Los penaltis otorgaron un triunfo histórico al Unionistas de Salamanca, el único equipo de Primera RFEF clasificado para los octavos de final de la Copa del Rey. El equipo dirigido por Dani Ponz eliminó al Villarreal tras una agónica tanda, decidida en el décimo lanzamiento, con el acierto de Adri Gómez y el error de Kiko Femenía, cuyo disparo se perdió por encima del larguero (1-1, 7-6).
La reanudación del partido, suspendido el domingo por culpa de un apagón, volvió a mostrar las deficiencias del equipo de Marcelino García Toral. Ante el entusiasta apoyo del estadio Reina Sofía, donde se rozaba el lleno pese al horario lectivo, Unionistas asedió la portería de Pepe Reina, con undisparo desde la frontal de Carlos Giménez que se perdió muy cerca del palo derecho. Unos minutos más tarde, los locales disfrutaron de una triple oportunidad, cuando Francis Coquelin casi marca en propia puerta y Stefan Lekovic debió salvar con la cabeza bajo la línea de gol.
Cuando Busquets Ferrer señaló el final de los 120 minutos, los hinchas salmantinos se prepararon para un desenlace agónico. En los dos primeros turnos, Ramiro y Nespral batieron a Reina con sendos disparos por el centro, mientras Alberto Moreno envió a la madera el segundo disparo visitante.
A los aciertos de Erik Ruiz y Coquelin en el tercer turno siguió la gran parada de Reina ante Alfred Planas, que había marcado el domingo desde los 11 metros. La igualdad, con goles de Manu Trigueros, Manu Ramírez, Alexander Sorloth, Álvaro Gómez, Ramón Terrats, Carlos Giménez, Santi Comesañana y Adri Gómez, se mantuvo hasta el fallo de Kiko Femenía.
Un éxito incontestable para Unionistas, fundado en 2013 por aficionados de la desaparecida UD Salamanca. Una de las piedras fundacionales de lo que se ha conocido como el fútbol popular, basado en un sólido principio: “un socio, un voto”.
Desde sus inicios, la trayectoria de Unionistas se dio con unos pasos tan humildes como firmes. En 2016, dio el primer salto, con el ascenso de Regional a Tercera División y sólo dos años más tarde, promocionó a Segunda B. Este curso, ocupa el decimotercer puesto en el Grupo 2, donde tras 18 jornadas suma 22 puntos, cuatro más que la zona de descenos.
Quizás solo fueran detalles, quizás metaforas, pero ayer una moneda giró en el Metropolitano y sólo con ver a los entrenadores en rueda de prensa se podía imaginar a quién le salió cara. Hansi Flick salió fresco, despejado, como si se acabara de levantar, mientras que Simeone lo hizo como si hubiera jugado él los 90 minutos de la vuelta de las semifinales de la Copa del Rey. "Reproches no hay. Los futbolistas están dando todo. Creo que estamos dando el máximo y aspiro a seguir igual en liga", apuntó el Cholo en su comparecencia.
La Liga está casi imposible para los rojiblancos, a nueve puntos de un equipo que aún no ha perdido en 2025. La última derrota de los azulgrana fue, precisamente, ante el conjunto de Simeone antes del parón invernal y ese duelo levantó aún más el vuelo de los pupilos de Flick. "Después de la navidad mejoramos mucho, el equipo creció en su manera de cómo jugar, pero el partido contra el Atlético anterior ya había sido bueno y les había dicho a los chicos que estaba contento", reveló el entrenador alemán.
Un técnico que permite ahora ciertas licencias que no permitía al inicio de la temporada. Aún es pronto, dice, pero el camino lo tienen claro hacia el triplete. "Soñar está permitido, pero hay que trabajar muy duro", apuntó el técnico y le secundó poco después su jugador Jules Koundé en zona mixta. "Estamos metidos en todas las competiciones, el camino todavía es largo, pero sí soñamos", comentó el defensor.
El Atlético está en el lado contrario. Cruz total en la moneda del fútbol. Lejos en liga, eliminados de Champions ante el Real Madrid y ayer se rehicieron a un primer tiempo horrible para soñar con el partido de la Cartuja. "Nos disculpamos por no haber conseguido el pase a la final, que era la ilusión de todos", dijo Josema Giménez en zona mixta.
Pero la clave del cambio de actitud fue la charla del Cholo al descanso y los múltiples cambios que se hicieron desde la caseta tanto tácticos como de nombres. "Les dije que nos habian perdonado y dejado vivos y eso nos daba optimismo para enfrentar con mas valentía el segundo tiempo", explicó el argentino.
El optimismo y la valentía los puso Alexander Sorloth. El responsable del tanto que terminó con la derrota del Barça en Montjuic fue una pesadilla para la defensa blaugrana, pero le falto contundencia y eficacia. Pese a que disfrutó de varias ocasiones claras, el noruego no pudo rematarla con un sólo disparo a puerta. Todos terminaron fuera o anulados por fuera de juego.
El equipo, con los cambios, había conseguido inclinar el campo hacia sus intereses, pero fueron incapaces de remontar el tanto inicial de Ferran, en una primera parte de los blaugrana memorable. "El rival juega muy bien, me gusta como juega y lo he dicho muchas veces", alabó el Cholo y fue correspondido por Flick que calificó al Atlético como uno de los "mejores equipos no de España sino de Europa".
Maratón y final
El Barcelona afronta ahora una maratón de partidos hasta la final de La Cartuja en la que habrá un Clásico. "Mañana llegaremos a las 3 de la mañana, dormiremos no mucho y luego a entrenar otra vez, recuperarse y ver qué es posible contra el Betis. No es fácil", apuntó Flick sobre el calendario.
De hecho, el alemán avisó de que no quería responder a ninguna pregunta sobre la final del 26 de abril ante el Real Madrid porque "su foco está en el Betis" y quedan "muchos partidos antes". Aunque al final deslizó: "El Clásico está bien". Los dos que ha jugado, por cierto, los ha ganado tras marcar cuatro y cinco goles al rival.
En la época de los contratos millonarios, los clubes Estado y las batallas judiciales por la organización de las competiciones más importantes, la Copa del Rey se ha convertido en el oasis en el que pueden descansar las ilusiones de las plantillas más humildes. Celebérrimas epopeyas gestadas en vestuarios pequeños de baldosas blancas, con cuatro duchas para 20 jugadores, tres bancos que obligan a media plantilla a quedarse de pie para escuchar al entrenador y un cartel pegado en la pared que reza: "Ganar, ganar y ganar".
Ese podría ser el vestuario de aquel Alcorcón que noqueó al Real Madrid en Santo Domingo o del Mirandés que se plantó a las puertas del cielo liderado por un banquero llamado Pablo Infante, pero, en esta ocasión, es el del Club de Fútbol Ontiñena, el equipo que, en esta edición, tendrá la misión de representar al pueblo más pequeño en los 121 años de historia de la Copa del Rey. Y es que esta localidad, oculta entre las sinuosas carreteras de la comarca del Bajo Cinca, tiene apenas 500 habitantes que, este jueves, tendrán la misión de continuar con la hazaña derrotando a la Unión Deportiva Las Palmas.
Una encomienda que se ha podido asumir gracias al sueño de un grupo de personas del pueblo que, al ver a club a punto de morir tras un descenso a Segunda Regional, decidieron que en su pueblo "el fútbol no podía desaparecer". Así lo comparte Hugo Lax, actual presidente y miembro de aquella directiva que, apoyada en el sector agrario y en la ayuda de los 250 socios que acumula, organizaron una reestructuración total de la institución que comenzó con la contratación de un nuevo entrenador, lo permitió que muchos de los mejores jugadores de los otros pueblos de la zona fijasen su atención en Ontiñena.
Los jugadores del Ontiñena calentando en el estadio municipalToni GalánE.M.
Uno de esos jugadores fue Alejandro Puente, quien estaba "a punto de dejar el fútbol porque es algo muy difícil de compaginar con la vida social", pero al escuchar las aspiraciones de ascender y de terminar jugando la Copa del Rey, no pudo rechazarlo. "Cuando me reuní con el club para organizar mi fichaje y me presentaron un PowerPoint con sus objetivos no me lo podía creer", comenta aún incrédulo al recordar ese instante.
Sin embargo, todo era real y, ahora, no solo es que esté a punto de defender a jugadores de la talla de Moleiro, Kirian Rodríguez o Januzaj, si no que se ha hecho viral en redes sociales con un vídeo en el que se ponía unas chanclas como espinilleras antes de un partido. "En el vestuario tenemos una norma que dice que cuando nos falta algo de material tenemos que pagar cinco euros de multa. Es algo simbólico, pero en cuanto vi las chanclas ahí no dudé en metérmelas en las medias para disimular un poco. No iba a salir a jugar con ellas, pero un compañero me grabó haciéndolo, lo subió a TikTok y, con todo este boom que hemos pegado con la Copa, creo que ya lleva un millón de reproducciones", explica entre risas.
Alejandro Puente, central del Ontiñena, con las chanclas que utilizó como espinillerasToni GalánE.M.
Puente encarna uno de los tantos relatos diferentes que coinciden en el Ontiñena, como el de su portero David Salas, héroe en la anterior eliminatoria al detener dos penaltis en la tanda y que se perderá el partido por estar en Tailandia de vacaciones, su centrocampista Chaka Thiero, quien consiguió traer a su familia de África hace apenas unos años, o su defensa Abdoulaye Bah, nacido en Guinea Conakry y que ejerce como concejal en el Ayuntamiento de Monzón.
Precisamente en esa localidad es donde se disputará el encuentro contra Las Palmas, al no contar El Balsal (campo municipal) con las instalaciones mínimas para cumplir con la seguridad de los espectadores y permitir la retransmisión por televisión. La decisión de jugar en Monzón, pese a tener la oportunidad de competir en un estadio de primer nivel como El Alcoraz (Huesca), fue tomada por el Ontiñena al ser considerada "como la mejor opción de cara a aumentar nuestras posibilidades". Así lo explica el entrenador, Víctor Peinado, quien piensa que "en el Isidro Calderón podemos sentirnos como en casa y hacer que ellos sientan un ambiente hostil, que no estén cómodos durante el partido". En ese sentido, desea que "el césped esté lleno de baches y calvas para que tengan que jugar en largo y se igualen las fuerzas, porque si no, sabemos que estamos años luz de su nivel".
Conseguir ese ambiente hostil que reclama Peinado no será problema para la afición del Ontiñena, que agotó las 2.000 entradas (ayudados por gente de los pueblos de alrededor) en 48 horas y que en la ronda previa ya movilizó a unas 200 personas para desplazarse hasta Elizondo (Navarra) en un miércoles lluvioso para apoyar al equipo. "La afición está casi más ilusionada que nosotros con todo esto. Para el partido contra el Baztán hicieron un viaje de seis horas para apoyarnos y en el siguiente entrenamiento otro centenar de vecinos nos recibió con fuegos artificiales. Tienen tanta confianza en nosotros que se está tornando casi en exigencia, porque ya nos dicen que tenemos que ganar todos los partidos", comenta, agradecido, Barcos, pese a que no podrá formar parte del encuentro por una lesión en el tendón de Aquiles.