Mediocampo, mediocampo… y Joselu. El Real Madrid 2.0 de Carlo Ancelotti ya está en marcha y aprendiendo de cada partido como si fuera un algoritmo de Inteligencia Artificial. El conjunto blanco escuchó a su entrenador y siguió asimilando el rombo y apuntalando la defensa como si fuera aquel Real Madrid de Vicente Del Bosque de principios de siglo en el que el ‘5’ era un tal Fernando Redondo.
Jude Bellingham no es el argentino, ni falta que hace. El ingés ha caído de pie en el conjunto merengue y, cada partido (y sólo lleva dos) se empeña en justificar el precio de su traspaso.
En esta ocasión, no tardó ni cinco minutos en hacerlo. Recogió un pase largo de Rüdiger, quizás ligeramente adelantado, realizó un exquisito control orientado y picó la pelota por encima de Onana. Si volvemos a aquel Real Madrid de Del Bosque, campeón de Europa en la temporada 1999/2000, tenemos que acordarnos de Raúl y su famoso ‘aguanís’.
No se trata sólo del gol, Bellingham domina el escenario. Su físico imponente, no exento de calidad, provoca que el equipo juegue a su manera. Y eso que Luka Modric, una leyenda del Real Madrid, comparte mediocampo con él.
A falta de delanteros de relumbrón, Ancelotti tiene claro que su prioridad es fortalecer el mediocampo y que esta línea sea la que aporte los goles que falten en la delantera y ayuden a cerrar la puerta de Courtois o, esta madrugada, de Lunin. No está aún el belga en disposición de debutar con la escuadra blanca.
Quien tampoco ha podido hacerlo pese a las buenas sensaciones que ha dejado en los entrenamientos ha sido Arda Güler. El joven turco sigue con molestias y, pese a sus ganas, el cuerpo técnico no quiere forzarle ante una temporada en la que podría contar mucho con su talento.
Respecto al ataque madridista, mucho más presente en la primera parte que en la segunda y eso tiene que ver principalmente con el nombre de Vinicius, aún le falta afinar la definición. El brasileño tuvo algunas claras, como un remate al segundo palo que repele Onana pero, aún sin el premio del gol, fue el que más peligro creó del conjunto blanco.
La banda izquierda sigue siendo el lugar predilecto del ahora 7 del Real Madrid. No obstante, tendrá que adaptarse a llegar por todo el frente del ataque en este nuevo rombo de Ancelotti.
Ese lugar, la banda izquierda, fue también el lugar por el que entró principalmente el Manchester United. Alejandro Garnacho fue un auténtico puñal de los ‘red devils’. No obstante, el delantero hispano argentino no pudo culminar su gran actuación con un gol puesto que la defensa del Madrid, y si no Lunin, detuvieron sus acometidas.
Cambio de tendencia
Giraron las tornas en la segunda parte, en un duelo que la primera tuvo color blanco. Además de Garnacho, Bruno Fernandes, McTominay y Mount no estaban por la labor de terminar con el marcador a cero. Pero la defensa del Real Madrid corrigió los errores del primer envite ante el Milán, tanto en los balones a la espalda como en los centros atrás y, principalmente, en salida de balón. La zaga blanca estuvo mucho más seria y eso que aún estamos en los primeros tests de pretemporada.
Aunque, viendo algunos lances, cualquiera lo diría. Lisandro Martínez se las tuvo tiesas con el ataque madridista empleándose demasiado a fondo, incluso aunque el partido hubiera sido oficial. Cuando moría la primera parte, realizó una entrada a Bellingham que hizo que todo el madridismo contuviera la respiración. El inglés, afortunadamente, se levantaba más preocupado de encararse con el argentino que de su rodilla derecha, sujeta con una cinta.
Gol de delantero
Sin embargo, si hay un periodo destacable es el final de la segunda parte. Fue un momento clave en lo que puede ser el nuevo Madrid. Un Madrid que debe subsistir no sólo de goles de la segunda línea, también necesita un ‘9’, aunque el dorsal siga libre en el vestuario blanco.
Y ese 9, tras casi dos partidos, apareció. Y qué manera de hacerlo. Joselu decidió emular a viejos conocidos del ataque madridista como Bale o Cristiano Ronaldo. Ellos lo hicieron en Champions, sí; pero no cabe duda de que una chilena siempre es un motivo de regocijo. Especialmente cuando has buscado el gol de todas las maneras posibles, la mayoría de las veces con otro destacado como Brahim Díaz de socio, y no lo habías encontrado.
Joselu, el ’14’ del Real Madrid, vio como un centro templadito de Lucas Vázquez se le quedaba algo atrás y, como si llevara metiendo esos goles toda su vida, decidió elevarse y rematar de chilena. Golazo y reivindicación. Quizás no sea Benzema, pero Joselu es un delantero que te remata una lavadora y eso, en un equipo como el Real Madrid que suele llegar mucho a área contraria, es una gran ventaja.
Estamos en pretemporada, pero el Real Madrid deja unas sensaciones muy positivas incluso para este periodo. Transmite solidez, transmite confianza en lo que hace y transmite una adaptación a los cambios impropia de estos inicios de la temporada. Algo, por cierto, que se podría decir también del propio Bellingham.