Ana Peleteiro, sexta en la final de triple salto de los Juegos Olímpicos de París, emitió un comunicado este lunes para denunciar el “linchamiento fuera de lugar” que está sufriendo los últimos días y pidió “respeto”, sobre todo por su familia, sin entender “lo infeliz que puede llegar a ser alguien para promover el odio de esta manera”.
La atleta gallega, que esta temporada se proclamó campeona de Europa y ganó el bronce en el Mundial de pista cubierta, desveló que durante los últimos días no para de recibir “mensajes de odio e insultos, ya que muchos medios están aprovechando el momento mediático para publicar declaraciones antiguas completamente sacadas de contexto”.
“Me siento orgullosa de toda la temporada que he hecho y de mi trayectoria profesional y esto sólo ha sido un resultado en mi carrera que forma parte de otro sueño cumplido”, comentó.
“Disculpas si alguien se ha sentido ofendido en algún momento, no ha sido mi intención. Siempre he intentado abogar por un deporte libre de racismo y desigualdades de género y es por lo que seguiré luchando día a día. Soy plenamente consciente de que muchas veces tiro de sarcasmo e ironía y eso puede jugarme una mala pasada, pero creo que este linchamiento está fuera de lugar”, confesó.
“Quiero pedir respeto por mí pero sobre todo por mi familia. Nunca entenderé lo infeliz que puede llegar a ser alguien para promover el odio de esta manera. Y a las miles de personas que os alegráis por mí, os lo agradezco infinito, me siento una auténtica afortunada. ¡Al final del día el amor siempre vence!”, concluyó.
Desde las pistas de atletismo A Fieiteira sólo se ve el cercano almacén de Estrella Galicia -¿cómo no?-, pero huele a mar, al Atlántico, a la ría de Arousa. Es el lugar. Ana Peleteiro entrena en casa, literalmente en casa: en su Ribeira natal -de hecho, en el módulo que lleva su nombre- y junto a su marido, Benjamin Compaoré, que también es su entrenador desde el pasado octubre. Después de que la saltadora estuviera una década a las órdenes del mito Iván Pedroso, la unión profesional-sentimental generó dudas, pero su oro en el reciente Europeo indoor las disipó. Ahora Peleteiro busca acabar con ellas en el Mundial indoor de Nanjing (China) que empieza este viernes y donde ella competirá este sábado (a partir de las 12.10 horas, Teledeporte).
Ausente Yulimar Rojas, el sueño del oro mundial, su primer oro mundial, es posible, pero amenazan las cubanas Leyanis Pérez y Liadagmis Povea y la dominiquesa Thea LaFond. Sería el ascenso de Peleteiro a la cima del triple salto y, de paso, la confirmación de que su pareja con Compaoré funciona.
"Creo que desde el principio gestionamos nuestra relación en la pista de forma muy inteligente e incluso nos fortalece como pareja. Cuando entrenamos, se produce un cambio natural y me convierto en su entrenador al 100%. Siempre hablamos con respeto, con fluidez. Nos centramos en el trabajo incluso si llegamos al entrenamiento enfadados porque en casa hemos tenido nuestras discrepancias por cualquier tontería", comenta Compaoré en conversación con EL MUNDO desde China, donde la máxima preocupación hasta el momento ha sido el jet lag.
A.P.
La pareja llegó el pasado sábado, pero antes ya seguía tratamientos de luz azul y luz roja para adaptar los ritmos circadianos y conciliar el sueño lo mejor posible. Semanas atrás, Peleteiro aseguró que el Mundial indoor estaba "muy lejos" y caía "muy tarde en el calendario", pero finalmente decidió acudir. La oportunidad resplandece. "Ana realmente comenzó su temporada el 22 de febrero, en el Campeonato de España. Sólo lleva dos competiciones. Está tercera en el ranking mundial, sería un error no haber venido. Nuestro objetivo del año es el Mundial al aire libre de Tokio y será a mediados de septiembre, así que hay margen para la recuperación", asegura Compaoré.
"En casa hablamos de técnica, sin pasarnos"
¿Tienen algún pacto para no hablar de atletismo en casa? Puede llegar a saturar, imagino.
¡Claro que hablamos de atletismo en casa! El tema no nos asfixia porque los dos tenemos una vida muy ocupada por separado. En casa podemos hablar de los objetivos, de la técnica, de cosas del trabajo, aunque sin pasarnos. Al final, es inevitable, somos grandes aficionados al deporte y, sobre todo, al triple salto.
Nacido en Bar-Le-Duc, entre París y Estrasburgo, de padre burkinés y madre francesa, Compaoré destacó muy joven en el triple salto siendo campeón del mundo junior y vivió su mejor momento deportivo en 2014 cuando se proclamó campeón de Europa al aire libre. Pese a algunos problemas físicos, hasta el año pasado intentó seguir en activo -fue decimosegundo en el último Europeo-, pero este invierno se retiró para centrarse en preparar a Peleteiro.
"La creatividad es fundamental"
Empezaron a salir juntos en 2021, fueron padres en 2022 y se casaron en 2023 así que 2024 demandaba un nuevo paso en la relación. Entrenador y pupila, marido y mujer. Parece un desafío. "Ana tiene mucha experiencia y quiere entender los porqués, pero lo percibe todo muy bien. Para mí es un placer entrenar con ella, disfruto descubriéndole cosas. Para mí, más allá de la precisión técnica, de la cantidad de trabajo o del número de repeticiones, la creatividad es fundamental. E intento aplicarla con educación, diálogo, estimulación y juego", proclama el ex saltador.
A.P.
El trabajo entre ambos empezó con una propuesta ambiciosa, que Peleteiro cambiara de pierna de batida en el salto de la derecha a la izquierda, pero finalmente ésta quedó aparcada. Las molestias en la rodilla izquierda de la española obligaron a replantarlo todo y a recuperar la técnica de siempre, aquella que le dio el bronce en los Juegos de Tokio 2020. Igualmente Compaoré no descarta volver a intentarlo en el futuro y, sobre todo, insiste en que Peleteiro debe saltar más bajo que antes, distinto, más horizontal.
"Ana puede saltar muy lejos con ambas piernas y ese cambio es posible, yo mismo lo hice como atleta. Después de los Juegos de París teníamos tiempo así que nos atrevimos a hacerlo. Desafortunadamente eso provocó inestabilidad articular y tuvimos que deshacer nuestros planes", reconoce Compaoré que por Peleteiro ya cambió París por Guadalajara y ahora se ha asentado en Ribeira, donde también ha abierto una cafetería junto a su mujer, y donde huele a mar, al Atlántico, a la ría de Arousa. Es el lugar.
En vísperas de los Juegos Olímpicos, el más suculento y exquisito menú que pueda ofrecer el atletismo, el Campeonato de Europa se adelanta con un apetitoso aperitivo. Desde el viernes 7 hasta el miércoles 12, Roma lo servirá con generosidad. La naturaleza local de la competición queda compensada por la existencia en este viejo, rico y pequeño rincón del planeta de numerosos atletas de máximo nivel.
Campeones olímpicos y mundiales, plusmarquistas y otras estrellas de distinto y notable brillo, realzan un acontecimiento muy atractivo: Armand Duplantis, Karsten Warholm, Marcell Jacobs, Gianmarco Tamberi, Jakob Ingebrigtsen, Miltiadis Tentoglou, Pedro Pablo Pichardo, Mykolas Alekna, Kevin Mayer, Femke Bol, Yaroslava Mahuchikh, Keely Hodgkinson, Malaika Mihambo, Dina Asher-Smith...
España no se ha parado en barras a la hora de confeccionar un pacífico pero animoso ejército expedicionario. El escenario europeo nos es, lógicamente, más propicio. Se ajusta más a nuestras medidas, se adapta más a nuestros medios y se abre más a nuestras ambiciones. Un equipo de 86 nombres (46 hombres y 40 mujeres), el segundo más numeroso de la historia, intentará superar las 10 medallas (4-3-3) logradas en la edición de Múnich 2022, la inmediata referencia, que nos proporcionaron el tercer lugar del medallero, tras Alemania y Gran Bretaña. Y, puestos a especular sin freno, el récord de las 15 de 2002, también en Múnich.
RENOVACIÓN EN LA MARCHA
No faltarán, sin embargo, opciones reales. En la incurable añoranza de María Vicente, hay que pensar sobre todo en el triple salto, con Ana Peleteiro y Jordan Díaz (ex cubano, debutante con España). También con Dani Arce (3.000 obstáculos) y Laura García Caro (20 km. marcha). La marcha, a pesar de las ausencias de María Pérez, Álvaro Martín y Miguel Ángel López, se muestra abierta a otras sólidas esperanzas (Paul McGrath, DiegoGarcía Carrera, Cristina Montesinos, Raquel González).
En el mediofondo, a falta de Mariano 'La Moto' García, oro en los 800 en 2022, y del sancionado Mohamed Katir, no hay que perder nunca de vista a Adrian Ben (800) y a la pareja de los 1.500, Adel Mechaal y Mario García Romo. Y mucho menos, en el fondo, a Thierry Ndikumwenayo (5.000 y 10.000). Jakob Ingebrigtsen, que doblará en 1.500 y 5.000 (como Mechaal), cierra toda puerta al oro.
VUELVE ORLANDO ORTEGA
En los 110 metros vallas están Quique Llopis y Asier Martínez (campeón en 2022) encomendándose a su calidad y a la buena suerte, siempre importante en una prueba extremadamente técnica en la que cada obstáculo es una llamada al triunfo y una invitación al desastre. Orlando Ortega regresa tras un gólgota de lesiones, pero aún se halla lejos de cualquier elevada aspiración.
Las mujeres podrían "pescar" en el lanzamiento de jabalina (Yulenmis Aguilar, tambien ex cubana y también debutante con nosotros) y en el salto de longitud (Fátima Diame). Quizás pensar en los relevos 4x400 masculino y 4x100 femenino sea demasiado optimista. Pero ahí queda la insinuación. Las finales se abren este mismo viernes con los prometedores 20 km. marcha femeninos. Y los 5.000 con una ilusionante Marta García.