las últimas décadas del deporte nacional (Rafa Nadal, Andrés Iniesta, Javier Gómez Noya, Rudy Fernández, Álvaro Martín...). Sería la lógica para un tipo con 40 cumplidos. No aún para él. «Me encuentro bien, pero va a ser más el tema mental y que me apetezca. Yo ya sé el peaje que hay que pagar, a mí ya no me engañan. Digamos que yo ya estoy en una parte de mi carrera en la que me lo planteo año a año, reto a reto o a lo mejor, lo dejo ya», contaba hace unos días en una entrevista en Eurosport.

De la crisis que puede dejar al Barça sin Copa a la alarma por Deck: "Ha sido feo"

De la crisis que puede dejar al Barça sin Copa a la alarma por Deck: “Ha sido feo”

El Real Madrid ha ganado cinco de los últimos seis partidos, el Barça ha perdido 10 de 15. Chus Mateo obtiene tregua desde la que crecer, se refugia en la competitividad y respira con el billete copero asegurado y al fin entre los 10 mejores de la Euroliga (qué menos). Los rumores que hace nada le acechaban ahora se posan en Joan Peñarroya, tres clásicos perdidos, y al mismo límite de quedarse fuera de la Copa, lo nunca visto.

Su Barça es octavo tras perder seis de los últimos 10 duelos ACB. Se mantiene con una victoria de ventaja ante Baskonia, UCAM Murcia y Baxi Manresa a falta de cuatro para el corte copero. El calendario, sin tregua, no es fiero a priori. Pero ojo: el día 5 reciben a un Joventut ya clasificado y el 7 visitan a un Girona necesitado (es colista). Dos derbis catalanes. Después a Gran Canaria y por último, el Bilbao en el Palau.

Antes de todo eso, el año empieza para los azulgrana en París, ante el equipo revelación de la Euroliga. Joan Peñarroya sigue buscando cómo escapar de las derrotas, de los finales sin resolver, de las dudas y la falta de contundencia. Tendencia global que se extendió al WiZink Center, una noche siempre a remolque en la que encontró un resquicio final pese a marchar cinco abajo a falta de un minuto. El triple de Satoransky fue una ventana de esperanza, pero ni Jabari Parker ni Metu (los dos mejores del equipo), encontraron la clarividencia. Como tampoco días atrás en el clásico del Palau, resuelto para el Madrid tras dos prórrogas.

"Persistiremos"

El técnico catalán habló de todo eso en rueda de prensa. Se quiso quedar con lo positivo, con "la actitud", con el "saber sufrir". Y lanzó un reto, convencido de que el vestuario sigue tras él, de que será capaz de levantar lo que ahora es, sí o sí, una crisis, la primera (y quizá la última) en su etapa en el Barça. "Persistiremos. Todos estos partidos que estamos perdiendo en las últimas situaciones, les daremos la vuelta", advirtió.

Pero lo cierto es que nada le sale a Peñarroya, que no se arropa en el victimismo -"el arbitraje no lo voy a valorar. Creo que es evidente y es clarísimo (sobre un par de fueras de Tavares)-, aunque sabe que la paciencia en los despachos tiene un límite. El mismo Sergio Scariolo que sonaba para el Real Madrid es ahora una opción para el Barça. Ya ha recuperado a casi todos los tocados el ex técnico del Baskonia, pero la mala fortuna persigue a Raulizho Neto, el refuerzo (por Laprovittola) que apenas ha podido debutar para lesionarse dos veces.

Todos esos apuros estaban hace nada en el Palacio. El Madrid ha encontrado en el clásico un escenario en el que hacerse fuerte. No sólo ha ganado los tres de esta temporada, son seis victorias seguidas ante el Barça. "No sé si se puede decir en voz alta que hemos vuelto y estamos curados", pronuncia su técnico. Otra noche de récord para Llull, aunque no todo fueron buenas noticias. En la jugada más espectacular de la noche, todos los fantasmas de las lesiones pasadas se le aparecieron a Gaby Deck. Justo cuando atravesaba su momento más pleno del curso. Una contra (tras pase de espaldas por debajo de las piernas de Campazzo), un potente mate y una mala caída. Directo al vestuario tras una alarmante extensión de la rodilla. "Lo de Deck ha sido feo. En la caída, al apoyar, pensábamos que podía haber sido la rodilla, pero creo que no. Tiene un dolor importante en la parte de atrás del fémur. Parece muscular, pero tenemos que esperar a las pruebas", indicó Chus Mateo.

El Real Madrid se lleva el clásico de los necesitados y deja a Peñarroya en el abismo

El Real Madrid se lleva el clásico de los necesitados y deja a Peñarroya en el abismo

El clásico como sueño de resorte y el clásico quizá como clavo en el ataúd. La Navidad trae regalos y trae carbón, las 12 uvas que quizá ya no se coma Joan Peñarroya en el banquillo del Barça, aunque su triunfo se escapó en un lanzamiento final de Chimezie Metu, otro detalle, los que marcan el ser o no ser, los que también ponen en evidencia la endeblez actual de su colectivo. Que volvió a perder o a no saber ganar, pese a que enfrente tampoco el Real Madrid sea la plenitud. Más bien otro equipo en el diván, aunque últimamente le sonrían un poco más las victorias: tres de tres en el duelo ante el eterno rival en lo que va de curso. Y esas valen doble. [73-71: Narración y estadísticas]

El clásico navideño se presentaba con menos luces que antaño, con Madrid y Barça lamiendo sus propias heridas, apartados de las cumbres de la ACB, donde Valencia, Unicaja o Tenerife son ahora los rivales a batir, los reyes de la solidez. Y lejísimos de los grandes en Europa, donde sus miserias se hacen más patentes. Más que para resucitar, era un clásico para no morir, más alivio que euforia.

Porque aunque ahora es Peñarroya del que pende la espada del despido, al que azota la crisis tras 10 derrotas en los últimos 15 partidos (y el billete para la Copa en el aire), hace nada era Chus Mateo el cuestionado en un Madrid irreconocible en la mediocridad y la derrota. La risa por barrios se quedó en Goya, en un desenlace acorde al trayecto de ambos: las cuatro últimas posesiones fueron errores. Nada de brillantez.

Más que un alarde de virtudes propias, el clásico pronto se convirtió en una forma de horadar las debilidades ajenas, las baloncestísticas pero también las mentales. A Chus Mateo no le salió mal la inclusión de Rathan-Mayes, al que ha tenido fuera de rotación últimamente. Un talento ofensivo reconvertido en perro de presa, pura agresividad, que consiguió estorbar lo suficiente a Kevin Punter. Pero fue la entrada después de Mario Hezonja lo que empezó a decantar el encuentro. Tenía que ser precisamente él.

El tipo que marcó el verano, el que parecía azulgrana y luego siguió de blanco. Buena parte de la confección de las plantillas actuales de ambos equipos tiene que ver con el esfuerzo económico que hizo el Madrid por retenerle y lo que se ahorró el Barça al no ficharle y tener que apostar por otros. El croata asestó un triple sobre la bocina y otro justo al comienzo del segundo acto que supusieron el primer aviso local (24-15). Esa iba a ser la tónica, el Madrid en cabeza.

Pero el Barça no sucumbió a las primeras de cambio. Se aprovechó del que sigue siendo el principal punto débil del Madrid actual, el abismo de juego que hay con Andrés Feliz a los mandos (o sin Campazzo en pista, que es lo mismo). En un abrir y cerrar de ojos se vinieron arriba los azulgrana con un 0-10 de parcial y Jabari y Satoransky creciendo, pero de nuevo Hezonja fue el bastión blanco para que la ventaja se mantuviera al descanso (34-31).

Volvió de vestuarios con el colmillo afilado el Madrid y dos jugadas para verlas en bucle. Una extraordinaria sucesión de pases de perímetro culminada por un triple de Campazzo y un contragolpe que el base dejó en bandeja, por debajo de las piernas, para un mate de Deck. Justo ahí de nuevo la máxima (45-36), pero también la lesión del Tortuga. Se apagó la euforia momentánea y de nuevo el Barça se negaba a morir, pese a la errática noche de Punter.

Era como resistir en un precipicio, esa era la sensación. Que al Barça apenas le faltaba un empujón para despeñarse. Metu aportaba la luz y Willy, fallando en defensa y a veces hasta bajo el aro en ataque, la desesperación. Pero sobrevivía porque el Madrid tampoco está para demasiadas fiestas: dos triples consecutivos de Jabari tras un buen puñado de errores blancos igualaron el marcador justo antes de entrar en la recta de meta.

Y ahí, la verdadera cara de dos equipos lejos de su mejor versión. Un triple de Punter, otro de Campazzo, otro de Satoransky y un puñado de tiros libres. Cuando el base checo arrimó al Barça, erraron consecutivamente Campazzo, Parker, Hezonja y, a falta de un par de segundos, Metu el tiro que hubiera dado el triunfo al Barça y quizá algo más de vida al proyecto Peñarroya.

Vincenzo Nibali: “Pogacar es el nuevo Merckx”

Actualizado Miércoles, 25 diciembre 2024 - 20:35

Un rato después de su conversación con EL MUNDO, a Vincenzo Nibali (Messina, Italia, 1984) el primer ministro de Albania, Edi Rama, lo va a calificar durante la presentación de la Grande Partenza como el Cristiano Ronaldo de la bicicleta. "Messi, Messi", le bromea Mauro Vegni, director del Giro. Forzadas o no, quizás las comparaciones hagan justicia al Squalo dello Stretto, retirado hace dos años, uno de los Siete Magníficos del ciclismo mundial, los únicos que han sido capaces de ganar las tres grandes, Tour, Giro y Vuelta (Jacques Anquetil, Felice Gimondi, Eddy Merckx, Bernard Hinault, Alberto Contador y Chris Froome). Con un par de kilos recuperados de la vida de ex ciclista, el Tiburón luce un aspecto estupendo: "Ya no monto como antes, que sólo era entrenando. Ahora es por diversión y por experimentar la bici. Pero sigo muy de cerca el mundo de las carreras".

¿Le dio tiempo a echar de menos su etapa profesional?
No, no. Estoy muy contento de haber tenido una carrera así. Me despedí en el mejor momento, cerré mi etapa corriendo, la última fue la Vuelta, precisamente donde gané mi primera gran carrera por etapas. Cuando terminé estaba feliz.
¿Qué opina de la salida del Giro en Albania?
Será una Grande Partenza inédita, así que vamos a descubrir un nuevo país y unas nuevas rutas para el Giro. Es un país que se aficiona al ciclismo, que se acerca a él como lo hizo antes Hungría, donde fue la salida de 2022 en Budapest en la que yo estuve presente. El ciclismo se ha vuelto mucho más global, más vivo. La bici es ya una parte del desarrollo de los territorios. Así lo estamos viviendo también en los Emiratos Árabes. En Albania hay mucho interés y siempre ha tenido un gran binomio con Italia. Y en cuanto al recorrido, los corredores van a tener que llegar en buena forma para no sufrir en este inicio. A tipos como Remco [Evenepoel] la crono del segundo día se les puede dar bien.
El próximo día 13 se conocerá en Roma la participación, hay muchas expectativas.
Roglic ya es seguro, Vingegaard está un poco en duda, pero creo que si decide correr su primer Giro lo hará con grandes ambiciones. Y Ayuso. Si todo va bien, parece que las tres primeras posiciones están ya repartidas [ríe]. Juan es un joven muy interesante, que este año ha crecido muy rápidamente. Y seguramente en el Giro de Italia se podrá exprimir al máximo.
No tuvo dudas de que Pogacar era capaz de ganar Giro y Tour el mismo año.
Sí, lo dije en la presentación del pasado Giro. Era un año bueno para él. Este año creo Tadej andará también fortísimo, pero espero a un Vingegaard más agresivo, mucho más listo.
Fue un 2024 histórico para el esloveno.
Sí, increíble. Son esas exhibiciones que pasan muy pocas veces. No digo que sea irrepetible, pero... Tadej es el nuevo Merckx.
Nibali, en los Campos Elíseos, tras ganar el Tour de 2014.

Nibali, en los Campos Elíseos, tras ganar el Tour de 2014.EFE

¿Se les puede comparar?
Es un ciclismo completamente diferente al de la época de Merckx. Ahora es mucho más tecnológico. Pero la temporada que ha hecho Tadej tan es única, que es casi imposible que se repita.
¿Cómo recuerda su primera impresión al ver a Pogacar en el pelotón?
Le recuerdo cuando llegó, el primer año, inmediatamente se notaba que era un gran campeón. Andaba fuerte. Yo no estaba presente en su primera Vuelta. Pero estuvo ya a punto de ganarla, porque realmente iba muy fuerte, aunque era, claro, más inexperto. Rápidamente dejó ver su calidad como atleta. Es que verdaderamente era muy joven. Con el tiempo hemos visto cómo ha ido afinando, ha crecido muscularmente y es mucho más inteligente en cuanto a la táctica de la carrera. Gestiona mejor el esfuerzo y conoco mejor su cuerpo. Todo eso le ha hecho llegar a un nivel realmente muy alto comparado con los demás. Porque conoce perfectamente cuales son sus habilidades. Cuando es así, todo es más sencillo para él.
Usted con 19 años apenas había debutado profesionalmente.
Yo tuve un crecimiento diferente, más regular. Pero es cierto que mi generación, en cuanto a profesionalismo se refiere, cuando llegaba tenía todo por descubrir, todo por aprender. Los hacíamos año a año. Los jóvenes de hoy muchas veces cuando son parte del equipo de desarrollo son ya profesionales. El pasaje es más sencillo, el ciclista está preparado para afrontar cualquier tipo de carrerea, para ser un profesional.
Pero duró hasta los 38 años al primer nivel.
Sí, tuve una carrera muy larga, 18 temporadas. Valverde también. Antes los corredores tendían a competir durante muchas temporadas, carreras muy largas y paulatinas. Ahora los jóvenes llegan con 20 años, pero inmediatamente ya son muy fuertes. Y todos nos preguntamos cuánto durarán. Pero esto no es un problema, porque mientras disfrutamos del espectáculo.
¿Será Pogacar el octavo miembro del club de la Triple Corona?
Probablemente pasará tarde o temprano. Será uno de sus objetivos, porque tiene tanta hambre... También ha dicho que quiere ganar la Milán-San Remo. Es normal. Aunque creo que para él es más fácil ganar una gran vuelta que una Milán-San Remo.
España, Italia, Francia... ¿Cuáles son las razones de la crisis del ciclismo tradicional?
Lo que ha cambiado es que el ciclismo es más global. Y por lo tanto, los equipos son mucho más internacionales. Antes había equipos sólo con corredores españoles, por ejemplo. Y muchas más pruebas en el territorio propio. Lo mismo en Italia. Francia también está sufriendo, desde los tiempos de Bernard Hinault no gana el Tour de Francia. Así todo es más complicado. Pero también seguramente el ciclismo de hoy es mucho más atractivo, porque es más global. Han llegado los Emiratos Árabes, China... Está cambiando totalmente.
Alejandro Valverde, con el que tanto compartió, va a ser el nuevo seleccionador español. ¿A usted le atrae el puesto?
Sí, me gustaría. No ahora, quizá en el futuro. Ahora tenemos a Daniele Bennati como comisario técnico, somos grandes amigos. Él está haciendo un gran labor.
Roglic, Ayuso... ¿Vingegaard y/o Pogacar? Un Giro desde Albania para atraer a las estrellas

Roglic, Ayuso… ¿Vingegaard y/o Pogacar? Un Giro desde Albania para atraer a las estrellas

Albania se abre al mundo, un país de sol aunque diluvie este lunes navideño en Tirana, día de presentación de la Grande Partenza 2025. El próximo 9 de mayo, el Giro arrancará, por primera vez en su historia, desde los Balcanes, en esta "pequeña Italia al otro lado del mar" como presume con entusiasmo y perfecto italiano Edi Rama, primer ministro de un país candidato a entrar bien pronto en la Unión Europea y que también aspira a albergar, antes de 2030, un Gran Premio de Fórmula 1.

Pero no hay escaparate turístico como el ciclismo. Serán "250 millones de personas" observando durante tres días ese país que deja atrás décadas de oscuridad y comunismo, tres etapas diseñadas por Mauro Vegni para mostrar playas y montañas y también las calles de Tirana, una Grande Partenza "poco propicia para velocistas". La segunda jornada, una contrarreloj individual de 13 kilómetros y la tercera, en Valona, con un tremendo puerto, el Qafa e Llogarase, de casi 11 kilómetros con rampas de hasta el 12%.

"Supone llevar la semilla del Giro a un nuevo país, ampliar la familia. Es un área con tradición, ya habíamos hecho una Grande Partenza en Atenas y ahora tocan los Balcanes. Creo que es un gran oportunidad, para nosotros, pero sobre todo para Albania", admite Paolo Bellino, CEO y director general de RCS Sports & Events, hacedor del acuerdo junto al presidente Urbano Cairo.

Spada/LaPresseMUNDO

Será la 15ª ocasión en que la Grande Partenza se produzca fuera de las fronteras de Italia en 108 ediciones del Giro. Tirana tomará el relevo de Budapest 2022 y su nombre estará junto a los de Jerusalén, Apeldoorn, Belfast, Herning o Ámsterdam, últimas ciudades no transalpinas de una tradición que inauguró Grecia en 1996 para celebrar el centenario de los Juegos Olímpicos (aunque antes también hubo salidas desde San Marino y Montecarlo).

Una oportunidad de expansión y un gancho más para las estrellas, que aguardan al próximo 13 de enero para que en el Auditorio Parco della Musica Ennio Morricone de Roma se desvele el recorrido completo de la Corsa Rosa. Entonces, Jonas Vingegaard y Tadej Pogacar definirán sus caminos, destinados a colisionar únicamente en el Tour de Francia. El danés se estrenaría en busca de la maglia rosa y el esloveno buscaría revalidar la asombrosa hoja de ruta de 2024, el histórico y arrasador doblete. Lo segundo, que Tadej esté en la salida de Tirana, se antoja más improbable, aunque aún no se ha pronunciado oficialmente. Como tampoco Remco Evenepoel. "Será un Giro muy bonito. Habrá una etapa importante sobre sterrato, por supuesto etapas de montaña y tocaremos las principales ciudades de Italia, no sólo Roma, también Nápoles y otras. El año pasado fue un gran Giro y el próximo también lo será. El 13 de enero lo desvelaremos todo", confirma a EL MUNDO Bellino.

El que ya ha asegurado su presencia, primer atractivo, es el otro gran esloveno del pelotón. Primoz Roglic aplazará su intento de hacer historia ganando su quinta Vuelta a España para intentar sumar a su palmarés su segundo Giro tras el conquistado hace dos años por 14 segundos a Geraint Thomas. Daniel Felipe Martínez (segundo en 2024) y Jai Hindley (ganador en 2023) serán sus escuderos de lujo en el Bora. Después acudirá a su cita 'maldita' con el Tour.

También Juan Ayuso, acompañado de Adam Yates e Isaac del Toro en el UAE Emirates, estará en Albania en su debut en la Corsa Rosa (arrasó en el Giro sub 23 de 2021). "Parece que el podio ya está escrito", bromea Vincenzo Nibali, presente también en Tirana, capital de un país que recibe cada año un millón de turistas italianos, como embajador del Giro. La representación española la completará Pello Bilbao y probablemente Mikel Landa. Y Nairo Quintana, ganador en 2014, y Einer Rubio liderando el Movistar Team. Todos en Albania, un territorio que pretende descubrirse al ciclismo. "No sólo su país nos convenció, sino también su organización y su entusiasmo. Y sobre todo el impulso del presidente Rama. No pudimos decirle que no. Aquí dejaremos un gran legado, habrá un gran aumento del turismo y el nacimiento de nuevas profesiones, por ejemplo las vinculadas al cicloturismo", concluye Paolo Bellino.

Tres etapas eléctricas

Realmente será en Durazzo donde comience el Giro 2025. Una primera etapa, la del 9 de mayo, de 164 kilómetros con final en dos vueltas a circuito en Tirana en el que se subirá, también dos veces, el puerto de tercera de Surrel para sumarse al anterior Gracen, casi 14 kilómetros de ascensión al 5,2% de promedio. No es muy probable que un sprinter se capaz de enfudarse la primera maglia rosa, que en cualquier caso perdería al día siguiente, con la crono de casi 14 kilómetros por las calles de Tirana, que tampoco es para especialistas puros, pues cuenta con un duro repecho (Sauk) a la mitad. El tríptico albanés se completa con la más exigente de las tres etapas, con llegada y final en Valona, 160 kilómetros exigentes con el largo puerto de segunda Qaba e Llogarase (7,4% de pendiente media) tras cuyo descenso se llegará a la meta. El traslado a Italia será el lunes 12.

Un Real Madrid desquiciado: expulsión de Chus Mateo y paseo del Zalgiris en el WiZink

Un Real Madrid desquiciado: expulsión de Chus Mateo y paseo del Zalgiris en el WiZink

Dzanan Musa y Mario Hezonja aguardaron en mitad de la pista el chaparrón de la enésima derrota, conversando como si supieran de qué se trata, qué es lo que no funciona en este Real Madrid que les debe pertenecer. La sensación es ahora de equipo quebrado, sin alma y sin solución. El Zalgiris, ese rival habitualmente propicio, fue también demonio, de pesadilla en pesadilla hasta el hundimiento: hay que mirar muy abajo para encontrar a los blancos en la tabla de clasificación. [83-92: Narración y estadísticas]

Fue una noche de pura frustración. De protestas y técnicas, de Chus Mateo expulsado en el tercer cuarto. Pero, sobre todo, fue una noche de completa inferioridad ante el rival. Los lituanos dominaron cada resquicio del duelo, baloncestístico y mental. Arrollaron en la primera mitad impulsados por el acierto y la calidad de Lonnie Walker y ni sufrieron en la segunda entregados a Sylvain Francisco. Lo peor, de largo, es la sensación de aceptación del fracaso: la pitada de las tribunas del WiZink fue mínima tras la tercera derrota seguida, la novena en lo que va de curso europeo. Lo nunca visto.

El algoritmo de Chus Mateo demanda energía, actitud y acierto para volver a resolver problemas y ganar partidos, para ser la receta del éxito de hace no tanto. En vez de eso, el equipo se envuelve en la capa de incertidumbre y depresión, se autoconvence de su pujanza perdida (tan evidente que esa plantilla perdió mucho más que ganó este verano...), y se refugia en la paciencia, en lo largo del camino. Pero verse a finales de diciembre tan abajo, lejísimos de la cabeza de la Euroliga, no ayuda ni al colectivo ni a los señalados.

Y este Madrid que sólo ha ganado un partido a domicilio (en Barcelona tras dos prórrogas), se comprueba ahora sufriendo con cualquiera, perdiendo en la cancha del Asvel, o 19 (35-54) abajo en un ratito con el Zalgiris. Rivales que eran 'victoria' segura. Como para pensar en la Final Four.

Chus Mateo, camino del vestuario tras su expulsión.

Chus Mateo, camino del vestuario tras su expulsión.Kiko HuescaEFE

A Mateo se le ha agotado hasta el comodín de las lesiones. Con toda la plantilla al completo (Hugo González se quedó fuera de la convocatoria), afrontó al Zalgiris de Andrea Trinchieri -una de las revelaciones, la mejor defensa del torneo- tras dos derrotas seguidas en Europa interrumpidas el domingo por el alarde liguero ante Unicaja. Un espejismo. Ni atisbo de reacción, de algo que cambie el rumbo de la mediocridad, que propicie un despegue del que cada vez hay más dudas de que vaya a llegar antes de que sea demasiado tarde.

La puesta en escena fue aterradora. Si Walker IV acaparaba los focos, en el descanso ya acumulaba 21 puntos. No sólo era el talento del ex NBA que fue pretendido por el Madrid, era la actitud que tenía enfrente, una desidia defensiva que el Zalgiris aprovechaba para pasearse en el WiZink: el peor equipo ofensivo se marchó al descanso con 54 (una lluvia de triples) en su casillero ante un Madrid desencajado. Errores flagrantes, protestas, técnicas y sólo Llull asomando a base de orgullo.

Sin reacción

Ya el Efes hace unos días se zampó al Madrid en el Palacio en otra primera mitad para olvidar que ni la reacción posterior pudo tapar. Para remontar hay que creer, principalmente en uno mismo. Y a la vuelta, pese al 8-1 de salida, otra vez la desesperación, que se tradujo en la enésima técnica, en la expulsión de Chus Mateo y en un marcador que no menguaba pese a que Musa intentará ponerse la capa de súper héroe. En cuanto se sentaron Campazzo y Tavares, todo era fango.

Y ahí el Madrid se enredó como un elefante, lento, sin ideas, sin esa chispa que transformaba el Palacio en un lugar donde todo podía ocurrir. Ya no hay magia. Los blancos son un grupo en el diván que ni reacciona a las banderillas: dos triples más de los lituanos y la clase de Francisco hicieron arrojar la toalla. Otra noche para olvidar.

Zach Risacher, el malagueño número uno del 'draft' que pide paso en la NBA: "Las estrellas son su techo"

Zach Risacher, el malagueño número uno del ‘draft’ que pide paso en la NBA: “Las estrellas son su techo”

Aquel 8 de abril de 2005, en la Clínica Gálvez de Málaga, Sandrine dio a luz a Zaccharie, un bebé enorme, 54 centímetros y 4,1 kilos de peso. Un bebé predestinado también. El apellido Risacher se pasea ahora con expectativas disparadas por la NBA de la mano del hijo de Stéphane, aquel alero francés, zurdo y aguerrido, que formó parte de una de las versiones más potentes de la historia del Unicaja.

Hoy Zach, a sus 19 años, es una de las mayores perlas del baloncesto mundial. Despliega su talento en los Hawks, titular a las órdenes de Quin Snyder, confirmando con sus prestaciones la apuesta de la franquicia de Atlanta, que le eligió en el número uno del pasado draft. Un malagueño, el segundo francés de forma consecutiva en lo más alto de la elección (tras Victor Wembanyama en 2023), cabeza de una hornada histórica para el baloncesto galo: tres de los seis primeros defienden la camiseta bleu.

«Zach es un jugador de una proyección brutal, porque realmente no hay nada que pienses que en baloncesto que no puede hacer. Por su físico (2,03 centímetros), por su dimensión, por su tamaño, por el talento que tiene, por ser un jugador increíblemente ágil», aplaude Sergio Scariolo las evoluciones del alero, que promedia 11,6 puntos y 3,6 rebotes para mantenerse pujante en la pelea por ser el rookie del año (junto a Jared McCain, Jaylen Wells, Dalton Knecht...).

Zach Risacher, en brazos de su padre, junto a Pepe Sánchez, en Málaga 2005.

Zach Risacher, en brazos de su padre, junto a Pepe Sánchez, en Málaga 2005.

El seleccionador nacional recuerda perfectamente a aquel bebé, ahora un proyecto de estrella, al que hace unas semanas saludó en persona en su viaje a Estados Unidos. «Me acuerdo perfectamente cuando lo tuve en mis brazos recién nacido. Steph lo llevó con un par de semanitas al entreno. Es una muy buena familia. Sandrine, su madre, también era deportista. Con una educación y un saber estar fantásticos, exquisitos todos», alaba Scariolo.

Risacher, tan inolvidable como su Unicaja, que había conquistado en Zaragoza la Copa del Rey 40 días después del nacimiento de Zach. Un equipo al que el actual líder de la Liga Endesa se pretender asemejar, comandado en la cancha por Jorge Garbajosa, Carlos Cabezas, Pepe Sánchez... «Recuerdo que Steph, cada mañana que venía, iba saludando uno por uno a todos, dándonos la mano. Y era un jugador con una excelente versatilidad. Podía hacer muchas cosas, hasta jugar al poste bajo. Tenía buena mano, sin ser un especialista podía perfectamente meter triples. Buen jugador defensivo, también con envergadura, con manejo de balón. En aquel Unicaja compartía el puesto de tres con Walter Herrmann», rememora el técnico italiano de un jugador (plata olímpica con Francia en Sidney 2000) que también fue parte del título de Liga que los malagueños lograron la temporada siguiente, de nuevo con Scariolo en el banquillo (y Chus Mateo como asistente).

Zach ahora no guarda en su memoria muchos recuerdos de Málaga, pero sí alguno de Murcia. Porque esa fue la ciudad en la que pasó otra parte de su infancia, con su padre, ya veterano y sin rastas, jugando de 2006 a 2008 allí, a las órdenes de Manolo Hussein. Su hermana Aïnhoa, que ha sido internacional con Francia en categorías inferiores (MVP del Europeo sub 16), nació en Murcia.

Zaccharie Risacher.

Zaccharie Risacher.KEVIN C. COXGetty Images via AFP

A diferencia de su padre, Zach es diestro, pero posee un talento y un físico incomparables, labrado a fuego lento en las categorías inferiores del Asvel, con el que debutó en Euroliga con 16 años (el francés más joven de la historia en la máxima competición continental). La temporada previa a su salto a la NBA, la pasada, la pasó en el Bourg en Bresse, subcampeón de la Eurocup y siendo elegido como mejor joven de la liga francesa. Sólo el tiro exterior parece su punto débil, aunque en su noveno partido en la NBA ya fue capaz de anotar 33 puntos (y seis triples).

«No sé por qué hay una concepción, sobre todo aquí en España, de que él no es un buen tirador. Quizá por su físico no tenga desarrollada una capacidad de especialista, pero tiene muy buena mano y seguramente adquirirá continuidad en el transcurso del tiempo», defiende Scariolo, que también destaca su «gran visión en juego». «Y ya tiene cierta capacidad de 'estar en campo', ya lleva un par de temporadas de experiencia en Europa. Me consta, porque lo hablé con Quin Snyder, que están encantados con él. Realmente, las estrellas son su techo», zanja el seleccionador español.