El español, que volverá al número 1 del mundo si gana el título, ya está recuperado de la nueva lesión sufrida en el ATP 500 de Río de Janeiro
Fue hace un año, en Indian Wells, donde Carlos Alcaraz confirmó aquello que venía más que insinuando. Había ganado en el verano de 2021 su primer título, el ATP 250 de Umag. Se le habían quedado pequeñas las NextGen ATP Finals, donde pasó por encima de todos sus adversarios. Y había llevado al límite a Matteo Berrettini en la tercera ronda del Abierto de Australia. Pero fue en el desierto californiano, donde exigió a Rafael Nadal el peaje de una fisura de costillas antes de caer en tres sets en las semifinales, donde el murciano, aún con 18 años, proclamó al mundo entero lo mucho que estaba por venir.
Alcaraz vuelve al primer Masters 1000 de la temporada con un amplio camino recorrido, en el que tampoco han faltado los contratiempos de las lesiones. El regreso a Indian Wells es también su vuelta a la competición después de verse obligado a parar de nuevo tras dañarse el isquiotibial de la pierna derecha en la final del ATP 500 de Río de Janeiro ante Cameron Norrie.
«Para mí, ganar este torneo y ser de nuevo número 1 del mundo es un excelente objetivo», dijo ayer en la rueda de prensa previa al comienzo del torneo, en el que se medirá mañana en su debut con el australiano Thanasi Kokkinakis.
Sucesión de contratiempos
No vienen siendo sencillos los últimos meses del campeón del último Abierto de Estados Unidos, torneo desde el que se catapultó como el número 1 más joven de la historia. La lesión abdominal frente a Holger Rune en cuartos de final de Paris-Bercy, el pasado noviembre, le descabalgó de las ATP Finals de Turín y de las Finales de la Copa Davis. Un nuevo desgarro abdominal frustró la reaparición en el Abierto de Australia.
Ya recuperado, su plan, interrumpido por el percance sufrido ante Norrie, era encadenar los torneos de Buenos Aires, Río, Acapulco, Indian Wells y Miami. Salió campeón en el ATP250 de Buenos Aires, pero varó tras jugar nueve partidos en 14 días después de casi tres meses sin competir.
«Me encuentro bien. Hoy [por este jueves] he podido entrenar por primera vez con algunos jugadores, hemos jugado algunos puntos y me he sentido bien. Me han sentado bien algunos días de desconexión. Siento que estoy preparado», agregó en su comparecencia ante los medios en Indian Wells.
La conquista del título traería como recompensa añadida la vuelta a lo más alto, después de que Novak Djokovic pusiese fin a a sus 20 primeras semanas de reinado con la victoria en el Abierto de Australia. Ausentes Rafael Nadal, que continúa lesionado y sin fecha para reaparecer, y Novak Djokovic, a quien no se le ha permitido la entrada en Estados Unidos por su negativa a vacunarse contra el covid, el torneo se presenta particularmente abierto, con Daniil Medvedev, ganador de forma consecutiva en Rotterdam, Doha y Dubai e invicto en los últimos 14 partidos, como uno de los más claros candidatos a la victoria.
Sin Medevedev en el camino
Alcaraz, que no se las vería con el ruso hasta una hipotética final, sí podría tener en su camino a Felix Auger-Aliassime, Hubert Hurkacz, Taylor Fritz u Holger Rune. «Hay grandes jugadores en el cuadro que cuentan con opciones de ganar el título, pero yo también tendré las mías», apuntó el español, quien dijo que «no está en absoluto preocupado» por los problemas físicos.
Más allá de los resultados que obtenga, la prioridad será poder competir y dejar atrás los inquietantes problemas padecidos desde la última parte del pasado curso. Inmediatamente después de Indian Wells llegará Miami, donde consiguió su primer Masters 1000 e inició una formidable secuencia que incluiría las victorias en el Conde de Godó y el Mutua Madrid Open. Nadie duda de la calidad del tenista de El Palmar y de su consolidación en la élite. Las mayores reservas parten de un cuerpo que se ha mostrado más vulnerable de lo que cabía esperar en un jugador de 19 años.
Jaume Munar (Yibing Wu), Bernabé Zapata (Hugo Umbert) y Roberto Carballés (Taro Daniel) se despidieron de entrada, mientras que Cristina Bucsa se impuso a Katie Swan por 7-6 (6) y 7-5 y tendrá como próxima rival a la estadounidense Coco Gauff.