Arabia Saudí, ¿hasta cuándo?: un contrato “contundente”, la baza electoral de la Supercopa y el desastre televisivo de la liga saudí

Arabia Saudí, ¿hasta cuándo?: un contrato "contundente", la baza electoral de la Supercopa y el desastre televisivo de la liga saudí

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Las elecciones a la RFEF y la llegada de Uribes, crítico con el torneo, al CSD abrirán debates sobre el futuro del evento, contratado hasta 2029. La liga local pincha en audiencias.

Una réplica gigante de la Supercopa de España, en Riad.EFE

La Supercopa de España se va a celebrar en Arabia Saudí hasta el año 2029. O eso está firmado. El torneo que enfrenta a los cuatro mejores equipos de la pasada temporada en el fútbol español aterriza esta semana en Riad, capital del reino saudí, por tercer año consecutivo, cuarto en un país que ha hecho del deporte mundial su jardín de recreo. Pero en un año de elecciones a la Federación Española de Fútbol, ya sin Luis Rubiales, y de cambios en el Consejo Superior de Deportes, cuyo nuevo presidente, José Manuel Rodríguez Uribes, dijo en 2020 que “no me gustó la Supercopa en Arabia, el dinero no es lo más importante”, el evento en el desierto podría ser motivo de discusión. En la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, mientras se preparaban las maletas, se deslizaba una pregunta: “¿Hasta cuándo tendremos que ir allí?”.

Ya lo saben, estamos ante una de las mayores campañas de ‘sportwashing‘ (lavado de imagen a través del deporte) del panorama mundial y al príncipe saudí, Mohammed bin Salman, no parece importarle el término ni la crítica, por lo que pueden adivinar que su gobierno repetirá el gasto de 1.000 millones en fichajes para la próxima temporada de la liga nacional. Una cantidad ínfima si tenemos en cuenta que, sólo en los últimos dos años, Arabia se ha gastado 7.000 millones de dólares en acuerdos deportivos, ya sea en fútbol, golf, boxeo, Fórmula 1 o deportes electrónicos.

El listado del ‘sportwashing’

El país ha acogido en los últimos meses el combate por el título mundial de los pesos pesados entre Tyson Fury y Francis Ngannou, el Mundial de balonmano, el Mundial de clubes de fútbol y las Finales Next Gen de tenis; ahora está albergando el Rally Dakar y se prepara para las Supercopas española e italiana de fútbol. Un calendario deportivo que no tiene fin y que nace con el único objetivo de mejorar la imagen y potenciar el turismo del país. “Si el ‘sportswashing’ va a incrementar mi PIB un 1%, lo voy a seguir haciendo”, dijo Bin Salman en una entrevista con la Fox.

La realidad es que ningún deporte escapa del dinero saudí, con el fichaje de Jon Rahm por el LIV Golf como última gran polémica. Tampoco las organizaciones: el Barça tiene un acuerdo con el grupo financiero Samba, LaLiga firmó una colaboración con ‘Visit Saudi‘ y el Madrid anunció hace poco un acuerdo con SAIB, el Banco de Inversiones del país. Todo mientras organizaciones como Amnistía Internacional siguen denunciando las “persecuciones a la libertad de expresión” en Arabia.

Reuniones en Riad

En Las Rozas saben que el torneo sigue levantando muchas críticas y que siempre generará más rechazo que un simple acuerdo de colaboración, y por eso los candidatos a las próximas elecciones a la presidencia de la RFEF han pedido información sobre el contrato firmado por Rubiales con Arabia. Todos quieren desmarcarse de los contratos del anterior presidente pero nadie quiere lanzar promesas al vuelo. “Es un contrato contundente, digamos”, explican fuentes federativas consultadas por este periódico.

El gobierno saudí paga a través de la empresa SELA 40 millones de euros al año por el evento, una cifra imposible para cualquier productora nacional y una cantidad clave en el desarrollo de las sedes de la organización española para el Mundial 2030, al que sólo este año la RFEF destinará 10,8 millones de su presupuesto. Un Mundial 2030 del que, recordemos, Arabia Saudí decidió retirar su candidatura para acceder, sin rivales, a la carrera por albergar el torneo de 2034. Ningún directivo se atreve a cuestionar el torneo de momento, pero el viaje de los presidentes federativos junto a Pedro Rocha a Riad esta semana debería servir para iniciar conversaciones.

Enfado en Italia

En Italia, que también ha vendido su Supercopa a Arabia Saudí, ya se lo cuestionan. “Hagámoslo en el Olímpico de Roma, ¿por qué tenemos que ir hasta allí? ¿Han visto lo que está pasando en Israel? ¿Se imaginan que hay un bloqueo aéreo? ¿Vamos a llevar 120 jugadores que valen lo que valen en aviones por allí? ¿Todo esto para ganar unos millones más? Imbéciles…”, dijo, según los medios italiano, De Laurentis, presidente del Nápoles, en la última asamblea de la Lega. Su club y la Fiorentina han amenazado con no acudir a la próxima Supercopa, que se disputará este mes, después de la española, y que reporta al fútbol italiano 20 millones anuales.

Luis RubialesEFE

La atadura económica es evidente, pero también lo son los problemas a los que se enfrenta el fútbol saudí para hacerse notar más allá de poner su cartera en la mesa de los fichajes. Un año después de la llegada de Cristiano Ronaldo y tras el aterrizaje de decenas de estrellas el pasado verano, la liga local sufre en audiencias, tanto por televisión como en las gradas. Se han gastado 1.000 millones en 94 fichajes y la liga saudí ha celebrado encuentros con 133 espectadores en el estadio. Tienen una media de 8.500 aficionados, inflada por los cuatro equipos a los que el gobierno ha inyectado dinero (el Al Hilal de Neymar, el Al-Nassr de Cristiano, el Al Ittihad de Benzema y el Al Ahli de Firmino y Mahrez). El Al-Ettifaq de Steven Gerrard ha jugado partidos ante 696 aficionados.

La liga ha conseguido acuerdos de emisión con plataformas de 130 países diferentes, ganando, según comunicados oficiales, “cuatro veces más que la pasada temporada“, pero los ingresos siguen siendo muy bajos comparados con los salarios que han pagado a las estrellas. La empresa IMG, la misma que gestiona los derechos de la Premier League, es la encargada de trabajar con la liga saudí, con el acuerdo de retransmisión con DAZN en Inglaterra, Alemania y Austria como gran contrato. El resultado: 500.000 dólares de retorno por un año.

En España, la liga se retransmite a través de Marca.com y en algunos momentos ha dado el salto a la televisión en abierto a través de Cuatro, que el martes 26 de diciembre emitió el duelo entre el Al-Ittihad de Benzema y el Al-Nassr de Cristiano, reuniendo a 388.000 espectadores y consiguiendo un 3,8% de cuota de pantalla. El programa menos visto en su franja horaria entre los principales canales. En el caso de la Supercopa, la final del año pasado entre Madrid y Barça reunión a 1.824.000 espectadores en Movistar+.

kpd