Cinco jugadores de rugby, a juicio en Burdeos por una violación grupal a una chica durante una borrachera
Cinco jugadores de rugby, entre ellos dos irlandeses y dos neozelandeses, serán juzgados a partir de este lunes en Burdeos por violación en grupo durante una borrachera tras un partido en 2017.
En este juicio, que se prolongará hasta el 28 de junio ante un tribunal de primera instancia, tres hombres están acusados de violación en grupo, mientras que otros dos están acusados de no impedir un delito.
Todos ellos ex jugadores del FC Grenoble, alegan "consentimiento" por parte de la víctima, una estudiante de 20 años en aquel momento.
Durante un día festivo de marzo de 2017, se cruzaron con varias jóvenes antes de regresar al hotel de Mérignac, a las afueras de Burdeos, y con la denunciante, V., que a su vez estaba muy borracha,.
Unas horas más tarde, V. dijo haber recobrado el sentido desnuda en una cama, con una muleta en la vagina, rodeada de dos hombres desnudos y otros vestidos. Entre lágrimas, dijo inmediatamente que había sido víctima de una agresión.
"Éste no es el juicio de los jugadores de rugby que violan, es el juicio del alcohol. Todos estos jóvenes que beben hasta llegar a un estado imposible, ése es el problema de este caso", declaró la abogada Corinne Dreyfus-Schmidt, que defiende al irlandés Denis Coulson.
Concienciación
Además de este último, que ahora tiene 30 años, el neozelandés Rory Grice, de 34, y el francés Loïck Jammes, de 29, están acusados de violación en grupo, mientras que el irlandés Chris Farrell, de 31, el más laureado de los cinco con un título en el Torneo de las Seis Naciones en 2018, y el neozelandés Dylan Hayes, de 30, comparecen por haber presenciado la escena sin intervenir.
En el mundo del rugby en el que el problema del alcohol ha salido a relucir en varios informes, la parte civil espera que la vista sirva para concienciar a la opinión pública.
Es posible que el fenómeno #Meetoo no haya penetrado en ciertas actividades deportivas, en su organización y en su modo de funcionamiento", argumenta Anne Cadiot-Feidt, una de las cuatro abogadas de la víctima. Los clubes tienen sus estatutos, que son claros y sin ambigüedades. Pero en la práctica queda mucho por hacer", opina.
Alcoholismo generalizado
Una de las cuestiones en juego en el juicio es la del consentimiento de la víctima, ya que ésta afirma no recordar nada entre la salida de la discoteca y su despertar en el hotel.
Coulson, Jammes y Grice han admitido haber mantenido relaciones sexuales con V., pero insisten en que ella consintió e incluso tomó la iniciativa. Farrell, propietario de las muletas, estaba presente en la habitación durante los hechos y Hayes presenció la escena.
"El clima actual en este tipo de casos no es propicio para la comprensión de las cosas. Nos centramos más en la historia del consentimiento de la chica que en la percepción del consentimiento de los presuntos autores", ellos mismos bajo la influencia del alcohol, señala Corinne Dreyfus-Schmidt.
Según un experto en toxicología, V. tenía entre 2,2 y 3 gramos de alcohol por litro de sangre y, según la acusación, las imágenes de videovigilancia tomadas cuando llegó al hotel mostraban que apenas podía mantenerse en pie.
Basándose en entrevistas con los acusados, testigos y un vídeo filmado por Denis Coulson durante un acto sexual, los investigadores alegan que se llevaron a cabo varias felaciones y que se introdujeron un plátano, una botella y muletas en la vagina de la joven.
Los cinco jugadores continuaron posteriormente sus carreras profesionales, pero dos de ellos, Coulson y Hayes, ya se han retirado. Denis Dreyfus, abogado de Loïck Jammes, declaró: "La vista debe desarrollarse con la máxima dignidad para la denunciante, que es esencial, y para los chicos, para que se puedan saber exactamente lo que pasó".