ATP 500 de Queen’s
Venció por 6-4 y 6-3 para levantar la sexta copa esta temporada. Este lunes estrena su vigesimosexta semana en lo más alto
Tampoco la hierba se resiste a los encantos de Carlos Alcaraz, ya campeón en Queen`s, prólogo canónico del torneo de Wimbledon. El español venció a Alex de Miñaur, séptimo cabeza de serie, por 6-4 y 6-3, en una hora y 39 minutos, para conquistar el decimoprimer título de su carrera, quinto de 2023 y primero sobre césped. La victoria le permite abrir su cuarta etapa como número 1 del mundo, recuperando el dorsal que perdió en Roland Garros al caer en semifinales ante Novak Djokovic.
Alcaraz es el tercer español que gana el torneo en la era profesional, después de que lo hiciera en dos ocasiones Feliciano López, en 2017 y 2019, y del triunfo de Rafael Nadal en 2008, antesala del primero de sus dos títulos en Wimbledon. Andrés Gimeno lo hizo antes de la era Open. En continuo crecimiento desde su partido de debut ante el francés Arthur Rinderknech, el campeón este año en Indian Wells, Madrid, Buenos Aires y Barcelona se reivindica como un jugador muy capaz en este singular territorio, tradicionalmente hostil para los tenistas de nuestro país. Son siete títulos sobre arcilla, tres en pista dura, entre ellos el último Abierto de Estados Unidos, y ahora el primero sobre pasto.
De Miñaur es difícil de desbordar. Quizás no posea grandes golpes, pero es rápido y combativo, y sabe moverse bien a la contra. Lo ha demostrado a lo largo del torneo, con el punto álgido en la victoria ante Holger Rune, segundo cabeza de serie, en semifinales. Resta bien, golpea plano y reúne condiciones para desenvolverse con acierto en hierba, donde ganó en Eastboune, en 2021, uno de sus siete títulos.
La primera opción
Fue el australiano quien dispuso de la primera pelota de rotura, en el octavo juego, para lograr situarse 5-3 y servicio. La sofocó Alcaraz con un saque directo. Volvió a envidar De Miñaur, de nuevo sin éxito. Algunas de las virtudes del español poseen carácter global. Sabe aferrarse a los partidos como suelen hacerlo los mejores, y en la superficie que nos ocupa salir de determinadas encrucijadas posee un valor añadido. Él no consintió. Salió fortalecido del trance y en el juego siguiente, al resto, hizo buena su opción y dio un mordisco casi definitivo al set, corroborado a continuación con un saque directo.
Recién concluido el parcial, pidió la atención del fisioterapeuta del torneo debido a molestias en el adductor derecho. Después de los percances padecidos desde finales de la pasada temporada, cualquiera de estas situaciones invita a ponerse alerta. En semifinales de Roland Garros cayó ante Djokovic condicionado por los calambres. Se le vendó la zona afectada y regresó a la pista.
Alcaraz estrechó la mano de su rival después de que éste respondiese a un intento de passing shot con una volea de revés de ida y vuelta, de ésas que obedecen al veneno que las inyecta su ejecutor. Era sólo un 30-30, con el marcador igualado a uno. De Miñaur emitiría pronto señales de debilidad. Fue en el quinto juego, cuando cometió dos dobles faltas, la segunda de ellas para entregar su servicio. Pleno del español en bolas de rotura.
Ya no se levantó el tenista de Sydney, ante un oponente firme, que supo administrar su efectividad en los momentos que definen los partidos. Con tan sólo tres torneos en esta superficie y únicamente once partidos, juega como un campeón, como si fuera un especialista.