Copa del Rey
El conjunto gallego nunca ha jugado en partido oficial contra alguno de los Top-6 históricos de Primera. Hoy recibe por primera vez al Atlético en la Copa.
En España hay 12 provincias, 14 si contamos las Ciudades Autónomas de Ceuta y Melilla, que jamás han tenido un equipo en Primera. Además de las dos al otro lado del Estrecho, son cuatro de Castilla y León (Ávila, Palencia, Segovia y Zamora), cuatro de Castilla-La Mancha (Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara y Toledo), una de Extremadura (Cáceres), una de Aragón (Teruel) y dos de Galicia: Orense y Lugo.
Por población, la provincia de Toledo, con 712.000 habitantes, debería demandar su presencia en la elite, pero su club de fútbol navega en la Tercera Federación, lejos del profesionalismo. A la espera de una organización que impulse el fútbol en Ciudad Real (489.000) y con el Cacereño en Segunda RFEF representando a Cáceres (385.000), la provincia que más cerca ha estado de abandonar esa lista en los últimos años ha sido Lugo, que tocó con los dedos algo que sí consiguió, por ejemplo, Huesca en 2018.
Con 323.000 habitantes, Lugo guarda sus esperanzas en el Club Deportivo Lugo, ahora de vuelta a la Primera RFEF después de una década en Segunda División, donde llegó a ser líder. Hoy, contra el Atlético de Madrid y en los dieciseisavos de la Copa del Rey, el estadio Anxo Carro de la ciudad cumplirá un sueño: recibirá, por primera vez en su historia, a uno de los seis mejores equipos de la clasificación histórica de Primera División. El Espanyol, en Segunda, es el club con más nombre que ha pasado por la muralla lucense, donde jamás han aparecido el Real Madrid, el Barcelona, el Athletic, el Sevilla, el Valencia ni el Atlético. Hasta este mediodía.
El recuerdo más rojiblanco de los habitantes de la ciudad lleva a las dos visitas del filial colchonero en el inicio de la pasada década, en las temporadas 2010-2011 y 2011-2012, cuando el Lugo trataba de abandonar el infierno del Grupo 1 de la Segunda División B con Quique Setién a los mandos. En la primera visita del filial rojiblanco los gallegos vencieron 2-0 y en la segunda, en el inicio de la temporada que llevaría a los lucenses a Segunda, repitieron triunfo (2-1). Es decir, el Atlético, su filial, nunca ha ganado en el Anxo Carro. De ese filial, pocas caras conocidas: Iago Herrerín, que terminaría en el Athletic, o Iván Sánchez, que acabaría jugando en Primera con el Valladolid.
El ascenso con Setién cambió la realidad del Lugo y convirtió a su estadio en el Anfield Carro, un apelativo cariñoso surgido de las victorias durante esa época, del ambiente durante los partidos y del You’ll never walk alone, la famosa canción que utilizan el Liverpool o el Celtic de Glasgow, y que sonaba antes o después de los encuentros.
En la división de plata, el club se transformó en SAD, el técnico logró situar al equipo en segunda posición durante alguna jornada y en 2015, tras lograr otra permanencia, abandonó la entidad por los cambios en el club. José Bouso dejó la presidencia y llegó Tino Saqués, iniciando un dominó de entrenadores que ha terminado con el Lugo de vuelta en Primera RFEF, lejos de la elite y manteniendo su trauma histórico. 18 técnicos en ocho años, una calamidad. Munitis, el último, fue despedido en diciembre y sustituido por el portugués Paulo Alves.