Roland Garros
Venció al italiano por 6-0, 6-2 y 7-5 y se medirá en segunda ronda con el japonés Taro Daniel
A los 21 años, Flavio Cobolli es un jugador normal. Es el 159º del mundo, juega torneos challengers y trata de abrirse paso en esto del tenis. De hecho, hasta este lunes nunca había entrado en el cuadro final de un torneo del Grand Slam. No es él quien ha convocado a toda esta gente en la Suzanne Lenglen en una diáfana tarde de la primavera parisina. Al otro lado está el auténtico protagonista. Un año más joven, Carlos Alcaraz dista mucho de ser un tenista normal. Nadie se había presentado de forma tan precoz como primer cabeza de serie del torneo desde que lo hiciera Bjorn Borg, con 19, en 1976. El sueco ganó en seis ocasiones el torneo. Alcaraz es el favorito para llevárselo por primera vez. En su tercera participación comenzó con una victoria por 6-0, 6-2 y 7-5, en una hora y 57 minutos.
Ni el ligero viento ni las dimensiones de la pista, con menos espacio para desenvolverse detrás de la línea, alteran el guion del español, que se va pronto con dos roturas, casi sin darse cuenta. Ganador en Barcelona y Madrid con una solvencia que intimida, empieza a mostrar dejadas y aceleraciones con la derecha, para alborozo de un público que ya no se asombra, que le conoce, aunque tal vez aún no haya tenido oportunidad de verle en directo. El “Allez Carlos!” surge de los labios de un muchacho.
Hay aplausos para Cobolli, pues el partido corre el riesgo de quedarse en un suspiro. No sólo se premiarán las ocurrencias del número 1 del mundo, sino también cualquier alarde de orgullo del aspirante, que gana su primer juego, el cuarto del segundo set, sonríe, aprieta luego los dientes, alza la raqueta y recibe el reconocimiento de la grada. Se mide un hombre frente a un niño. La velocidad de bola, la exuberancia, la autoridad con la que se maneja…
“Background”
¿Qué más decir? Recordatorio obligado en cada uno de sus partidos: tercera etapa como número 1 del mundo, ya campeón del Abierto de Estados Unidos, diez títulos, cuatro de ellos Masters 1000, 31 victorias y sólo tres derrotas en 2023… Lo de esta primera ronda fue un ejercicio de aniquilación. Alcaraz venía de perder en tercera ronda de Roma con el húngaro Fabian Marozsan, 135º. Una derrota sin mayores consecuencias. Un receso en una temporada frenética.
Sale Alcaraz de 1-2 y 15-40 en el tercer set. No quiere malgastar energías. Lo hace apelando a su destreza. Mueve a Cobolli de arriba hacia abajo, de un lado a otro, lo trae y lo empuja, casi, escrito sea con el máximo respeto, como si se tratara de un juguete articulado. Pero el italiano salva tres bolas de partido en el noveno juego y se suelta, dilata el que es hasta la fecha el día más bonito de su carrera.
Pocas horas después de la victoria de Djokovic ante Kovacevic (6-3, 6-2 y 7-6) en la Philippe Chatrier, Alcaraz pone tierra de por medio ante otro débil adversario. Le espera en tercera ronda el japonés Taro Daniel, 112º, este miércoles. El año pasado, el hoy máximo favorito para el título se quedó en cuartos ante Alexander Zverev. Las cosas han cambiado mucho. Y para bien.