Los fans del Celtic no guardan rencor a lo ocurrido hace ya 50 temporadas y están encantados de recibir al Atlético en Champions.
Celtic Park es uno de los estadios más antiguos de Europa. Aunque hubo un primer emplazamiento entre 1888 y 1892, una subida de alquiler de 50 a 450 libras, provocó que el Celtic de Glasgow se mudara a este coliseo en el que hoy caben 60.000 almas. El octavo con mayor capacidad de Reino Unido.
La hinchada franjiverde no es rencorosa. No se acuerda de la subida de la renta ni tampoco de que en 1974, aquí hubo una batalla que terminó con 51 infracciones y 3 expulsados. “Si queda ese sentimiento de venganza, igual lo tiene la gente mayor”, cuenta a EL MUNDO Martín Hutchinson, Hutchie para los amigos, cantante en un bar de Gallowgate, la famosa calle que se tiñe de franjiverde en los partidos del Celtic. “Nosotros estamos encantados de recibir hinchadas extranjeras en la Champions y la del Atlético también”, completa.
“No tenemos ningún problema, queremos que la gente lo pase bien”, explica Paul, el portero del bar 57, otro de los espacios tradicionales de la mítica calle de Glasgow.
A medida que nos acercamos a Celtic Park, aparecen numerosos puestos de memorabilia del equipo y del partido. Uno pertenece a otro Paul que tampoco tiene problema alguno con el Atlético. “Está todo olvidado es más la prensa la que ha picado, pero nosotros sin rencores”, explica.
Se refiere a la portada de un medio escocés que criticaba el homenaje del Atlético de Madrid a los jugadores del 74 al jugar con la camiseta roja y el pantalón azul como en aquel partido de ida de semifinales de la Copa de Europa. Pathetic Madrid ponía en su primera página. Cómo sería, que el propio Marcos Llorente, jugador del Atlético, también afirmaba en el postpartido que él no se había enterado de que hubiera problemas con esa camiseta.
En el partido, tras el bellísimo You’ll never walk Alone que atronó en todo el estadio, el público del Celtic de Glasgow se centró más en otro conflicto, el que está ocurriendo en Gaza. La grada de la Green Brigade, los ultras del Celtic, se vistió con los colores de Palestina mientras que a lo largo de todo el estadio numerosas banderas palestinas ondearon durante los 90 minutos.
No era la primera vez que lo hacía. En 2016 también ocurrió en un partido ante el conjunto israelí Hapoel beer sheva. La UEFA sancionó al club ya que todas las manifestaciones políticas están prohibidas en sus competiciones. Glasgow no es rencoroso, pero es propalestino.