El polaco Hubert Hurkacz será el rival del murciano en semifinales antes de una potencial final contra Novak Djokovic
Carlos Alcaraz ya está en semifinales del Masters 1000 de Cincinnati, en un partido cargado de aspectos positivos para el portento de Murcia. Alcanza la penúltima ronda del torneo por primera en su carrera, mantiene el número uno del ranking una semana más y mejora sensaciones de cara a su próximo gran objetivo: revalidar corona en el US Open.
Delante tenía a Max Purcell, un rara avis para estas rondas de un Masters 1000 que dejó claro por qué ha llegado a estas alturas de un torneo de este calado. Forzó a la mejor raqueta del mundo a un tercer set y desplegó un tenis que rara vez se ve en el circuito, con saque y volea hasta el final para deleite del público de Ohio.
El partido fue cualquier cosa menos aburrido. Purcell, que en enero ocupaba el puesto 220 del ranking, apostó de forma decidida por subir sobre su servicio a la red, tanto con el primero como con el segundo, un estilo tan elegante y vistoso como abandonado por la mayoría de los jugadores del circuito, dando pie a una concatenación de puntos vistosos que hicieron del choque un placer en lugar del trámite que muchos esperaban de inicio. La apuesta, además, le salió a la perfección en la primera manga. Acorraló al español y no le dio opciones, muy sólido al servicio y convirtiendo la primera bola de break de que dispuso en el séptimo juego.
Purcell, un jugador sin títulos de la ATP y proveniente de la ronda previa de clasificación en Cincinnati, se llevó el primer parcial en 45 minutos de forma impecable, sin apenas errores y con una personalidad impropia del puesto que ocupa en el ranking mundial, el 70. Atraviesa, sin duda, el mejor momento de su carrera, con sus primeros cuartos de final en un Masters 1000 y un partido contra el número uno del mundo como premio.
Alcaraz salió decidido a revertir la tendencia de inmediato y se encontró con los dos puntos de ruptura de inicio. Convirtió el segundo con un revés imponente a los pies de su rival, abonado una vez más a la red. El 3-0 le inyectó la calma necesaria para empezar a dominar el encuentro y enfilar sin más preámbulos hacia la manga decisiva, la tercera que disputa en los tres encuentros que ha jugado en este torneo.
El break que buscaba el murciano en el tercero llegó al primer intento, confiado en sus opciones al resto y subiendo sobre el segundo servicio de Purcell, que parecía haber bajado ya los brazos. Fue solo un espejismo. El australiano levantó cuatro pelotas de ruptura para impedir un doble break y logró devolver las tablas al marcador (2-2), alargando lo inevitable. Aguantó la presión hasta el noveno juego, con 4-4 en el marcador. Alcaraz se llevó el juego en blanco al resto.
El polaco Hubert Hurkacz, a quien ya derrotó la semana pasada en Toronto, será su siguiente rival, último obstáculo antes de una potencial final contra Novak Djokovic, un mes después de su histórica victoria en Wimbledon.