Han sido seis años con más luces que sombras, seis años en los que un entrenador que había entrenado dos temporadas en Primera coge a un Osasuna en Segunda y lo pone en órbita. Clasificación europea, cinco temporadas entre los once mejores y, lo más importante, una final de Copa del Rey que perdió ante el todopoderoso Real Madrid.
“Han sido seis años donde nos hemos hecho mejores el uno al otro”, comentó Jagoba Arrasate en la rueda de prensa en la que anunció su despedida a final de temporada acompañado del presidente, Luis Sabalza y el director deportivo, Braulio Vázquez.
“He tomado la decision de no renovar con Osasuna. Es una decision complicada, pero estoy tranquilo, en paz y no es una despedida, estamos inmersos en una competicion y quedan nueve partidos”, había comenzado Arrasate su alocución en unacomparecencia repentina pero sospechada, por el tiempo que estaba tardando el entrenador rojillo en contestar la oferta de renovación del club.
El técnico de Berriatua (Vizcaya) aseguró no tener el “convencimiento que tenía antes”. “Si no estoy convencido del todo es difícil que sea feliz y si no soy feliz es difícil que saque lo mejor de mi y si no saco lo mejor de mi es difícil que saque lo mejor del equipo”, argumentó.
Los sentimientos del entrenador le jugaron una mala pasada durante su comparecencia e incluso rompió a llorar en algún momento en el que dijo que eran unas “horas complicadas”. “No han sido días fáciles”, expresó el técnico sobre una decisión que no confesó su decisión a su círculo más cercano hasta ayer.
Culpables
Detrás del anuncio, Arrasate reveló que no había que “buscar culpables” y también que los capitanes, cuando les comunicó su decisión, le aseguraron que “podía irse tranquilo” y le han mostrado su agradecimiento por su trabajo.
El entrenador habla de un “golpe de realidad” este año tras la gran temporada que consiguieron la última liga quedando séptimos, clasificándose con suspense para la Conference League, por una prohibición temporal de la UEFA que terminó levantándose, y una final de la Copa del Rey.
Dijo Arrasate que entre los porqués está el miedo a terminar mal en Osasuna o a dar la vuelta a un equipo que no había comenzado igual de bien que terminó la temporada pasada. “Queríamos ser los mismos del año pasado hasta que nos dimos cuenta que por ese camino no íbamos bien”, afirmó.
“Yo sé que si hubiera dado el sí habría hecho feliz a mucha gente, pero tengo que ser consecuente”, afirmó el entrenador sobre las dudas que le asaltaron en las semanas que tuvo para pensar la oferta de renovación que el presidente le hizo tras el partido ante el Alavés.