Entrevista
El técnico acudió a la llamada de Ángel Torres para intentar salvar al Getafe: “Aunque descendiera, yo no soy responsable de nada”, cuenta en EL MUNDO
Cuando el Getafe anunció el despido de Quique Sánchez Flores, un hombre empezó a reflexionar. José Bordalás Jiménez (Alicante, 1964), que se había pasado once meses diciendo “no” a ofertas de multitud de clubes, supo de inmediato que debía tomar una decisión. Al principio rechazó la petición de Ángel Torres, pero tras un segundo intento del presidente azulón terminó cayendo. Hoy visita al Real Madrid en el Santiago Bernabéu siendo antepenúltimo, con la mirada en la permanencia y la tensión por las nubes. “Decidí venir más por corazón que por cabeza”, admite en una charla con EL MUNDO.
- Durante este parón liguero se ha llevado a la plantilla a Oliva. ¿Ha sido un poco campamento militar?
- No, no… Para hacer grupo, para estar juntos. Es un momento muy importante, una situación delicada y complicada, y estar juntos, aunque sea unos días, viene bien para conocernos de cerca.
- A mucha gente le ha sorprendido su vuelta.
- El que me conoce lo sabe: Ha sido una decisión más con el corazón que con la cabeza, por el cariño que le tengo al club, al presidente, a la afición… Es algo que ha sorprendido a mucha gente por la situación complicada en la que está el Getafe, más todavía cuando yo le había dicho que no a diferentes equipos que estaban en mejor situación y me daban más tiempo. Mi idea era empezar un proyecto de cero, pero bueno, al final la cabeza te dice una cosa y el corazón te pide otra. Estaban apurados, yo estaba en casa… Y yo soy así. He tomado esta decisión con las consecuencias que conlleva pero por el cariño que les tengo. A muchos de los jugadores ya los había tenido, les conozco personalmente, sé que lo están pasando mal… Y dentro de mis posibilidades, humildemente, si les puedo ayudar… Sé que va a ser difícil, que queda poco tiempo.
- ¿Cómo fue el proceso? ¿Le llamó Ángel Torres directamente?
- Sí, me llamó directamente. Además de ser mi presidente durante varios años, es un gran amigo y tenemos una buena relación. En principio le dije que no, porque yo no he tenido nada que ver con el equipo, con este momento que están pasando, y quedaba muy poco para acabar la Liga, pero la insistencia y el cariño, el verles apurados, el hablar con gente del club y con jugadores… Me vi con la sensación, soy así. Algunos lo ven como un acto de valentía y atrevimiento y otros de otra manera.
- Cuando llega al vestuario, ¿qué les dice y qué le sorprende?
- Conocía a muchos de mi anterior etapa y a otros por haberme enfrentado a ellos, y la verdad es que es un vestuario majo, gente seria y profesional. Les encontré preocupados, atravesando un momento delicado cuando una semana y poco antes la situación era distinta y todo era optimismo. Eso tiene el fútbol. Hablé con ellos y les dejé claro que vengo a ayudar y que son ellos los que tienen que intentar sacar esto adelante con la ayuda de la afición, pero que hay poco tiempo para reaccionar.
- ¿Ahora es más cabeza que fútbol?
- Sí… El trabajo ya está hecho. No hay tiempo para trabajar a nivel físico, hay poco tiempo para trabajar detalles que quieres a nivel táctico… Vengo a colaborar por el cariño que les tengo. Pocas cosas se pueden cambiar en poco tiempo, pero el trabajo anímico es fundamental.
- ¿Cómo hace para meterse en la cabeza de los jugadores?
- Dialogando mucho con ellos, sabiendo de sus inquietudes y preocupaciones, intentando quitarles de la cabeza todo lo negativo. Ese es nuestro trabajo. Les veo con buen talante y predisposición, conscientes de lo que hay en juego. Por nuestra cabeza no pasa otra posibilidad que no sea salvarnos.
- Muchas veces se habla de sus plantillas como ‘El ejército de Bordalás’. ¿Ve a sus jugadores como soldados?
- Siempre les he visto más como hijos, por la diferencia de edad. Muchos son como mis hijos, intento ayudarles y es lo que he hecho siempre. Cuando un jugador mejora y crece, como Cucurella u Olivera, es una satisfacción y un orgullo. Lo que pasa es que alrededor de un entrenador siempre se ponen ciertos adjetivos por parte de aficionados y medios… Me lo tomo como un elogio.
- ¿Le da miedo que un posible descenso pueda afectar a su carrera profesional?
- No. La palabra miedo no entra dentro de mi vocabulario. Aunque ocurriese el descenso, yo no soy responsable de nada, mi carrera estará inmaculada igualmente. Habrá, como siempre, voces críticas, y otras que no, pero forma parte de estar expuesto. Pase lo que pase mi caché y mi carrera van a quedar intactas. No se puede hacer responsable a un profesional cuando llega a un sitio para el último mes. Vengo a intentar ayudar y si lo conseguimos fenomenal, me alegraré por el club y la afición más que por mí. No pienso en otra posibilidad.
- ¿Cree que se le critica más de lo que merece?
- Hago poco caso a todo eso. Intentan condicionar. En el último partido como local (contra el Celta), se habla de que se ha perdido tiempo, y resulta que hay un equipo, el Getafe, que tira 14 veces a puerta, que ha neutralizado al rival, a jugadores importantes como Aspas, Veiga, Larsen o Galán… Algo habrá hecho bien el Getafe cuando el resultado justo hubiera sido un 4-0. Contra eso no se puede hacer nada. Lo que nos queda es sonreír, no voy a insistir. La gente entendida del fútbol, la que lleva en esto años, gente importante, han sabido reconocer siempre mi trabajo y la manera de interpretar el fútbol.
- ¿Qué es jugar bien al fútbol?
- Cada uno lo entiende de una manera. Jugar bien al fútbol es ser superior al rival en muchos aspectos importantes. Tener el control del partido, generar más ocasiones, minimizar al rival, agrandar tus puntos fuertes… Mi concepto del fútbol es muy extenso, pero para mí el fútbol no son las posesiones largas, que no quiere decir que mis equipos no lo intenten. Nosotros no tiramos 14 veces a puerta contra el Celta sin tener el balón. Pero claro, cuando creas un mantra alrededor de algo es una forma de condicionar.
- ¿Cómo ha sido este año sin entrenar?
- He tenido la suerte de analizar otras ligas y equipos más extensamente, enriquecerme de ver otro fútbol, compartir con colegas… Cuando estás metido en el día a día no tienes tiempo. Me ha ayudado mucho. Lo ves todo con más frialdad y me ha hecho recapacitar un poco en las cosas que debo mejorar. He estado tranquilo, con la familia, con los amigos… Que el fútbol absorbe mucho y siempre he sido muy pasional, quizás por eso he tomado esta decisión.
- ¿Alguna situación o equipo que le haya sorprendido durante estos meses?
- Yo siempre he intentado actualizarme y estar al día, incluso ir por delante en algunos aspectos del juego. Si echamos la mirada atrás, yo hace años que pronosticaba la mutación que iba a sufrir el fútbol. No me sorprenden algunas de las cosas que son importantes ahora. Por eso intento estar siempre preparado, estar alerta. Eso te hace cometer menos errores.
- Ancelotti, su rival esta jornada y uno de los entrenadores a los que ha visitado, habla mucho del fútbol moderno, menos posicional y más físico, ¿se refiere a eso?
- Sí, también. Desde hace años, he intentado que mis equipos tuvieran un nivel físico muy alto, eso nos ha ayudado a conseguir cosas importantes estando en equipos modestos. Está claro que Ancelotti es un sabio del fútbol, un entrenador que lo ha ganado todo.
- ¿Es un buen momento para enfrentarse al Madrid?
- Nunca es un buen momento (risas). Pero el calendario es el que es. Sabemos que es un grandísimo equipo con un entrenador excelente y siempre es complicado. Intentaremos hacer un buen partido y a ver si somos capaces de sacar un buen resultado. Los jugadores del Madrid saben que lo tienen que ganar absolutamente todo. Es su mentalidad.
- ¿Cómo se para a Vinicius?
- No es fácil. Vemos jornada tras jornada que es tremendamente complicado de parar. Está en un estado de forma increíble al igual que muchos de sus compañeros. Viene demostrándolo durante toda la temporada, se le ha intentado marcar de diferentes maneras y casi siempre ha salido vencedor. Especialmente porque es un jugador que repite esfuerzos, que lo intenta nuevamente, una y otra vez, y otra vez… Eso es dificilísimo para cualquiera.
- Va a pelear el descenso con el Valencia, su ex equipo. ¿Se fue injusto con usted allí?
- Yo sólo tengo bonitos recuerdos y palabras de agradecimiento. La gente supo agradecer mi compromiso y mi trabajo. La temporada que hizo el equipo, a pesar de ser una de las plantillas más debilitadas de los últimos años, llegando a la final de Copa, que perdimos en penaltis… La afición me quiere y le deseo lo mejor. Ahora está en la situación que está y lo siento, pero ahora mismo mi pensamiento es volcar toda mi energía porque sea el Getafe el que consiga salvar la categoría. Ahora mismo no estoy viendo al Valencia como un rival porque no nos tenemos que enfrentar a ellos.