El Gran Premio de Bakú promete espectáculo. Es una mezcla de circuito ancho, abierto, estrecho y revirado y cualquier error se paga caro dado su perfil urbanístico.
El Circuito Urbano de Bakú, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, tiene una longitud de 6,003 kilómetros y es uno de los circuitos urbanos más largos del mundo. La pista discurre por las calles de la ciudad entre edificios históricos del casco viejo y sus monumentos como la ‘Torre de la Doncella’, una de las torres del castillo por las que atraviesa la carrera con apenas 7 metros de ancho entre sus muros y por donde tendrán que maniobrar los coches de casi tres metros de ancho.
El circuito de Bakú es famoso por sus rectas largas, estrechas y sus curvas cerradas, lo que lo convierte en un desafío para los pilotos. El sector 3, el tramo de la recta principal, es el más famoso del circuito, es la recta más larga del calendario de la Fórmula 1 y donde los pilotos alcanzan velocidades de hasta 360 km/h, el tramo finaliza con ‘la curva 1’, que es muy estrecha y difícil de negociar.
El circuito se divide en tres sectores con características diferentes. El sector uno es un tramo de alta velocidad, el sector dos es un tramo más técnico y estrecho, mientras que el sector tres es un tramo que incluye una serie de curvas lentas y técnicas que requieren mucha habilidad del piloto.
El trazado tiene varias curvas ciegas, cambios de elevación y secciones estrechas, lo que lo convierte en uno de los circuitos más desafiantes y emocionantes del calendario de la Fórmula 1.
