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En total acumula 58,565 puntos al término de los cuatro aparatos y comanda las clasificaciones después de las tres primeras subdivisiones
De regreso a la primera línea después de dos años de ausencia, la superestrella estadounidense de la gimnasia, Simone Biles, deslumbró en su primer día de competición en el Mundial de Amberes, consiguiendo este domingo un salto de extrema dificultad durante las clasificaciones.
Ese salto, un Yurchenko con doble carpado, toma a partir de ahora el nombre de la estadounidense de 26 años. Biles es la primera mujer en lograrlo en una competición internacional.
Fue recompensada con una nota de 15,266 puntos, y ya tienen una gran ventaja sobre sus competidoras. En total acumula 58,565 puntos al término de los cuatro aparatos y comanda las clasificaciones después de las tres primeras subdivisiones (de un total de diez).
Comenzó su participación en las clasificaciones con un gran ejercicio en las barras asimétricas (14,400 pts), antes de continuar con actuaciones impecables en la barra de equilibrio (14,566) y en suelo (14,633). Pero fue el salto de potro donde deslumbró al público de la ciudad flamenca.
“¡Lo ha conseguido! Es todo lo que puedo decir”, sonrió su entrenador, el francés Laurent Landi.
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“Espero que la gente se dé cuenta de que quizás es la única vez en su vida que van a ver un salto así en la gimnasia femenina. Hay que valorar eso”, añadió sobre el famoso Yurchenko con doble carpado, que Biles controla ya desde 2021 y que había incluso previsto realizar en los Juegos de Tokio.
Ha tenido que esperar a este Mundial de Amberes para poder inscribirlo en el código de notación de la gimnasia, 21 años después de que el chino Yang Wei lo hiciera en la categoría masculina.
Con ese salto, que requiere a la vez de potencia, velocidad, técnica y sentido del ‘timing’, Biles bautiza un quinto elemento técnico con su nombre en el código de la gimnasia.
Pasar la página de Tokio
Biles no habló a su paso por la zona mixta, que recorrió a gran velocidad y con una enorme sonrisa. Estará de regreso al Sportpaleis de la ciudad portuaria el miércoles para la final femenina por equipos.
Junto a Shilese Jones, Leanne Wong, Skye Blakely y Joscelyn Roberson, las estadounidenses acumulan 171,395 y será muy difícil desalojarlas de la primera plaza en las clasificaciones.
La estadounidense vive en Bélgica su primera gran competición internacional, dos años después de unos Juegos Olímpicos de Tokio que no fueron como ella esperaba.
Llegó entonces a Japón como gran favorita, después de lograr cuatro oros cinco años antes en Rio-2016, pero Biles se vino abajo mentalmente y se retiró de la mayoría de pruebas.
Explicó entonces que luchaba contra los “twisties”, pérdidas temporales y brutales de las referencias en el aire, algo que expone a un deportista a un gran riesgo de lesión en el aterrizaje en el suelo.
Terminó esos Juegos de Tokio con una medalla de plata en el concurso general por equipos y con un bronce en la viga de equilibrio, pero su gran aportación al deporte en esa cita fue poner sobre la mesa la cuestión de la salud mental de los deportistas.