Cuadro masculino
El español le ha derrotado en dos de sus tres enfrentamientos, pero perdió en el Open de Australia de 2022 el único cruce en un grande.
Un año después de perder los octavos de final de Wimbledon ante Jannik Sinner, Carlos Alcaraz vuelve a situarse entre los 16 mejores del torneo. Esta vez, ya cumplidos los 20, ampliada la brillante hoja de servicios, el español se presenta con el crédito añadido de contar con un título en la superficie, el logrado recientemente en Queen’s, con la impronta de conocer mejor los resortes de la hierba y con el crecimiento adquirido en todos los frentes.
Lo corroboró este sábado, ante Nicolás Jarry, un jugador de los que intimidan en estas canchas, un tenista de 1,98 metros, de los que pegan duro de entrada, ya sea con un servicio propio de su estatura o con devoluciones que obligan a su oponente a afinar al máximo con su propio saque.
Alcaraz, que se impuso por 6-3, 6-7 (6), 6-4 y 7-5, en tres horas y 57 minutos, no ha dejado de sumar desde aquella derrota en cuatro sets frente a Sinner, quien ha demostrado ser uno de sus más acreditados oponentes. En la primera prueba seria de esta edición del torneo, el español hizo frente a las numerosas dificultades que le planteó Jarry y se movió en números mucho más seguros que los de su encuentro de segunda ronda ante Alexandre Muller. Volvió a vérsele con acierto en la red, donde cerró con éxito 21 de sus 29 aproximaciones, pero además conectó 41 ganadores frente a 30 errores no forzados. «Conozco mis habilidades. Sé de lo que soy capaz. He trabajado mucho para estar en esta posición», comentó en conferencia de prensa.
Antes de presentarse ante los medios, pudo seguir en el vestuario parte del último set entre Holger Rune y Alejandro Davidovich, de donde saldría su hipotético adversario en cuartos. Davidovich, que ya había vencido al danés esta primavera sobre la arcilla de la Caja Mágica, estuvo cerca de volver a hacerlo, pero aquello que pudo convertirse en un triunfo soberbio terminó en una pesadilla cruel.
Dos ‘match points’
El malagueño tuvo dos bolas de partido al resto con 5-4 en el quinto set y dominó por 6-2 y 8-5 en el supertiebreak, antes de que el sexto cabeza de serie se impusiera por 6-3, 4-6, 3-6, 6-4 y 7-6 (8), en tres horas y 58 minutos. Rune, 20 años también, se despidió de entrada en 2022, en su primer Wimbledon.
Antes del encuentro en el que podría medirse con el danés, Alcaraz deberá superar a Matteo Berrettini, finalista en 2021, doble campeón en Queen’s y uno de los pocos especialistas que hay ahora mismo en el circuito. «Si pongo todos los restos dentro, seré capaz de hacer un buen partido. Tendré mis opciones. Creo que ésa será la clave. Si resto bien, mantengo la concentración y juego en el fondo tal y como lo hice hoy [por ayer], voy a tener mis oportunidades», explicó ante la eventualidad de encontrarse con el italiano, cuyo encuentro con Alexander Zverev aún no había concluido en el momento de la rueda de prensa. El italiano venció por 6-3, 7-6 (4) y 7-6 (5).
Se han cruzado en tres ocasiones, con dos victorias del murcinao, en cuartos de Viena 2012 y en la misma ronda de Río 2022. Berrettini se impuso en el desempate del quinto set en los dieciseisavos del Abierto de Australia del pasado año. Muy corto de partidos y lastrado por las lesiones, el jugador de Roma, 38º, ha reencontrado en Wimbledon su mejor versión.
Los octavos de 2001
Alcaraz reiteró cómo trata de aprender viendo imágenes de tenistas que hicieron historia sobre hierba, ofreciendo en esta ocasión detalles concretos. «Cuando resto de derecha en la zona del deuce, recuerdo el primer partido que Federer ganó en la Central contra Sampras, con un passing shot. Lo recuerdo cada vez. Y me digo, quiero jugar ese resto en cada punto».
Sucedió en los octavos de 2001, y con la victoria Federer puso fin a la secuencia de siete títulos del estadounidense, que ganó los cuatro últimos de manera consecutiva.
